La construcción del Movimiento Popular. por Antonio Muñiz

“Un clima de rebeldías individuales puede durar indefinidamente sin afectar al régimen que las provoca. Solamente cuando la rebeldía está coordinada y encauzada en un movimiento de liberación adquiere eficacia necesaria para luchar con éxito”.
J. W. Cooke

El peronismo siempre se pensó a sí mismo como un movimiento de liberación nacional y social, relegando al partido a una mera herramienta electoral. Sin embargo, también, cuando era el momento de presentar listas, estas trataban de reflejar el espíritu movimientista en la construcción de un frente electoral que superara las estrechas paredes del Partido Justicialista.
Perón pensaba al primer peronismo como una alianza entre los trabajadores  industriales y agrarios, sector empresario (una burguesía nacional), la iglesia y el ejército. Esta alianza se rompe  y se produce el golpe militar de 1955. No vamos a entrar analizar las razones de esa ruptura y sus consecuencias, ya que mucho se ha escrito sobre ello. Si un dato que tendrá influencia sobre el futuro, el abandono del peronismo de gran parte de la clase media y la pequeña burguesía, que habían crecido al calor de las políticas de JDP, pero que migraron en una búsqueda de republicanismo abstracto  y ascenso social. Esta clase media busco distintas alternativas políticas, todas infructuosas, apoyo al frondizismo,  a Illia o al golpe de Ongania, todas  experiencias fracasadas, Solo volvió a encontrar su camino cuando los sectores juveniles de esa clase media se volcaron al peronismo a principios de los setenta, conformando una experiencia política, infinitamente rica,  a pesar de su sangriento final, producto de la represión del golpe cívico militar.
La idea movimientista siguió siempre en la base de toda construcción peronista, aun en la etapa fallida de la renovación peronista.
Nk vuelve a retomar esta idea pero ya desde el gobierno, la famosa transversalidad que planteaba y que llevo a Cobos a la vice presidencia fue una iniciativa de conformar un frente político y social que ampliara la base electoral del PJ.  La experiencia fue un éxito porque permitió  que CFK ganara con un 54 %, sino que además abrió las puertas al ingreso de sectores juveniles, mucho de clase media universitaria, volcándose al peronismo, en una situación similar a la experiencia de los setenta.
El frente para la victoria fue y es una experiencia altamente exitosa, por supuesto llena de contradicciones, como toda construcción política mayoritaria. Fue una herramienta de construcción del gran movimiento  nacional. La deserción de Cobos, no marco el quiebre de este proyecto de transversalidad, como lo quisieron ver muchos, sino que el  éxito lo marco  la sumatoria de miles de jóvenes, clase media y pequeña burguesía al peronismo, aunque muchos lo hicieron desde distintas experiencias y organizaciones políticas no peronistas.
Un cambio de época:
El mundo ha cambiado en esta primeras dos décadas  del siglo XXI.  Es el final de una etapa histórica. Es como dice  García Linera que “la globalización ha muerto”. Es difícil decirlo y analizarlo ´porque nos falta perspectiva histórica. Estamos viviendo ese proceso, somos espectadores, pero también actores en esta nueva construcción. Pareciera que estamos en una brutal crisis mundial. No solo económica, sino política. Los síntomas de descomposición del viejo orden mundial parecen evidentes, sin embargo es prematuro pensar que está muerto.
La crisis argentina del 2001 donde crujió todo el sistema capitalista local, las sucesivas crisis en el centro de poder mundial, EEUU y Europa, las guerras y el terrorismo en  Medio Oriente, con su secuela de muerte y millones de refugiados que avanzan hacia Europa, la salida del Gran Bretaña de La Unión europea, el fracaso evidente de la experiencia de la Europa Unida, que poco a poco va creando monstruos ultranacionalistas dentro de las fronteras de cada país. Una crisis económica que genera el crecimiento de experiencias políticas que creíamos desaparecidas como el nazismo, con racismo, xenofobia, aislamiento, etc. Vivimos en un capitalismo en crisis, incapaz de dar respuesta a los sectores medios y populares.
La asunción de Donald Trump como presidente de EEUU marca también la profundidad de la crisis mundial. Votado por los sectores populares norteamericanos y odiado por el establishment político, mediático, financiero  y sin embargo rodeado por un gabinete de ricos, muy ricos y reaccionarios de derecha, hacen un difícil pronostico hacia el futuro, Si creo que podemos decir que va a marcar un antes y un  después en EEUU y por desgracia en el mundo.
Las primeras medidas parecen indicar que de acuerdo a sus discursos EEUU se va cerrando sobre sí misma, por lo menos en lo económico y comercial. Pareciera que EE.UU. vuelve a su vieja política pre primera guerra mundial de aislarse  y cerrarse al mundo. De no participar  de conflictos  y lugares del mundo que sienten ajenos.
Veremos cómo evolucionan las políticas “populistas “de Trump y hacia qué mundo nos llevan.
Pero hay que tener claro que como sea nos van a afectar. Tanto la economía argentina como la política se van a ver  perjudicas.

