Apuntes para el proyecto nacional.




Margaret Mead: “Cuando alcanzamos a conocer todas las respuestas, nos cambiaron las preguntas”.

“Claro que la batalla es dura, y será dura y difícil. Se trata del arte de hacer posible lo que ha parecido y sigue pareciendo a muchos como un imposible.” Hugo Chávez.

 En octubre de 2017 el macrismo volvía a triunfar en las urnas. La derrota en la provincia de Buenos aires de CFK,  pareció consolidar el poder  del Pro y la profundización de sus políticas de reformas estructurales regresivas.
Así lo creyó Macri y su equipo y además los creyeron sectores de la oposición y de la intelectualidad  “progre” que parecieron  rendirse ante el avance arrollador de esta nueva derecha.
Sin embargo el pueblo le dio un cachetazo a esta falaz realidad. Cuando el macrismo avanzó en las reformas laborales y previsionales el pueblo se movilizó ante las puertas del Congreso. Y pesar de la fuerte represión y la cobertura cómplice mediática, el gobierno fue derrotado, iniciándose una crisis económica y política que perdura hasta hoy.
Solo el acuerdo entre gallos y medianoche con el FMI salvo la gestión de Macri, que  enredado y en retroceso por  los conflictos, que el mismo había generado se iba construyendo  una salida en “helicóptero”.

La entrega de pies y manos del gobierno al FMI y los intereses del país a los grupos concentrados internacionales, logró estabilizar la situación económica y financiera, dando aire político al gobierno; que ahora apela y se agarra con fuerza a la reelección de las principales figuras del gobierno en las próximas elecciones de este año. Sin embargo esto parece ser una ilusión difícil, ya que  todo el 2018 se vio marcado por las luchas en la calle de los sectores populares  en contra de las políticas del gobierno. Si bien la falta de políticas claras  de las conducciones políticas y gremiales, las decisiones medrosas y en algunos casos cómplices de parte de esta dirigencia, entorpeció y puso límites a las acciones de los distintos grupos y sectores movilizados y dio algo más de aire al gobierno macrista.
La falta de una conducción  coordinada de la oposición,  clara y confrontativa  contra el modelo terminó favoreciendo  la perduración del gobierno y de sus acciones, dejando para el futuro una herencia de una complejidad difícil de sobrellevar. El endeudamiento externo, la inflación galopante, las política de ajuste  permanente, la desindustrialización y su secuela de desocupación y miseria, tarifazos y traspaso de recursos de los sectores populares hacia los grupos económicos “amigos del presidente”,  un país atado a los intereses del FMI y los fondos buitres. Estamos ante un proceso de destrucción sistemática del país, de saqueo de sus recursos, de formateo de nuestra cultura, nuestra historia  y nuestro sentido común. Estamos sometidos a una guerra psicológica y cultural muy fuerte por parte de los medios concentrados que no solo tabican la realidad, ocultan la verdad de este gobierno e instalan un discurso único, el neo liberalismo como único camino.
Ante este escenario, lamentablemente,  la  dispersión en el campo popular es grande. Las derrotas  y retrocesos de los movimientos populares que gobernaron la región en las últimas décadas han dejado sus secuelas.
El ejemplo más contundente de este proceso fue el derrocamiento, en un golpe palaciego, de Dilma Roussef, la prisión y proscripción de Lula, y el triunfo de Bolsonaro, un militar fascistoide, que es la cara más dura y patética del modelo neoliberal en la región. Mientras el PT se derrumbaba en pedazos,  los sectores populares, muchos de ellos beneficiarios de la gestión, miraban el fenómeno por tv o peor acompañaron con su voto al bolsonarismo. Si bien Brasil y el PT no tienen la capacidad de lucha callejera, que si tienen otros países de la región, su lastimosa caída, muestra la debilidad de construcción petista. En varios `países de la región hubo procesos similares de avance de políticas neoliberales,  prohijadas por el Departamento de Estado de EEUU y las oligarquías locales. Como castillos de naipes fueron cayendo los distintos gobiernos populares, desde Lugo en Paraguay hasta CFK en Argentina. Cada proceso fue distinto, pero en todos los casos fue sintomático como la derecha recuperó el poder y avanzó rápidamente sobre las conquistas populares, obtenidas en las últimas décadas. Casi sin resistencia y en muchos casos con el apoyo de sectores que acompañaron el proceso reformista y que luego en una vuelta de tuerca se aliaron con el nuevo poder. EL ejemplo más patético de este travestismo es Lenin Moreno, que no solo traicionó a su antecesor, sino que además con sus políticas intenta destruir todo lo logrado  por el gobierno anterior. Lo mismo puede decirse de Argentina, donde muchos ex funcionarios, legisladores y gobernadores pertenecientes al gobierno kirchnerista, acompañaron y dieron gobernabilidad a muchas  de las medidas del nuevo gobierno en cuanto a endeudamiento y destrucción de los logros anteriores. Además de permitir por acción u omisión la persecución judicial de muchos ex funcionarios y de la misma Cristina Kirchner.
La única explicación posible es la debilidad ideológica de esos gobiernos, la falta de una vocación de construcción de poder popular para iniciar un camino de reformas profundas en las ya arcaicas instituciones políticas latinoamericanas. Un “progresismo” vacío, un reformismo tibio, que ante el menor conflicto se arrojó a las manos de la derecha neo liberal, como es el caso de Dilma, que entrego el manejo de la economía a la ortodoxia económica, lo que la alejo de sus bases populares y así aislada fue un fácil trofeo para las intrigas palaciegas.
Hay dos ejemplos de donde abrevar, Venezuela, que más allá de sus errores y contradicciones,  fue y es un régimen político  que apostó a la movilización y a la organización popular: puede así resistir el embate de  EEUU y de todos los países latinoamericanos. Aislada y bloqueada, Venezuela resiste por voluntad de su pueblo. El otro ejemplo es Bolivia, donde también una conducción clara apuesta a la organización de poder popular en una férrea defensa de los intereses bolivianos.

