“Esta elección es a todo o nada”


ENTREVISTA A RICARDO ROUVIER

Por Juan Salinas

Gentileza Revista Zoom

Consultor del gobierno y miembro de Carta Abierta, Rouvier afirma que el kirchnerismo seguirá siendo la primera minoría tras los comicios del 28 de junio pero se verá obligado a implementar una política de alianzas, si los resultados no alcanzaran para mantener el quórum propio en el Congreso.

Ricardo Rouvier trabaja para el Gobierno pero mantiene su independencia de criterio, su capacidad crítica y propositiva. En momentos muy complejos para el kirchnerismo en Capital Federal, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, sostiene que debe jugarse a fondo y no sólo reemplazar las leyes de medios audiovisuales y entidades financieras heredadas de la dictadura, sino también poner a consideración de la sociedad una reforma impositiva progresiva para conseguir que, de una vez por todas, paguen más los que más tienen. En cualquiera caso, postula, el kirchnerismo seguirá siendo la primera minoría pero deberá darse una política de alianzas.

—¿Cómo caracterizás esta encrucijada política?

—Precisamente así: es una encrucijada. Argentina se encuentra hoy en un punto culminante en la lucha por el poder. Desde 2003, el dominio lo tiene el kirchnerismo, que hasta el conflicto con el campo acumuló poder. El kirchnerismo fue un emergente casi azaroso de la crisis de 2001. La retirada de Menem de la contienda para evitar la derrota en la segunda vuelta de las elecciones hizo que Néstor Kirchner asumiera el gobierno con poco más del 22 por ciento de los votos, a pesar de lo cual rápidamente adquirió mucha popularidad, sostenido por el consenso de la opinión pública y con pleno apoyo del duhaldismo de la provincia de Buenos Aires. La ruptura con el duhaldismo no interrumpió ese proceso de acumulación, que recién se amesetó con la reaparición de la inflación y se interrumpió cuando estalló el conflicto en torno a las retenciones a las exportaciones de soja. Fue un punto de inflexión tras el cual el kirchnerismo empieza a abandonar las ideas de transversalidad y concertación, viendo que no le daban las suficientes garantías para mantener el poder. Y se produce el fenómeno de pejotización al que asistimos. Un proceso que comenzó casi imperceptiblemente antes de las elecciones del 2007, y que hace que, a partir de entonces, el kirchnerismo no sume más poder. Por el contrario, el conflicto con el campo le hizo perder consenso entre las clases medias, y al mismo tiempo se produjo un quiebre hacia adentro, en el apoyo compacto del Partido Justicialista. Porque si bien el PJ acompañó en el Parlamento al Gobierno, hubo dudas de senadores y diputados. De otro modo no se hubiera llegado a un empate en el Senado. Desde entonces empezó a producirse un drenaje hacia afuera, por izquierda y por derecha.

—¿Quiénes son unos y otros?

—Por derecha, el pankirchnerismo: el kirchnerismo extendido a los “radicales K”. Y hacia la izquierda, Libres del Sur y (Miguel) Bonasso. La pérdida de estas alas hace que el kirchnerismo quede mucho más acotado al Partido Justicialista.

—El conflicto con el poder sojero y los ruralistas fue un punto de inflexión…

—Para la idiosincrasia peronista, el conflicto fue demasiado largo. El peronismo en general tiene una concepción de que los conflictos deben ser de corta duración, que deben ser resueltos rápidamente. Y el conflicto con el campo lleva más de un año, un tiempo muy largo para un PJ que además se ve en contradicción con algunas bases consensuales en el interior del país como en Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Eso llevó a la ruptura con (Carlos) Reutemann y con (Juan) Schiaretti.

—Ya antes se había peleado con un aliado natural, Luis Juez.

—Sí, pero en grandes líneas podemos decir que el kirchnerismo acumuló poder hasta el conflicto con el campo, y que a partir de su estallido, comenzó a sufrir un proceso de desgaste y desagote, de pérdida de poder. Por lo que hoy enfrenta las elecciones legislativas planteándolas como plebiscitarias. Si bien no son propiamente plebiscitarias, no cabe duda de que son elecciones de relegitimación del poder kirchnerista y se presentan como cruciales. El mismo kirchnerismo las presenta así, agitando la palabra clave en una elección legislativa de medio período, la palabra “gobernabilidad”. El mensaje del Gobierno es claro. Pone en juego la mitad de sus diputados y plantea que si no obtiene una cantidad similar, tendrá problemas de gobernabilidad.

—Pero, salvo un imprevisto, es casi seguro que perderá diputados…

—Para tener la misma cantidad de diputados, evidentemente tendría que hacer una muy buena elección. Sacando el 40 por ciento de los votos a nivel nacional no sería difícil que pudiera lograr los mismos 60 diputados que pone en juego. Hoy las encuestas marcan el triunfo del kirchnerismo como primera minoría pero en proporciones en las cuales no lograría tener la misma cantidad de legisladores nacionales. Lo que no se sabe, nadie lo sabe, es de cuánto sería la pérdida.

—¿Cómo ves a la oposición?

—Está en una etapa de cierta reorganización, pero también es muy criticada. Hay una lucha en la cual ninguna fuerza tiene el dominio completo del país. No estamos en la época del bipartidismo, ni en la época en la que el oficialismo tenía el 48 o el 50 por ciento de los votos, ni a fines del 2007 cuando con el 45 por ciento Cristina hizo una gran elección. El kirchnerismo está por debajo de eso, y la oposición está fracturada, atomizada, sin una fuerza que tenga un posicionamiento nacional. El PRO es fuerte en la Capital, donde gobierna, y avanza hacia la Provincia de Buenos Aires con el properonismo —con el problema que representa la omnipresente sombra de Duhalde detrás— pero casi no existe en el resto del país. Y la Coalición Cívica tiene un posicionamiento en la Capital y es la tercera fuerza en la provincia, también tiene algo en Santa Fe —donde quizá haga una alianza con (Hermes) Binner— y algo en Córdoba, pero tampoco tiene un verdadero posicionamiento nacional.

—En este contexto ¿cuáles son las alternativas?

—¿El peronismo será oficialismo y oposición y la Coalición Cívica será la tercera fuerza? ¿O la Coalición Cívica logrará conservar su posición de segunda fuerza como en octubre de 2007? Esa es la duda, porque no la hay acerca de que el kirchnerismo seguirá siendo la primera minoría. Lo que está en juego es de qué tamaño será esa primera minoría.

—El gobierno plantea que esta es una elección crucial, que en ella se juega el destino nacional. ¿Y la oposición?

—No plantea nada muy distinto. Se queda quieta ante ese planteo porque prevé que el oficialismo no podrá lograr todo a lo que aspira. No está haciendo ninguna propuesta. Simplemente se deja llevar por lo que llamo “el contraciclo K”. Considera que estamos transitando los finales de un ciclo y se posiciona en ese sentido, sin tener ninguna propuesta de poder. Se limita a ponderar el diálogo, propone una salida organizada, levanta los valores de la democracia, los valores institucionales clásicos sobre los que se asienta la clase media. Quizá estemos asistiendo una vez más a una situación en la cual los valores de la clase media vuelven a ser dominantes. Un proceso en el cual los medios de comunicación juegan un papel central. Porque juegan en línea con la clase media.

—Una clase media que a suele actuar en contra de sus intereses materiales en procura de la gratificación simbólica de creerse parte de los dueños del país, lejos de las oscuras mayorías que pueblan los arrabales. Pero hubo momentos en que las clases medias postulaban otro tipo de alianzas. Por ejemplo, en 2001, cuando se cantaba aquello de “piquete y cacerola / la lucha es una sola”.

—Eso se acabó hace rato. La alianza de las clases medias con los sectores populares que se había forjado en 2001 se rompió con dos conflictos del Ejecutivo: con la administración pública —particularmente lo del INDEC— y con el campo. Dos conflictos que se prolongaron mucho en el tiempo, lo que fue y es muy perjudicial en términos electorales.

—¿Qué es lo que el medio pelo más abomina de los Kirchner?

—A la clase media le preocupan mucho los procedimientos, las formas, las buenas maneras. Considera que las que utiliza el kirchnerismo para gobernar son formas “canallas” y las contrapone a “las buenas maneras”, esas que son acentuadas y elogiadas por los medios de comunicación. Con una insistencia tal que empalidecen las reformas hechas a partir de 2003, que son muchas, profundas y yo estoy personalmente convencido de que en el futuro serán reconocidas, que pasarán a la historia.

—Desde tu perspectiva, ¿qué tiene que hacer el kirchnerismo?

—Debe cumplimentar todo lo estipulado en las normas y gobernar sí o sí hasta el 2011. Si los resultados no son todo lo favorables que se pretenden, deberá implementar una política de alianzas.

—¿Ir hacia un sistema parlamentario en reemplazo del presidencialista?

—Eso es lo que plantea (Raúl Eugenio) Zaffaroni: como las candidaturas testimoniales ponen en tensión el sistema presidencialista que es culturamente el tradicional, propone pasar a un sistema parlamentario. Y es que el problema lo vamos a tener ahora en el parlamento. Necesitamos que el kirchnerismo, que será la primera minoría, tenga quórum propio para poder gobernar. Lo que implica que si no alcanzan los diputados kirchneristas, hay que tener una política de alianzas. Mi opinión es que es posible y deseable. Y que habrá que desplegarla cualquiera sea el resultado.

—Zaffaroni plantea que la crisis del presidencialismo no es un problema argentino sino suramericano…

—No es desatinado. Fijate lo que pasa en Bolivia, donde hay una tensión entre el proyecto político de transformación que lidera Evo Morales y un sistema electoral que obliga a que todos los años haya que relegitimar el modelo. Hay ahí mucha tensión. Tanta que indujo a Evo Morales a hacer algo inusitado: una huelga de hambre en el Parlamento.

—Casi nadie fuera del kirchnerismo creía posible que se planteara una Ley de Medios Audiovisuales en reemplazo de la todavía vigente Ley de Radiodifusión, en realidad un decretazo de la dictadura. Sin embargo…

—El Gobierno la impulsa para redoblar la apuesta. Es una ley que electoralmente no le conviene, pero la puso en juego para afirmar un modelo de pensamiento, un modelo ideológico. Es una apuesta estratégica. Se resolverá después de las elecciones, pero el debate ya está instalado.

—Carlos Heller plantea que, además, el Gobierno debe plantear la derogación de la Ley de Entidades Financieras que le da carta blanca a los bancos. Una ley que en realidad es un decreto que también data de la dictadura y es conocida como Ley Martínez de Hoz.

—Estoy de acuerdo con él. Y plantearía una cosa más que no fue planteada en la campaña electoral del 2007: una reforma impositiva. Si se trata de redoblar la apuesta y jugar a todo o nada, creo que hay que hacerlo a fondo. Y por lo tanto poner a la sociedad a debatir una Ley progresiva, por la cual paguen más los que más tienen. Y también impondría un impuesto a las transacciones financieras. Dos cosas que se analizaron y desecharon en la campaña del 2007. Creo que éste es el momento para plantearlas. Es ahora o nunca.

—¿Por qué?

—Plantear la reforma de la Ley de Entidades Financieras es mucho más fuerte que la resolución 125. Y también es más fuerte poner en consideración de toda la sociedad una reforma impositiva integral. En mi opinión hay que poner en una columna todo lo hecho por el Gobierno desde el 2003 hasta la fecha, que es mucho (Derechos Humanos, Corte Suprema, lo de las AFJP, la reforma del Código militar, etc.) y en la otra lo que se quiere hacer en los próximos dos años. Esa es la plataforma, la razón por la que el Gobierno necesita tener suficientes diputados. Esta campaña hay que plantearla como si fuera una elección presidencial. No es una elección legislativa más. Es a todo o nada y conviene tenerlo muy presente.

El Estado en el centro y la periferia


El rol del Estado en los países industrializados y en países emergentes. Por Aldo Ferrer.



En la última Cumbre de Líderes Progresistas, celebrada recientemente en Santiago de Chile, participé en el debate sobre el papel del Estado en la actualidad. En mi intervención señalé que la crisis mundial ha provocado la revalorización del papel del Estado en la evolución y el desarrollo de las economías de mercado.
Las políticas públicas proporcionan actualmente las tablas de salvación. Pero conviene observar que el Estado tiene responsabilidades muy distintas en las economías industriales de alto desarrollo científico y tecnológico y en las de los países emergentes en proceso retransformación. En aquellas, las responsabilidades principales son tres. Primero, administrar el funcionamiento de los mercados. Segundo, sostener la demanda efectiva, la producción y el empleo. Tercero, la protección social, el llamado “Estado de bienestar”. En los países emergentes, las responsabilidades del Estado incluyen estas tres dimensiones pero también otras, tanto o más complejas que aquéllas. Por eso, desde la perspectiva periférica es útil observar el comportamiento del Estado en las economías emergentes más exitosas (Corea, Taiwán, China, India, Japón a partir de la Restauración Meiji y en la posguerra post-1945).
En las economías avanzadas, la gestión del conocimiento está incorporada en la dinámica social y en sistemas, en los cuales los intereses privados nacionales y los Estados conservan una influencia decisiva en el dominio de los recursos y el proceso de acumulación. La ciencia y la tecnología se despliegan en estructuras diversificadas y complejas. El tejido productivo está preparado para asimilar las transformaciones impuestas por el cambio tecnológico. En los países industriales, el poder nacional y el ejercicio de la soberanía se respaldan en sistema maduros capaces de establecer, con el resto del mundo, relaciones simétricas o dominantes, no subordinadas.
En los países emergentes, el Estado enfrenta la resolución de desigualdades sociales generalmente más graves (como sucede en América Latina) que en las economías avanzadas y, simultáneamente, la transformación de la estructura productiva para gestionar el conocimiento y construir poder de decisión. En la periferia, la responsabilidad del Estado incluye consolidar la densidad nacional: vale decir, la integración de la sociedad, los liderazgos con estrategias de acumulación de poder fundadas en el dominio y la movilización de los recursos disponibles dentro del espacio nacional, la estabilidad institucional y política de largo plazo y la vigencia de un pensamiento crítico no subordinado a los criterios de los centros hegemónicos del orden mundial. Sobre estas bases, el Estado en los países periféricos debe ejecutar políticas económicas generadoras de oportunidades para amplios sectores sociales, protectoras de los intereses nacionales y capaces de arbitrar los conflictos distributivos. La convergencia de estas condiciones endógenas, necesarias, permite, a su vez, consolidar el derecho de propiedad asentándolo en espacios cada vez más amplios de rentabilidad y reducir los costos de transacción que facilitan las actividades de los operadores privados. Permite, asimismo, mantener los equilibrios macroeconómicos de largo plazo incluyendo el presupuesto, el balance de pagos, la moneda y la estabilidad de precios.
El Estado es un protagonista principal, vinculado con la actividad privada, en el desarrollo de los sistemas nacionales de ciencia y tecnología para promover la innovación y la incorporación de los conocimientos importados en el propio acervo. La complejidad creciente de la actividad económica multiplica la demanda de tecnología que conviene atender, en la mayor medida posible, con la propia oferta de bienes complejos y conocimientos. La elevación de los niveles educativos y la promoción de la ciencia y la tecnología son objetivos esenciales en la acción pública de los países emergentes, mientras el sector privado despliega sus actividades e investigación y desarrollo.
La experiencia de la Argentina proporciona un caso interesante para el análisis de las funciones del Estado en las economías emergentes. Desde mediados de la década de 1970 y durante más de treinta años, “Estado, políticas públicas, regulación” constituyeron malas palabras. En ese entonces, el paradigma dominante de la política económica fue “transmitir señales amistosas” a los mercados. El país se endeudó hasta el límite de la insolvencia y vendió a filiales de corporaciones transnacionales, el control de los principales activos en petróleo, energía, telecomunicaciones y las mayores empresas privadas. De las mayores 500 empresas del país, más de 300 son filiales y generan más del 80% del valor agregado de la muestra. El epílogo fue el default y el descalabro del 2001/02.
Con el cambio de paradigma, el Estado reapareció y demostró cuatro hechos. Primero, que pudo recuperar el comando de la economía y sus instrumentos fundamentales: fiscal, monetario y pagos internacionales. Segundo, que puede arbitrar la puja distributiva (salarios, ganancias, impuestos, subsidios, etc.). Tercero, que puede establecer los marcos regulatorios dentro de los cuales se despliega la actividad económica, incluyendo los sectores económicos concentrados y las filiales de las empresas extranjeras. Cuarto, que puede reasumir la gestión de servicios públicos y actividades privatizados en caso de incumplimiento contractual de los concesionarios. Éstas son responsabilidades esenciales del Estado promotor del desarrollo de una economía moderna en el mundo globalizado. Ahora, para tales fines, el Estado argentino existe y es preciso que funcione con la mayor transparencia y eficiencia posibles.

