Respaldo a la Ministra Graciela Ocaña


En tiempos en que es imperioso recuperar la credibilidad ciudadana se hace necesario respaldar incondicionalmente a los compañeros que desde la función pública, sea cual fuere su jerarquía, cumplen con los postulados de la democracia, lo demás es irrelevante.
En su paso como funcionaria, Graciela Ocaña, ha demostrado en los hechos que la política no tiene por qué estar reñida con la ética y en ese espejo deberían mirarse los dirigentes que utilizando argumentos de reivindicación popular solo piensan en salvaguardar sus privilegios.
Causa Popular expresa su apoyo a la compañera Ocaña que entiende la labor política no como un instrumento en beneficio personal sino como debe ser entendida, en beneficio de todos los argentinos.


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Publicado por Causa Popular Brown para CAUSA POPULAR ALMIRANTE BROWN el 2/28/2009 06:08:00 AM)

Regresión

Por Alfredo Zaiat

A pocos días de cumplirse el primer año del comienzo del prolongado conflicto con el sector del campo privilegiado, muchos balances se realizarán sobre su origen, desarrollo y aún incierto desenlace. Los escenarios que se precipitaron en el frente político, social, de gestión gubernamental, cultural y de los medios de comunicación se entrelazarán en análisis de variados especialistas. En cada uno de esos aspectos habrá sentencias de todos los gustos para diferentes auditorios, aunque el más visible se reúne en la sala del pensamiento conservador. De esas aproximaciones sobre una crisis compleja y controvertida, existe una que emerge con más nitidez y se refiere al profundo retroceso que derivó este conflicto en la forma de analizar, evaluar y proyectar la economía argentina en el debate instalado en la sociedad. Las sentencias de que el campo es el principal generador de riqueza del país y que constituye el motor fundamental del crecimiento son reiteradas como verdades absolutas sin el más mínimo esfuerzo para conocer las experiencias de desarrollo exitosas de otras naciones. Ni se toman la molestia de intentar corroborarlas con informes técnicos rigurosos alejados de la influencia de vientos camperos, brisas alimentadas por un flujo constante de dinero de los poderosos integrantes del negocio agropecuario. La instalación de la idea del campo como corazón de la economía implica una regresión. Se trata de una concepción que atrasa más de un siglo en la esfera de la teoría de la ciencia económica y no mucho menos en las políticas económicas que se han implementado en países que pudieron realizar un salto cualitativo de su estructura productiva. Una sociedad urbana desinformada, una legión de políticos lanzados en campaña por especulación electoral y un sector del campo colonizado por la trama multinacional sojera han logrado la peculiaridad de que Argentina sea casi el único país de un mundo en fabulosa crisis que discute el regreso a una economía agroexportadora primitiva. En ese debate aparece con fuerza la errática política oficial hacia el sector, la competencia entre funcionarios en el liderazgo de la negociación que entorpece el manejo del conflicto y la carencia de una estrategia de mediano plazo que incluya el complejo agropecuario dentro de un proyecto de estructura productiva integrada. Pero la relevancia de este conflicto no se encuentra en las discusiones mezquinas sobre recursos públicos ni en las carencias de la administración kirchnerista, sino que esta crisis con un nuevo poder económico emergente expresa el modelo de desarrollo que ese bloque busca imponer junto a las perspectivas de su representación política.

En un debate serio sobre la estructura futura del transporte sería excluido cualquiera que proponga la expansión de la red ferroviaria con locomotoras a vapor alimentadas con carbón. No sería recibido con mucha seriedad que expertos de administración propongan como modelo empresario el regreso a formas de organización con exclusivo trabajo manual en las fábricas. Tampoco tendría mucho eco entre los productores agropecuarios una iniciativa que impulse el retorno al arado manual de los campos. Del mismo modo, el revitalizado pensamiento conservador sostiene que el destino del país es ser proveedor de granos, carnes y materias primas semielaboradas al mundo. Por lo tanto asegura que el campo es el nervio vital y principal de la economía. Esta idea absolutista representa un retroceso para encarar el sendero para el desarrollo de una sociedad integrada y avanzada.

Existe un marcado componente autoritario de los protagonistas de ese modelo de regresión que, además de ejercer una violencia física y material minimizada u ocultada por defensores de la república, descalifican a quienes realizan esas observaciones críticas con el despectivo “ignorantes del campo”. Con extrema lucidez, el economista y periodista Julio Sevares escribió: “Respondiendo a las múltiples y típicas acusaciones de citadino que, por lo tanto, no conoce el campo: no hace falta vivir en el interior para conocer la macroeconomía del país, sin contar con que muchos de los propietarios viven más en la ciudad que en sus explotaciones y no son ‘hombres de campo’ sino empresarios que invierten en el negocio agropecuario. Si se aceptara la crítica, sólo un industrial podría hablar de la industria (y debería considerárselo un sufriente y transpirado trabajador), sólo un pobre podría opinar sobre pobreza y sólo un comerciante sobre comercio (y habría que considerar a Alfredo Coto un almacenero con riesgo de várices porque pasa sus días parado tras un mostrador)”.