Frente electoral o movimiento nacional

La política tradicional  se apresta a la construcción de un frente anti Macri. Un “todos contra Macri”. Es cierto que es necesario pensarlo y afrontarlo, pero no se puede subordinar toda la construcción política a una estrategia electoral.
Esa lógica de esperar el 2019, no generar demasiados conflictos, tener miedo a la calle, al desborde y la violencia que pudiera gestarse en las luchas callejeras. No empujar a este gobierno  a una salida prematura y mostrar una oposición  “seria y responsable”  es una falacia que solo permite al gobierno profundizar sus políticas de daño y destrucción. Además  ha debilitado las luchas populares, que fracturadas y aisladas del conjunto no alcanzaron en ningún momento la envergadura opositora ni el nivel esperado.  Por ejemplo las luchas de los gremios docentes, una causa justa que alcanzo su clímax con la muerte de dos docentes en Moreno,  mostró el camino,  la unidad de los docentes, con el resto de la comunidad local en una sola lucha por la educación y las condiciones como esta se lleva a cabo. Sin embargo la rica experiencia de Moreno quedo aislada, ya que no pudo superar el localismo y nacionalizar el conflicto.

Además la lógica de construcción basado en lo electoral no tiene potencia, esperar y creer que un modelo  de neo colonialismo como el que sufre toda América latina puede ser vencido en las urnas, en un proceso democrático liberal es no conocer la historia de fraude y violencia que han sufrido nuestros pueblos cuando priman las políticas del imperio y sus oligarquías  locales. Solo hay que ver la historia de nuestros países  para ver cómo actúa la derecha, su falta de escrúpulos y de límites. La derecha entiende el poder y lo usa.