La experiencia argentina arroja tres enseñanzas principales. A saber:

1. Es imprescindible ejercer el derecho soberano de conducir la política económica en pos de objetivos, abiertos al mundo, pero esencialmente nacionales.
2. Es preciso mantener la casa en orden, consolidar los equilibrios macroeconómicos y descansar principalmente en los recursos propios.
3. Es necesario fortalecer la competitividad de la producción doméstica para que el lugar más rentable y seguro para invertir los recursos internos sea el propio país y atraer, complementariamente, recursos externos.
En realidad, nada nuevo, porque, desde siempre, la responsabilidad del desarrollo es indelegable, los países se construyen desde adentro hacia afuera y, en definitiva, cada uno tiene la globalización (y las crisis) que se merece, en virtud de la calidad de sus propias políticas. Éstas son las bases fundamentales del desarrollo económico que debe promover la educación y la inclusión social. Y las únicas respuestas válidas en los países emergentes a la situación mundial actual.

Aldo Ferrer
Director Editorial
Buenos Aires Económico

El túnel del tiempo

Por Alfredo Zaiat


La serie más costosa de la temporada 1966 en la TV norteamericana fue
The Time Tunnel, una producción de Irwin Allen que se emitió por primera
vez en septiembre de ese año a través de la cadena ABC y que luego
extendió su éxito a los países de habla hispana, entre ellos la
Argentina. La serie tenía como protagonistas a los doctores Tony Newman
y Douglas Phillips, dos científicos que trabajan para un proyecto
secreto del gobierno en un laboratorio subterráneo en Arizona. Pero por
un error se ven atrapados en el Túnel del Tiempo y deambulan por
distintos momentos de la historia universal. El fascinante túnel era
como un ojo hipnótico, símbolo de los psicodélicos años ?60.

Ahora, en cambio, sin la seducción de esa serie de ciencia ficción que
atrapó a muchos en la infancia, el túnel del tiempo se hace presente
aquí con análisis, expresiones del poder y personajes del pasado de la
economía que recuperaron protagonismo.

Han reaparecido con sus conocidas obsesiones: la presión para regresar a
los brazos del FMI, la manía sobre las cuentas fiscales y el reclamo de
un ajuste, las consignas contra la intervención del Estado, el regreso
del Grupo de los Siete representantes de las cámaras patronales con
discurso de los noventa, la irrupción del Club de Secretarios de Energía
de 1983 a 2002 que entregaron el patrimonio hidrocarburífero nacional al
sector privado, los latiguillos de la inseguridad jurídica y el
federalismo y el sermón contra medidas de protección industrial
sostenido por propios dirigentes industriales forman parte de la
revitalizada saga de lugares comunes de la ortodoxia, que han retornado
con una intensidad inusitada. Vigor que resulta aun más insólito en un
contexto internacional de caída del Muro de Wall Street que ha puesto en
evidencia esas recetas del fracaso y de la exclusión social.

En cada uno de esas cuestiones existen factores de debate que no han
sido saldados durante la administración kirchnerista y que merecen una
evaluación desapasionada. Pero cuando todas esas iniciativas confluyen
al mismo tiempo en una oferta a la sociedad como sendero a transitar,
con protagonistas de las décadas de la decadencia, se expone el espíritu
de volver por la revancha de la corriente conservadora.

Una muestra se encuentra en la forma que se aborda el complejo panorama
de los aumentos de precios. No se trata sólo acerca de la polémica sobre
los índices de inflación que elabora el Indec, que es un tema sobre
metodologías, relevamiento de productos e imputación de sus precios y,
por supuesto, sobre credibilidad de las estadísticas tanto públicas como
privadas. La tensión principal se encuentra en el diagnóstico y en las
propuestas para enfrentar el problema de la evolución de precios. Además
de ser materia de una batalla sobre las expectativas sociales y de puja
política sobre los índices, las experiencias de inflación en la
Argentina requieren precisar su origen para no caer en las trampas de la
ortodoxia.

A lo largo de los últimos años, diferentes fueron las argumentaciones de
economistas del establishment para justificar los deslizamientos de
precios. Sin embargo, cada una de esas ideas, que han calado hondo en el
discurso vulgar, fue desmentida por la propia dinámica de la economía.
La más extendida se refiere a que la emisión de moneda ?sin respaldo? se
convierte en un potente motor de la inflación. Lo mismo que un déficit
fiscal creciente junto a tasas de interés bajas que fomentan
excesivamente el consumo y la inversión vía el crédito

Estos tres pilares de la explicación básica de la ortodoxia sobre la
inflación quedaron descartados. La oferta monetaria ha aumentado
acompañando el crecimiento de la producción. No se han registrado
desequilibrios de las cuentas públicas que necesiten ser ?monetizados?,
desapareciendo la presunta causa principal de la inflación para los
monetaristas. Las tasas de interés han sido bajas en términos reales,
pero es evidente que no han servido como motorizador de un boom del crédito.

Frente a la ausencia de esas banderas para levantar por parte de la
ortodoxia, aunque algunos de sus sacerdotes no se privan de alterar la
realidad para sostenerlas, los gurúes de la city arremetieron contra el
salario como causa de la inflación.

Ese argumento también embiste contra la pared debido a la existencia de
un mercado laboral heterogéneo y de disparidad salarial que no presenta
las condiciones para impulsar una sostenida alza de los costos
empresarios, que posteriormente son trasladados a precios. Ese análisis
de los conservadores deriva en que los culpables son los sindicatos que
exigen demasiado con un Gobierno que no modera sus reclamos.

La megadevaluación, seguida de un fuerte incremento de los precios de
los bienes-salario (alimentos), convirtió a los trabajadores en el
sector que soportó gran parte del costo de la salida de la
convertibilidad. En los últimos años, sólo en algunas actividades
pudieron recuperar los niveles salariales previos a ese estallido. Como
el esquema conceptual de la ortodoxia va quedando vacío, los economistas
especializados en pronósticos fallidos avanzaron en explicaciones
referidas a que el alza de precios se debe a que el crecimiento de la
demanda ha ido más rápido que el de la oferta de bienes disponibles.

Ese diagnóstico no se acomoda a la actual situación, y en los meses
anteriores a la crisis todavía existían rubros industriales con
capacidad ociosa y una tasa de desempleo debajo de los dos dígitos pero
aún elevada. No había indicios contundentes de que la recuperación
económica estaba encontrando sus propios límites por agotamiento de los
recursos disponibles. Más teniendo en cuenta que se estaba registrando
una recomposición de la tasa de inversión, cuyo efecto debería ser el de
ampliar la oferta.

No se vislumbraba entonces un aumento desmedido de ningún componente de
la demanda. Las propuestas de moderar el crecimiento económico en la
fase ascendente del ciclo, expuesta por actuales economistas-candidatos,
ex ministro con ambiciones presidenciales y consultores de la city,
constituían una receta autodestructiva, que por fortuna se eludió. Basta
imaginar el actual escenario ante el impacto de la crisis internacional
si ésta hubiera encontrado a la economía en una fase de retracción para
eventualmente frenar el alza de precios como pedían los ortodoxos y no
pocos heterodoxos.

Los aumentos de precios tienen nocivos efectos para la población, en
especial para la de ingresos fijos, y en el caso argentino son un
problema político además de económico debido a experiencias traumáticas.
Por ese motivo resulta fundamental precisar el principal origen de los
ajuste para evitar recetas equivocadas.

El recorrido de los precios de los últimos años reconoce una fuerte alza
inicial motivada por la megadevaluación, pero luego no se han registrado
ninguno de los factores tradicionales de empuje inflacionario repetidos
incansablemente por la corriente del pensamiento económico dominante:
por el lado de la oferta, exceso en la expansión monetaria, déficit
fiscal y tasas bajas que impulsan el crédito; y por el frente de la
demanda, presiones salariales generalizadas y agotamiento en la
utilización de la capacidad industrial instalada.

Entonces, la causa central del proceso de aumentos de precios habría que
encontrarla en ciertas características de la economía argentina: el
elevado poder monopólico tanto en la producción de bienes como de
servicios, que permite a sus protagonistas apropiarse del resultado de
incrementos incesantes de precios por encima de los costos, obteniendo
así una ganancia extraordinaria.

A la vez, la pronunciada concentración del capital no ha hecho más que
crear las condiciones para que las empresas de ciertas ramas puedan
multiplicar esas ganancias extraordinarias. Esto es lo que se esconde
tras las presiones inflacionarias, alimentadas después por las
expectativas indexatorias del resto de los agentes económicos. Esas
presiones apuntan a incrementar esas utilidades conteniendo los reclamos
salariales, acompañadas con un ajuste acelerado del tipo de cambio que
les permitiría disminuir sus costos laborales en dólares.

Si bien existen otros elementos complementarios para explicar el proceso
de alzas de precios, el ciclo que emerge en el período 2003-2008
responde a esa situación estructural de la economía argentina. En ese
contexto, con un tipo de cambio alto, las retenciones y los controles
efectivos de precios son herramientas esenciales.

El túnel del tiempo de la ortodoxia intimidando con la ?inflación
reprimida? para liberalizar mercados de exportación, disminuir la
intervención del Estado en la formación de precios y eliminar las
retenciones tendría como saldo la inflación de esas ganancias
extraordinarias.

azaiat@pagina12.com.ar
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-123875-2009-04-25.html

Memoria del fuego

Por Jorge Giles


Nuestra Presidenta fue la anfitriona de un encuentro con la historia. Los presidentes de Bolivia y el Paraguay, Evo Morales y Fernando Lugo, recibieron de sus manos la Memoria Final de la demarcación de límites entre ambos países. Será la última página de una tragedia impuesta por las potencias económicas hace 70 años y que provocó la muerte de casi 100.000 personas en la llamada Guerra del Chaco.

Augusto Roa Bastos con su Hijo de Hombre y Memoria del Fuego, de Eduardo Galeano, testimonian este dolor americano.

Nuestra América Latina está surcada por guerras que no le pertenecen, impuestas siempre por el poder económico.

La guerra del caucho, la del cacao, la del café, la del agua, la del petróleo.

Campos de batalla donde lucraban los poderosos de turno y perdían los pueblos, derramando su sangre.

Así fue siempre, hasta ahora.

Quiso la historia que, en momentos en que se derrumba a nivel mundial un modelo neoliberal injusto, nuestros presidentes se muestren abrazados en la misma comunión de intereses solidarios.

Habrá que armonizar la cuestión nacional de nuestros respectivos pueblos, con nuestra condición humana. Para que la América del Sur esté unida al alma profunda de este continente que liberaron San Martín y Bolivar.

Este camino de unidad y paz está y seguirá estando en riesgo mientras queden en pie los mismos intereses que originaron nuestras mayores desdichas. Se equivocan los que pretenden clausurar la historia.

La historia es un ejercicio de voluntad permanente, y es por eso que siempre estará en disputa el sentido de la misma.

O ganan los que nos llevaron a las guerras fratricidas, a la exclusión de los más humildes, al sometimiento de nuestras soberanías a los países centrales, o ganan los pueblos.

Hoy todo está más claro. La derecha, atendida por sus propios dueños, muestra las hilachas cuando se desespera. Los editores políticos de Clarín y La Nación, ayer se dedicaron a querer armar las listas del oficialismo. Ya no tienen vergüenza. Como no pueden unir a sus amigos de la oposición, se dedican a intentar dividir las filas oficiales, disparando una infamia tras otra.

No pueden negar la fragmentación que sufren, porque a la potencial candidatura de Mauricio Macri para las presidenciales del 2011 se cruzan ahora las de Eduardo Duhalde, la de Reuteman, la de Cobos y la de Elisa Carrió.

Todas están cortadas por la misma tijera del poder económico: el modelo de país del monocultivo sojero y excluyente. Todas tienen puntos de contacto con el menemismo de los noventa y con los dinosaurios de la última dictadura. Ya no engañan a nadie. Son como son. Los confundidos viven por estas horas la angustia del laberinto.

Por ejemplo, un vecino que ayer nos dijo Quiero votar contra el gobierno pero no puedo. Le contesté, con una ejemplar conducta cívica y democrática: Usted tiene varias opciones para hacerlo. Y me retrucó: ¿Sabe que pasa? Son todos chorros, mafiosos, narcos, amigos de la dictadura o les falta un tornillo como a la chaqueña platinada?

Seguí mis pasos con un Ah, piénselo entonces y no quise decir más nada.

El hombre, era una víctima más del bombardeo mediático que dispara misiles a cada rato contra Cristina, contra Néstor Kirchner, contra los intendentes, contra el modelo de inclusión social. Pero al momento de empezar a decidir su voto, entró en pánico, batallando con su conducta de ciudadano honesto.

Así andamos por estos días. Se hace imposible mantener la imparcialidad porque las disyuntivas son de hierro. A todo o nada. Ahora o Nunca. El corralito de Cavallo o la expansión de la economía al servicio de los que menos tienen.

Lo cierto es que con los presidentes Lugo y Evo Morales en el país, los argentinos tendrán la oportunidad de celebrar la vida y la unidad latinoamericana diciéndoles Nunca más a los que provocaron el enfrentamiento entre pueblos hermanos.

El socialismo fracasó y el capitalismo está en quiebra


Eric Hobsbawn

El siglo XX ha quedado ya atrás, pero aún no hemos aprendido a vivir en el XXI, o al menos a pensarlo de un modo apropiado. No debería ser tan difícil como parece, dado que la idea básica que dominó la economía y la política en el siglo pasado ha desaparecido, claramente, por el sumidero de la historia. Lo que teníamos era un modo de pensar las modernas economías industriales –en realidad todas las economías–, en términos de dos opuestos mutuamente excluyentes: capitalismo o socialismo. Hemos vivido dos intentos prácticos de realizar ambos sistemas en su forma pura: por una parte, las economías de planificación estatal, centralizadas, de tipo soviético; por otra, la economía capitalista de libre mercado exenta de toda restricción y control. Las primeras se vinieron abajo en la década de los ’80, y con ellas los sistemas políticos comunistas europeos; la segunda se está descomponiendo ante nuestros ojos en la mayor crisis del capitalismo global desde la década de 1930. En algunos aspectos es una crisis de mayor envergadura que aquélla, en la medida en que la globalización de la economía no estaba entonces tan desarrollada como hoy y la crisis no afectó a la economía planificada de la Unión Soviética. Todavía no conocemos la gravedad y la duración de la actual crisis, pero sin duda va a marcar el final de la clase de capitalismo de libre mercado que se impuso en el mundo y sus gobiernos en una época que dio inicio con Margaret Thatcher y Ronald Reagan.

La impotencia, por consiguiente, amenaza tanto a los que creen en un capitalismo de mercado, puro y desestatalizado, una especie de anarquismo burgués, como a los que creen en un socialismo planificado incontaminado por la búsqueda de beneficios. Ambos están en quiebra. El futuro, como el presente y el pasado, pertenece a las economías mixtas en las que lo público y lo privado estén mútuamente vinculados de una u otra manera. ¿Pero cómo? Este es el problema que se nos plantea hoy día a todos, y en particular a la gente de izquierda.

Nadie piensa seriamente en regresar a los sistemas socialistas de tipo soviético, no sólo por sus deficiencias políticas sino también por la creciente indolencia e ineficiencia de sus economías, aunque ello no debería llevarnos a subestimar sus impresionantes logros sociales y educativos.
Por otra parte, hasta que el mercado libre global implosionó el año pasado, incluso los partidos socialdemócratas y moderados de izquierda de los países del capitalismo del Norte y Australasia se habían comprometido más y más con el éxito del capitalismo de libre mercado. Efectivamente, desde el momento de la caída de la URSS hasta hoy no recuerdo ningún partido o líder que denunciase el capitalismo como algo inaceptable. Y ninguno estuvo tan ligado a su suerte como el New Labour, el nuevo laborismo británico. En sus políticas económicas, tanto Tony Blair como Gordon Brown (éste hasta octubre de 2008) podían calificarse sin ninguna exageración como Thatchers con pantalones. Y otro tanto cabe decir del Partido Demócrata de Estados Unidos.
Bajo el impacto de lo que consideró como la revitalización económica thatcherista, el New Labour, a partir de 1997, se tragó entera la ideología, o más bien la teología, del fundamentalismo del mercado libre global. El Reino Unido desregularizó sus mercados, vendió sus industrias al mejor postor, dejó de fabricar objetos para la exportación (a diferencia de Alemania, Francia y Suiza) y apostó todo su dinero a su conversión en el centro mundial de los servicios financieros, y con ello en un paraíso de blanqueadores de dinero multimillonarios. Así, el impacto actual de la crisis mundial sobre la libra y la economía británica va a ser probablemente más catastrófico que el de ninguna otra gran economía occidental y va a hacer la recuperación más difícil.