En la intensa avanzada para regresar a un modelo para pocos, resulta ilustrativo reiterar conclusiones de un informe de la Cepal, organismo dependiente de la ONU que no puede ser acusado de “ignorante”, reproducido por esta columna el 29 de marzo del año pasado (“Forjadores de la Patria”). El libro de la Cepal Crisis, recuperación y nuevos dilemas. La economía argentina 2002-2007, compilado por Bernando Kosacoff, ofrece interesantes aportes a ese debate. Como muestra de que no encierra prejuicios contra el campo, en ese documento se destaca que “es sabido que el modelo agroexportador fue la estructura económica que acompañó la conformación y consolidación de Argentina como país entre la generación del ochenta y la década del veinte”. En ese libro, uno de los trabajos corresponde a los investigadores Cecilia Fernández Bugna y Fernando Porta (El crecimiento reciente de la industria argentina. Nuevo régimen sin cambio estructural), donde se presenta un valioso cuadro explicativo, en base a la Dirección de Cuentas Nacionales, sobre el aporte al crecimiento del PBI en el período 2002-2006:

- La industria manufacturera contribuyó con el 22,6 por ciento.

- El comercio, 17,1.

- La construcción, 15,0

- Transporte y comunicaciones, 14,9

- La actividad agropecuaria, 3,5.

Sólo la intermediación financiera, con apenas el 2,2 por ciento, en esos años todavía en recuperación luego de su quiebra con el corralito de Cavallo, aportó menos que el campo en ese vigoroso ciclo de crecimiento económico argentino. Otras cifras: en el período 2003-2006, el PBI creció un 8,8 por ciento promedio, el PBI industrial lo hizo en un 10,0 y el agropecuario en menos de 6,0 por ciento. Más cifras: en ese lapso, las exportaciones de productos primarios aumentaron un 134 por ciento, las de manufacturas de origen agropecuario, un 135 y las de manufacturas de origen industrial, un 127. Pero las exportaciones de vehículos aumentaron 220 por ciento y las de soja y aceite, 150. Sevares agrega que en materia de empleo también fue mayor el aporte de la industria. Menciona que según un informe de la Sociedad de Estudios Laborales de Ernesto Kritz, entre 2002 y 2007 el número de empleos formales en la industria aumentó un 54 por ciento y en agricultura y ganadería creció un 41. “La industria tiene el 17 por ciento del total de los empleos y el agro, el 5. Además, el 75 por ciento de los trabajadores del agro está en negro”, ilustra.

El argumento campero para relativizar esa exposición macroeconómica que surge de Cuentas Nacionales es que directa e indirectamente todas las industrias son viables gracias a la producción del sector agropecuario. Es una particular interpretación narcisista que requeriría de la modificación de textos de estudio y de normas internacionales sobre Cuentas Nacionales, iniciativa que podría formar parte de un nuevo reclamo de la Mesa de Enlace. Aunque deberían mencionar también que el campo no podría haber alcanzado su actual nivel de desarrollo y pujanza sin el aporte de insumos industriales, tecnológicos y de servicios de base industrial, como el transporte.

Variadas son las asignaturas pendientes para impulsar un proceso de cambio estructural del sector manufacturero, una estrategia de intensificación de la capacidad de innovación empresaria, un avance hacia una sociedad del conocimiento e investigación y un sector agropecuario integrado a una estructura productiva equilibrada. En definitiva, para impulsar un desarrollo económico sustentable. Pero el actual debate que se impone desde el discurso dominante no avanza sobre lo que hizo o dejó de hacer la administración kirchnerista en esa materia, sino en el deseo de retornar a un esquema económico agroexportador con predominio del poder político en manos conservadoras como en ese entonces.

azaiat@pagina12.com.ar

El triunfo de Chavez en el espejo


Por Carlos Benítez

Las derechas latinoamericanas se quedaron sin posibilidad de festejar la derrota de Chávez. El SI ganó por amplio margen en Venezuela, y el comandante tiene el camino despejado para la reelección, así como también los otros candidatos que tenían el mismo impedimento.

¿Por qué todas las derechas ven en Chávez el mal de toda la región? Entre muchas razones, hay una en particular: haberle dado a la inmensa mayoría del pueblo venezolano sus derechos, haberlos incorporado a la vida política del país, haberle dado un lugar definitivo en la nueva nación bolivariana. Eso es lo que no se tolera. Y la desesperación de que ese efecto no se propague por la región (como lo fue Perón en el ‘46).

La derecha argentina esperaba la noche del domingo 15 la derrota de Chávez para asociarlo con el gobierno de Cristina. Así lo ansiaban Macri, Solá, De Narváez, Carrió, López Murphy y el socialismo conservador de Binner. Se quedaron con las ganas; además, conociendo el paño y viendo que son bastante remisos para proponer, esperaban estirar unas semanitas con ese tema, para posar de comentaristas de cuantos micrófonos se les pusieran enfrente.

¿Es posible comparar el proceso bolivariano con el de la Argentina?

La verdad que no, pero hay algunas similitudes. La concentración mediática es similar, y luego de un inicio de romance, cuando se volvieron políticamente incorrectos, los mandaron pa’ Caracas (parafraseando la canción de la guerra civil española), con actitudes golpistas o destituyentes.

Ambos sistemas de partidos políticos tradicionales están en una crisis. Terminal en el caso de Venezuela (Copei, Acción Democrática, Podemos; entre otros). En Argentina, vamos hacia ese camino. Aquí y allá, lo nuevo no está claro. Y las oposiciones son meramente mediáticas, sostenidas en base a figuras (los citados antes por estos pagos; Ismael García, secretario general del PODEMOS, Julio Borges y el estudiante Juan Pablo López, en el caso venezolano). Sus discursos se caracterizan por ser muy virulentos y descalificadores de la figura presidencial, sin propuestas y vacíos de contenidos.