Por ello apostar a la construcción política con un objetivo puramente electoral está destinado al fracaso.
La posibilidad  concreta de una victoria del macrismo en las próximas elecciones, cuando es un gobierno que no puede mostrar un solo logro, cuando todos los números de la economía le dan pesimamente mal y cuando amplios sectores populares y medios son permanentemente agredidos, muestra más que la fortaleza del gobierno,  la debilidad de las fuerzas opositoras.
La construcción de una gran fuerza opositora  debe hacerse  sobre la base de la lucha en todos los terrenos, sobre todo en la calle. Es necesario un proceso de unidad del campo popular  que sume a todos los sectores sociales agredidos por el modelo, pero sobre todo a los trabajadores, en una nueva síntesis movimientista.
En necesario también generar un programa de gobierno serio y sustentable, que permita sostener un accionar planificado para no solo ganar una elección sino sobre todo gobernar y modificar  las estructuras políticas y económicas que dieron sustento a este modelo. No avanzar en las causas profundas, intentar contener y administrar la crisis que vamos a heredar solo nos garantizara el fracaso. La crisis puede devorar  a cualquier gobierno puramente reformista.
Es necesario pensar la construcción política desde el fortalecimiento de las organizaciones populares, una construcción de abajo hacia arriba. Una construcción abierta y participativa, que genere  a su vez una nueva dirigencia, más ligada a la gente y a sus necesidades; menos políticos profesionales y más militancia política y gremial, menos marketing y más política,  una dirigencia surgida desde la lucha diaria; una nueva dirigencia que “mande obedeciendo”, al decir del Sub comandante Marcos. Una dirigencia al servicio de su gente, y no una burocracia al servicio de sí mismas.
Construir el movimiento nacional, con unidad, solidaridad y organización, llevando adelante un programa de liberación nacional y social, levantando su grito en las calles, con presencia en cada conflicto, acompañando  cada movida popular, instalar una agenda propia, acorralarlos, quitarles la iniciativa, ese es el camino. Si se logra eso el 2019 es un camino llano, ya que el modelo macrista debe ser derrotado antes,  las calles y en la mente de cada argentino bien nacido.

Antonio Muñiz
20 de enero de 2019

El día despues de Macri......



De más está decir que las políticas neoliberales de este gobierno 
están produciendo un industricidio general en casi todas las ramas del sector, en especial aquellas pymes que están orientadas al mercado interno: textil, cuero, juguetes, metal mecánica, etc. Aunque también el resto de las industrias más concentradas, con posibilidades de exportación ven muy compleja su situación. En el rubro alimentos, trasnacionales como Arcor, Mastellone, o Molinos, están sufriendo perdidas importantes. Las razones ya más o menos las conocemos y todos tenemos claro cuál es el diagnostico. El único que no se hace cargo de nada es el gobierno que siguiendo la ideología neoliberal y los programas del FMI está encarando un proceso de reorganizar el país y su matriz productiva en un modelo rentístico financiero, asociada a un esquema agro minero exportador de comoditys. 

Está claro que este gobierno no va a cambiar su política económica y que los resultados negativos en casi todos los rubros no son daños colaterales, ni errores, son objetivos estratégicos buscados


Es indudable que la herencia que este gobierno deje a las próximas generaciones será cuantiosa en cuanto a daños en el entramado económico productivo, pero también en el social Una deuda externa que condicionará las posibilidades de desarrollo para varias generaciones futuras, niveles de pobreza, indigencia y desocupación muy similares a los de la crisis del 2001, y un aparato industrial diezmado.

La tarea para un próximo gobierno que pretenda resolver la crisis heredada será titánica y requerirá de un esfuerzo muy grande de toda la comunidad. Si el próximo gobierno solo pretende administrar la crisis sin tocar los puntos de conflicto que nos llevan periódicamente a estas situaciones cíclicas, se perderá otra oportunidad, porque la crisis se lo “llevara puesto”.

La historia económica revela que los procesos de desarrollo económico de los países son esencialmente únicos. Encontrar ese camino y concretarlo es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan todos los países periféricos.

En líneas generales, se puede dividir a este desafío en dos sub objetivos complementarios: por un lado lograr un crecimiento sostenido y sustentable en el largo plazo, minimizando las crisis periódicas, y, por el otro, asegurar la distribución equitativa del excedente económico generado.