Viene desde el pie……

La hegemonía neoliberal en Latinoamérica, es especial Argentina y Brasil llega tarde y a contramano de dónde va el mundo. El papa Francisco lidera con claridad una ofensiva contra la cosmovisión liberal globalizadora. Con claridad lo expreso y casi en un lenguaje peronista, en un reportaje al País de España:
 “El problema es que Latinoamérica está sufriendo los efectos —que marqué mucho en Laudato si’ — de un sistema económico en cuyo centro está el dios dinero, y entonces se cae en las políticas de exclusión muy grande. Y se sufre mucho. Y, evidentemente, hoy día Latinoamérica está sufriendo un fuerte embate de liberalismo económico fuerte, de ese que yo condeno en Evangelii gaudium cuando digo que ´esta economía mata´.”
“Porque los sistemas liberales no dan posibilidades de trabajo y favorecen delincuencias. En Latinoamérica está el problema de los cárteles de la droga, que sí, existen, porque esa droga se consume en EE UU y en Europa. La fabrican para acá, para los ricos, y pierden la vida en eso. Y están los que se prestan a eso. En nuestra Patria  cipayo es aquel que vende la patria a la potencia extranjera que le pueda dar más beneficio. Y en nuestra historia argentina, por ejemplo, siempre hay algún político cipayo. O alguna postura política cipaya.”
Más claro imposible. El Papa marca, con claridad ideológica, un camino, un horizonte de esperanza. Es necesario hacer una síntesis entre el pensamiento papal con el pensamiento y la acción del peronismo en los últimos años.  Es un camino para refundar el movimiento nacional, darle contenido y sentido revolucionario, como fue y es, en su esencia,  el peronismo.
Existe dentro del peronismo alguno grupos que por una mala lectura de la realidad se apresuraron a dar por muerto al kirchnerismo y “jubilaron” antes de tiempo a CFK.
El papel de CFK es fundamental en la etapa que vivimos de resistencia y  reconstrucción del Movimiento nacional. Sin dudas es la dirigente que puede liderar y conducir  en este periodo. Tal es así que pesar de la feroz campaña de demonización de su figura,  a partir de una obscena persecución por parte de una justicia politizada,  las corporaciones mediáticas  y el periodismo mercenario, sigue teniendo una imagen positiva que ronda el 40%. Teniendo picos en el conurbano bonaerense picos de 50/60 % de imagen.
CFK, quieran o no sus adversarios internos y externos, se consolida con  nitidez como la gran líder de la oposición.
Es hoy por hoy,  la única voz opositora que marca un camino, una construcción política alternativa al modelo gobernante.
En aquel discurso de Comodoro Py, del 13 de abril  de 2016 CFK  planteo sumar a todos aquellos que estaban siendo agredidos por el modelo neo liberal.  Amalgamar en un gran Frente Cívico sectores políticos, económicos y sociales,  que estaban siendo agredidos por el modelo neoliberal macrista.
Pero como en toda construcción política hay que pasar de la idea al hecho concreto.
El pasado 17 de octubre, CFK volvió a enunciar en el acto del PJ Capital su idea del Frente Ciudadano. Remarcó que es necesario “reconstruir las redes de solidaridad, de organización, de la concientización para la reconstrucción de una gran mayoría, que no alcanza con los peronistas, que no alcanza con los kirchneristas que no son peronistas, que no alcanza tampoco con los amigos radicales, porque hay mucha gente que no está identificada con una idea política”. Y después agrego, “A veces estamos más pendientes de lo que hacen otros dirigentes de nuestro espacio, otros militantes, que a lo que le está pasando al vecino, al compañero, al amigo, al ciudadano y estar junto a ellos”.
En un mensaje directo a la interna, donde expone claramente que es necesario abrirnos a la sociedad, escuchar sus reclamos, dejar de lado las internas menores, por los cargos o las pequeñas prebendas. Es necesario una vuelta a la gente, al barrio, al sindicato, a las organizaciones gremiales empresarias, al centro de estudiantes, a la “básica”, en síntesis volver a la práctica básica del peronismo. Construir poder popular, junto a la gente, codo a codo con los otros.
Lo que no han hecho  los dirigentes políticos y gremiales, que en general por acción u omisión han acompañado la políticas anti populares del macrismo, Algunos con bastante entusiasmo y otros a cambio de prebendas y “sanguchitos”,  lo está haciendo el pueblo, los obreros, los delegados gremiales intermedios, las organizaciones populares, Ir construyendo experiencia de resistencia y lucha contra el sistema, Por ahora son experiencias aisladas pero en general exitosas: las multisectoriales contra el tarifazo, la lucha en El Bolsón, la lucha de los mapuches en defensa de sus tierras, AGR – Clarín, Bangho,  entre muchos  hechos de resistencia y organización popular.
La pregunta que surge es como sumar y amalgamar en un espacio común estas experiencias sectores que provienen de historias e intereses disímiles y a veces contradictorios.
EL Frente debe ser la expresión electoral del movimiento nacional, basarse en la lógica movimientista de la que hablábamos más arriba, debe representar a la  sociedad pero ser capaz de disputar poder.
Es indudable que el Frente no puede ser solo una herramienta de resistencia coyuntural ni tampoco un simple frente electoral, no puede limitarse a ser un frente anti Macri.
No solo lo limitaríamos sino que es probable que lo condenemos a muerte antes de nacer.
No puede ser una lista de candidatos o mero reparto de cargos, ni la sumatoria de figuras prestigiosas, debe ser un frente con contenido político e ideológico que entienda y encarne el cambio de época que vive el mundo y pregona Francisco.
El frente que debemos construir no es un frente opositor  pensado para ganar una elección.  No es contra un partido o una coalición. No debe ser el modelo de la Concertación Chilena, pensada para la alternancia pero para que nada cambie,
Debe ser un frente que tenga vocación fundacional, de desmontar a la vieja Argentina moldeada en la estructura legal y económica del Liberalismo,  y construir una nueva Argentina, sobre bases sólidas y duraderas.