Si nos metemos con las estadísticas, algunas semejanzas sorprenden y mueven a la reflexión. Un par de datos, de los varios que leímos acá:

La pobreza en Venezuela alcanzaba el 50,4% de su población en 1998. Hoy se redujo al 33,6%.

La indigencia pasó, en el mismo período, del 20,4% al actual 9,6%.

La desocupación abierta, que en la crisis de 2003 tocó el 19% tras el intento de golpe de estado, hoy es del 10,2%.

A pesar de todas estas cifras, la brecha entre el 20% más rico y más pobre de perceptores pasó de 11,7 veces en el año 1999 a 10,4 veces en 2008. Apenas una mejora de 1,3.

Esta mejora muy leve del patrón distributivo a nivel nacional es un fenómeno que se puede encontrar aquí y en casi toda Latinoamérica. Y en Venezuela se le superpone un notable crecimiento de las asimetrías sociales medidas por ingresos. El futuro es todo un desafío. El peso de las exportaciones en las arcas de ambos países es significativo y si los cereales argentos han visto decrecer su rentabilidad extraordinaria habrá que recordar que el barril de crudo pasó de valer alrededor de 140 dólares, hace menos de un año, a escasos 37 y chirolas por estos días.

La dos naciones hicieron sus reformas constitucionales y aquí la diferencia es clara. En una fue para dar vuelta la página e iniciar el camino al socialismo en un sistema democrático. En el otro, fue para reelegir a Menem y seguir entregando el país al neoliberalismo y dejar desprotegida a la inmensa mayoría del pueblo argentino de sus derechos.

Entre diferencias y semejanzas, a los dos países les falta recorrer un largo camino para que todos sus ciudadanos tengan una vida digna, cada uno con su impronta.

En el caso argentino, sin medias tintas, la discusión es cómo hacemos para que esa aun enorme cantidad de conciudadanos que están por debajo de la línea de pobreza se incorporen en pleno a sus derechos como ciudadanos. Tenemos una buena oportunidad, ya que la región no muestra retrocesos políticos sino todo lo contrario. Además, la crisis internacional dejó sin argumentos a los saqueadores de siempre.

Todavía es posible retomar la iniciativa. Ojalá la presidenta tome las riendas de este debate y lo lleve hasta el final. Ese momento llegará cuando los millones de pobres empiecen a percibir, efectivamente, los frutos de estas discusiones y encarnadas en decisiones redistributivas para dejar de ser ciudadanos de segunda.

ENFRENTAR LA CRISIS CON UN MAYOR PROTAGONISMO POPULAR


Carlos Heller

La economía argentina se encuentra ante un panorama de desaceleración de la actividad, en un entorno internacional altamente crítico. Las razones por las cuales se atraviesa esta situación son varías, pero sin du-da existe un fuerte componente de expectativas que inciden en forma negativa, tanto en los productores como en los consumidores.

La intensificación de la crisis internacional en la segunda mitad del año que acaba de terminar, y las dificultades en pronosticar la duración e intensidad de este proceso, generaron temores en la población.

Ante esta situación, se han instalado distintos mitos: que hay que
consumir menos, ser precavidos, que hay que convencerse de que vendrán tiempos difíciles y renunciar a derechos adquiridos, porque en una crisis lo que menos se puede hacer es continuar con el ritmo de vida que se llevaba, etcétera.

La crisis se gestó en los países centrales, y no en los periféricos, aunque sin duda éstos sufrirán los efectos del menor poder de compra de esas economías centrales.Sin embargo, se instaló la percepción de que la economía argentina y la personal de cada ciudadano pasaron de la cima al abismo, de un día para el otro.

. Hay variados ejemplos de esta situación, pero el más claro es el de la industria automotriz, que de festejar hasta septiembre del 2008 los incesantes cumplimientos de récords históricos de ventas de automotores, ya declaraba el colapso de la producción automotriz un mes después.

Sin minimizar los verdaderos problemas que a futuro enfrenta esta industria, puede pensarse que el cambio de expectativas resultó extremadamente abrupto.

Una de las primeras respuestas de las empresas frente esta dificultad fue ajustar por el lado de los trabajadores. En muchos casos se morigeró este efecto perverso, pero ello se logró con beneficios o exenciones impositivas o previsionales para las grandes terminales.

Ante esta actitud cabe preguntarse qué sucedió con las ganancias generadas en este período récord. Resulta altamente improbable que se desvanecieran en el aire; la respuesta más aceptable es que continúa en pie la máxima neoliberal de determina que las utilidades no se discuten.

Y esta concepción de ganancias intocables pretende instalar otro de los mitos que, a mi entender, es uno de los más preocupantes, pues establece que para defender el trabajo hay que aceptar reducciones, congelamientos salariales o, en el mejor de los casos, el diferimiento de las paritarias, apremiando a los trabajadores a ser muy cautos en sus reclamos.

Desde el punto de vista ideológico, este mito logra poner en discusión los niveles salariales para no afectar las ganancias. Desde el punto de vista económico, la proposición se niega a sí misma.

Porque la mejor forma de defender el trabajo es fomentar la demanda, para que ésta sostenga la producción, y las empresas puedan mantener salarios y empleo.

Si el mito se convierte en realidad y los salarios caen, tanto en términos nominales como en términos reales, se produce una disminución de lá demanda, y de esa forma se genera una situación procíclica, que suma un efecto negativo a los que ya se evidencian por la crisis mundial.