Sera clave, atendiendo a los supuestos anteriores, para superar la crisis un gran pacto social productivo, basado en una alianza estratégica entre las fuerzas del trabajo y las pymes. Un nuevo pacto fundacional que siente las bases para la construcción una “Patria para todos”. Desde esa base construir consensos que permitan planificar la acción de gobierno, cuyo eje central deberá ser crear trabajo.

Un gobierno nacional y popular deberá orientar todas sus acciones a re industrializar el país y generar un mercado interno fuerte con pleno empleo.

Es necesario entre otras cosas modificar la ley de entidades financieras, poniendo a la banca al servicio de la producción y el trabajo: modificar la ley de inversiones extranjeras, favoreciendo aquellas inversiones productivas de largo plazo y desalentando las especulativas, creación de un Banco Nacional de Desarrollo; generar políticas de fomento para las economías regionales, a través de organismos donde participe la comunidad, los productores, los consumidores y los gobiernos locales; des dolarizar el precio de tarifas y los alimentos; reforma fiscal impositiva progresiva; etc.

Este es un listado tentativo de las acciones de un futuro gobierno, teniendo claro que es preciso desmontar el aparato legal, económico y cultural que da sustento a las periódicas resurrecciones del neo liberalismo.

Necesitamos un estado activo y presente en todos los estamentos productivos, es más necesitamos volver al paradigma del estado empresario que cubra aquellas actividades donde el capital privado no se hace cargo y sobre todo sobre las áreas estratégicas, energía, servicios públicos, tecnologías de punta, etc. Este estado activo puede actuar por si o asociado a capitales privados, pero siempre conservando el 51% del capital accionario y siempre preservando el interés nacional.

El rol del estado es clave en áreas donde se requiera fuerte inversión pero también desarrollo e investigación sobre nuevas tecnologías, por ejemplo la producción de litio en el norte argentino, una reserva mundial que compartimos con Bolivia y chile y que hoy es explotada y exportada como casi toda la producción minera sin agregado de valor alguno.

En necesario desarrollar aquellas áreas donde se puedan generar excedentes exportables, que permitan el ingreso de dólares y eviten las cíclicas crisis en la balanza de pagos. Más en un escenario futuro muy condicionado por el pago de intereses de la deuda. En ese marco es necesario desarrollar y agregar valor a toda la producción de comoditys, tanto alimentos como minerales. Argentina podría desarrollar una industria alimenticia importante con potencialidad de exportación al mundo.

Por último, en este pantallazo general, será necesario poner en marcha las pymes que sobrevivan a la crisis. La que queden en pie seguramente estarán en el mejor de los casos en un 50% de su capacidad productiva , con lo cual con un shock de ingresos como capital de trabajo y un empujón en el consumo estarán en poco tiempo produciendo a una capacidad plena, generando a su vez puestos de trabajo, que retroalimentan la rueda productiva.

Vamos a hacia un escenario internacional complejo donde existe una guerra comercial larvada entre EEUU y China, y donde la mayoría de los países se cierran sobre sí mismos y sus mercados internos. El Brasil de Bolsonaro está en crisis y nada hace prever que la situación mejore, por el contrario las políticas anunciadas por el nuevo gobierno presagian un escenario de oscuros nubarrones para ese país e indudablemente arrastrará a Argentina, su principal socio comercial.

Sera difícil el comercio mundial para muchos de los productos que Argentina produce, por eso es necesario tener una política de comercio muy clara, que beneficie el trabajo de los argentinos. Es fundamental restringir todo lo posible el ingreso de productos que pueda ser producidos por la industria local, pero además agregar valor a aquellos productos que exportamos y sobre todo ir desarrollando tecnologías propias que permitan romper la dependencia tecnológica, generar nuevos mercados y el ingreso de divisas.

Es importante en este rubro la articulación con las universidades, los institutos de investigación y el sector privado, para su desarrollo. El INVAT fue y es un ejemplo de gestión conjunta y desarrollo tecnológicos propios.