Es posible afirmar que todo esto es ya agua pasada. Que somos libres de regresar a la economía mixta, y que la vieja caja de herramientas laborista está ahí a nuestra disposición –incluso la nacionalización–, así que todo lo que tenemos que hacer es utilizar de nuevo estas herramientas que el New Labour nunca debió dejar de usar. Sin embargo, esta idea sugiere que sabemos qué hacer con las herramientas. Pero no es así.

Por una parte, no sabemos cómo superar la actual crisis. No hay nadie, ni los gobiernos, ni los bancos centrales, ni las instituciones financieras mundiales, que lo sepa: todos ellos son como un ciego que intentara salir del laberinto dando golpes en las paredes con todo tipo de bastones en la esperanza de dar con el camino de salida.

Por otra parte, subestimamos el persistente grado de adición de los gobiernos y los responsables de las políticas a los exabruptos del libre mercado, que tanto placer les han proporcionado durante décadas. ¿Acaso se han librado del supuesto básico de que la empresa privada orientada al beneficio es siempre el medio mejor y más eficaz de hacer las cosas? ¿O de que la organización y la contabilidad empresariales deberían ser los modelos incluso de la función pública, la educación y la investigación? ¿O de que el creciente abismo entre los multimillonarios y el resto no es tan importante, después de todo, siempre y cuando todos los demás –excepto una minoría de pobres– esté un poquito mejor? ¿O de que lo que necesita un país, en cualquier caso, es un máximo de crecimiento económico y de competitividad comercial? No creo que hayan superado todo esto.

Sin embargo, una política progresista requiere algo más que una ruptura algo mayor con los supuestos económicos y morales de los últimos 30 años. Requiere un regreso a la convicción de que el crecimiento económico y la abundancia que comporta son un medio, no un fin. El fin son los efectos que tiene sobre las vidas, las posibilidades vitales y las expectativas de las personas.
La prueba de una política progresista no es privada sino pública, no sólo importa el aumento del ingreso y del consumo de los particulares sino la ampliación de las oportunidades y, como las llama Amartya Sen, las capabilities –capacidades– de todos por medio de la acción colectiva. Pero esto significa –o debería significar– iniciativa pública no basada en la búsqueda de beneficio, siquiera fuera para redistribuir la acumulación privada. Decisiones públicas dirigidas a conseguir mejoras sociales colectivas con las que todos saldrían ganando. Esta es la base de una política progresista, no la maximización del crecimiento económico y el ingreso personal.

En ningún ámbito será esto más importante que en la lucha contra el mayor problema a que nos enfrentamos en el presente siglo: la crisis del medio ambiente. Sea cual sea el logotipo ideológico que adoptemos, significará un desplazamiento de gran alcance, del mercado libre a la acción pública, un cambio mayor que propuesto por el gobierno británico.

Y, teniendo en cuenta la gravedad de la crisis económica, debería ser un desplazamiento rápido. El tiempo no está de nuestro lado.

* Rebelión.org
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EL DILEMA DEL KIRCHNERISMO

Sportivo Ganar

Por Escriba, Gentileza de Revista ZOOM

La opción del oficialismo por el conurbano tiene una lógica de hierro en la coyuntura, pero un defecto práctico insoslayable: sólo con eso no se puede ganar. ¿Cómo se transforma un país nada más que con la porción inmersa en la política territorial del PJ del conurbano? ¿Se puede disputar desde allí el sentido común de los sectores medios? ¿Queremos un país organizado por el eje conurbano vs. "resto del mundo"?
El kirchnerismo amaga con tomar la primera medida política desde que asumió en 2003 que no tiene posibilidades de ser explicada en ninguna sobremesa de ningún hogar de clase media, más o menos estándar. Se trata de la estrategia de las candidaturas "testimoniales". No es que yo dé demasiada importancia al tema. Como persona informada, hasta como militante, si se quiere, lo entiendo, como lo harán muchos lectores, tanto mejor que yo. Puedo justificarlo legal y políticamente. Pero puedo ver también la "originalidad" de la cosa en términos del proyecto kirchnerista. Y me parece que hay que pensar en sus consecuencias.

El olfato de las clases medias
La política es terrible. Es la única actividad humana donde lo único que importa son los resultados. Y donde uno es responsable por esos resultados: por los que puede mostrar en una vitrina y también por las consecuencias de aquello que no supo, no quiso o no pudo. En términos de un señor muy sabio y muy antipático: "La ética cósmica nos ordena no resistir el mal con la fuerza, pero para el político lo que tiene validez es el mandato opuesto: has de resistir al mal con la fuerza, pues de lo contrario te haces responsable de su triunfo".

Por más crudo que parezca, en política no importa quién tiene "razón". Mejor dicho, no existe lo correcto, de antemano, como tal cosa. Lo que "hay que hacer" se construye. No existe el mérito, no importa ser el mejor. Importa estar, ocupar el lugar indicado en el momento decisivo. No importa ser el hombre (o la mujer, se dice ahora) providencial para una coyuntura determinada. El "más conveniente". Sólo importa poder ganar. Poder imponerse junto con algunos, al adversario, al otro, a los otros.

Los sectores medios en nuestro país (y aquí vamos, una vez más) son los más conscientes de esa dinámica. Debajo del discurso de las "formas" y los mecanismos previstos por las instituciones, que tanto parece seducirlos, corre un río, un torrente de realpolitik. Se dice que es el peronismo en realidad el que "huele" el poder y se abalanza sobre él. El que huye ante el menor atisbo de debilidad del que manda. Pero las clases medias son, en verdad, las maestras en el arte de apostar a ganador.

Apareadas con los discursos que transmiten los medios de comunicación masivos, las clases medias irán en busca de la coalición política que les proponga, sobre todas las cosas, estabilidad. Esa estabilidad en la que puedan mejorar su patrón de consumo, para acercarlo lo más posible al que muestran los sectores dominantes. En esa búsqueda de la estabilidad no hay un "fondo" de políticas deseables. Las clases medias son heterodoxas. No existe tal o cual política, sino tan sólo un resultado buscado.

Esa estabilidad se retroalimenta con el poder. Quien detenta el poder puede sostener la estabilidad y viceversa. No importa mucho a qué precio ni con qué rumbo, porque no cuenta aquí el contenido de las políticas.

Como vimos durante el conflicto con las patronales del sector agropecuario, cualquier cosa que ponga en peligro esa estabilidad es condenada. Imaginemos cuánto será condenada en caso de que nadie haya pedido un sacudón de ese tipo y menos aún si el justificativo de ello es la redistribución del ingreso, algo que los sectores medios creen no necesitar. Los sectores medios añoran, sí, la estabilidad que les permite moverse para acceder a una mejora del patrón de consumo que, en su imaginario, no es más que su derecho.

Ante el "sacudón" —la "tensión innecesaria", la "crispación"—, estos sectores retiran el apoyo y, en una especie de círculo vicioso, presienten que quien detenta el poder no podrá proveer más estabilidad; y porque no puede proveer más estabilidad, pues no recibirá apoyo para seguir en el poder. No hablamos necesariamente de un golpe, pero sí de ir en busca de algún otro actor que provea de estabilidad. Una dinámica "destituyente", para decirlo en los términos inaugurados por Carta Abierta.

Perder con estilo
Y así vamos, rumbo a unas elecciones donde el oficialismo tiene posibilidades de ganar en el segundo cordón del conurbano y perder en Rosario (¿Santa Fe?), Mendoza, Córdoba y Capital. Un mapa donde se reforzaría la afinidad entre el kirchnerismo y los sectores bajos y el rechazo en los medios.

No creo que valga la pena discutir por qué se llegó a esto. Si fueron las decisiones políticas o una especie de ciclo natural del poder, ese que dice que a los seis años de un mismo proyecto de gobierno en la Argentina, es muy difícil sostener la adhesión. Para dejar sentada una posición, sólo diré que no creo, como los más nefastos dirigentes de la politiquería porteña, que esto se da porque el kirchnerismo no fue lo suficientemente conservador. Porque no tomó en cuenta y hasta ofendió a los poderes fácticos. Y porque cometió el pecado de ofender a los sectores medios. No creo en esa forma mediocre de hacer política. Creo en los objetivos grandes. Y en que si hay que perder, hay que hacerlo con estilo.

Entiendo lo que hace el oficialismo, incluso en los más crudos términos de los primeros párrafos de este texto. Se considera que las consecuencias de no recostarse en el segundo cordón del conurbano, de no convocar a los intendentes para las candidaturas "testimoniales" son peores que intentar cualquier otra estrategia. De todos modos, hay que pensar en el escenario futuro, también desde otra óptica. En política, lo único que importa es ganar, si es que se quiere transformar la realidad. Es así, ya lo hemos escrito. Pero para ganar, hay que ganar con muchos.

Eduardo Duhalde también manejó el segundo cordón del conurabano y con eso se convirtió en el único dirigente con poder que no tiene ninguna posibilidad de ser electo presidente por las urnas. ¿Cómo se transforma un país —que no tiene la estructura social 80/20 de Venezuela— sólo con la porción de los que están inmersos en esa política territorial del PJ del conurbano? ¿Se puede disputar desde allí el sentido común de los sectores medios? ¿Se pueden plantear cosas que no están en la agenda de los medios y llevarlas adelante, como fue el caso de la estatización de las AFJP?

Cómo volver a ganar
Lo que quiero plantear es que a esta altura, si queremos cambiar este país tenemos que pensar cómo volver a ganar. Está bien que se piense cómo no perder. Pero acá hay que pensar cómo volver a ganar. Digo esto aún si el kirchnerismo "gana" en provincia de Buenos Aires. Aún si se impone en esto que parece una interna del justicialismo por el manejo de la provincia de Buenos Aires y la definición de la sucesión presidencial.

Y pregunto, además: ¿se puede tener el país que queremos tener con el corte político / social que significa conurbano vs. "resto del mundo"? Podemos entender la "territorialidad política" del conurbano y sus formas propias. Podemos no condenarlas. Podemos explicarlas y hasta defenderlas. Pero no podemos entronizarlas ni idolatrarlas, sólo por una maldita cuestión práctica: sólo con eso no se puede ganar.

El panorama me preocupa. Cuando me preocupo mucho, pienso que no le daría el manejo de las fuerzas de seguridad a ninguno de los que se mencionan como presidenciables. Pienso en el logro de que no haya represión en las calles, que sólo el kirchnerismo puede ostentar. Siento que estamos como a fines de 2000, con Fernando de la Rúa, Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota y Carlos Reutemann como únicos expectantes.

Claro que, como sabemos de esa misma experiencia, la Argentina puede sorprendernos. Hay que ayudarla a que nos sorprenda.

¿Cómo pararse frente al kirchnerismo?

Contrapunto entre Norberto Galasso y Alcira Argumedo

Por Gerardo Yomal y Hugo Presman

El debate dentro de lo que se denomina en términos generales “el campo popular, nacional y progresista” estaba latente y se reflejaba, entre otros medios, en Página 12, con artículos, réplicas y discusiones. La cuestión central es cómo pararse frente al kirchnerismo. El tren, programa radial que se emite por radio Cooperativa a las 20 horas con la conducción de los autores, convocó a dos amigos y militantes que hoy están en posturas diferentes. El historiador Norberto Galasso que participa del Grupo Carta Abierta y la socióloga Alcira Argumedo de Proyecto Sur. Presentamos a continuación las partes más importantes de dicha discusión que ZOOM reproduce en forma exclusiva.

—¿Cómo se para frente al Gobierno?

—Norberto Galasso: Hace bastante tiempo, después de algunos malos pasos por el viejo Partido Socialista, me fui colocando como un hombre de la izquierda nacional con un partidito muy débil en la época que estuve con Jorge Abelardo Ramos. Después, como un hombre de la izquierda nacional, un francotirador… sin partido. Desde esa perspectiva la sociedad argentina se divide en un campo nacional que son los sectores populares, la clase media, la gente de menores recursos, a veces los sacerdotes, algunas pymes y del otro lado un sector anti-nacional, que es el que construyó la vieja Argentina, la que se endeudó, la que se sometió a la División Internacional del Trabajo de la mano de Gran Bretaña y que después se sometió al Fondo Monetario y a todo el desastre que hicieron el menemismo y la Alianza en el gobierno. Desde esa perspectiva, estratégicamente debemos ir a una América Latina unida, libre y socialista. Estamos frente a una oportunidad extraordinaria en ese camino. Pero creo que en estas circunstancias, dada la correlación de fuerzas existentes y la debilidad con que inicia el gobierno Kirchner, que cae en la Casa Rosada casi por casualidad, hay que mantener cierta prudencia en las críticas porque hay aspectos muy positivos en el gobierno como el hecho de haber enfrentado al ALCA o tener una buena relación con Venezuela o Cuba o haber terminado con las AFJP. Puedo coincidir con Argumedo que el gobierno comete algo más que errores lamentables, como por ejemplo la política en la minería y otras cuestiones, pero de ninguna manera, jamás, coincidiría con la Sociedad Rural como fue el caso de Claudio Lozano y su voto contra la 125. Entiendo que hay que empujar lo mejor que pueda tener el gobierno. Si por ejemplo saca el canal Encuentro que es más o menos bueno, hay que empujar para que sea mejor. Y de ahí, entonces, que yo no me pongo en una situación frontalmente enemiga del gobierno… Tengo muy en cuenta lo que planteaban los viejos clásicos del marxismo: mantener la independencia ideológica, política y organizativa, y acompañar a un movimiento que es policlasista, confuso en muchos aspectos, en otros es vacilante, pero que evidentemente está enfrentado a los enemigos principales que a mi juicio son la Sociedad Rural, Macri, la Coalición Cívica…

—¿Cuál es su postura en este terreno?

—Alcira Argumedo: Aclaro que quiero y respeto mucho a Norberto con quien en su momento confluimos políticamente. Yo fui militante del peronismo pero acá hay que hacer una diferencia muy clara: una cosa es el peronismo histórico y otra es el pejotismo, es decir, este sector político bastante degradado que surge después de la masacre de la dictadura militar y que tiene varias manifestaciones. El duhaldismo, el menemismo, etc. y que sobre todo hay que diferenciarlo porque precisamente este pejotismo cantando la marcha peronista e invocando el nombre de Perón y Evita, llevó adelante el proyecto más antipopular y entreguista de la historia contemporánea argentina, donde incluyo a la década infame. Frente a lo que hizo el menemismo, los muchachos de la década infame eran una mariposa. Ahora, el menemismo no lo pudo hacer solamente Menem, tuvo aliados, cómplices, etc. que es este pejotismo… se puede ir a los archivos para ver el comportamiento de los distintos sectores. Y esto marca un elemento muy claro que me parece una falta de respeto: invocar o identificar lo que es la experiencia del matrimonio Kirchner, con lo que fue la experiencia histórica del matrimonio Perón.

—¿Cómo es eso de la falta de respeto?

—Alcira Argumedo: Por la memoria de Perón, de Evita, de la gente que peleó y murió por ese proyecto, pensemos del general Valle en adelante…, me parece que seguir invocando eso para llevar adelante determinados proyectos que son el espejo invertido es una falta de respeto. En ese sentido, no hay comparaciones posibles.

Norberto hace referencia a la Sociedad Rural y a esta nueva derecha. Lo que hace la dictadura militar es crear un bloque de poder hegemónico donde se articulan los grupos económicos financieros locales y extranjeros. Estamos hablando de corporaciones, bancos, etc. junto a los grandes propietarios de tierra y a nuevos sectores que dan una complejidad especial al sector rural. Es ese bloque de poder el beneficiario principal del saqueo de la Argentina. Pero acá hay un error de base: si se sabe que el 20% de los productores tiene el 80% de la producción del campo y viceversa, el corte de las retenciones estaba en ese 20 por ciento, y ahí darle como en la guerra… Pareciera ser que si el enemigo principal es la oligarquía, esta nueva derecha, Carrió y Macri, entonces en el campo del pueblo por carácter transitivo ¿quiénes están? Las grandes empresas y exportadoras de granos: Dreyfus, Aceitera General de Deheza, Monsanto, Grobocopatel, British Petroleum, Repsol….

—Argumedo le está diciendo que con su postura a favor del gobierno termina abrazado a las multinacionales y de la mano del pejotismo a la alianza con Aldo Rico.