De lo que se trata es, precisamente, de generar conductas anticíclicas, que defiendan la producción y por lo tanto el empleo.

La necesidad de aplicación de políticas anticíclicas lleva al análisis de las medidas implementadas por el Gobierno nacional en un paquete que se denominó "mantenimiento del empleo y fomento del trabajo", el cual irá evolucionando en el tiempo de acuerdo con las necesidades de la economía, según las declaraciones de la Presidenta de la Nación.

Respecto de este plan, que está conformado por una serie de medidas anunciadas en distintos momentos, me parece altamente interesante analizar las ideas de políticas económicas que lo surcan, más allá del impacto que pueda tener en la economía, que aparenta ser promisorio.

La primera cuestión general a evaluar es que este plan muestra un cambio significativo en el manejo de la economía, comienza a aparecer el Gobierno interviniendo en forma decidida, aplicando políticas activas y de acuerdo con un plan de fomento.

Todavía falta avanzar mucho en el diseño de una verdadera política de fomento productivo, que permita establecer los li-neamientos a largo plazo, genere condiciones de previsibilidad y fomente la inversión en las empresas privadas (aun en momentos tan cambiantes como el actual, la previsibilidad puede estar en la posibilidad cierta de recibir ayuda estatal en los momentos de dificultades).

El plan en marcha se orienta en esta dirección.

Tres son las herramientas de política económica que me interesa analizar. La primera de ellas es la condición de mantenimiento del empleo que es impuesta a las empresas para recibir los distintos subsidios y beneficios de los programas. Esta decisión indica atar una promoción otorgada por el Estado a un compromiso de la empresa que excede el objeto del subsidio, pero que genera una ganancia para toda la sociedad. Si bien esta cuestión parece obvia, no existió en los pocos instrumentos de promoción de gobiernos anteriores, y por ello es un paso adelante.

La segunda herramienta que se está utilizando en este plan es la segmentación de políticas, favoreciendo a determinados sectores y actividades, en general intensivos en mano de obra, y enfocadas hacia las pymes.

Varios son los ejemplos que merecen ser mencionados: uno de ellos es el régimen especial de regularización del empleo no registrado, que se orienta prioritariamente a las pymes dado que otorga beneficios al empleador que regulariza hasta diez trabajadores.

Otro ejemplo es el programa de obras locales de acción inmediata, en especial viviendas, que forma parte del Plan Estratégico de Infraestructuras; este programa posee un impacto económico en el corto plazo y potencia el fuerte efecto multiplicador de la construcción, dado que estas obras serán ejecutadas exclusivamente por pymes y cooperativas, con una gestión descentralizada del Gobierno nacional y un impacto específico a nivel local.

Otro ejemplo es la prórroga del régimen de inversión y promoción a la industria nacional de bienes de capital y maquinaria agrícola, que si bien no posee normas específicas de segmentación, está orientada a un sector integrado fundamentalmente por pymes, pues más del 90% de las empresas que han sido beneficiadas en años anteriores poseen esta característica.

Sin embargo, esta segmentación se encuentra ausente en la definición de la moratoria impositiva; en el caso de las pymes la moratoria puede quitar una mochila de deudas fiscales que aún muchas de ellas arrastran como herencia de la crisis del 2001, bajo un sistema impositivo que no es amigable para este tipo de empresas.

Por el contrario, resulta discutible el beneficio de otorgar el perdón impositivo a los grandes empresarios y conglomerados que no han cumplido con sus obligaciones, situación que no fue resultante de una estrategia de subsistencia como lo fue para muchas pequeñas empresas.

La tercera herramienta de política económica que deseo resaltar es la intervención del Estado en la orientación del crédito otorgado por los bancos hacia actividades y sectores específicos, utilizando el fondo de garantía de la ANSES.

Es el caso de las licitaciones de plazos fijos de la ANSES que se dedican a financiaciones orientadas a fomentar el consumo, la inversión y prefinanciar exportaciones. Esta modalidad implicó un fuerte cambio en el mercado de capitales, que estaba sustentado principalmente por las AFJP, que disponían sus operaciones según los rendimientos.

Ahora opera el Estado con un concepto diametralmente opuesto: se invierte para generar crédito a tasas accesibles, regulando las tasas de interés de operaciones específicas, y redireccionando el crédito hacia los bancos que ofrezcan aplicarlo según el plan del Gobierno y a las tasas más bajas.

Además, esta participación estatal brinda una señal valiosa para que el mercado financiero comience a bajar las altas tasas de interés por préstamos que existen en la actualidad. Como se expresó, el diseño conceptual de las políticas es muy favorable, aunque adolece de una característica que debería orientar la elaboración de estas medidas, que es la suficiente discusión con los distintos sectores de la sociedad, en un diálogo que debe incorporar nuevos actores sociales y políticos con un claro sentido de la amplitud.

Hay que enfrentar esta situación con un mayor protagonismo popular, condición indispensable para que los problemas macroeconómi-cos se resuelvan a favor de las grandes mayorías, prio-lizando a los sectores más vulnerables y afectados (Diario BAE 19-01-2009)

Los docentes y los medios

Nuevamente el debate sobre el papel de los medios y sobre la actitud que los diferentes sectores y actores de la sociedad pueden o deben tener frente al sistema masivo de medios. Una polémica sobre el poder, la educación y la construcción de sentidos.
Por Horacio Ghilini *

Es nuestra convicción dar cada vez más importancia a la relación Educación-Comunicación, es decir, Escuela-Medios Masivos. Estamos convencidos de que el docente está cada vez más necesitado de “manejar” las reglas de juego y tecnologías comunicativas, no desde el recurso didáctico de “usar” los medios, sino desde la necesidad de “reverlos”. Tanto en defensa de su rol como trabajador de la educación como fomentando el espíritu crítico, dándole batalla desde el aula al flagelo de la masificación.