Argentina sigue muy lejos de cerrar la brecha tecnológica con los países desarrollados. Acortar esa distancia requiere “sintonía fina” del diseño e implementación de muchas más políticas de estímulo a la industria. Es preciso generar una fluida relación entre lo público y lo privado, conocer las cadenas de valor, los cuellos productivos, las potencialidades de cada empresa y sector, para articular donde y como debe intervenir el estado.

El estado debe ser un socio de las pymes, que de soporte y sustento a la producción, no un “hijo bobo” que ahogue y exprima la capacidad de generar riqueza.

Argentina, con sus pymes debe salir al mundo, acompañado por las estructuras del Estado. Ir a un mundo lleno de acechanzas pero también de oportunidades.

Antonio Muñiz

Presidente del PJ- Lujan

“Estamos caminando sonámbulos hacia una crisis futura”.


  
“El cielo truena y relampaguea y tiembla el mundo de los vivos y el de los muertos se resquebraja y le crujen los cimientos, y se estremece también la losa que su tumba ha de cubrir”. Cancionero griego de frontera.

“Todo lo sólido se desvanece en el aire
Toda materia se deshace en un solo instante
Todo lo devora, todo se desploma
Se cae a pedazos como el imperio de Roma
No hay forma alguna de tener equilibrio
Si la balanza ha caído y no se ha sostenido”
Todo lo sólido se desvanece en el aire”
Ana Tijoux

“Todo lo sólido se desvanece en el aire; todo lo sagrado es profano, y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus relaciones recíprocas”.  Karl  Marx  “El Manifiesto Comunista”

"Si ves el futuro, dile que no venga" - Juan José Castelli (1764-1812


Libre mercado, globalización y crisis.



Las sociedades capitalistas post  crisis del 1929 iniciaron un proceso de crecimiento acelerado, con economías estables y de alta inclusión social. Las políticas keynesianas llevadas adelante por la mayoría de los países, en el marco de la “guerra fría”, generaron una etapa de relativa estabilidad durante casi 30 años.
A partir de mediados de los 70 comienza un nuevo proceso que ira generando   profundos cambios en los sistemas productivos, cambios tecnológicos y por ende también económico, político y social.
Hubo además  algunos acontecimientos o hitos que marcaron y fueron definiendo una época y un nuevo escenario internacional.
Entre ellos,  la crisis del petróleo en 1973, y el aumento del precio del crudo  que generó un excedente de “petrodólares” que fueron volcados hacia los grandes bancos occidentales, sentando las bases para una hegemonía de estos y la posterior globalización financiera;  la caída del muro de Berlín en 1989, con la reunificación alemana, y la consolidación de esta como potencia económica y política dentro de la Unión Europea; el colapso de la Unión  Soviética en 1991, terminando con el mundo bipolar de postguerra y la consolidación de EEUU como única superpotencia; la guerra del golfo de 1990/91; El  11 de septiembre de 2001 (11-S) con los atentados terroristas en Washington y Nueva York. Por primera vez los Estados Unidos ya no eran invulnerables, que podrían ser atacados dentro de su propio territorio
El último  acontecimiento estuvo marcado por la caída de la compañía financiera norteamericana Lehman Brothers en 2008 y sus  consecuencias sobre la economía mundial. La crisis del 2008 aun no fue  superada y sus efectos siguen hasta hoy.