No es el momento de discutir nombres o candidatos providenciales, primero hay que sentar las bases de la construcción del movimiento nacional. Cuanto más sólido sea el movimiento más fuerte será su expresión electoral: el Frente.
Además hay que discutir un contenido programático que le de sustancia doctrinaria e ideológica. Basado seguramente en las encíclicas papales  de Francisco, pero también en la historia del movimiento nacional como el programa de “Huerta Grande”.
Debemos pensar la Argentina para los próximos 50 años, buscando en nuestra raíces e historia, pero lanzados al  futuro, Insertos en un mundo caótico y cambiante, Pensar situados en el aquí y ahora, desde nosotros y nuestra historia  construir nuestro futuro.
Este proceso generara su dirigencia y sus candidatos, Generara nuevos liderazgos, basados no en la rosca, sino en la representatividad ganada en la lucha.
El movimiento nacional no existe sin el movimiento obrero organizado.  Es indudable que la actual conducción de La CGT no expresa este pensamiento, ni el pensamiento de sus representados. Lamentablemente, por ceguera o conveniencia se han convertido, en un sostén de las políticas anti obreras y anti populares de la derecha liberal.
La construcción de MN tiene como materia pendiente generar un debate profundo en cuanto al rol de las organizaciones gremiales para que vuelvan a ser herramientas de resistencia y lucha y no estructuras de negocios al servicio del establishment. Mientras tanto hay que profundizar y fortalecer aquellas organizaciones que expresan a sus bases y forman parte del MN, como la Corriente Federal o las 2 CTA