—Norberto Galasso: De ninguna manera. He leído un correo electrónico de un dirigente principal de Proyecto Sur, Mario Mazzitelli, donde dice que lo que se está viviendo es centro izquierda, y que la clase dominante ha organizado esto para después justificar la llegada de la centro derecha que sería Macri, Carrió, Pinedo o alguno de estos. Frente al planteo que hace él, yo digo que efectivamente hay que evitar que llegue esa nueva derecha al poder, porque entonces van a privatizar otra vez Aerolíneas, el Correo, los astilleros, van a hacer una política como la que hizo Menem, van a cerrar el canal Encuentro, van a hacer una política contraria a las reformas laborales que consiguió Héctor Recalde en el gobierno (que son de cierta importancia), las van a anular todas y vamos a volver hacia atrás. Entonces, lo que me espanta es la coincidencia de Proyecto Sur con los grupos ultra izquierdistas que generalmente en la Argentina marcan que todo es lo mismo. Resulta que hay un enfrentamiento bastante fuerte que se está dando, todos los días se ve en los periódicos cuestiones contra el gobierno. Entonces La Nación y Perfil le dan páginas a Pino Solanas para hablar contra el gobierno. Por lo tanto, temo que haya una gran responsabilidad de Proyecto Sur si realmente se produjera la derrota del gobierno para que lleguen al poder los grupos realmente más concentrados y vinculados con el imperialismo norteamericano, al cual este gobierno le ha hundido el ALCA y le está creando problemas con la Unión Latinoamericana y la cercanía con Chávez y otros países.

—Alcira Argumedo: Quiero aclarar una cosa: si este gobierno se deteriora, no va a ser precisamente por las críticas de Proyecto Sur, porque hablaría muy mal de la democracia el hecho de que no pueda haber voces críticas, porque eso hace al juego a la derecha, esto es inadmisible. Y vamos a la actualidad reciente. ¿Quién es el enemigo principal del pueblo de Tartagal que ha sufrido esta situación tan brutal? ¿Es la naturaleza? Tartagal no ha sufrido esto por la naturaleza, acá hay varios responsables. Desde las comunidades indígenas, pasando por las organizaciones campesinas, hasta los científicos del CONICET dicen que este desastre de Tartagal se debe al desmonte de los bosques nativos. Este desmonte venía siendo sistemáticamente denunciado, el gobierno nacional no hizo nada porque tenía intereses en eso. Primero estuvo Juan Carlos Romero, ahora está el gobernador Urtubey del Frente para la Victoria. Han desmontado 400.000 hectáreas y están por desmontar 800.000 más. Como se vio, los árboles que venían y que causaron este desastre no fueron árboles arrancados, eran árboles cortados. ¿En favor de quién se hace esto? De los grandes grupos inversores en soja, y que además como son fideicomisos no pagan impuestos. Y estos eran los Grobocopatel, etc. muchos de ellos amigos del gobierno, ni hablar de Monsanto… A esto se agrega que otra parte del desmonte la están haciendo las petroleras, entre otras Repsol, gran amiga del gobierno, en el cual no sólo están desmontando para hacer exploraciones, sino que además están inyectando químicos para la exploración que llevan a la contaminación de las napas y de las vertientes. Sabemos que el matrimonio Kirchner tiene una especial simpatía por REPSOL, entonces ¿dónde está el enemigo principal del pueblo de Tartagal? No es casual que viene una comunidad indígena a una audiencia con la Corte Suprema de Justicia para las denuncias que se hicieron. Recuerden que gracias a la denuncia de Ricardo Darín en el programa La Noche del Diez de Diego Maradona, en ese momento se salvó la reserva Pizarro que iba a ser devastada por el señor Romero aliado del presidente Kirchner.

—¿Qué se debate en Carta Abierta sobre lo que denuncia Argumedo en el sentido que este gobierno construyó un modelo económico agrominero exportador?

—Norberto Galasso: En el fondo es una cuestión ideológica; yo nunca he sido peronista. Si yo hubiese sido peronista se me podría decir que cómo soporté que Perón no expropiase la CHADE, que había sido una empresa corrupta, que había corrompido en la década infame a todo el Concejo Deliberante y, que según versiones, financió parte de la campaña de Perón. Tampoco tocó a los frigoríficos, y cuando se vio en grandes dificultades llegó a hacer concesiones y acuerdos con la California con respecto al petróleo. Pero por todo eso yo no me puse del lado de la revolución libertadora. Me tengo que poner del lado del proceso popular, con sus contradicciones, y empujar. Pero además, si no tengo ningún ascendiente sobre las masas, si la correlación de las fuerzas es completamente desigual, es inútil que yo pueda decir algo. Volviendo a la actualidad: lo negativo hay que marcarlo y lo positivo decirlo también. El gobierno no ha reprimido en general, tuvo una política de derechos humanos, depuró la Corte y avanzó contra el poder financiero en el caso de las AFJP.

—Alcira Argumedo: Yo quiero saber qué opina de lo que pasó en Tartagal… ¿O hablar de estos temas es hacerle el juego a la derecha o ser destituyente? Se vetó la ley de protección de los glaciares, Tartagal se emparenta con los desastres que se están haciendo con la minería en La Alumbrera en Catamarca, la Barrick Gold Company en San Juan, las minas que están sacando el agua potable de Mendoza, ¿qué se opina sobre esto? ¿Qué se opina hoy 2009 sobre estas políticas del gobierno que llevan a una devastación social y ecológica altamente irresponsable? Si denunciar esto significa hacerle el juego a la derecha, me parece que es ponerte en una trampa y en un intento de silenciamiento muy grande.

—¿Carta Abierta no se pronunció sobre esta temática?

—Norberto Galasso: En Página12 dije expresamente que en buena parte estoy de acuerdo con las críticas que formula Alcira, pero dije también que, sin ser peronista, como decía Scalabrini, hay momentos en la historia en que la opción es entre Perón y Pinedo. Aquí los votos que Pino Solanas pueda sacar en Capital, se los va a sacar al kirchnerismo, no se los va a sacar al macrismo, va a concurrir al debilitamiento del gobierno y, si resulta que después yo voto a Pino Solanas, y cuando llega el momento crucial de un debate como el de la Sociedad Rural, el de la resolución 125, Lozano no se abstiene.., porque yo por lo menos pensé que se iba a abstener, sino que vota conjuntamente con la oposición e influye sobre el senador de Tierra del Fuego para que vote juntamente con la oposición, entonces yo creo que esto significa, como dice la derecha “el kirchnerismo ya se ha terminado”… Entonces, ¿qué viene? ¿Viene algo mejor? No, viene algo peor.

—Si se volviera a plantear nuevamente en los términos en que se dio la resolución 125 ¿Usted hubiera estado de acuerdo con el voto en contra de Lozano o con la abstención?

—Alcira Argumedo: Acá hay una cosa que hay que tener en cuenta y es que, antes de emitir su voto, Claudio Lozano hizo una denuncia basada sobre las investigaciones de Ricardo Monner Sans y Mario Cafiero, que no suelen ser irresponsables… Una denuncia acerca del negociado que estaban haciendo con las retenciones, que habían pagado al 20% y las empezaban a cobrar al 35%, pero como ellos declararon una cantidad de toneladas al Estado, le iban a pagar sólo el 22 por ciento de retenciones y esa diferencia eran 1.750 millones de dólares, no de pesos, como vos pusiste en tu artículo, donde la condición que puso Claudio Lozano fue que se hiciera una comisión investigadora de ese desfalco al Estado. ¿En favor de quién? No de las maripositas y los niños pobres, en favor de las grandes exportadoras de granos. Entonces acá estábamos entre la sartén y el fuego ¿por qué se negó el gobierno a hacer esa investigación, esa comisión investigadora? Si el gobierno hubiera aceptado imponer la comisión investigadora... porque ojo, recién empezó a investigar el desfalco después de la denuncia de Claudio Lozano y después que perdió la 125. El tema es, en esas condiciones, ante un gobierno que se niega a hacer la investigación de un desfalco a favor de las grandes exportadoras de granos, de los Grobocopatel, de los Monsanto, me parece que el voto de Lozano por la negativa fue correcto. Además, la 125 no se perdió por el voto de Lozano, se perdió porque 15 diputados del Frente para la Victoria y 11 senadores del Frente para la Victoria hicieron un voto negativo, antes del voto “no positivo” de Cobos. Este es el famoso movimiento nacional donde todos se traicionan entre todos…, entonces nos están echando una culpa que forma parte del deterioro, de la degradación de una fuerza política que se ha construido sobre bases que están podridas.

—¿Está degradado entonces el proyecto del kirchnerismo?
—Norberto Galasso: En la forma en que lo dice Alcira pareciera que está degradado el peronismo… Realmente el peronismo ha cumplido su ciclo, y muerto Perón se ha acabado el peronismo. Lo que ha quedado son las cosas esperpénticas que hemos visto de Isabel, a pesar de lo cual no fuimos opositores totalmente a Isabel a pesar de la represión, porque nos dábamos cuenta que si caía Isabel iba a venir lo que vino, y lo que vino fue mucho peor que Isabel. Y después con Menem… también forma parte de la degradación del peronismo. Hoy escucho a legisladores que votaron todo lo que dijo Menem, como me ocurrió el otro día con un legislador que vino a la Comisión del Bicentenario contentísimo por que estábamos reivindicando a la Revolución de Mayo de 1810, y el había votado todo lo que había propuesto Menem.

—¿Se acabó el peronismo?

—Alcira Argumedo: Lo que está degradado es el pejotismo, esa fuerza política que surge después de la masacre de la dictadura militar y reitero que no lo digo ahora: en 1983 cuando volvimos del exilio con Nicolás Casullo, que estaba en Carta Abierta, trabajábamos con Luder en la campaña electoral y le planteamos "este peronismo puede perder las elecciones". Ese análisis que nosotros hicimos está en un libro de Nancy Pazos de 1984 que se llama El Peronismo de la Derrota. En 1985 viendo lo que había sido la degradación de ese movimiento de masas en su momento glorioso, hicimos una carta de renuncia al pejotismo, en la cual estaban entre otros José Pablo Feinmann, Alvaro Abós, Horacio González, etc. que de alguna manera le planteábamos "esto ya no es el glorioso movimiento de masas, esto es Transilvana"Acá sólo se puede elegir entre Frankestein, el hombre lobo, Drácula, la momia, etc. Es más, en ese momento, el joven Grosso, que era una de las tantas promesas del pejotismo, nos manda llamar y al emisario yo le hice dar su palabra de honor de que le iba a decir "Grosso: esto es Transilvana, no volvemos porque esto es una trampa mortal, se está degradando e insultando la memoria de lo que fue este movimiento, y sabes qué, decile que en muy poco tiempo él va a ser el joven Frankestein" Mirá si no tenía percepción de lo que iba a pasar más adelante. Esto también lo vimos en el 91, mientras algunos sectores apoyaban a Menem a pesar de los indultos. En 1991 se recibía a Menem en las provincias del sur, diciendo "acá está el proyecto de transformación y cambio que la Argentina necesita llevar adelante" y se apoyaba la privatización y el desguace de YPF. Nosotros ya estábamos criticando. Pino Solanas recibió varios tiros en las piernas como consecuencia de esa crítica.

—Estamos seguros que en año 1991 Galasso y usted hubieran estado en el mismo lado, criticando la política que estaba realizando Menem. Supongo que en el 2000 los dos hubieran estado en el mismo lado criticando lo que era el gobierno de la Alianza. Algo hay diferente para que en el 2008 ustedes que han tenido críticas parecidas ante distintos procesos históricos hoy estén en campos distintos…

—Alcira Argumedo: Creo que tiene que ver con el tipo de conducción del kirchnerismo que genera contradicciones al estilo de que “el que no está conmigo está contra mí”. Ellos definen un tipo de contradicción que no permite terceras posiciones, no permite críticas, porque esos son traidores. Para nosotros esta alternancia constituye la trampa de lo que fue esta estructura de corrupción. Porque tuvimos el mismo debate cuando se hablaba en el Frente Grande si había o no que crear una fuerza que rompiera el bipartidismo, que de hecho se está reconstituyendo.

—¿Hay alguna fuerza social fuerte con posibilidades que esté “a la izquierda” del gobierno?

—Norberto Galasso: Eso es lo que no existe, yo he tenido una experiencia en el año 1999 dentro del Partido Socialista Auténtico invitado por Alexis Latendorf que era un viejo amigo de estudios, que incluso le propusimos a Alcira y Ana Lorenzo a participar porque Latendorf quería hacer una lista de lujo en la Capital. Conozco el Partido Socialista Auténtico desde adentro, he estado en Proyecto Sur en el año 2002 y conozco el funcionamiento, cómo se frustró esa experiencia de Proyecto Sur, entonces yo creo que no hay ninguna posibilidad de que sin las masas, sin los trabajadores, sin los sectores populares de la clase media se pueda crear una fuerza que tenga el poder suficiente para enfrentar a lo que está que tiene muchas deficiencias. Entonces frente a eso, lo que observo es un fenómeno bastante peculiar, que es el fenómeno de Carta Abierta, que es algo así como el reflejo del 2001, por primera vez encuentro 700 personas en un salón que en general son setentistas, libertarios, más o menos nacionales que están buscando caminos, entre los cuales hay tipos inobjetables como Horacio González, Ricardo Forster o Nicolás Casullo que falleció desgraciadamente. Yo lo que opino y lo que opiné allí modestamente es que esta posibilidad de que la intelectualidad no jugara como siempre en contra de los movimientos nacionales, sino que jugara críticamente, porque tampoco son kirchneristas, era una oportunidad para una coincidencia con Proyecto Sur. Pero en la medida que, según declaró Pino Solanas, nosotros somos prácticamente cómplices de la cantidad de chicos que mueren por día, me veo obligado a salir a hacer una declaración…

—¿Cómplices?

—Alcira Argumedo: Perdón, no dijo eso… Se preguntó por qué Carta Abierta calla ante una situación así. Que no es lo mismo que decirles que son cómplices…

—Norberto Galasso: Por qué silenciábamos ese hecho, decía.

—Alcira Argumedo: Se había hecho la marcha del hambre, venían los chicos, estaba todo el movimiento por el hambre, la denuncia del obispo Jesús Olmedo de la Quiaca, diciendo hay hambre, hay mortalidad, hay una cantidad de situaciones críticas, había que salir a decir algo. Pero además, lo que quiero decir es, precisamente, esa experiencia, el intento del año 2002-2003 de Proyecto Sur nos llevó a la convicción de que los cuadros que estaban trabajando en política estaban contaminados por una mirada de cortísimo plazo y de la búsqueda de cargos electivos, etc…. por eso se hizo un repliegue, y en los cinco años siguientes, con Pino y otros compañeros, se recorrió el país hablando con la gente y de ahí salieron las cinco películas de Pino, Memorias de un saqueo, La realidad de los nadies, Argentina latente, La próxima estación, y ahora viene casualmente Tierra sublevada que hace referencia a la denuncia de lo que está pasando en Tartagal y en otras áreas. Después de ese conocimiento, de ver esa Argentina profunda y esto unido a estudios serios, porque se puede criticar la película, pero nadie pudo decir que ni uno de los datos de la película eran incorrectos.

—¿Cómo se lo va a recordar en la historia a Pino Solanas? ¿Cómo un gran cineasta o como un político importante de la Argentina?

—Norberto Galasso: Antes de eso quisiera contestarle una cosa: la polémica esta se inicia cuando Pino hace referencia al silencio de Carta Abierta sobre la cuestión de los chicos, que es una cuestión que no viene de ahora. En el año ’40 de cada 1000, había 200 chicos muertos. La mortalidad infantil era tremenda, una cifra terrible para los que la llamaban “la gran Argentina”. Entonces Pino hace esa declaración contra Carta Abierta. Pero lo que efectivamente sucedió fue que La Nación titula “Ocho chicos mueren por desnutrición por día”, lo titula grande y abajo en la nota dice: "Antes morían en 2003 doce niños, ahora mueren ocho". Es decir que en la nota está diciendo que ha habido un pequeño mejoramiento, no al que nosotros aspiramos pero sí un pequeño mejoramiento.

—Yendo a temas internacionales, ¿cómo se ubicarían frente a la Venezuela de Chávez?

—Alcira Argumedo: Con Chávez.

—Norberto Galasso: Con Chávez por supuesto.

—¿En Uruguay con Tabaré que nombró a un ministro liberal en Economía, que vetó el aborto…?

—Norberto Galasso: Apretándome las narices con Tabaré.

—Alcira Argumedo: Me causa poca simpatía pero hay que reconocer que el triunfo del Frente Amplio, más allá de lo que haga Tabaré que no me gusta, indica un avance en la conciencia social del pueblo uruguayo que me parece bueno.

—¿En el Ecuador de Correa?

—Norberto Galasso: Con Correa.

—Alcira Argumedo: Con Correa.

—¿En el Brasil de Lula?

—Alcira Argumedo: Ahí se produce un fenómeno bastante similar. Más allá de lo que esté haciendo Lula, mucha de cuyas cosas no me terminan de gustar, la mera elección de Lula indica un avance en la conciencia mayoritaria del pueblo brasilero y eso es bueno. Pero no me termina de gustar la política de Lula.