Hubo además una triada política ideológica que marcó la época e impuso al mundo una visión neo monetarista, un liberalismo burdo, basado en el individualismo y el sálvese quien pueda. Reagan- Thatcher y la colaboración de Juan Pablo II, impusieron esta “nueva” ideología, con el sustento teórico académico del  liberalismo, las doctrinas monetaristas de Milton Friedman y  la Universidad de Chicago.
Es importante  destacar  que la  implosión de URSS, significo la muerte del mundo bipolar, de un mundo en conflicto pero también en equilibrio. La guerra fría garantizó varias décadas de paz global, pero también generaban un marco de certezas y referencias políticas ya que ambas potencias se ponían límites entre ellas. Las políticas del estado de bienestar que florecieron en casi todos los países del occidente capitalista tuvieron que ver con el miedo a las masas revolucionarias que veían al socialismo como una alternativa válida.
A partir de 1989 poco a poco fueron reorganizando el mundo bajo la hegemonía estadounidense  en un mundo unipolar, donde las políticas imperiales se trasmutaron en un pensamiento único, globalizador; fue el fin de la historia; el capitalismo se sintió triunfante e impune para imponer sus intereses e ideología.
Surge así una economía basada en la liberación de los mercados, en las teorías ofertitas, monetaristas y en la apertura de todos los mercados, financiera y comercial. Esta desregulación  llevo a la demolición de las fronteras geográfica, pérdida de soberanía nacional, eliminación del papel regulador del Estado y de toda soberanía popular con el objetivo del establecimiento final de una “dictadura de mercado”. Fue el comienzo del fin del “estado de bienestar”.
Con este esquema el capitalismo nos fue llevando  a situaciones de alta inestabilidad, ya que  construye una economía basada en la renta financiera y la especulación en un marco global, en desmedro de lo productivo. En otras palabras no solo no produce nada, sino por el contrario destruye riqueza y desmembran todo el andamiaje social y productivo.

La crisis del 2008 mostro claramente la irracionalidad de este modelo rentístico financiero globalizador que ejerce su supremacía en el escenario económico mundial.
A eso se agrega que los grandes bancos no han aprendido nada de la crisis y hoy, en Estados Unidos Alemania y sobre todo Italia, se reprodujo la burbuja crediticia mientras que los países emergentes asumen deudas con tasas cada vez más caras que ascienden al total de su PIB o lo superan y que son impagables a medio plazo.
Resulta sumamente ilustrativo lo que al respecto señala Pascal Boniface:
“Es una crisis mundial, no una crisis local. La causa fundamental es el desarrollo del capitalismo financiero en detrimento del capitalismo industrial, la búsqueda de beneficios a muy corto plazo y la falta de regulación de los flujos financieros que hace que algunos se beneficien rápido y otros están en la miseria” 
Pudiendo agregar la observación de George Soros relativa a que uno de los problemas centrales “es que los ciudadanos de los países desarrollados gastan más de lo que producen”. Se puede  coincidir en esto  con Adam Smith, David Ricardo o Karl Marx,  cuando señalaban que solo al trabajo genera valor.

Esta crisis, puso en evidencia la falacia del neoliberalismo acerca de que el Estado y el gasto público son el problema, por ejemplo en medio de la crisis fue el estado quien salió a ayudar a los bancos y empresas a través de grandes subsidio   Está más que  claro que las políticas neoliberales están destinadas a beneficiar a los bancos y al sector financiero. Así durante el gobierno de Obama EEUU subsidió  en medio de la crisis a los grandes bancos, quienes habían originado la crisis y no así para ayudar a  las víctimas, los ciudadanos comunes que perdieron su vivienda, vieron recortados sus gastos en salud y educación, pérdida de puestos de trabajo y aumento de impuestos.

Apuntábamos más arriba que la globalización, que tuvo un impulso a partir de los cambios tecnológicos en comunicación y electrónica, con la aparición de los petro dólares pero sobre todo  a partir de la desaparición de la URSS y sustentada en su correlato ideológico neoliberal, generó una gigantesca transferencia de riquezas desde los países periféricos más desfavorecidos en el mundo hacia los países centrales y el sistema financiero mundial.  Este mismo proceso se da dentro de los propios países, una minoría se apropia y concentra la mayor parte de la riqueza nacional. Dándose también otro fenómeno perverso los impuestos a las ganancias o al patrimonio han ido disminuyendo o sea que quienes más tienen y más ganan, pagan cada vez menos impuestos.
Así la  “teoría del derrame”, según la cual el mercado derrama espontáneamente sobre el resto de la sociedad resultó falsa,  el mercado, por si solo y sin una acción estatal no sólo no derrama sino que concentra cada vez más, tal como de manera reiterada ha sido señalado por informes de la ONU y el Banco Mundial.