La demanda por acciones concretas que enfrenten al programa neoliberal está en el pueblo, en la base, en los cuadros políticos y gremiales intermedios desde las primera acciones del macrismo. Viene creciendo,  “viene calentado desde el pie”.
Es fundamental en esta etapa acompañar todas las expresiones de lucha del pueblo, cuando defiende sus derechos básicos. Acompañar en la calle, codo a codo toda experiencia  de lucha y resistencia. Las luchas populares generan conciencia,  organización y sobre todo nuevos liderazgos populares.
La historia no termino como nos decía Fukuyama alla por los noventa, los hombres y los pueblos construyen día a día su historia por lo tanto mientras exista el hombre siempre habrá historia y política a su alrededor. El imperativo de la hora nos impone generar políticas de fortalecimiento de
las organizaciones populares, definir un rumbo claro y preciso, dialogar con el pueblo para no perder el rumbo, evitar que de la crisis sigan lucrando los personeros de siempre, que en nombre de la república y las instituciones saquean nuestra riqueza, no permitir el paso de experiencia políticas autoritarias, xenófobas, y violentas como alternativas mesiánicas y salvadoras.
Es tarea de todos poner esfuerzo en esta construcción de un proyecto nacional,  popular y revolucionario.
Hay que recuperar el espíritu y la  lógica  movimientista. Este nuevo frente debe ser una expresión del gran movimiento  nacional, abierto, participativo, poli clasista, que nuclee a todos y a todas aquellos que quieran una Argentina justa, libre, soberana, unidos en un programa  de acción común y un sueño y una mística compartidos.
Nuestra  historia, nuestros compañeros muertos, los que dieron su vida por una nación justa, libre y soberana, y un pueblo alerta y movilizado nos están requiriendo un compromiso y un accionar comprometido con la lucha y la liberación nacional.

Las pymes argentinas: un camino lleno de incertidumbres.

 Por Antonio Muñiz 
La Argentina del siglo XX vivió  ciclos de industrialización acelerada, como 1945/55, o más amesetada como la década del 60 y primeros años del 70. El periodo se caracterizó desde lo económico como  stop & go, es decir freno y arranque de la economía. Todo  periodo de expansión  terminaba en una  crisis en la balanza de pagos. La doctrina liberal de la época aconsejaba la devaluación, el aumento de las tarifas, ajuste de los gastos del estado, recesión, desocupación y cierre de pymes en los eslabones  más débiles.  Luego de un tiempo  el proceso de crecimiento de la industria volvía a empezar.
A pesar de las crisis cíclicas el proceso de crecimiento de toda la economía se mantuvo  positivo hasta 1974. En ese año la Argentina alcanzó su máximo nivel de industrialización y las menores tasas de desempleo y desigualdad.
El país registró en 1974/75 los indicadores de actividad industrial y participación de los asalariados en la economía más altos de su historia y las tasas de desempleo y desigualdad más bajas, al igual que la relación entre la deuda pública externa y el Producto Interno Bruto (PIB).  
Las políticas económicas del proceso cívico militar iniciaron una serie de medidas destinadas a romper la estructura industrial montada hasta el momento. Se inicia una política económica basada en el neoliberalismo, que privilegiaba las actividades rentístico financiero por sobre las productivas, primarizacion de la economía, servicios, industria concentradas y extranjerizadas, con una gran deuda externa etc, que financio todo ese proceso pero condeno el futuro de la Argentina en las siguientes décadas.

Este proceso, aunque incompleto, por sus contradicciones internas, más la poca viabilidad económica y política,  dejó una huella de ruptura no solo con el pasado industrializador de ciertos sectores sociales, sino que también genero una grieta social que rompió de alguna manera los lazos sociales que habían imperado durante los anteriores 50 años.
Así en la década del 90, el gobierno de Carlos Menen, aliado a los "mercados" vuelve con el proyecto inconcluso de la dictadura. La alianza gobernante profundiza la desindustrialización a través de un dólar barato, importaciones indiscriminadas, privatizaciones, y como siempre un fuerte endeudamiento externo. El resultado de la década del noventa fue nefasto por los altos índices de pobreza, marginalidad, cierre de empresas, desocupación, proceso que hace implosión en el 2001.
 