Hace ya varios años nos decíamos con dolorosa ironía “los docentes enseñamos a leer a los niños, mas no sabemos leer nuestro propio recibo de sueldo”, en clara alusión a la necesidad de crecer en conciencia de nuestros derechos. Hoy, con una escuela que compite en desigualdad de condiciones con la televisión y con Internet, necesitamos aprender a leer el lenguaje audiovisual de las nuevas tecnologías. El hábito de nuestros educandos es “el videoclip y el zapping”.

En este contexto, invito a los docentes a confrontar, influir y construir –poniéndoles “valor agregado” a nuestras palabras– entre las llamadas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y su influencia en el aprendizaje dentro de la escuela. Confrontar con el modelo de exclusión, de una Argentina para pocos, de la eficiencia llevada al grado superlativo, de la especulación financiera, del neoliberalismo social donde “los más aptos sobreviven”, de la escuela de la competencia en contra de la solidaridad, del cientificismo sin trascendencia. Influir ante un gobierno que, cuando acierta, requiere respaldo; cuando duda, requiere aportes; y cuando se tienta con volver a las cómodas recetas del ajuste ortodoxo, requiere firmeza de los trabajadores. Construir con los compañeros, porque únicamente la organización vence al tiempo y no sólo trasciende a ministros, sino también nos trasciende a nosotros mismos.

De ahí que nuestra consigna en el plano de la cultura sea “agreguémosle valor a las palabras”. Y esto desde la doble acepción del concepto de valor, es decir, palabras valiosas y palabras valientes. Por ejemplo, educación liberadora es un concepto valioso, porque nos remite a replantearnos los fines de la educación y a salir de la trampa neoliberal, que la analiza exclusivamente desde la gestión. Pero al mismo tiempo, hablar de liberación requiere un grado de valentía, pues supone denunciar la opresión, la dependencia, la colonización pedagógica y la desinformación. Si anhelamos una Argentina sin excluidos es porque queremos una sociedad de pleno empleo. En consecuencia, es preciso que tomemos conciencia de que solamente lo lograremos a través del sostenimiento de un perfil productivo integrado, diversificado y de alto valor agregado.

Hoy en día se ha desplazado el centro de gravedad del control social desde la escuela hacia los medios masivos, en especial la televisión. Esto implica que los centros de poder invertirán más en la “TV basura” que en la educación. Es contra este antimodelo cultural que debemos confrontar. Para poder revertir esta situación debemos desde el sector educativo influir en la redacción de la próxima ley de radiodifusión. Necesitamos una ley que garantice el derecho a la información de los ciudadanos; así como tenemos una democracia política y queremos una democracia económica, también hay que plantearse la democracia al acceso a la información.

En este sentido, es importante recordar que hay sectores de poder que no quieren que el Estado ni la comunidad desarrollen conocimiento a través de la escuela, ya que esto es susceptible de ser conducido de un modo popular. Se les hace mucho más fácil controlar la sociedad a través de medios de comunicación concentrados y tecnologías difíciles de manejar. Entonces, la escuela tiene una competencia fuerte y la ley de radiodifusión tiene que contemplar esto, porque el rol de los medios masivos debe estar enfocado a ayudar al sistema productivo.

En definitiva, es imprescindible que los docentes nos apropiemos de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, no sólo como recurso didáctico para utilizarlos en el aula, sino más bien para comprender los metalenguajes, la construcción simbólica. De este modo, lograremos decodificar y adquirir una posición crítica ante los medios de comunicación.

Promovamos la Formación en la Recepción Crítica de Medios, para evitar una sociedad idiotizada y masificada. Intentemos construir una comunidad en donde cada uno sea artífice de su propio destino y no objeto de la ambición de nadie.

* Secretario general de Sadop (Sindicato Argentino de Docentes Privados). Secretario de Estadísticas, Registros y Defensa al Consumidor de la CGT.

Tartagal es el nombre de un dolor nacional

Jorge Giles

Tartagal es el nombre de un dolor reciente. Una tragedia navegando
rabiosa por las aguas del río amarronado, arrastrando lodo, puentes,
árboles, casas, animales. Se escapa de su cauce hasta llevarse mujeres
y hombres a empellones. No puede contenerse y desbarranca, inundando
los sueños de un pueblo tan alegre como corajudo.

Esta tierra es la tierra de los pájaros, del palo santo, de los
hermanos wichi, chorotes, tobas, chulupís, tapiaté y guaraníes. Aquí
habita el mineral que nos hizo fuertes, la noble madera, la cosecha
frutosa, el algarrobo y el cedro.

Y en estos días, antes de la tragedia, supo habitar el compromiso y el
arte de un Teatro de la Salud que andaba por las plazas enseñando a
prevenir el dengue, aquí en Tartagal. Pero el río manso se volvió
furioso y no tiene orillas cuando se desborda, no sabe de funciones
teatrales ni del Corso carnavalero que se desperezaba bajo la tenue
lluvia que venía cayendo. Fue como si las Sierras de San Antonio se
echaran a correr por sus laderas hasta cabalgar las aguas del río
Tartagal.