La lógica predatoria del sistema generada sobre explotación de los recursos naturales y las comunidades no desarrollan nada. Este tipo de inversiones extractivistas solo generan miseria  y emigración.
La tala de bosques naturales, la perdida de  gran variedad de especies, la gran minería que envenena las aguas, el extraccionismo como sinónimo de productividad y progreso, son una falacia, ya que extraen la riqueza, depredan los lugares, y una vez hecha la ganancia se retiran, dejando el daño ambiental para que se haga cargo el Estado y las generaciones futuras.

Estas  lógicas  predatorias muestra la verdadera imagen del neo liberalismo: impone ajustes draconianos sobre los pueblos en beneficio de la banca internacional y las minorías ricas de cada país. El ejemplo más reciente es Grecia y ahora Argentina. 
El caso de la Argentina es significativo para comprender los efectos perniciosos del neo  liberalismo: según datos aportados por el funcionario de la ONU, Bernardo Kligsberg, la brecha entre el 10% más rico y el 10% más pobre pasó de 18 veces en 1993 a 24 veces en 1998, llegando a 26 veces en el año 2000 y  situándose en torno de las 32 veces en 2008.
Las políticas neo liberales aplicadas a partir de 2016 y sobre todo a partir del acuerdo con el FMI, llevaron a una economía relativamente sana a una generación de deuda externa de  más de 200 mil millones de dólares, con el correlato de destrucción del aparato productivo,

“La economía global está entrando en un periodo de vulnerabilidad, luego de no haber abordado las causas esenciales del colapso financiero que la removió en 2008. “Estamos en peligro de caminar sonámbulos hacia una crisis futura”, dijo a The Guardian, ordon Brown, ex primer ministro del Reino Unido”.

Brown, que estaba al frente del gobierno británico cuando estalló la crisis detonada por la quiebra del banco Lehman Brothers en EE.UU, consideró que “se han abordado algunas cosas pero no las grandes, las medidas contra irregularidades financieras no han sido lo suficientemente duras y muchos bancos tienen la esperanza de ser rescatados nuevamente en caso de que se desate una nueva crisis”.

“Es muy difícil decir qué desencadenará la próxima crisis, pero estamos en el último tramo del ciclo económico donde la gente toma mayores riesgos. Hay problemas en los mercados emergentes”, dijo, y añadió: “En un mundo interconectado hay una escalada de los riesgos. Hemos tenido una década de estancamiento y estamos al borde tener una década de alta vulnerabilidad”.


Otros actores cambian el escenario.

En el medio de la crisis del capitalismo global  surgen otros actores, que jaquean la hegemonía yanky y sus aliados.

Europa no sale de su crisis. El año comenzó con una fuerte caída de las bolsas, con informes sobre la actividad industrial que demuestran un estancamiento europeo.  

Europa está siendo beneficiada por los bajos precios del petróleo y del gas, sin embargo  la situación política interna, el fuerte impacto de un debilitamiento de la economía y del aumento del recalentamiento climático que desplazará cultivos y gente, potenciará la desertificación de grandes zonas y reducirá el abastecimiento pesquero y agrícola.

La crisis del capitalismo genera también expresiones políticas marginales de derecha nacionalistas, todavía minoritarias pero no por ello menos peligrosas. La irrupción de un Bolsonaro en Brasil, un político mediocre y obtuso puede poner en riesgo a toda Latinoamérica, con su mensaje de explotación sin límites del Amazonas, pulmón del mundo o sus políticas militaristas hacia dentro de su pueblo y hacia países vecinos como Venezuela. Se va conformando  un eje, EEUU, Israel, Brasil, Hungria, etc, de derecha, fascista autoritaria y violenta preocupante..

China aparece como una nueva potencia mundial que cuestiona el orden actual y se posiciona como potencia hegemónica para el 2030.
Difícil es predecir los acontecimientos de la próxima década, pero en principio la aparición de China puso un freno al proyecto unipolar de EEUU.

Estados Unidos está perdiendo  la batalla comercial con China pues ésta cuenta ya con una clase media de unas 400 millones. Su mercado interno ya es mayor y tiene un potencial de desarrollo mucho importante que EEUU sino también por los lazos comerciales en Asia y África que la Ruta de la Seda potenciará grandemente.