—¿Tendría la misma posición con respecto a Lula de la que tiene con relación a los Kirchner aquí en Argentina?

—Alcira Argumedo: La situación en Brasil es bastante más compleja, venís de un partido que tiene un fuerte componente de clase obrera en su momento en crecimiento, a diferencia de esta Argentina que se desindustrializó. En el mismo tiempo Brasil se industrializó y por lo tanto la clase trabajadora es mucho más dinámica. Acá estás hablando de una Argentina absolutamente atomizada, que es la Argentina profunda que estamos tratando de articular, son “esos nadie” que estamos buscando y eso es Proyecto Sur. Proyecto Sur no pretende ser una fuerza electoralista, pretende actuar como una araña que permita articular y entretejer estos movimientos indígenas que vienen acá a reclamar, los movimientos en contra de la explotación del agua potable en Mendoza, eso es lo que estamos articulando…

—Norberto Galasso: En Brasil tendría la misma posición, es decir desde una posición independiente en lo ideológico-político y en lo organizativo apoyaríamos a Lula.

—Con Evo Morales van a coincidir seguramente…

—Alcira Argumedo: Hay una diferencia muy grande en cuanto a la perspectiva de transformación que presentan Evo, Chávez y Correa frente a lo de Lula. ¿Qué sucede? Fíjate qué casualidad, son aquellos grupos que lograron romper la trampa de la alternancia bipartidista y formar una tercera fuerza a partir de los movimientos sociales, que es lo que está buscando hacer Proyecto Sur.

—Norberto Galasso: Yo quería plantearles que la posición nuestra por ejemplo en Bolivia, sería la ideal… que no pudiera haber tierras en poder de una sola persona de más de 5 mil hectáreas. Entonces eso lo dicta la Constitución, pero no se votó con efecto retroactivo. Se votó para el futuro.

Entonces si yo me pongo en ultra izquierdista, en que las quiero todas…, el programa no tiene fuerza para hacer eso, como para hacerlo retroactivo y terminar, acabar con el latifundio. Entonces yo lo voy a apoyar y voy a tratar de profundizar, que es lo que me interesa de este proceso.

LA SOCIEDAD A TRAVÉS DE UN CRIMEN

Por Hugo Presman

Muchas veces una sociedad puede ser analizada a través de sus hechos
policiales. En la muerte arbitraria de un joven se puede sintetizar facetas
de la historia de un país. Cuando Martín Castelucci, de 20 años, cayó herido
de muerte por dos golpes de puño que le prodigó el patovica y boxeador
amateur Lienqueo Catalán, de 30 años, en la puerta del local bailable La
Casona de Lanús, en la noche del 3 de diciembre del 2006, había culpables
directos y una trama histórica atrás. Y la discriminación como telón de
fondo.
Martín era un chico de clase media, integrante de una familia que es
expresión clara de aquella recordada Argentina de la movilidad social
ascendente, de ancestros inmigratorios.
El padre, Oscar, es un reconocido intelectual del campo nacional, profesor
de historia. Su madre es abogada. Los tres hermanos de Martín se han
recibido en la Universidad Pública o cursan en ella. Son sobrevivientes de
un país que en su conformación más equitativa es heredera del Irigoyenismo y
del Peronismo. Un país en el cual en sus escuelas se enseña que ha sido un
crisol de razas. Expresión desafortunada por el concepto obsoleto de razas y
porque el crisol, en sentido figurado, significa también un lugar donde
interactúan y se unen diferentes ideas, personas, nacionalidades, culturas,
etc. dando lugar a una síntesis de todas ellas. Era necesario establecer
parámetros de un denominador común para configurar una identidad nacional
dejando en el numerador todas las variantes de la diversidad que enriquecen
a una comunidad.
El país de la arcadia rural se fundó sobre las guerras civiles del siglo
XIX, sobre el triunfo de Buenos Aires, la destrucción del Paraguay en la
guerra de la triple infamia, el genocidio de los paraguayos, el exterminio
del indio en la mal llamada campaña del desierto que quedó desierto después
de la conquista. Buena parte de la mano de obra nativa se la reemplazó por
el alud inmigratorio, que tenía en la concepción sarmientina, el virus de la
discriminación en el malhadado axioma de civilización y barbarie. A través
de los dos movimientos populares se expresaron las clases medias en ascenso
y la nueva clase obrera migrante de las provincias. Esa presencia del
cabecita negra fue estigmatizada por las clases altas y franjas importantes
de las clases medias. Eso que Ernesto Sanmartino llamó "el aluvión
zoológico" y que Julio Cortázar retrató en Casa Tomada como la sensación de
opresión percibida por los sectores medio a través de la ocupación de
espacios por aquellos que habían sido excluidos y luego al ser incluidos
debían ser invisibilizados.
Esa noche de diciembre del 2006, el entrecruzamiento de esta historia se dio
cita en La Casona de Lanús. Martín Castelucci iba acompañado de su amigo
Nahuel Arroyo, que según el aluvión zoológico, o la vida transitada bajo la
visión binaria de civilización y barbarie, no tenía derecho a entrar. En el
voto de Guillermo Piume, uno de los tres jueces que condenó a José Segundo
Lienqueo lo expresa con claridad: "En el local bailable La Casona se
implementó un deplorable sistema de admisión de ingreso, inspirado en
evidentes prejuicios de índole racista y clasista"
Martín, con la piel blanca que el estereotipo identifica con la
civilización, había sido autorizado a ingresar. Volvió sobre sus pasos para
oponerse a la discriminación que era objeto su amigo. Había asimilado, tal
vez sin saberlo, pero como un elemental sentido común los principios de
igualdad de su familia que iban de la Revolución Francesa a la Reforma
Universitaria, pasando por el peronismo histórico. En ese intento encontró
la muerte.
Pero José Segundo Lienqueo, tal vez también sea una víctima empleada para
ser victimario, por el dueño del boliche Atilio Amado. Es él, el instigador
de la discriminación implementada con la violencia. En palabras del juez
citado: "En el local no sólo era válido impedir el ingreso de aquellas
personas que no se adecuaban al estereotipo admitido, sino que además, de
resultar necesario, habilitaba el uso de la violencia extrema". La misma
violencia que los militares en el papel de José Segundo Lienqueo ejercieron
en distintas etapas de nuestra historia, desde el bombardeo a Plaza de Mayo
al terrorismo de Estado. Y los instigadores y beneficiarios directos como
Atilio Amado, que a nivel nacional puede ser desde la Sociedad Rural a los
Capitanes de la Industria, desde Alfredo Martínez de Hoz a los Blaquier,
generalmente escapan de todo castigo porque en diferentes grados son el
poder. Todo ello abonado ideológicamente en el crisol de razas, civilización
y barbarie, el aluvión zoológico, los morochos generalmente pobres son un
peligro. O dicho sin eufemismos: no queremos saber nada con esos negros de
mierda.
La familia Castelucci ha actuado con el temple y la búsqueda de justicia que
rigió el accionar de las Madres de Plaza Mayo en los años de plomo.
Nunca un gesto destemplado. Nunca una escenografía del dolor. Nada de pedir
la pena de muerte. Ni modificaciones del Código Penal o mano dura. Nada de
ojo por ojo. Simplemente el accionar de justicia.
Como dijo en una ocasión Oscar, el padre de Martín: "Cuando uno sufre una
injusticia tan grande no modifica sus valores, construye en base a los que
ya tenía. Pero ahora comprendemos claramente que una sociedad violenta
requiere para ser modificada otra cosa que violencia, sino se repite el
efecto. Frente a ella, debemos sostener la tolerancia..Para la pérdida de un
hijo no hay reparación judicial posible, pero por su memoria queremos que
quienes son los responsables de su muerte estén presos"
Constituyeron la Asociación Civil Martín Castelucci, para intentar que la
muerte de su hijo no haya sido en vano. Tiene como objetivo ir contra la
discriminación, contra la violencia y por los derechos de los jóvenes" La
cátedra de Derechos Humanos de la Escuela Normal Superior número 3
Bernardino Rivadavia de San Telmo lleva el nombre de Martín Castelucci.
El martes 14 de abril del 2009, la familia Castelucci escuchó la sentencia a
once años de prisión de José Segundo Lienqueo. Sin estridencia, Oscar, el
padre, Ana María Herrera, la madre, los hermanos Pablo y Laura, Mariana
simbólicamente desde Barcelona se confundieron en un abrazo, salpicado por
las lágrimas. No celebraban nada. Solo sentían que habían hecho lo justo en
honor de ese hijo, de ese hermano asesinado. Y ahora van porque el brazo de
la justicia alcance al instigador. Por Atilio Amado. El que representa en
pequeño, los que poderosos han hecho en grande cada vez que se avanzó sobre
sus privilegios. Usando la extrema violencia. Despreciando la vida.
Cuando eso se concrete, recién entonces lo que se repite mil veces en los
escritos judiciales se hará realidad: SERÁ JUSTICIA

LA GUERRA DE LAS SEIS DECADAS CONTRA ARGENTINA

Breve crónica de las seis últimas décadas de la Guerra contra la Argentina ejecutada
por los Centros de Saqueo
Por Walter Moore


EL AMANECER DE UN MUNDO NUEVO

En un país como la Argentina, cuya creatividad política es reconocida mundialmente, parece que no pasa nada en el momento en que está llegando a su fin la globalización financiera, el libre comercio, el modelo de libre mercado y la hegemonía de los organismos multilaterales, y cuando también cruje la unión monetaria europea.

O sea que, mientras todo el andamiaje del neoliberalismo se desploma, tanto el gobierno argentino como la oligarquía entreguista, no ofrezcan una sola idea nueva y sigan con sus escarceos, ante la indiferencia del Pueblo.

Esta aparente apatía política se hace más extraña aún cuando nuestros hermanos bolivianos profundizan diariamente su transformación arrancándose, día a día, los restos de la cultura capitalista europea con que nos han sometido durante medio milenio.

Pero, fue en la Argentina donde el Pueblo salió a la calle para voltear a varios gobiernos en pocas semanas, al grito de -¡Que se vayan todos!, inaugurando un siglo de profundas transformaciones, y donde todos tenemos una oscura conciencia de que ese proceso continúa, y que es, precisamente porque sigue vivo, que sorprende la aparente indiferencia.

La verdad es que existe un proceso de cambio subterráneo, que Deleuze y Guatari describen como Rizoma, por el cual los pueblos buscan liberarse de la esquizofrenia capitalista, y que explica estos procesos subterráneos que avanzan para convertir en realidad la consigna ¡Que se vayan todos! al mismo tiempo que concibe la respuesta a la cuestión central: Cómo será el funcionamiento de la sociedad cuando la clase política actual salga de la escena.

Para comprender que es lo que debe cambiar, y quienes serán los responsables de este cambio debemos recorrer la historia de las últimas seis décadas, paso necesario para dar contenido a lo que vendrá. Para eso debemos hacer una breve crónica de



ARGENTINA: LA GUERRA ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE

En nuestro país, como en todo el mundo, existen solamente dos partidos políticos: El Partido de la Muerte y el Partido de la Vida, con miles de nombres diferentes, ambos Partidos tienen dirigentes, militantes, partidarios y adherentes, es una política en la cual nadie permanece indiferente.

Los motores del Partido de la Muerte son la Codicia y una Falsa Conciencia de Superioridad que procura organizar el organismo social con la racionalidad jerárquica de un árbol y la formación local de una pirámide de artificial de poder, cuya culminación mundial sería un gobierno global a cargo de los banqueros más importantes del planeta.

Los miembros del Partido de la Vida, en cambio, desechan esta racionalidad inventada para beneficio de unos pocos, y desean que se permita la expresión de la diversidad, porque de esto depende tanto la vida natural y como la vida social.

Esta batalla política entre los patriotas partidarios de la Vida y los saqueadores partidarios de la Muerte ha construido la historia de la Argentina.

Vivimos en un país rico y potencialmente poderoso, tanto por sus recursos naturales, por su extraordinaria amalgama poblacional, y también por su historia libertaria.

Esto nos convierte, simultáneamente, en una presa apetecible para saquear y un potencial enemigo para los Partidarios de la Muerte, que siempre buscan debilitar, y destruir a los que adhieran al Partido de la Vida.

Así que, en este contexto de peligro permanente, hemos tenido que desarrollar gigantescas cantidades de ingenio y bravura para sobrevivir y preservar lo más valioso que tenemos, nuestro Pueblo.

Todos sabemos que ahora debemos realizar una limpieza profunda de la enfermedad histórica que representan los partidarios de la muerte, hoy representados por el terrorismo neoliberal, y de los virus en estado de latencia en su antecesor, la oligarquía, que usa sus recursos esperando “volver a vivir” disfrazada “del Campo”.

Para detener la guerra, para poner fin a la sistemática agresión y saqueo, para construir la paz y defenderla de futuras agresiones, debemos pormenorizar en qué consiste cada batalla y quiénes son los protagonistas de una guerra que ha sido cuidadosamente planeada y constantemente monitoreada por la compleja trama global organizada por los Centros de Saqueo.

Comienza la etapa actual cuando estos Centros de Saqueo Global se instalan en los Estados Unidos, país de los principales vencedores de la Segunda Guerra Mundial, pues su anterior sede, el Imperio Británico, había sido vencida.

La nueva idea para proseguir el saqueo se llamó descolonización, similar a la abolición de la esclavitud, que finalmente resultó en una explotación aún más salvaje de los más pobres, pues el capitalismo no nació para traer felicidad, sino sufrimiento.

Antes de iniciarse esa guerra los británicos tenían en el Cono Sur Sudamericano un virtual Virreinato, y como tributo por su derrota debía pasar a ser controlado por los nuevos ganadores.

Estos envían a su embajador a hacerse cargo de la Argentina, a organizar el país para sus apetencias, muy diferentes de las que necesitaba Inglaterra, pues Estados Unidos ya tenían su propia granja, y su principal interés era eliminar a todo potencial competidor en América Latina, a la que considera su “patio trasero”.

La Revolución Peronista es la gran sorpresa. Derrota al Embajador norteamericano que había montado un frente político con los amanuenses de siempre, en el cual militaba también el Partido Comunista Argentino, lo cual prueba el vigor que tenían entonces los acuerdos de Yalta, en que rusos y norteamericanos se dividieron el planeta como si fuera una torta, y que Perón enfrentó con su doctrina de la Tercera Posición.

La extraordinaria transformación que ocurrió en la Argentina durante el gobierno de Perón generó un fuerte ajuste en los planes de los Centros de Saqueo.

Evidentemente, derrocar a Perón no sería tan sencillo como derribar a Jacobo Arbenz, el presidente de Guatemala depuesto en Junio de 1954.

Por lo tanto se puso en marcha un cuidadoso Plan, utilizando la Quinta Columna que los Centros de Saqueo tenían instaladas en muchos estratos de poder de la Argentina, gracias a la larga historia anglófila de estos sectores.

Una historia que había comenzado desde el momento mismo de nuestra liberación de España, exactamente durante la breve ocupación británica que siguió a la Primera Invasión Inglesa.

Fue entonces que el General William Beresford formalizó un acuerdo secreto con los grupos más acaudalados de esa aldea de barro, pero ubicada estratégicamente, que era entonces Buenos Aires.

Como su nombre lo indica, los porteños obtenían sus recursos del monopolio comercial controlado por la Aduana española, y del contrabando británico, profesión en la cual descollaban los comerciantes ingleses y españoles, convertidos entonces en naturales aliados del fuerte ejército invasor de un país que proponía el “libre comercio”, o sea el cambio de monopolio.

La formación en la Argentina de una red favorable a los Centros de Saqueo (los perduelis argentinos) se realizó entonces. Beresford invitó a 50 familias para que colaboraran con el Imperio Británico a cambio de que este protegiera a perpetuidad sus bienes y la vida de todas sus generaciones venideras.

Así mientras la mayor parte del pueblo preparaba aceite hirviendo para expulsar a los invasores, estos canallas negociaban un futuro de traiciones a la patria que los había albergado.

Así empieza Organización de Perduelis Argentinos, comandada entonces por un tal Alfredo Martínez de Hoz, que fuera designado por Beresford como Administrador de la Aduana durante su breve mandato.

Si bien la mayor parte de esos “apellidos patricios” siguen siendo un secreto bien guardado, algunos se han revelado, como el de Castelli (que dirigió a la patrulla inglesa que fusiló al héroe de la Reconquista Santiago de Liniers), o los Rodríguez Peña (que facilitaron la fuga de Beresford, siendo también imputados por complicidad Juan José Castelli, Hipólito Vieytes, Antonio Luis Berutti, y prestando su consentimiento miembros de las clases altas de Buenos Aires), y no es difícil que el apellido Rivadavia también estuviera implicado, dadas las facilidades que le brindara poco después a la banca Baring Brothers para realizar la primera gran estafa de la Deuda Externa, iniciando una Guerra Monetaria contra la Argentina (y contra Latinoamérica en general) que llega hasta nuestros días.