Luego de la crisis del 2001 y sobre todo después del 2003 con Néstor Kirchner en el gobierno, comenzó un periodo crecimiento sostenido, la industria atravesó 32 trimestres de crecimiento a tasas “chinas”. En esos 9 años, Argentina logró duplicar su producción industrial y retomar el proceso de reindustrialización que había abortado  la última dictadura militar.
Este proceso de reindustrialización  de NK genero un crecimiento alto,  8% promedio, y además alto crecimiento del empleo y  las exportaciones. La industria volvió a crear trabajo.  Se generaron en ese periodo  cerca de  500 mil nuevos puestos de trabajo registrados, y seguramente otros tantos empleos informales. Siendo así el motor de crecimiento de toda la economía y la razón de la reducción de la desocupación y la informalidad.
En 2011/12  la Argentina alcanzó “el punto más alto de industrialización”, luego del que se había registrado durante el tercer gobierno de Juan Domingo Perón, en 1974.
A pesar del crecimiento importante del consumo interno, la industria genero también  excedentes que permitieron aumentar las exportaciones. Los mercados    latinoamericanos, como Brasil, Venezuela y Chile fueron destinos claves de las manufacturas nacionales en estos años.

Se destacó la recomposición del complejo metalmecánico y el renacimiento de los sectores intensivos en mano de obra, como textil, calzado y marroquinería.  Se relanzo  la producción de maquinaria agrícola,  equipamiento eléctrico, automotriz y de línea blanca (heladeras, cocinas, lavarropas),  de embarcaciones,  equipos  médicos, electrónica,  computación, etc.

Si bien podemos hacer la crítica en que no hubo una “política industrial” fina,  se plantearon políticas macroeconómicas para alentar al sector: desarrollo del mercado interno, salarios altos que garantizaban el consumo, dólar alto, políticas fiscales, etc. Este esquema funciono eficientemente hasta el 2008/2009, con la crisis de las “sub prime”, la crisis internacional comenzó a golpear la economía interna.
En ese momento era necesario una “cirugía fina”, diseñar una política industrial que definiera  sectores estratégicos y corrigiera alteraciones en las cadenas productivas. Por ejemplo el régimen de promoción fueguina necesitaba y necesita replantearse, no para desmontarlo  como ahora, sino para hacerlo más eficiente y viable, o el régimen de la industria automotriz, que  necesita correcciones y cambios en sus bases para hacerlo más equitativo para  argentina.
Hubo políticas sectoriales, y programas  puntuales, tanto en herramientas crediticias a las pymes, como de fomento a  sectores con innovación y desarrollo, Arsat, o el Plan Atómico, etc, Positivas todas pero insuficientes, a nuestro entender por la falta de un plan estratégico integral de desarrollo.

La crisis en la economía mundial y sobre todo la crisis económica y política brasileña golpearon muy fuerte a la economía argentina.  A pesar de las políticas activas del gobierno afín de sostener el mercado interno y niveles aceptables de actividad económica la situación tendía a agravarse. Déficit energético, caída de las reservas,  fuga de capitales, remisión de utilidades, etc, en un mundo en recesión, donde se caían los precios de los commodities.  La industria local perdió al exterior por U$S 16 mil millones de dólares en esos 4 años, con un mercado local, que a pesar de las medidas proactivas del gobierno, no tenía  capacidad suficiente para compensar.

Si bien en el periodo 2012/15 el gobierno de CFK intento financiar a el desarrollo productivo con políticas proactivas, es indudable que no alcanzo, a pesar del éxito de hechos puntuales, como la exportación de reactores, aviones Pampa , satélites y radares, etc.
Tal vez se hubiera necesitado a nuestro entender, un estado más atento y activo, un estado productor que se asociara al capital privado en el desarrollo de sectores estratégicos. La nacionalización de YPF, decisión correcta pero tardía, ya el daño de la privatización y el saqueo por parte de los privados estaba hecho, o la no nacionalización de los servicios públicos, las inversiones en el servicio ferroviario de pasajeros y de carga, tarea importante pero tardía, etc, etc,
Ante la falta de una burguesía nacional que fuera motor del proceso industrializador era necesario que ese rol lo llevara adelante el Estado.  El miedo a generar un “estado empresario”, fue una limitante en todo el proceso.