Si bien China ha disminuido mucho su ritmo de crecimiento que actualmente gira en torno al seis por ciento anual, y EEUU, logró con Trump un efímero crecimiento récord de más del tres por ciento anual, pero no está claro si podrá sostenerlo en el corto plazo.

Ya el libre comercio siempre pregonado por  EEUU, ya no es tan fácil de sostener frente a un tanque altamente competitivo como la economía china. Así, Trump ha  ido cerrando la economía norteamericana, protegiendo su producción local.  Sin embargo EEUU es muy dependiente de productos  de alta tecnología que provee China, en cambio China tiene otros mercados donde proveerse de granos y alimentos.

Surge además Rusia que espera recobrar su papel de gran potencia.

Rusia ha salido de la crisis post caída del muro. Ahora esta lanzado aun procesos de rearme, al desarrollo de nuevas tecnologías bélicas y espaciales.
Rusia pone a punto cohetes poderosísimos y bombarderos de última generación portadores de armas nucleares.  Además juega fuerte en el escenario mundial. Fue y es importante su papel en la crisis de Medio Oriente, poniendo límites a la locura de EEUU, Israel y Arabia Saudita contra Siria y cualquier intento contra el régimen chiita de Irán

El eje  chino ruso empieza a cuestionar y desplazar el eje anglo yanky, dominador del orden mundial desde el siglo XVIII a la fecha: así el escenario económico políticos pasa del atlántico al  área al Asia pacífico.
El orden neo liberal globalizador parece tener, entre sus contradicciones internas, y el nuevo escenario mundial naciente, los días contados.
Sin embargo la historia muestra que estas luchas por la hegemonía mundial, por los mercados y las materias primas siempre fueron resueltas por las guerras imperiales.
En todos los países la parte del león en los presupuestos gubernamentales corresponde a las fuerzas armadas y las fuerzas represivas mientras se reducen los fondos para los salarios indirectos (servicios sociales, pensiones jubilaciones) así como los ingresos reales de los trabajadores, lo que achica el mercado interno.

El gobierno  de Trump significa que la facción más “nacionalista” más dura ha asumido parcialmente el poder, para, pareciera, salir de la globalización financiera y volver a una economía  productiva, en un desesperado intento de reindustrializar el país.

El proceso de reindustrializar EEUU no parece tan lineal ni tiene un resultado asegurado, sin embargo hay bloques de poder en su interior como aliados al sistema armamentístico militar muy agresivos
Trump en su patetismo y mediocridad encarna lo peor  de la cultura norteamericana. Su patoterismo y su verborragia muestran que su política del garrote  podría llegar a ser nuclear.
En síntesis es posible augurar un futuro complejo y caótico, lleno de malos presagios pero también de posibilidades si prevalece una lógica de cooperación y construcción de alternativas al actual capitalismo predatorio.

Alan Touraine, con una visión europeísta,   “no hay posible solución interna a la crisis que ya no puede ser superada mediante reformas y un mejor control de las operaciones financieras... Un posible porvenir es la aparición de nuevos actores, que ya no sean solo políticos, sino sociales y  morales, grupos o movimientos  más o menos radicalizados que den la lucha en la calle, que  opongan   los derechos de todos los hombres a la acción de unos pocos que sólo piensan en incrementar sus utilidades.”   En este marco puede entenderse el movimiento de los indignados en Europa, los chalecos amarillos en Francia, et,

Lo más importante, añade, consiste en la reconstrucción de la vida social,  y en poner la política por sobre la economía,  es decir poner a la sociedad toda por sobre las corporaciones económicas financieras.
“Ello debe engendrar nuevas formas de organización, de educación y de gobernanza, para ser capaces de originar una redistribución del ingreso  nacional en provecho del trabajo, y de exigir un respeto a la dignidad de todos los seres humanos.”

Antonio Muñiz
6 de Enero de 2019


Foro en defensa del Proyecto Nacional y Popular

El Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, fue el invitado especial del primer Foro en Defensa del Proyecto Nacional y Popular, que contó con más de 250 militantes.