En este campo el apellido Martínez de Hoz sigue hasta ahora con su tradición de traidor a la Patria.



EL SAQUEO MONETARIO: LA GUERRA ECONÓMICA

Las actividades de saqueo monetario comienzan al iniciarse el Siglo 19, cuando las flotas piratas del Estado Imperial Británico, reciben órdenes de saquear los Tesoros de los gobiernos de nuestros países, puesto que las fuerzas españolas no estaban en condiciones de defenderlos.

El Primer Gran Robo Británico a la Argentina, tuvo como jefe de la pandilla al General Beresford, que logró alcanzar el Tesoro del Virreinato del Río de la Plata, que el Virrey Sobremonte intentó proteger con su traslado a Córdoba, una ciudad entonces más importante que Buenos Aires.

El Tesoro fue regresado a Buenos Aires y trasladado a la flota inglesa, pero después de la derrota, los notables porteños permitieron que los invasores en retirada se lo llevaran y lo pasearan triunfalmente por Londres, disimulando así la derrota militar de su poderosa fuerza a manos del Pueblo y el naciente Ejército Argentino.

Así se organizaron por primera vez las complicidades que permitieron asumir grandes poderes a una clase oligárquica, antipatriota y antipueblo, que desde entonces ató su riqueza a los intereses británicos, entregándoles todo lo que ellos quisieron de lo que era propiedad del Pueblo y la Nación Argentina.

A cambio de servirlos, se hicieron cargo de todos los resortes del comercio exterior, enviándoles el producto de lo que llamaban la Principal Granja del Imperio Británico, e importando bienes industriales y servicios, pagados por diez veces el valor de lo que se llevaban.

Esta actividad de administración del Virreinato Británico del Plata, incluía el control del Banco Central Argentino, un instrumento clave, que desde entonces operó como una empresa británica, a veces en forma descarada y otras manteniendo la ficción de que los argentinos lo controlamos, y aún hoy, esto es así: los gerentes argentinos de nuestro Banco Central (que es nominalmente el responsable de la soberanía monetaria de nuestro país), si han hecho un buen trabajo esquilmando a sus compatriotas son ascendidos para trabajar en las Casas Centrales, o sea en los Bancos de Londres, el Banco Mundial u otros organismos de los saqueadores.

Durante un siglo y medio, esta alianza entre la oligarquía local y los Centros de Saqueo asentados en Inglaterra mantuvieron las estructuras de control de nuestro gobierno, de nuestro sistema productivo, de nuestras finanzas y de nuestro sistema de vida en general.

La emergencia del Peronismo, como la expresión argentina del Partido de la Vida, cambió partes sustanciales del sistema, pero, precisamente por su tolerancia, no logró limpiar el país de la nefasta influencia de estos traidores a la Patria, que siguieron ocupando lugares de poder real en el gobierno, y en el sistema económico conformado por la posesión de tierras y edificios de renta, por la banca, la prestación de los servicios públicos, el control del sistema comercial y de las relaciones exteriores, y fundamentalmente en las organizaciones armadas y de seguridad, instalando la grotesca idea de que el ejército no debería ser “nacionalista”, sino liberal.

La penetración de estas organizaciones es imprescindible para coordinar las actividades de espionaje y acción directa planificadas por el Directorio del Sistema de Saqueo Global.

Este dispositivo, eufemísticamente llamado Comunidad de Inteligencia, tiene sus propias políticas, y suficiente poder como para designar a los primeros mandatarios de sus países (como ejemplos más recientes tenemos a George Bush padre, Vladimir Putin y Tziti Livni).

Los espías globales forman una red de relaciones que borra toda frontera nacional y comparten recursos e información para saquear y controlar a otros pueblos y naciones.

A este grupo de matones se ha sumado un nuevo jugador con poder creciente: el Narcotráfico.

Se trata de otra fuerza subversiva de carácter internacional, controlada informalmente por los Centros de Saqueo, que lavan e invierte el dinero obtenido por la venta del producto soñado por cualquier gerente comercial: sus usuarios están dispuestos a matar para comprarlo y lo consumen hasta morir por ello, también son la expresión más pura de la competencia, conservan sus mercados matando a sus competidores y sobornando a los encargados de controlarlos.

Por eso son los Notables del Sistema los que impiden políticas gubernamentales efectivas para su erradicación, ellos está ideológicamente de acuerdo, y también participan de sus beneficios económicos y políticos, pues el narcotráfico colabora eficientemente con el desorden de las comunidades y la destrucción de la salud de la población, además de brindar una fuente de recursos a los politiqueros y poder mafioso adicional para controlar a los rebeldes, a través de la red de punteros políticos que controlan cada barrio.

La tentación de la violencia es una lacra que se instala también entre los partidarios de la Vida, fomentando la idea de que se puede ganar la batalla contra los partidarios de la Muerte, usando sus métodos, pero la Historia ha probado que sólo consiguen convertirse en los nuevos enemigos de la Vida.

Sin embargo, para lograr la cura del organismo social enfermo, la medicina nos indica cómo podemos usar algunos venenos convirtiéndolos en remedios.

Para eso debemos tener un claro diagnóstico, graduar cuidosamente la dosis del veneno y saber de antemano cual es la oportunidad de aplicación más adecuada, dejando de lado la mentira de los Derechos Humanos Liberales, donde las consideraciones sociales son eludidas, dado que no consideran, por ejemplo, que el derecho a la alimentación, a la salud, a la vivienda, a la libre expresión de las ideas, es esencial para formar parte de la Humanidad.

Pero así como la determinación y la violencia es lo que posibilita el éxito del Partido de la Muerte, la evolución de los acontecimientos, el devenir natural es el que ayuda a la victoria de los partidarios de la Vida.

En este momento, la transformación de la Humanidad está haciendo derrumbar el poder del terrorismo capitalista.

Estas circunstancias favorables ya ocurrieron antes, por ejemplo, las dificultades que detuvieron el comercio exterior durante la Segunda Guerra Mundial, permitieron que la Argentina dejara de lado el modelo de Distribución Internacional del Trabajo impuesto por el Imperio Británico (donde Inglaterra era el Taller y las naciones incorporadas (formalmente o de hecho) al Commonwealth conformarían la Granja que les brindaría comida y recursos naturales).

Cuando eso talleres se tuvieron que ocupar por completo para detener la maquinaria nazi, y abandonar su provisión a nuestros países, se permitió que se liberaran las energías y creatividad de nuestros pueblos, desarrollando la sustitución de importaciones, proceso que la tecnología actual facilita en cualquier lugar del planeta.

Esta limitación del poder imperialista permitió al Partido de la Vida Argentino crear una base industrial que nos convirtió en un país moderno, con industrias de punta como la aeronáutica y la energía atómica, la industria pesada del acero, el carbón y el petróleo, y la creación de una industria liviana, que logró el desarrollo necesario para autoabastecernos.

El gobierno de ese período pudo aplicar los recursos generados por la exportación de commodities a la profundización del sistema industrial y a la modernización de la infraestructura.

Sin embargo cometió el grave error de dejar intacto el poder oligárquico que controlaba los recursos agropecuarios, al no realizar la Reforma Agraria, limitándose a pagar más adecuadamente a los peones rurales, y controlar los intereses del sector en el comercio exterior de mediante el Instituto Argentino

Para el Intercambio (IAPI) y las Juntas Nacionales de Granos y Carnes.

Pero esto no destruyó la base del poder oligárquico: La propiedad inmueble.

Este mito, de que la tierra puede ser privativa de algunos individuos, impuesto por la Cultura Capitalista Europea, no soporta el menor análisis racional, pues se limita a justificar la idea capitalista de que es posible el apoderamiento de un bien preexistente, la Naturaleza, que siempre es anterior e independiente de los designios humanos, idea contrapuesta a la cultura americana de reverencia ante la Madre Tierra (Pacha Mama) y de la responsabilidad comunitaria para su conservación.



LA VERDADERA FIESTA PATRIA

Nuestro país tiene vocación libertaria desde su origen.

La verdad es que la Argentina se fundó el 12 de agosto de 1806, día de la rendición incondicional del invasor británico ante el Pueblo en armas.

El 25 de mayo de 1810 es una fecha que conmemora a los perduelis argentinos, en la cual un grupo de la clase alta porteña, lo único que hizo fue firmar un cambio de tutor, transfiriendo el control político desde el Imperio Español al control económico del Imperio Británico.

Al iniciarse la segunda mitad del siglo 20, el Partido de la Vida había creado una organización industrial cada vez más compleja, sin endeudamiento externo, con grandes superávits comerciales (provenientes de su autoabastecimiento) y monetarios (debido a su control de la fuga de divisas), con fuerzas armadas bien abastecidas por su propia industria militar avanzada, todo lo cual constituía un serio problema para los Centros de Saqueo, no sólo porque no podían llevarse la riqueza con la misma impunidad de antes, sino porque su ejemplo podía ser imitado, minando la retórica (que ahora se desploma) de la Distribución Internacional del Trabajo, en la cual se encuentra la base de su poder: Comprar barato lo de los otros y vender muy caro lo propio.

Esta actividad llegó al pináculo con la principal exportación los Estados Unidos, los dólares, que no tienen costo, generando una ganancia del 100%, más intereses, esta operación hoy designada como parasitismo financiero, duró cuarenta años.

Para derrotar esa Argentina Potente se desarrolla un cuidadoso Plan que dura



LOS ULTIMOS SESENTA AÑOS DE GUERRA Y SAQUEO CONTRA LA NUEVA ARGENTINA PERONISTA

Los enemigos internos de la Argentina, fueron cooptados por los imperialistas por su adhesión a ideas abstractas como la libertad (de comercio, de prensa, de cambio monetario, etc.), creyendo que la prosperidad europea se debía a esas ideas y no al saqueo del resto del mundo.

Muy inteligentemente, los Centros de Saqueo proponen que volvamos a encadenarnos en nombre de la Libertad.

Eso no es tarea fácil, pues la ilusión así montada pronto se desmorona ante la realidad cotidiana, pero los viejos saqueadores saben esto, y para impedirlo programaron las siguientes etapas de la Guerra de Sumisión que padecimos durante los 60 años posteriores a 1955.

Eran las siguientes:

1ª ETAPA: Tratamiento de Shock.

Desde la muerte de Eva Perón, se intensifican las actividades de Guerra Psicológica para debilitar al gobierno peronista.

Se fomenta un enfrentamiento entre una clase media alta, identificada con el pensamiento liberal, que extrañaba las delicias provenientes de la codicia, del consumo irrestricto de bienes casi inútiles y de los goces que proporciona ser acariciados como perros por un amo imperial.

A este grupo social, atacado por de la esquizofrenia capitalista, le resulta imposible notar que durante la Transformación Peronista habían incrementado notablemente su calidad de vida, y aún su riqueza.

Esta tarea de desgaste de imagen prosigue hasta que en 1955 se inicia una seguidilla de violencia inaudita (que después se prolonga por muchos años) con el específico fin de impedir que la población piense con claridad y actúe coordinadamente.

Así que comenzaron los atentados y el fomento de aquellos grupos que proponen la “contra-violencia”, usando así los dos brazos de la tenaza imperialista: el Brazo Izquierdo (para provocar desórdenes violentos y desmantelar con ello las iniciativas populares, que siempre son de cambio pacífico) y el Brazo Derecho para reprimirlos, integrados por una multiplicidad de grupos con distintos nombres.

Ambos grupos operan con los mismos fines, que trataron siempre de esconder con sus discursos, pero cualquiera que haya escuchado la sabiduría de Cristo sabe que -Por sus obras los conoceréis.

La fortaleza del poder popular creado por el peronismo obliga sus enemigos a usar una violencia inusitada, que culmina con el bombardeo al Pueblo en la Plaza de Mayo, donde este había tomado el poder el 17 de octubre una década atrás.

Asesinar al Pueblo, es el argumento de venta para un sector que sostiene un profundo odio a la negrada, que había tenido la osadía de vivir decorosamente, un grupo social que ya no se prestaba a postrarse por unas miserables monedas, que ahora tenía futuro, y con quienes, finalmente, los burgueses se verían forzados a competir y a demostrar cuanto valían de verdad.

Hoy parece difícil de creer que muchos argentinos hayan apoyado el Proyecto de la Muerte que proponen los Centros de Saqueo para desplazar del poder a aquellos que sostenían la realidad de una Nación Soberana, Libre y Justa.

Pero eso sucedió, realmente sucedió y los perduelis, cipayos y traidores a la Patria siguen trabajando para el enemigo a cambio de participar del Festín del Saqueo, y con su prédica lograron que una parte de la población los apoyara, y el gobierno popular finalmente fue arrastrado fuera del poder, y comenzó la:

2ª ETAPA: El Festín de la Muerte.

Los Cipayos del Saqueo que conducían la Marina de Guerra y una parte importante del Ejército comenzaron entonces una matanza de sus compatriotas que se prolongaría por todo el siguiente cuarto de siglo.

Durante 25 años se sucedieron los asesinados, persecuciones y torturas, y también los atentados, resistencia y enfrentamientos, configurando una etapa que podemos designar como de la Muerte Física Violenta.

El siguiente cuarto de siglo, el proyecto de destrucción del Pueblo argentino se desarrolló bajo el Programa de la Muerte Física No Violenta (usando recursos como el hambre, la miseria, insalubridad, estrés, falta de futuro, etc.)

Esa es la Era de la Partidocracia.

Perón conocía la Historia, sabía que los norteamericanos no tenían límites para su bestialidad: eran ejemplo suficiente Hiroshima, Nagasaki y Dresde que habían sido destruidas sin ser objetivos bélicos, con la única finalidad de aterrorizar a la población.

Por eso abortó el baño de sangre de una guerra civil, aún disponiendo de las fuerzas suficientes como para derrotarlos.

Él sabía que esa banda no se sostendría mucho tiempo y que la reconstrucción sería mucho más difícil después de una guerra civil (lo sucedido en España lo ejemplificaba), y procuró mantener la integridad del Pueblo, su único heredero, renunciando a la lucha armada en ese momento.

Aún Vietnam no había demostrado que ese Imperio puede ser derrotado usando un variante del modelo del rizoma (el despliegue subterráneo de la Guerra Asimétrica) y entonces el país no se estaba organizado para esa contingencia y Perón no quiso arriesgarse a una invasión de marines brutales.

Lo que la barbarie yanqui hizo en este siglo en Irak, le daría hoy la razón.

La reconstrucción será más sencilla aquí, que en ese país, a pesar de que la dominación ha durado 10 veces más que allá.

El Plan de los Centros de Saqueo entro luego en la

3ª ETAPA: Cortar Cabezas Sanas e instalar la corrupción:

La primera actividad de la Revolución de la Muerte liderada por el General Aramburu, después asesinado por sus pares, estuvo destinada a reemplazar en un Estado muy poderoso entonces a todos aquellos que sabían Administrar la Vida, para permitir que la Muerte y la Corrupción penetrara en todas las estructuras sociales.

Para eso convocaron a cuantos enemigos de la Argentina encontraron, a cuantos ladrones de guantes blancos pudieron citar, y premiaron generosamente a los colaboradores del Proyecto de la Muerte en marcha.

El Banco Central, y el Ministerio de Finanzas (hoy de Economía) fueron completamente reestructurados para endeudar al país, se instaló la corrupción como un sistema que bajaba desde arriba hacia las clases trabajadores (esta gente sabe que la instituciones, como el pescado, comienzan a pudrirse por la cabeza) y así comenzó el sistemático Programa de Corrupción del Hombre Argentino, que cada gobierno posterior fue perfeccionando, y que corregirlo llevará al menos una generación.

Por otra parte, las empresas de servicios públicos y las industrias de base fueron saqueadas para beneficio de bancos, empresas extranjeras y de sus cómplices locales, convirtiendo servicios eficientes en deficientes para preparar a la opinión pública para transferirlos a los más eficientes de los saqueadores.

También en ese momento las organizaciones de la comunidad comenzaron a ser desmanteladas o corrompidas lentamente.

En la medida en que la resistencia popular lo permitía, se cerraron sindicatos, clubes, centros de estudio, etc.

La ruptura de la legalidad de este grupo de forajidos, llegó al límite de anular la Constitución de 1949 mediante un bando militar, pues se trataba de soslayar ese ordenamiento legal destinado a impedir el desastre y el saqueo.

A pesar de las numerosas convocatorias constituyentes posteriores, esta arbitrariedad de origen sigue existiendo, lo cual significa que la única Constitución legítimamente vigente en la Argentina sigue siendo esa.

Todo lo actuado posteriormente en este campo fundacional, carece de validez jurídica y legitimidad histórica.