Cuando amaine la lluvia y el dolor, habrá que volver hasta el cerro
para preguntarle y preguntarnos si acaso fueron los desmontes los que
lo empujaron, lo empobrecieron, lo enlodaron. Ningún sembradío
criminal podrá justificar una sola muerte, un solo ahogado, un solo
desaparecido, una sola lágrima. Quizá el cerro no sabía que allá abajo
el carnaval del pueblo preparaba sus máscaras, pero tendrá muchas
heridas para que ruja como lo hizo. Que la tragedia no quede impune,
para que la patria no se convierta un día en esta Tartagal que hoy nos
duele a todos.

El fantasma de Manuel Castilla, el gran poeta salteño, andará por las
barriadas arrasadas diciendo como decía que "ese que va por esa casa
muerta y que en la noche por la galería, recuerda aquella tarde en que
llovía, mientras empuja la pesada puerta; ese que ve por la ventana
abierta, llegar en gris, como hace mucho el día y que no ve que su
melancolía, hace la casa mucho más desierta"

Sin importunar la poesía, debemos honrar la memoria y acordarnos de
los tiempos que en circunstancias trágicas como la que hoy sufre
Tartagal, el país de los argentinos supo tener gobiernos presentes
para privatizar y empobrecer pero ausentes en la hora de la desgracia
provocada. Eran muchos los látigos del olvido y la desidia. Que no es
de nuestra competencia, que este es un país federal, que no tenemos
jurisdicción nacional, que no tenemos presupuesto suficiente. Eran la
letanía impúdica de Menem y De La Rúa, en los tiempos en que Argentina
fue el conejillo de indias preferido del neoliberalismo, como dijo la
Presidenta. A ese país injusto ya no queremos volver.

Por eso, quizás sólo es de buena gente valorar que el Estado hoy ponga
el cuerpo y que un ministro de la Nación, Florencio Randazzo, confiese
ante la prensa "estamos en Tartagal porque nos ordenó la Presidenta" y
Alicia Kirchner, a la pregunta sobre cuánta ayuda daría la Nación ante
esta tragedia, con emoción respondiera "toda la que fuese necesaria,
toda". Y que Néstor Kirchner se sume con un gesto militante,
convocando para que la solidaridad vuelva a ser un patrimonio de todos
los argentinos.

El Estado sirve cuando estamos tristes. Sirve cuando se hace presente
y comparte el dolor con lo que tiene a mano, como lo hace ahora.
Cuando reconstruye lo destruido y canta con el poeta, "ese que
amanecido con el vino, se arrima alucinado al mandarino y con su
corazón lo va tanteando, ese ya no es, aunque parezca cierto, es un
Manuel Castilla que se ha muerto y en esa casa está resucitando".

Los aliados posibles y el enemigo principal

Por Norberto Galasso *

Días atrás, se publicaron en este diario notas de opinión de Hugo Barcia y Alcira Argumedo referidas a declaraciones de Pino Solanas donde responsabilizaba por la mortalidad infantil no sólo al Gobierno, sino también a “cómplices, mentores intelectuales, etc.”, entre los cuales se hallaría el grupo Carta Abierta. Alcira no refutó las apreciaciones correctas de Barcia sobre la mortalidad infantil, sino que fundamentó el furibundo antikirchnerismo de Proyecto Sur en siete puntos, entre los cuales los puntos 2, 3, 4 y 6 corresponden a uno solo: la política del Gobierno respecto a los recursos naturales; el punto 1 se refiere al Tren Bala, proyecto que puede considerarse frustrado, el 4 al blanqueo de capitales y el 7 a la prórroga de las licencias a los medios de comunicación. Además, ratificó las críticas de Pino a Carta Abierta. Estas posiciones no son nuevas en Proyecto Sur: en La Nación, Pino ha señalado que “Kirchner es un traidor a la patria e hipotecó el futuro” (29/9/2007), en Perfil sostuvo que “Kirchner continúa a Menem” (20/5/2007) y últimamente calificó a este gobierno de “antinacional y antipopular”. Si esto lo pregonasen Altamira, Ripoll o Alderete, no escribiría estas líneas pues la izquierda abstracta, liberal o antinacional, como se la quiera llamar, se ha especializado, desde Yrigoyen hasta hoy, en ser funcional a la reacción, en nombre del socialismo y sólo la izquierda nacional ha sabido comprender a los movimientos nacionales cabalgando a su lado mientras intentaba mantener su independencia política, ideológica y organizativa, aunque también allí hubo claudicaciones como la de Ramos frente al menemismo. Pero como estas críticas (confundiendo al posible aliado con el enemigo principal) provienen de compañeros con los cuales hemos transitado caminos de lucha, como en el frustrado Proyecto Sur de 2002/03, alguien que pertenece a las bases de Carta Abierta, orienta la Corriente Política E. S. Discépolo y dirige el periódico Señales Populares, se ve obligado, con el dolor que provoca criticar a antiguos compañeros, a intervenir en la polémica.

A las críticas de Alcira, podemos oponer:

1) La avanzada política de derechos humanos del kirchnerismo.

2) La avanzada política latinoamericana que contribuyó a hundir el proyecto del ALCA, que desde el Unasur contribuyó a evitar el golpe de Estado en Bolivia y que ha logrado la simpatía y apoyo de Chávez y Fidel, quienes, según parece, saben algo de imperialismo y cuestión nacional.

