Desde hace mucho tiempo venimos pregonando desde estas paginas sobre la necesidad de rediscutir valores y paradigmas introducidos en el sentido común colectivo por las ideologías sostenidas por el Consenso de Washington, entre ellas la prevalencia del mercado como articulador de los recursos económicos en detrimento del papel del Estado.
Desde el campo popular es necesario, no solo rechazar estas ideas, no solo por erróneas, sino sobre todo, como muestra la historia económica local y mundial, son altamente nocivas para el desarrollo social y económico de una nación.
Este debate se esta dando en el orden global por dirigentes politicos, pensadores y economistas heterodoxos, ante el descalabro en el capitalismo occidental, después de 50 años de predominio de las ideas neoliberales y la globalización.
En este articulo presentamos el pensamiento de la economista italo -norteamericana Mariana Mazzucato.
El libro de Mazzucato es una obra esencial para quienes buscan entender cómo la política económica puede rediseñarse para impulsar la innovación y el crecimiento inclusivo. Al romper con la narrativa dominante que limita el rol del Estado a un mero facilitador, El Estado Emprendedor presenta un nuevo paradigma en el que los gobiernos asumen un papel central en la construcción del futuro económico y social.
La economista desafía una de las ideas más arraigadas en el discurso económico contemporáneo: la creencia de que el sector privado es el principal motor del desarrollo económico, la producción de bienes y servicios, la innovación y el desarrollo tecnológico, mientras que el sector público debe tener un rol secundario, en proporcionar servicios públicos y dar un marco propicio al libre mercado.
Mazzucato propone una perspectiva radicalmente diferente, argumentando que los Estados no solo deben limitarse a crear las condiciones para que los mercados funcionen, sino que también deben ser actores claves en la creación de innovación y crecimiento económico. En sus páginas, expone cómo a lo largo de la historia, muchos de los avances tecnológicos que hoy damos por sentados, desde Internet hasta la biotecnología, han sido impulsados por inversiones estatales en investigación y desarrollo (I+D).
El mito del sector privado como único innovador
Uno de los puntos centrales del libro es el cuestionamiento de la narrativa neoliberal que coloca al sector privado como el principal innovador. Según Mazzucato, esta visión omite el papel crucial que han jugado los Estados en financiar las fases más arriesgadas de la innovación. Por ejemplo, señala que tecnologías como el GPS, los microchips y la misma Internet fueron fruto de inversiones públicas a largo plazo, en lugar de iniciativas privadas. Estas inversiones, realizadas con fondos públicos, sentaron las bases para la creación de nuevos sectores enteros en la economía global.
Al destacar el rol pro activo del Estado, Mazzucato pone en evidencia el "mito de Silicon Valley", mostrando cómo incluso las empresas más exitosas del mundo se han beneficiado enormemente de subsidios, contratos públicos y la inversión en ciencia y tecnología financiada por los Estados. Apple, por ejemplo, ha incorporado en sus productos innovaciones tecnológicas desarrolladas con fondos públicos, como las pantallas táctiles y el asistente de voz Siri, lo que refuerza el argumento de Mazzucato: el Estado no solo facilita, sino que lidera.
Hacia un estado planificador
El enfoque de Mazzucato no se limita a defender el rol del Estado como inversor. Su propuesta va más allá y aboga por un "Estado visionario", capaz de marcar un rumbo claro orientado al bien común. Ella cree que el sector público tiene la capacidad y la responsabilidad de establecer grandes misiones sociales, como la transición hacia una economía verde o la erradicación de enfermedades, en las que la inversión estatal esté alineada con objetivos de largo plazo que puedan transformar sectores enteros.
Este planteamiento implica un cambio radical en la concepción del Estado. No se trata solo de corregir fallos de mercado o de actuar como regulador, sino de ser un actor clave en la creación de nuevas oportunidades de mercado. Mazzucato sostiene que el Estado debe asumir riesgos, fomentar la experimentación y estar dispuesto a aceptar el fracaso en aras del progreso, algo que a menudo no es bien visto por los críticos del gasto público.
Implicaciones políticas y económicas
El Estado Emprendedor no solo es un libro de análisis económico; también tiene profundas implicaciones políticas. Al sugerir que los Estados deben jugar un papel más activo en la innovación, Mazzucato plantea preguntas incómodas para los gobiernos que han adoptado políticas de austeridad y reducido el gasto público. De hecho, sus ideas han sido bien recibidas por aquellos que critican el modelo neoliberal y buscan alternativas que combinen el dinamismo económico con la equidad social.
En este sentido, el libro es un llamado a la acción para repensar el papel del Estado en la economía, especialmente en un contexto en el que desafíos globales como la lucha contra la pobreza, el cambio climático, las crisis financieras y las pandemias, y el objetivo de construir un modelo de desarrollo sustentable, requieren respuestas audaces y coordinadas. Mazzucato sugiere que es hora de abandonar la falsa dicotomía entre el Estado y el mercado y reconocer que la colaboración entre ambos es fundamental para enfrentar estos problemas.
Como bien concluye la autora, para construir un modelo social y económico más justo y sostenible, es fundamental tener un Estado no solo reactivo, sino emprendedor.
Antonio Muñiz
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