Y ahora, es el pasado que vuelve…

Con el resultado de las elecciones de 2015 volvió a imponerse un modelo político y económico que representa a la derecha neoliberal, aliada con los restos de lo vieja oligarquía  agropecuaria, los sectores rentístico financieros, y la banca internacional que ha lucrados siempre con el desguace y el endeudamiento del país, Vuelve el viejo modelo basado en la producción primaria, agraria y ahora minera, el crecimiento de las actividades financieras, los servicios, y algún sector industrial concentrado y extranjerizado.  
En general las políticas del macrismo en este año fueron perjudiciales para casi toda la economía real. Recibieron una economía con problemas puntuales, algunos complejos, otros no tanto, erraron el diagnóstico y ahí donde había problemas generaron una crisis. Terminaron echando nafta al fuego y agravando todos los problemas y generando nuevos.
El pésimo manejo de la devaluación, que se fue toda en inflación de precios, sobre todo en los productos  alimenticios, endeudamiento indiscriminado para financiar gastos corrientes,  los tarifazos en energía, comunicaciones o impuestos. Desfinanciación de del estado vía quita de retenciones al agro y a las mineras, subsidios encubiertos  a las empresas “amigas”.  Apertura de la economía tanto en el sector financiero, que permite una vuelta al pasado de la “bicicleta financiera”, como en el comercial, con la avalancha de productos importados que compiten y destruyen la producción nacional.  Todas políticas económicas mal diseñadas y peor instrumentadas. Todas afectan a los trabajadores reduciendo salarios y horas trabajadas, así como a las pymes que ven afectada su rentabilidad,  que no pueden  acceder al crédito, ni competir con los productos extranjeros, en un mercado que se achica.
Iniciamos 2017 con los números de la economía en caída libre en todos los sectores productivos, en especial los sectores industriales pymes.
Los cambios en el gabinete económico, muestran el fracaso de la gestión de 2016 pero muestran también una profundización  de las políticas vigentes.
2017 será un año complejo y con pronóstico reservado. Ningún número de la economía parece favorable. La crisis internacional y regional, en especial Brasil, parece no tener solución, por lo menos en el corto plazo.
La asunción de Trump en EEUU tampoco parece una buena señal para el macrismo. Las políticas de Trump que parecen  van a restringir el comercio internacional, el aumento de la tasa de interés internacional con un reflujo de capitales financieros y productivos hacia dentro de EEUU, con lo cual la “lluvia de inversiones”  parece de difícil concreción.
El escenario para la industria, en especial para las pymes resulta claramente desalentador. La enseñanza de nuestra historia económica nos muestran que las políticas económicas neoliberales nos llevan inexorablemente a un cierre de empresas  y a la desaparición de sectores importantes como el textil, indumentaria, cueros y juguetes, además de gran parte la industria “blanca”, básicamente toda la industria que no pueda competir con la producción importada.
Este proceso des industrializador  tiene como consecuencia directa el aumento de la desocupación hasta índices de 2 dígitos y el aumento de los índices de indigencia y pobreza.
A nuestro entender estos resultados no son “errores”,  son el resultado buscado por esta coalición de gobierno que tiene intereses económicos contrario a la industria y a la producción local. Es proceso no se frenara sino hay una toma de conciencia por parte de los trabajadores y los empresarios pymes, que son la víctimas directas si este modelo resulta exitoso.  Si a Macri le va bien, a las pymes y a sus trabajadores les va a ir muy mal.
Solo la toma de conciencia, la unidad de los sectores productivos y una lucha constante tanto política como cultural podrá poner freno a estas políticas de saqueo y destrucción del mercado interno, la industria y sus trabajadores.


Cuesta abajo en la rodada…..

 Antonio Muñiz

Los analistas políticos con alguna independencia critica sostienen que la economía macrista ha sido un fracaso, que sobre una economía con problemas  tiro nafta al fuego y agudizo todos los problemas,Y que, mas grave aun, el 2017 no será mejor. 
Si defienden, como un logro, la gestión política, que la política sostiene todo y con un poco de ingenuidad suponen que la calidad institucional está recuperada, hay dialogo y búsqueda de consensos por parte del gobierno nacional, con la lo cual “hemos recuperado la república”.
 
Sin embargo llego fin de año y los problemas económicos se agudizaron pero ahora también la política muestra signos de debilidad. 

La única verdad es la realidad.
 