3) La depuración de la Corte Suprema de Justicia con la incorporación de figuras de capacidad y conducta incontrovertible.

4) El recupero de los aportes previsionales al tomar las AFJP, dando un fuerte golpe al poder financiero.

5) La reconversión de una economía de especulación por un modelo productivo que permitió una importante disminución de la desocupación y la pobreza.

6) El intento de redistribuir el ingreso a través de la Resolución 125, afectando la renta agraria diferencial, en el mismo sentido que lo hizo Perón en el ‘46 a través de los tipos de cambio selectivos. (En este caso, no vale el argumento de Alcira acerca de la votación de Lozano, pues la AFIP (resolución 1898/2008) inició acción contra las grandes exportadoras por los 1700 millones de pesos evadidos (El Cronista, 22/1/2009). Y aun cuando no lo hubiera hecho, esto obligaba, por lo menos a la abstención y no a ser cobertura de izquierda de la nueva Unidad Democrática que están conformando Carrió, Morales, López Murphy y otros.)

7) El recupero del rol del Estado: en Correos, Aguas, transporte aéreo, astilleros, algunos ramales ferroviarios, proyecto de tomar la fábrica de aviones de Córdoba y el canal Encuentro.

El kirchnerismo es pues todo esto y es también buena parte de lo que dice Alcira, como ocurre normalmente con los movimientos nacionales en gestación, policlasistas, contradictorios, clientelistas, pragmáticos, conciliadores, con “amigos del poder” que hacen negocios. ¿Se lo tenemos que decir nosotros, desde la izquierda nacional, justamente a los peronistas? Diría Jauretche, ¿dónde se ha visto que los hijos enseñen a los padres cómo se hacen los hijos? ¿Qué hubiera hecho Pino cuando Perón se negó a expropiar a la corrupta y recorrupta CADE? ¿Hubiera dicho que era “un gobierno antinacional y antipopular”? Claro, desde la izquierda abstracta es fácil decir, ¿por qué Perón no desarrolló fuertemente la minería?, ¿por qué apenas dio el puntapié inicial con Somisa cuya primera colada es de la época de Frondizi? ¿Y el contrato petrolero con la California? ¿Habría dicho acaso: “¡Qué antinacional y antipopular es este Perón!”? Pino dice en otro artículo: “Perón no estaría hoy en el PJ”. Yo pregunto: ¿era mucho mejor el PJ del ‘54? ¿No había entonces “amigos del poder” que hacían negocios? ¿Quiénes eran Jorge Antonio y Silvio Tricerri? ¿O entonces resulta que Codovilla tenía razón siendo funcional al imperialismo para que sanease a la Argentina emporcada por los “negros peronistas” del ‘45?

Por otra parte, somos ya lechuzas demasiado cascoteadas para entrar en la moralina boba de la Carrió: la corrupción es intrínseca al capitalismo y cuando está la reacción en el poder disimula sus negocios con leyes a su conveniencia; cuando estamos los del pueblo algunos violan esas leyes y hacen sus negocitos. Pregúntenle a Chávez, que sabe de esto, como también de la clase media de Caracas escandalizada moralmente, aunque, igual que la nuestra, evade impuestos con toda naturalidad.

Por momentos me asombro, porque parece que hay que enseñarles peronismo a los peronistas. Ningún gobierno, decía Perón, cumple el 100 por ciento de los objetivos nacionales y populares, porque está el enemigo que también es fuerte. Cuando cumple el 50 por ciento o más ya el balance es favorable. Jauretche le decía a Jorge Del Río cuando se deslizaba a la oposición porque Perón no expropiaba la CADE: “Es importante, sí, pero usted no puede ver la historia por el agujerito de la cerradura de la CADE”.

El balance general es el que interesa. Escuchen esto mis viejos y queridos amigos: “Hay muchos actos, y no de los menos trascendentales por cierto, de la política interna y externa del general Perón que no serían aprobados por el tribunal de las ideas matrices que animaron a mi generación. Pero de allí no tenemos derecho a deducir que la intención fuese menos pura y generosa. En el dinamómetro de la política, esas transigencias miden los grados de coacción de todo orden con que actúan las fuerzas extranjeras en el amparo de sus intereses y de su conveniencia. No debemos olvidar en ningún momento –cualesquiera sean las diferencias de apreciación– que las opciones que nos ofrece la vida política argentina son limitadas. No se trata de optar entre el general Perón y el arcángel San Miguel. Se trata de optar entre el general Perón y Federico Pinedo. Todo lo que socava a Perón, fortalece a Pinedo, en cuanto él simboliza un régimen político y económico de oprobio y un modo de pensar ajeno y opuesto al pensamiento del país” (1947). No hace falta que te diga a vos, Pino, que hiciste recientemente una película sobre “los hombres que están solos y esperan”, que el autor es Raúl Scalabrini Ortiz. Por eso, como decía Jacques Prevert, es muy peligroso dejar que los intelectuales jueguen con fósforos porque, retomando a Jauretche, combatir lo bueno (“desgastando”, creando “clima destituyente”) puede significar que en vez de lograr lo mejor, sirvamos para que vuelva lo malo.

En esta Argentina de hoy hay que luchar para profundizar este proceso, cabalgándole al lado, marcando críticas, proponiendo soluciones superadoras, empujando, pero no atacando desde enfrente, presionando para que fracase, porque la única opción que hay hoy la conocemos y viene de lejos: Bullrich Luro Pueyrredón, Pinedo, Estensoro, López Murphy, Grondona, Anchorena, los grandes pulpos mediáticos... y el Tío Sam.