Hecho el trabajo sangriento por los militares, se ingresa en la

4ª ETAPA: Desguace de la Nación.

La fachada democrática que necesitaban los Centros de Saqueo, requería elecciones, pero como el gobierno popular se impondría siempre, proscribiendo al peronismo empezó a aspirar a la presidencia de la Nación una la larga lista de traidores que asumieron para entregar el país a los intereses de los Centros de Saqueo.

El primer elegido fue Arturo Frondizi, que hizo un acuerdo con Perón y lo traicionó apenas se puso la banda presidencial. Fue elegido por los Centros de Saqueo como su delegado pues estaba revestido de un barniz de defensor de la industria, y anunció un falso Programa de Desarrollo, anunciando -la liberación de las fuerzas productivas, engañando a los argentinos, como después lo hiciera Martínez de Hoz.

Este traidor radical, lobista a favor de los Centros de Saqueo, comenzó con la destrucción del Ferrocarril, pues era una competencia muy eficiente contra las industrias que querían imponernos su amo norteamericano: La industria petrolera y la automotriz.

Para desguazar el ferrocarril se contrató a un general de Estados Unidos, Thomas Larkin, que hizo el primer plan.

Financiado por el Banco Mundial, sirvió para cerrar, en muy breve tiempo, un tercio de los ramales y expulsar a 60.000 trabajadores de ese servicio público imprescindible para integrar un país tan extenso como el nuestro, que si bien conservaba las redes organizadas por los ingleses para llevarse los productos del campo a los puertos con destino a los centros de saqueo, era útil para sostener pequeñas poblaciones en un gran territorio casi despoblado .

Al mismo tiempo, Frondizi y sus secuaces atacaron a la industria automotriz nacional, que fabricaba un amplio espectro de vehículos, entre los cuales se encontraban el Rastrojero, el Torino, el Kaiser Carabella, el Graciela, la Estanciera y una amplia gama de motos y motonetas.

Estas industrias en ese momento eran más importante que las alemanas y japonesas destruidas por la guerra, y fueron arrasada al abrir las puertas indiscriminadamente a 14 fábricas de automotrices extranjeras que se abocaron a poner algunos tornillos a vehículos importados por partes, un invento destinado a crear la ilusión de una industria nacional.

La única excepción fue Siam Automotores, que montó una industria nacional, que finalmente no pudo resistir sin nuevas inversiones que se le negaron desde el Estado militarizado de Onganía.

Los servicios del perduelio Frondizi no quedaron allí, también le abrió las puertas a las universidades imperiales, en la operación Laica versus Libre preparó el terreno para el desastre de la Noche de los Bastones Largos a cargo del dictador Onganía.

También, en contra de lo expuesto en su libro Petróleo y política, permitió el ingreso de empresas petroleras multinacionales con las cuales firmó contratos que les permitían competir ruinosamente contra YPF.

En el campo militar se ocupó de debilitar al país, dejando languidecer a la fábrica de aviones a reacción que producía los Pulquis I y II, suspendiendo la producción, y perdiendo así una importante ventaja comparativa para el proyecto estratégico de la Argentina, pues por esa época el nuestro era uno de los poquísimos países del mundo que producía aviones a reacción.

Como todo traidor, Frondizi tuvo a su lado un maestro de la entrega: Alvaro Alzogaray, que profundizó la política neoliberal impulsada por la Revolución de la Muerte, también en varios gobiernos posteriores, inclusive con su hija como factótum del gobierno de Menem, que ahora se la pasa entrando y saliendo de la cárcel por sus delitos.

Este despliegue de entreguismo pronto generó grandes protestas populares que fueron aprovechadas por los militares para derrocar a Frondizi y dirimir una batalla entre las bandas rojas y azules, después de la cual llamaron nuevamente a elecciones.

Un radical sabatinista, tendencia política afín con las propuestas del peronismo, asumió el gobierno, elegido gracias al voto en blanco de la mayoría del país, el médico Arturo Illia.

Él restableció un período de prosperidad y libertad, breve, pero intenso que contradecía los designios de los Centros de Saqueo, con lo cual se activaron los mecanismos de guerra psicológica para derrocarlo y fue expulsado de la Casa Rosada por la Policía, ante la pasividad de la clase política, tanto de peronistas como de radicales, y a partir de entonces se inició un ciclo de etapas destructivas:



5ª ETAPA: Desmantelamiento productivo:

El nuevo inquilino elegido por los Centros de Saqueo para trabajar en la Casa Rosada fue un general con aspiraciones mesiánicas y sin las menores dotes de estadista.

Manipulado por su entorno neoliberal, se dedicó a destruir a la clase media productiva, usando uno de los instrumentos que usa eficazmente el Poder Oscuro: el manejo del dinero, primero devaluó el peso, para luego limitar, hasta hacer desaparecer, a las Cooperativas de Crédito.

Como estas eran la fuente de financiamiento de las empresas pequeñas y medianas, comenzó una larga cadena de quiebras de empresas argentinas que ha llegado hasta nuestros días, siempre usando la misma metodología: eliminar o encarecer hasta dejarlas fuera de competencia, a la financiación de las pequeñas y medianas empresas argentinas.

Luego los gerentes serviles al enemigo, se ocuparon de organizar el sistema financiero para destruir a las grandes empresas privadas de industrias claves, como Siam Di Tella, Sasetru, las de máquinas herramientas, etc. y a perseguir implacablemente a los sindicatos con vocación nacional.

También destruyó otro recurso estratégico que había llevado décadas construir, la educación superior.

Onganía terminó la obra de Frondizi, que había abierto la puerta a las universidades liberales, y para permitir su crecimiento, destruyó la calidad académica de la Universidad Estatal, iniciando la persecución de científicos, profesionales destacados e intelectuales en la Noche de los Bastones Largos, en la cual la policía echó de los claustros tanto a alumnos como a profesores, inaugurando la actual Larga Noche de la Educación Superior Argentina, que había sido un faro en América Latina.

El Pueblo, harto de estos canallas, realizó la Primera Revuelta Popular, que estalló en el Cordobazo y el Viborazo en Córdoba, que voltearon primero al usurpador nacional y luego al interventor en la provincia, luego el Rosariazo surgió para defender a la Universidad local y el Rocazo que conmovió a General Roca mostró que el Sur también existe. Mendoza también tuvo su pueblada. Y esto permitió la

6ª ETAPA: Intento de Reconstrucción:

Este estado de rebelión, sumado a las luchas de los sindicatos combativos, genera tal falta de poder del gobierno militar, que pone fin a la larga etapa de represión, propia de un país invadido, desplegada tanto por el Gobierno de Onganía como el de Lanuse y otros generales que se sucedían en el trono.

Durante todo el período de desorden generado por los Gobiernos militares, se formaron grupos de resistencia armada legítima, que luego fueron profundamente penetrados por los servicios de espionaje, que atacaron de la misma manera al gobierno popular que a la dictadura, y entre ambos crearon el teatro de operaciones del Proyecto de la Muerte, durante el período denominado de “Intercambio de Boletas”, siendo la Boleta el nombre con que se designaban los asesinatos políticos.

Esta inestabilidad obliga a llamar a elecciones.

Proscriben a Perón, pero no al peronismo, que gana y permite el regreso del Líder.

Este encuentra un país corrompido moralmente, desmantelado políticamente y saqueado económicamente.

Las medidas tomadas permiten una rápida recuperación de la prosperidad y del sistema industrial, pero los grupos de resistencia armada siguieron operando, y esto generó un espacio político inestable, que dificultó la reconstrucción.

Luego la muerte de Perón y el débil gobierno de su esposa, Isabel Martínez, permiten a los Centros de Saqueo poner en marcha la:



7ª ETAPA: La Tierra Arrasada.

La recuperación de la Argentina es vista con alarma por nuestros enemigos multiseculares, cuyo proyecto requiere la anulación de toda resistencia popular.

En América Latina el programa de extermino de los Centros de Saqueo se designó como Plan Cóndor en lo militar, y Consenso de Washington en su programa económico.

Este proyecto está destinado al arrasamiento de los movimientos populares, poniendo en marcha la Doctrina del Shock, magistralmente descripta por Naomi Klein en su libro así titulado, donde se explican los objetivos económicos que buscaban con la instalación del Terror, modelo que políticamente se denominó como Neoliberalismo y al imponer el llamado Pensamiento Único, se generó la actual mercantilización de la cultura.

Con la excusa de combatir una Guerrilla, que ya había sido derrotada militarmente, los secuaces locales desarrollan su estrategia de Guerra Interna de Alta Intensidad, con el objetivo de lograr la destrucción de los cuadros políticos, intelectuales y culturales que defendían el nuestra supervivencia como Nación.

Así se entra en la última etapa del Proyecto de la Muerte Violenta (1955-1980) que abarcó a toda una generación de argentinos.

Debemos aclarar, que a pesar de su crueldad, jamás alcanzó la locura que desplegaron los europeos y asiáticos en las Guerras Mundiales, y esto se debe a que, a pesar del castigo que sufre América Latina desde el inicio de la Invasión Europea, este no es un territorio de muerte, sino de vida.

El Proceso de Reorganización de la Muerte comandado por un hombre que tenía el mismo nombre que aquel que los británicos nombraran como Director de Aduanas en la época de Bereford, instaura el Terror necesario para terminar con cualquier resistencia ante la destrucción del sistema productivo de los argentinos y el saqueo desmesurado de sus recursos.

Para mencionar un solo hecho, la Tablita Cambiaria de Martínez de Hoz le permitió a Rockefeller llevarse de la Argentina, en sólo tres años unos 4.000 millones de dólares de entonces , sin realizar una sola inversión productiva, con solo cambiar los dólares por pesos, colocar estos pesos a un interés fabuloso, y luego recomprar los dólares cuyo valor se mantenía constante. Rockefeller en persona quiso agasajar a todos los que le habían permitido obtener una ganancia tan extraordinaria, financiando una Función de Gala en el famoso Teatro Colón de Buenos Aires.

Probablemente en la lista de invitados de esa noche se encuentren la mayor parte de los nombres de los que el Pueblo Argentino designa como -Todos y que dictaminaron -Que se vayan.

La llamada Apertura de la Economía, nombre local de la Globalización, prosiguió con la destrucción sistemática de las empresas argentinas.

Con Martínez de Hoz las fábricas comenzaron a vaciarse, comenzando un gran ciclo de quiebras de empresas industriales nacionales: 16.000 en este período solamente.

Ya durante el gobierno de Onganía se había emprendido una tarea de desarticulación de las organizaciones de la Comunidad, tales como clubes de barrio, organizaciones de jubilados, centros de estudiantes, sindicatos, teatros no comerciales, centros de investigación y desarrollo vinculados con las universidades, entre muchos otros; pero el Proceso profundizó este desmembramiento hasta anular en la práctica cualquier forma de organización popular, incluyendo los partidos políticos y los centros de estudio.

Pero, repentinamente, los Centros de Saqueo se encontraron con la sorpresa de la Invasión argentina a las Islas Malvinas, usada como recurso político de supervivencia de un gobierno agónico, pero que logró una adhesión extraordinaria por parte de todo el Pueblo Argentino, cuya voluntad de poder estuvo muy cerca de vencer a una potencia como la del Imperio Británico, nuestro enemigo ancestral.

La derrota militar, cuidadosamente documentada en el Informe del General Rattenbach, terminó con el poco espacio que tenía el gobierno militar y los Centros de Saqueo eligieron a su candidato para sucederlo: Raúl Alfonsín.

Para vencer el prestigio popular del peronismo tuvieron que desplegar toda la parafernalia de un marketing político desconocido hasta entonces en la Argentina, que se enfrentó con un peronismo desmembrado y sin candidatos con carisma, con lo cual se ingresó en una nueva etapa de la guerra que los Centros de Saqueo desplegaron contra nuestra Nación:



8ª ETAPA: La Partidocracia y la Guerra Económica de Baja Intensidad.

El ciclo militar se agotó totalmente gracias a la militancia apasionada de la Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que lograron la realización de un juicio del que no hay antecedentes en el mundo, donde un país juzga y condena a los represores de un gobierno anterior, y enterró el poder político de las fuerzas armadas.

Este éxito no pudo ser capitalizado por el débil gobierno radical, que ya había indigestado a los argentinos con la palabra “democracia” y el recitado del preámbulo de una Constitución ilegal, mientras hambreaba a la población.

Raúl Alfonsín fue elegido para destruir lo que restaba del Estado de Bienestar, que se había debilitado ante la opinión pública con slogans tales como Achicar el Estado es agrandar la Nación.

Él reinstaló la beneficencia como método para sostener la miseria, disminuyendo la resistencia popular, para lo cual crea la Caja PAN (Programa Alimentario Nacional), en lugar de crear trabajo para permitir que las clases populares tengan ingresos, prepara al país para admitir la quiebra de otras 46.000 empresas industriales (el triple que las hizo quebrar Martínez de Hoz).

No conforme con esto, los perduelis del gobierno alfonsinista organizaron un descalabro monetario que multiplicó la fuga de divisas del país creando un caos descomunal llamado Hiperinflación, durante el cual ninguna moneda tenía valor, porque nadie quería vender, pues no se sabía cuánto costaría recomprar algo después.

Pero esto no era suficiente para los Centros de Saqueo, necesitaban la:



9ª ETAPA: El desguace final

Los Centros de Poder decidieron llamar a elecciones nuevamente, pues tenían un personaje más potable para continuar con la Guerra Económica, un payaso extraído le las entrañas del Peronismo, hábil politiquero y con todas los gustos que lo convertían en el perfecto liberal.

Designaron a un Virrey que manejaría la economía y la política internacional, llamado Domingo Cavallo, y dejaron que el payaso de Carlos Menem entretuviera a las masas mientras hacía quebrar a otras 103.000 empresas industriales, o sea 6,5 veces más que Martínez de Hoz, a los que se sumó el regalo de todas las empresas de Servicios Públicos, incluyendo el desguace final del ferrocarril, el desmantelamiento de toda la industria pesada nacional y/o la entrega de estas a países extranjeros, la destrucción monetaria con una paridad cambiaria destinada a permitir la importación masiva para destruir lo que quedaba de la industria argentina, y organizando el vaciamiento doctrinario del peronismo, que perdió su esencia de movimiento nacional y popular para ser identificado por las generaciones jóvenes con el entreguismo neoliberal practicado por Menem.

Un párrafo especial debe dedicarse al Virrey Cavallo.

Hombre inteligente e hiperactivo, fue reclutado en Harvard para terminar el trabajo iniciado por Martínez de Hoz y Alfonsín: destruir la potencia productiva de la Argentina, usando para eso a una organización creada en Córdoba, la Fundación Mediterránea, impulsada por un grupo empresario de estrechas miras, y destinada a impulsar el neoliberalismo en nuestro país, para cumplir con sus sueños de ser holdings globales.

Primero decidieron que Cavallo debería ser Ministro de Relaciones Exteriores y en ese carácter firmar el acta de rendición de la Guerra de Malvinas, cosa que se hizo con el llamado Tratado de Madrid, gracias a cuyas cláusulas secretas se entrega toda la minería y el petróleo argentino a empresas británicas con sedes en distintos países del Commonwealth y España.

Así es que la British Petroleum (BP) inventa una empresa española, Repsol que se queda con la gigantesca YPF, se entregan todas las empresas de energía a filiales británicas asentadas en Chile, su agente principal en Sudamérica, se desmantela completamente el sistema ferroviario para permitir las ganancias de las petroleras y fábricas de neumáticos extranjeras, se privatizan todos los recursos estratégicos de comunicaciones a través de filiales de empresas británicas o norteamericanas asentadas en Chile, España o países exóticos como Nueva Zelandia, se entregan a empresas privadas los puertos y aeropuertos y se desmantelan todos los bancos estatales, comenzando por el Banco Nacional de Desarrollo y la Caja de Ahorro y Seguro, para permitir el negocio privado de estos Maestros del Saqueo Global: las organizaciones financieras y se comienza el desmantelamiento de las industrias militares, comenzando por la industria naviera y la empresa de Líneas Marítimas del Estado, y prosiguiendo con la industria espacial y la aeronáutica, la demolición de la fábrica militar de Rio Tercero, el cierre de la fábrica de tanques y vehículos militares, la paralización de la fábrica de armas livianas y municiones y la venta como chatarra de nuestro único portaaviones.

Francia obtiene algunas migajas como Obras Sanitarias y tiene que salir corriendo luego de hacer un desastre.

Las multinacionales instalan su Centro de Poder Simbólico en Puerto Madero y allí se vuelca después el financiamiento internacional, el dinero de la corrupción y las fabulosas ganancias de la oligarquía sojera.