En su comienzo por ser un gobierno en minoría en las cámaras, se auguraba que iba a ser difícil el manejo de la oposición, con leyes trabadas, vetos y negociaciones permanentes. Sin embargo no fue así, el gobierno con una política de acuerdos, chequera y carpetazos fue en
columnando tras de sí a gran parte de la oposición. 
Está claro que le ayudo mucho en esta estrategia la fragmentación del FPV – peronismo que por falta de  liderazgo en algún caso y falta de ideas en la mayoría, permitió la aprobación de leyes y medidas consideradas vitales ´por el macrismo: fondos buitres, endeudamiento externo, desguace del Anses, anulación por decreto de la ley de medios,  el blanqueo de capitales o la de asociación Público Privado  etc, etc,  Incluso vetó la Ley Anti despidos sin pagar mayores costos políticos.
En ese lapso alcanzo acuerdos con la CGT y con Movimientos Sociales que pocos hubieran esperado, y desactivando posibles focos de conflicto. 
También es justo decir que el papel elegido por Sergio Massa, de una crítica verbal y de votarle las leyes importantes que quería el “mercado” ha ayudado mucho a la política macrista. 
Este juego peligroso para sus ambiciones presidenciales, pendular entre oficialismo – oposición lo hizo jugar a favor de la “gobernabilidad” y el “sostenimiento de las instituciones”  lo puso en un “no lugar”. El tiempo dirá si le dejara réditos electorales de cara al 2019. 
 
Si bien los números de la economía 2016 son todos a la baja, y generan muchas preocupaciones por sus proyecciones futuras  estos acuerdos políticos,  con un alto costo fiscal, le han permitido llegar a este fin de año con cierta tranquilidad, sortear el fantasma recurrente de  diciembre con sus recuerdos de saqueos y caos social y pensar hacia el 2017.
 
Cuando es mentira la verdad
 
El mejor equipo de los últimos cincuenta años avanzo de entrada como un elefante en un bazar, aplicando de un saque medidas económicas casi de manual liberal: libero el mercado de cambios, devaluó la moneda, elimino retenciones al campo y a las mineras, transfirió recursos de los sectores populares hacia los más concentrados. Pago a los fondos buitres e inicio un nuevo ciclo de endeudamiento externo. Para agudizar el cuadro, para combatir la inflación impulsó  una fuertísima suba de las tasas de interés,  redujo la emisión monetaria, genero una caída del poder adquisitivo de los trabajadores y paralizo  la obra pública. Así una economía con fuertes desequilibrios en algunas áreas, pero que no estaba en crisis fue empujada a la crisis profunda por impericia de los funcionarios y sobre todo por un tara ideológica de aplicar medidas que han fracasado siempre en la Argentina y que además están en crisis en el mundo. El mundo está tratando de salir de los horrores que el neoliberalismo globalizador  ha  desatado en los países centrales y aquí estos muchachos se abrazan a un manual económico que atrasa dos siglos. 
Sin embargo no es solo incompetencia o tara ideológica, hay también atrás un plan claro de transferir recursos a los grandes grupos concentrados, a los sectores agroexportadores, la banca y las empresas de servicios públicos privatizadas. Esto tiene un costo de cierre de pymes, desocupación del  20%, reducción de salarios, pobreza, endeudamiento y fuga de capitales. Esto según lo tecnócratas son efectos colaterales, que su subsanaran en el largo plazo cuando vengan “las inversiones y se produzca el efecto derrame”. Casi un relato de pensamiento mágico.
 
Es la política, siempre es la política. 
 