Por esta razón, Proyecto Sur debería sumarse a Carta Abierta en vez de arrojarle críticas y trabajar desde allí, para incorporar a la lucha a los sectores populares, para movilizar, exigiendo al Gobierno que profundice lo realizado, porque –y vuelvo a decir, me da vergüenza explicarlo a compañeros de larga militancia– aquí hay una cuestión nacional argentina y latinoamericana por resolver. Y estamos frente a una oportunidad como nunca tuvimos antes. Lo saben Fidel, Chávez, Evo, Correa y muchos otros y lo intuyen los pueblos. Quienes socaven este proceso –con planteos que desconocen la correlación de fuerzas existente– asumen una grave responsabilidad si se frustra esta gran oportunidad para ir dando pasos hacia una América latina unida y soberana, marchando en el camino del socialismo del siglo XXI.

* Historiador y ensayista.

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“La ley de Radiodifusión es la madre de la batalla cultural”

Mariotto:"Es difícil pensar que la comunicación no es cultura"


"Van a decir que los intentamos silenciar, pero como militantes vamos a llevar esto hasta las últimas consecuencias"

Más que preocuparnos por definir el cuándo de la nueva ley de Radiodifusión acá lo importante es la construcción previa. Eso significa potenciar la etapa donde se explica a cada ciudadano cuales serán los beneficios de contar con una nueva ley, dijo en su estadía en la ciudad de Resistencia, provincia de Chaco este 30 de Enero, el titular del Comfer Lic. Gabriel Mariotto quien asistió a una charla sobre "Cultura, Política y medios de comunicación" en compañía del ex canciller Dr. Rafael Bielsa. Del encuentro participó el titular de Acoprofm y Asfera, Mariano Rojas representando a la CONFEDERACIÓN DE RADIOS ARGENTINAS, recientemente formada en Corrientes Capital.

Es muy difícil pensar que la cultura no es comunicación o que comunicación no es cultura y es por eso que la política debería ser un capitulote esa cultura donde se entiendan las acciones sociales que tiendan a enlazar lo que en la realidad se viven entrelazadas pero que sin embargo se las trata por separado.

Estas charlas son como pararrayos donde se descarga mucha realidad y se toma lo que sucede hacia adentro del país es por ello que considero que se debería hacer estos encuentros con mayor asiduidad para no sacar los pies de la tierra, definió finalmente en declaraciones a enviados especiales de este medio.

"Siguen insistiendo permanentemente en la falta de libertad de prensa, cuando, en realidad, lo que hay es una actitud de construcción política permanente", agregó el funcionario.

"El cambio viene de la política y la sociedad le da contexto y acompaña sintiéndose interpretada y recuperando su autoestima. Es entonces cuando el medio de comunicación debe venir atrás de la sociedad", sentenció. "es prioritario debatir el proyecto de Ley de Radiodifusión" y afirmó que "hay comunidades y organizaciones que hoy se ven imposibilitadas de emitir su propia voz".

Mariotto dijo también en declaraciones a Télam que "el instalar el debate de la ley es un tema prioritario de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner" y consideró que "la federalizacion del debate es muy importante".

En ese sentido dijo que la nueva Ley de Radiodifusión "es una deuda pendiente de la democracia" y que "es necesario avanzar hacia un nuevo esquema comunicacional" Mariotto destacó además la apertura de una radio en una escuela de Misión Nueva Pompeya. "Es importante que en el corazón del Impenetrable chaqueño se pueda tener un medio de comunicación", sostuvo.

Destacó que el proyecto de Ley de Radiodifusión establece un 70% de producción local. "Ahora no solamente están cercenando las voces, sino que están dejando sin trabajo a locutores, operadores y periodistas".

"Van a decir que los intentamos silenciar, pero como militantes vamos a llevar esto hasta las últimas consecuencias", advirtió el titular del Comité Federal de Radiodifusión.

Al concluir, Mariotto manifestó que esta lucha, la nueva Ley de Radiodifusión, "no es contra nadie, es a favor de la expresión y comunicación de todo un pueblo".

"Será difícil, pero vamos a lograr la democratización de los medios de comunicación, con el compromiso de nuestra presidenta y el acompañamiento de nuestra sociedad".

"No hay que resignarse a que el diseño actual sea eterno" y anunció que "los cambios no vendrán nunca de los medios, sino de la sociedad con organización". Además, recalcó que hay que "llenar la

Patria de emisoras que tengan legalidad, que sean la expresión de nuestros orígenes". "Cuando los que emiten son muchos, eso garantiza la pluralidad", resaltó el interventor del COMFER.

Mariotto firmó esta tarde en Resistencia un convenio con el gobernador Jorge Capitanich (PJ)

Gabriel Mariotto, se reunio este 31 de Enero en la ciudad de Corrientes con periodistas, comunicadores y empresarios de medios de comunicación, en el ámbito de un encuentro que organiza la Asociación de Periodistas de Corrientes, con el auspicio de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa.



PRENSA ARBIA-Acoprofm -Asfera-ARAMI-CONFEDERACION DE RADIOS ARGENTINAS

Foro en defensa del Proyecto Nacional y Popular

El Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, fue el invitado especial del primer Foro en Defensa del Proyecto Nacional y Popular, que contó con más de 250 militantes.