En esta etapa también debemos resaltar el trabajo de Guerra Psicológica a favor de nuestros enemigos llevado a cabo por conocidos periodistas, que asimilaban la entrega de empresas extraordinarias como YPF o Agua y Energía como a una trivial -Venta de las Joyas de la Abuela.

Los saqueadores contaron también con el apoyo constante de los herederos de ese canalla que fue Bartolomé Mitre, asesino del Pueblo Paraguayo, o de los codiciosos liberales del Grupo Clarín, medio que finalmente fue cooptado por capitales financieros norteamericanos.

A esto se sumó la extranjerización de los canales de televisión y la integración de holdings de comunicaciones gráficas y electrónicas en poder de grandes grupos económicos, necesariamente aliados de los Centros de Saqueo.

La Guerra Financiera fue siempre un arma predilecta de nuestros enemigos. Destruyeron el estado y el empresariado nacional con el constante aumento del costo de los créditos (la usura) para las empresas que no tenían la posibilidad de conseguir fondos baratos del Primer Mundo y con el manejo de la tasa de cambio para favorecer a los intereses importadores y exportadores.

Los expertos de siempre se hicieron cargo de una aduana programada para asfixiar la producción nacional, con lo cual se logra que las pocas empresas argentinas que quedaban se entreguen también a las extranjeras ante la amenaza de su quiebra.

Para facilitar esta rendición se organizan los mecanismos para que sus dueños lleven sin problema el dinero obtenido por su venta al exterior.

Esta debacle incluyó a la industria argentina subsidiaria de los servicios públicos, pues las empresas extranjeras trajeron al país a los socios de sus países de origen dejando afuera a los empresarios argentinos.

Con esto, los Centros de Saqueo terminaron su despliegue: Terminada la Guerra Física a cargo del Proceso, Cavallo cierra el círculo de la Guerra Diplomática y Legal firmando la rendición en Madrid y la apertura brutal de nuestro país a las fuerzas saqueadoras con el Tratado de Londres, llamado de Garantía para la Inversiones Extranjeras, que luego cierran constitucionalmente los dos perduelis máximos, Menem y Alfonsín con la Reforma Constitucional de 1994, por la cual se subordinan las leyes argentinas a los tratados internacionales.

La Rendición Económica estaba finalmente firmada, y consentida por todo el sistema político argentino, por eso solamente ¡Qué se vayan todos!.

Al mismo tiempo, el hambre, la falta de nuevas viviendas, el desplazamiento de los ingresos desde los sectores más pobres a los más ricos iniciado durante el proceso hiperinflacionario alfonsinista, se consolida durante la gestión del Virrey Cavallo, que aprieta todos los orificios por donde pudiera quedar producción autónoma, transfiriendo todo el sistema crediticio a bancos extranjeros o sus socios locales abriendo el crédito para los extranjeros y cerrándolo para los argentinos.

Este incremento de la miseria y el desamparo pronto trajo una ola de niños desnutridos, a los que la llamada “Reforma Educativa” promovida por el Banco Mundial, también impidió que se les enseñara nada útil.

Primero los acólitos dentro del gobierno de Onganía en adelante, destruyeron la calidad académica de las universidades, y a los gobiernos de la democracia le tocó la tarea de destruir la enseñanza secundaria y primaria, asistidos por una constelación de ONGs que no son otra cosa que perduelis disfrazados de progresismo encargados de implementar la estrategia de los Centros de Saqueo de impedir que se forme una nueva clase dirigente, capacitada para resolver los complejos problemas del mundo contemporáneo.

Esa canalla ilustrada es la que ayuda a convertir al orgulloso pueblo argentino en aquellas presencias mudas y temerosas que el Primer Peronismo había desterrado de la Argentina.

La desocupación y la miseria creciente que ya no se podían paliar con las recetas monetaristas de la universidad fundada por John D. Rockefeller en Chicago, (cuyo autor recibiera en 1976 el Premio Nobel gracias a su prédica de neoliberal duro), el Fondo Monetario Internacional comenzó a convertirse en mala palabra para los argentinos y a Menem le resultó imposible sostenerse en el poder, pierde las elecciones y renuncia, pero el Virrey Cavallo sigue en funciones, siempre con el aval de Sistema de Saqueo.



10ª ETAPA: El principio del fin.

La Unión Cívica Radical, con su interminable cantidad de trajes cubriendo el mismo cuerpo de entreguistas, logra acceder al gobierno con un lamentable candidato, Fernando De LaRua, aliado con el progresismo liderado por el charlatán Chacho Álvarez, y comienza un festival de estupideces políticas como pocas veces ha presenciado el castigado pueblo argentino.

Se rebajan los sueldos de todos los empleados públicos y los jubilados, todo el Senado es cuestionado por ser un antro de lobistas y corruptos, el Vicepresidente Alvarez renuncia confesando su ineptitud para siquiera comprender lo que estaba pasando (y menos aún para dar respuestas para solucionar los gravísimos problemas económicos y sociales) y finalmente, harta de tanta payasada e ineptitud el Pueblo Argentino sale a la calle, y comienza un proceso de Democracia Directa, que no se detendrá hasta que sea debidamente institucionalizado.

Las cacerolas populares derrocan a varios presidentes, cuando finalmente accede uno que parecía saber lo que hacía, Adolfo Rodriguez Saa, que propone enviar la fabulosa deuda externa a que la estudie el Congreso, congelándola mientras tanto, revaluar el peso, establecer un jubileo de los deudores, cerrando las agencias que dan informes sobre los mismos, y comenzando la implementación de medidas ya ensayadas exitosamente en su provincia para eliminar la exclusión social.

Ante esta actividad de gobierno, inconsulta con los perduelis locales, el establishment lo amenaza y debe renunciar y huir para salvar su vida, permitiendo que el candidato de los saqueadores, Eduardo Duhalde, asuma la presidencia.

Su breve mandato sirvió para disminuir a menos de la mitad los ingresos de los trabajadores, licuar la deuda local de las empresas multinacionales y todo con el sencillo procedimiento de devaluar el peso a un tercio de su valor con respecto al dólar, lo cual, de un plumazo se triplicó la deuda externa.

Esto produjo una ola de miseria en todo el país, y como el pago de la deuda externa estaba suspendido (gracias a Rodríguez Saá), el capitalismo local, básicamente a cargo de las empresas extranjeras, pudo recomponer su situación y se creó lo que los economistas llaman un Efecto rebote, desde el fondo de la miseria creada por Alfonsín, Menem, De LaRua y Duhalde se rebota hacia arriba, permitiendo que la economía crezca nuevamente.

Pero no fue Duhalde el que aprovechó esta circunstancia pues ante la creciente ola protestas populares, se ordena asesinar a dos cuadros políticos que la lideraban, los militantes peronistas Kosteky y Santillán, lo cual hace que la furia popular lo obligue a renunciar y llamar a elecciones.

En una situación tan fluida, no estaba para nada claro quién era el candidato que seguiría adelante con el Sistema, tarea que finalmente consiguió Néstor Kirchner, que viendo lo que le pasó a su padrino Duhalde, afirma que gobernará sin golpear al pueblo y desempolva la loable bandera de los desaparecidos durante el Proceso Militar, y la bronca residual que quedó en el Pueblo contra los que debieran habernos defendido y no entregarnos a nuestros enemigos.

Kirchner, con una muy limitada base electoral, no deja de hacer los deberes que le asignan los Centros de Saqueo, y sigue desmantelando el sistema de defensa, deja intacto el sistema de saqueo bancario y profundiza la política de apertura de la economía.

El desarrollo industrial del agro, realizado a costa de una fabulosa migración de la gente del campo a los arrabales miserables de las grandes ciudades, unido a un aumento especulativo de los precios internacionales de algunos productos agrícolas que sirvieron para alimentar el ganado de los países que antes nos compraban carne y lácteos, y cuya producción quedó seriamente dañada por la desmedida irrupción de la soja, genero grandes excedentes en el comercio exterior, recursos que fueron aprovechados por el gobierno de Kirchner, para pagar una parte de la deuda externa, pero sin disminuirla en lo más mínimo.

El progresismo discursivo, disimuló una política estructuralmente igual a la de sus antecesores, si bien tuvo algunos hallazgos en la política exterior, oponiéndose a un desfalleciente proyecto de los norteamericanos para controlar formalmente a todos los países sudamericanos.

Sin embargo, Kirchner no pudo, no supo o no quiso solucionar los problemas de fondo de la Argentina, tales como la re-industrialización, la nacionalización de las industrias pesadas y de los servicios públicos, eliminar la indigencia y las condiciones siniestras de vida de los sectores más pobres en las provincias argentinas.

No encaró la resolución de los principales problemas sociales, como la desocupación, la falta de vivienda, la desnutrición infantil, la violencia urbana, no produjo ninguna redistribución de la riqueza y toleró el mayor saqueo ambiental del que se tenga memoria debido a la destrucción de bosques y recursos naturales, y a la expulsión del campo de los chacareros, sustituidos por los pools de siembra de las multinacionales graneleras y financieras.

Tampoco hace nada para revertir la desastrosa política de minería y de pesca, tan ruinosa para las arcas nacionales como para nuestro medio ambiente.

La fuga de divisas durante este gobierno no tuvieron nada que envidiarle a las del período del Virrey Cavallo, y en el campo de la organización política, para mantener su hegemonía, se limitó a estructurar a su conveniencia el clientelismo tradicional, usando un esquema propio de los gobiernos conservadores, y no del peronismo.

La oposición, atrincherada en posiciones hiperentreguistas y antipopulares, le facilitó la permanencia en el gobierno, aunque el poder, como antes, siguió en manos de los amanuenses de los Centros de Saqueo, y como alternativa admitida, la incompetencia y corrupción propia del amiguismo político, o sea la sustitución de la coordinación de actividades en base una doctrina común, por la ocupación de cargos públicos por Gente de Confianza, o sea, por cómplices más o menos comprometidos con el saqueo.

Culmina esa gestión tan anodina en lo político y lo económico, como repleta de gesticulación triunfalista, ante la ausencia de una oposición política organizada electoralmente, puede logra que su esposa acceda a la presidencia.

El 19 y 20 el de diciembre de 2001, son jornadas equivalentes al 17 de octubre de 1945 y al 12 de agosto de 1806, dado que se expulsó a un cipayo y a un Virrey que tuvo que huir disfrazado de su casa para que no lo linchen, con lo cual el Pueblo Argentino ha iniciado un camino, una nueva:



11ª ETAPA: La organización para el cambio.

Mientras en las últimas décadas el vacío de ideas, de organización y gestión, domina a todo el espectro gubernamental y a las clases dirigentes en general, impidiendo cualquier avance en temas de trascendencia política, social, defensiva, educativa, financiera o ambiental, el Pueblo argentino hizo gala de una creatividad que las mentes lúcidas de todo el mundo admiran.

Unos pocos ejemplos bastan para probar esto:

• Ante la brutal represión del Proceso surgen las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que recogen la admiración mundial y logran que

• Se haga un proceso legal y se pongan en prisión los responsables de holocausto argentino, lo cual no tiene precedentes históricos.

• Cuando se caen los gobiernos después del la Revolución Pacífica del mes de diciembre de 2001, el pueblo se organiza en Asambleas Populares que se reúnen en prácticamente todos los barrios.

• Ante la asfixia económica impuesta por los Centros de Saqueo mundiales, el Pueblo desarrolla los Clubes de Trueque al que concurren hasta 4 millones de personas.

• Cuando los personeros del Banco Central dejan al país sin dinero (emitieron el 1,3% del PBI, cuando cualquier país emite una cantidad cercana al 100% de su PBI), los gobiernos provinciales inventan sus propias monedas, empezando con el Patacón en la provincia de Buenos Aires.

• Ante el cierre de empresas por desfalcos y mala administración, sus empleados se organizan creando el modelo de Empresas Recuperadas por su Trabajadores, que compiten exitosamente con las empresas de los capitalistas.

• Ante la falta de respuesta por parte de los gobiernos a los reclamos populares, se cortan las rutas y se obliga al Poder a ir al diálogo.



Hoy el Pueblo está en las calles, mientras los edificios del poder están vallados o blindados.

Mientras los grupos dirigentes se encuentran esterilizado en polémicas vacías de contenido popular o histórico, el Pueblo, silenciosamente se organiza en miles de grupos de trabajo, de estudio, de reflexión.

Hemos aprendido como los Centros de Saqueo copan a cualquier organización para la Vida, sea combatiéndola, negándola, corrompiendo a sus directivos o descalificando su accionar, por eso el sistema con el cual el Pueblo se defiende y organiza no tiene una estructura formalizada, aunque se encuentran particularmente activos en la comunicación por Internet y mantiene una presencia permanente en las calles, preparándonos para:



12ª ETAPA: Lo que vendrá.

Hemos definido en nuestro trabajo Modelo para un Nuevo País, que no es otro que la Nación Sudamericana, que debemos unir la acción continental con el desarrollo local, y que para tener éxito debemos sanear todos los órganos enfermos contaminados por el Proyecto de Dominación y recuperar la Cultura Criolla aplicándola a todos los ámbitos de la vida.

Pero resulta interesante tratar de descifrar como será el camino que debemos recorrer para lograrlo.

Existe una teoría filosófica, llamada Rizoma que describe el nuevo modelo de organización que se está gestando en las entrañas del Pueblo argentino. Miles de organizaciones, de los llamados Grupos de Afinidad, sin una estructura jerárquica, sino con la capacidad abierta de comunicarse con otros grupos o personas de acuerdo a las circunstancias, que se están estructurando como una trama cada vez más densa que en un momento podrá sustituir al podrido entramado del Sistema actual.

La estrategia de Objetivos sin Tiempo establecida por el Imperialismo Internacional del Dinero o Partido de la Muerte, para instalar un Gobierno Mundial donde unas pocas familias pueden oprimir a la Humanidad Entera, ha encontrado su contrapartida en el Partido de la Vida, que se expresa en una creciente cantidad de espacios: Desde la Red de Redes (Internet) que absorbe e integra a todos los otros sistemas de comunicación, hasta los postulados de la Guerra Asimétrica, definieron los mecanismo necesarios para derrotar a los Centros de Saqueo, al mismo tiempo que estos colapsan ante la imposibilidad de mantener un dispositivo de Represión Global, hasta ahora sostenida por la sangría monetaria de todos nuestros países, estafados mediante la imposición del dólar y el euro como divisas.

Un gran acontecimiento a favor de nuestra Liberación Definitiva, lo constituye la sanción de la Constitución Política de la República de Bolivia, en un documento de particular relevancia histórica, pues establece bases jurídicas para reinstalar el Sistema de Vida Americano, que fuera destruido por las invasiones europeas de estos últimos cinco siglos y que fuera tesoneramente conservado por los pueblos originarios, que hoy retomaron el poder.

El derrumbe del Sistema Terrorista Neoliberal se manifiesta en el carácter sistémico de esta crisis, pues afecta simultáneamente a los sistemas económicos, comerciales, energéticos, militares, tecnológicos, ambientales, institucionales, comunicacionales e ideológicos, nos presenta la oportunidad histórica de derrotar la actual hegemonía del Proyecto de la Muerte, convertido en un cáncer que puede terminar con la Humanidad y aún con la vida sobre la Tierra, en el caso de un brote psicótico de carácter nuclear.

Los indicadores económicos indican que el crecimiento de la crisis es exponencial y no parece tener otro destino que el colapso: 40 años de parasitismo financiero han logrado destruir toda la riqueza adicional generada por el desarrollo de la tecnología y el incremento de la población.

Por ejemplo, la riqueza neta de la población norteamericana (o sea el valor de las propiedades, acciones, etc. menos las deudas) ha perdido desde 2007, 14 billones de dólares, o sea un PBI entero de la economía más grande del mundo perdido en algo más de un año.

La desocupación total en Estados Unidos (desocupados oficiales + crónicos + precarios) alcanzaba en diciembre de 2008 a 22 millones, un incremento en un año de más de 8 millones de personas.

La situación se repite, con algunas variantes, en todos los países alcanzados por la Globalización, industrializados o sometidos.

El Saqueo Global está llegado a su fin.

La estructura creada por los 7 Pilares del Capitalismo:

• Libertad de comercio,

• Libre cambio monetario,

• Contrato social,

• Libertad de prensa,

• Libertad de navegación,

• Anonimato accionario y

• propiedad privada de bienes inmuebles,

Se desmoronará, y deberá ser reemplazada por otra más benigna y para eso será natural ¡Que se vayan todos!, porque no tienen ninguna calificación ni técnica, ni ética, ni emocional para conducir

EL AMANECER DE UN MUNDO NUEVO

que reclama la puesta en marcha de una Epopeya de la Reconstrucción .

Foro en defensa del Proyecto Nacional y Popular

El Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, fue el invitado especial del primer Foro en Defensa del Proyecto Nacional y Popular, que contó con más de 250 militantes.