Hay  mucha tela para cortar sobre lo económico, tanto lo que pasó como los que se nos viene en 2017/2019. Pero por ahora lo dejamos para otro artículo. Por ahora en este pretendemos focalizarnos en la gestión y sobre todo la política. 
Como decíamos más arriba el periodismo mercenario que apoya y de alguna manera blindan a este gobierno pretenden hacernos creer que la fortaleza es la política, en un año con muy pocos logros que mostrar, vender un gobierno exitoso en lo político no es poco. Sin embargo se sucedieron una serie de acontecimientos políticos que mostraron que el rey está más desnudo de lo que parece. 
La marcha de las organizaciones sociales junto a las gremiales, pidiendo la ley de emergencia social y  garantizando un salario social obligaron al gobierno a pactar y garantizar recursos hacia los sectores más vulnerables de la economía popular, el envió de proyectos de leyes a las sesiones extraordinarias empezaron a hacer agua, como el rechazo a la “reforma política” que en realidad escondía un negociado con las maquinas electrónicas. Fue un duro golpe para el gobierno, pero tal vez el golpe más fuerte fue la aprobación del proyecto opositor  en la ley de pago de ganancias sobre el salario de los trabajadores.  Negociaciones de último momento en senadores, básicamente con la CGT, sacaron un proyecto más parecido al oficial, pero fue una “victoria a lo pirro”. El gobierno paga un costo altísimo ante una parte de su electorado, que creyó en su promesa de eliminarlo, pero además el proyecto final es inconsistente en los números, no modifica demasiado la realidad actual, suma 400 mil aportantes más que en 2015 y proyecta sumar 600 mil durante 2017 a medida que los salarios aumente vía paritarias. O sea que la promesa de Macri de eliminarlo no solo quedo en la nada sino que peor, duplico el número de trabajadores que deben pagarlo. 
Cuál es el costo electoral del macrismo ante las elecciones de 2017? Difícil preverlo pero seguramente no será gratis. 
Dos experiencias más que marcan la desnudes política de este gobierno: los únicos sectores que sacaron alguna ventaja en el tema ganancia fueron los del transporte que querían ser eximidos en el pago sobre horas extras, viáticos y otros suplementos salariales. Lo lograron porque hicieron un paro de media jornada que impacto sobre la actividad diaria y el otro fue la movilización de los becarios y empleados del  Conicet que con organización y unidad pudieron torcer el brazo al gobierno que pretendía desguazar todas las áreas de ciencia y tecnología. 
Como corolario parece que este gobierno puede manejarse políticamente bien dentro de las paredes de los edificios de gobierno, con el viejo método de cooptar a los representantes con prebendas o disciplinarlos con carpetazos, reales o no, ante una justicia que les es dócil y funcional. 
Ahora cuando la política se lleva a la calle, hacen agua por todos lados y solo atinan a balbucear políticas represivas o esconderse detrás de los medios amigos que pretenden ningunear la realidad. 
Para completar este breve balance de un año duro, dos conceptos:
En primer lugar no se puede pasar por alto la prisión en Jujuy de la dirigente política y social, Milagro Sala. Presa política del  régimen semi feudal de los Blaquier y la oligarquía norteña. Milagro esta presa por ser mujer, coya y peronista, porque se animó a construir poder popular con los sectores más pobre y marginados. Todo lo demás, es por ahora puro invento del gobernador Morales, la justicia adicta  y los medios locales para justificar su detención. Por ahora todo el proceso es un mamarracho y solo muestra  el retroceso de nuestra sociedad. Después de 35 años de democracia hemos vuelto a tener “presos políticos” y ser incluidos en un listado de países de África y Asia que no respetan los DDHH. Una verdadera vergüenza!
Y en segundo lugar hay que entender una de  las enseñanzas que esta etapa parece mostrarnos,  que las políticas opositoras solo pueden expresarse, por ahora,  en las  calles y que esta lucha ira generando su propia agenda y sus nuevos dirigentes, tanto en lo político como en los gremial. 
Es cierto que a lo largo y ancho de nuestra historia  los argentinos hacemos política en las calles.
El protagonismo de los trabajadores ocupados, desocupados y jubilados, y de diferentes sectores populares, fue resquebrajando y complicando los planes del gobierno, logrando hacerlos retroceder en varios casos concretos. Además de los que nombramos más arriba la lucha de las multisectoriales  que  pudieron retrasar   el ajuste en las tarifas de luz y gas fue una experiencia rica y viatalizadora de la política de resistencia popular. 
Cada conquista lograda, por pequeña que sea demuestra la importancia de fortalecer y ampliar la unidad de todos los sectores populares. 
Pero esta unidad  necesita construirse y organizarse para la lucha política,  para que la lucha en las calles tenga exito debe apuntar a la construcción de un frente político nacional y popular que pueda pelear poder para los sectores populares. 

Foro en defensa del Proyecto Nacional y Popular

El Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, fue el invitado especial del primer Foro en Defensa del Proyecto Nacional y Popular, que contó con más de 250 militantes.