Presentación de la revista Causa Popular en Morón

En el local de Causa Popular se llevó a cabo la presentación de la revista ante un numeroso público que se acercó al local a pesar del mal tiempo reinante.
Se encontraban presentes concejales, dirigentes historicos y militantes de Morón, que dieron jerarquia al encuentro.
Los disertantes coincidieron en el diagnóstico de la situación y en la necesidad de apoyar incondicionalmente al gobierno de Cristina Fernandez, revalorizando el rol de la militancia, la necesidad de profundizar el debate y la discusión ideológica y la formación de cuadros. Luego se produjo un intenso y profundo debate e intercambio de ideas entre los panelistas y los compañeros presentes.

En la foto Omar Marinucci, referente de Causa Popular - Morón, el Diputado Provincial Alfredo "Lobby" Antonuccio y Antonio Muñiz

Evita


“Yo estaré con ellos peleando en contra de todo lo que no sea pueblo puro, en contra de todo lo que no sea la "ignominiosa" raza de los pueblos. Yo estaré con ellos, con Perón y con mi Pueblo, para pelear contra la oligarquía vendepatria y farsante, contra la raza maldita de los explotadores y de los mercaderes"
Capitulo 29 de "Mi Mensaje", último escrito de Eva Perón.

"Calzaba alpargatas al llegar a la Capital y en su mano apretaba un monedero de hule. Su cara estaba lavada con jabón amarillo y las crenchas peinadas hacia abajo, marcando el pómulo reminiscente. Enseguida se conchababa "con cama adentro". Y la patrona dominaba su vida por completo. Fregaba, cocinaba, lavaba los platos, cosía, lavaba y planchaba, colocaba y descolocaba las cortinas, limpiaba los caireles uno a uno, mientras el hijo varón de la patrona la miraba golosamente desde abajo. Si no le hacían un hijo (que, en ese caso, era enviado enseguida a su pueblo para que lo criara la madre) al llegar el domingo, después del medio día, la patrona –ese gran ojo que la miraba sin cesar- le decía: ‘Andate a dar una vuelta y volvé antes de las ocho para hacer la cena’. Tomaba el tranvía y llegaba a Plaza Italia, frente a los leones y bajo el sol. Allí apretaba la mano áspera de un conscripto de los cuarteles, sentada en un banco. Ambos soñaban con la provincia, las cabras, el cielo, los amigos y la música lejana. Pero llegó la guerra y con ella el desarrollo de la industria. Las fábricas se erigían por todas partes. Nuevas industrias reclamaban mano de obra, en particular mujeres. Ella oyó hablas vagamente del tema. Finalmente, una compañera de plaza la invitó a entrar a una fábrica. Así la sirvienta se transformó en obrera. Cambió servidumbre personal por la explotación impersonal del capitalista. Esto se dice fácil, pero era menester vivirlo. ¡Y los marxistas! ¡Qué decepción! Pues resultaba que pasar de la servidumbre y humillación personal a la ‘explotación capitalista’, constituía para ella un salto a la libertad. Era una doble emancipación. La primera, era sacarse de encima a la patroncita, -oligarca, mujer de médico, esposa de un bancario o empleado público, cónyuge de un comerciante, si la sirvienta era lo más barato que había en la Argentina-. Y en segundo lugar, ganar más dinero con menos tiempo de trabajo. De este modo, ella vendía 8 horas a la fábrica. Después era completamente libre para apoderarse de aquella hermosa ciudad hostil.
La primera quincena envió un giro a su madre. La segunda, adquirió un par de zapatos con tacos y su cuerpo cambió. A la siguiente, compró en las cadenas de tiendas Etam un delicado vestido arrancado de un modelo de ‘Vogue’, con tela de imitación francesa, fabricado por la nueva burguesía judía de Villa Lynch, que dejaba de ser importadora para transformarse en productora. Una maravillosa, indescriptible transformación se operaba en la ex sirvienta. Con dos o tres quincenas más se compró una cartera, artilugios de maquillaje, alguna biyutería. Entonces asestó un toque final a la transformación milagrosa. En todos los barrios habían aparecido ‘salones de belleza’. Nuevas `cosmetólogas’ brotadas de la nada la tendieron durante unas horas, le dieron consejos y la lanzaron a la calle transformada en platinada. Aquella muchacha aindiada era hermosa, tenía rulos, tacos altos (había cambiado de estatura) y nadie hubiera imaginado jamás que al pasear por Santa Fé, Callao o Corrientes, la ex sirvienta era menos bella que las chicas de la clase media o la oligarquía. Al mismo tiempo, entraba en crisis la oferta del servicio doméstico. Aparecía el Estatuto del servicio Doméstico con derechos a la siesta. ¡Cuántos izquierdistas aprendieron a odiar al peronismo en la mesa familiar de boca de su madre, antes de buscar en venerables textos las razones para rechazarlo en nombre de la Ciencia!
Cuando ellas, las mujeres excluídas del interior llegaron a Buenos Aires, no sólo desempeñarían un papel político y social decisivo en la historia argentina, sino que los sociólogos hubieran podido decir, sin incurrir en error, que el número de mujeres rubias había aumentado en la Capital. Cuantas más chinitas llegaban, más rubias aparecían. ¿Qué científico entendería al peronismo sin las mujeres de negro que llegaron a ser rubias?
Eva les tocó el corazón y ellas fueron su fuerza, energía poderosa que había atravesado muchas generaciones en silencio y ahora hablaban a gritos".
Jorge Abelardo Ramos

Fragmento de "La Era del Peronismo" Ediciones del Mar Dulce – Junio de 1981- pag. 116
Tomo V de "Revolución y Contrarrevolución en la Argentina"

Debates y zonceras

El rol del Estado en el desarrollo y la distribución del ingreso
Por Bernardo Tirelli
Publicada en Argentina Económica el 27 de julio de 2008, suplemento del diario Miradas al Sur y otros diarios nacionales

Gracias al conflicto con las patronales agropecuarias se masifica la participación y discusión sobre los grandes temas nacionales. Entre ellos se inicia el debate sobre el rol del Estado y, en este sentido, hay un saldo positivo ya que nadie se atreve hoy a cuestionar la necesidad de instrumentos estatales como las tasas aduaneras –retenciones- para capturar la renta extraordinaria de distintos actores de la economía, con la finalidad que esta recaudación sea aplicada a mejorar la distribución de la riqueza.
Este debate no se dio con los profundos cambios estructurales producidos por la dictadura a partir de 1976 porque estas transformaciones fueron realizadas al amparo de la violencia y la represión y fue ignorado en el retorno a la democracia y durante los dos gobiernos de Cavallo, en el período neoliberal de los 90, con la continuidad en el desmantelamiento del Estado.
Por obra de los hechos Aerolíneas Argentinas amplia la discusión respecto de la facultad del Estado de tener una participación no sólo reguladora sino activa en la economía.

Levantar vuelo

Cuando la estatal Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) adquiere Aerolíneas Argentinas (AA) hace 18 años el Estado argentino se hace cargo de los pasivos nacionales y por tanto recibe la empresa sin deudas. Su cometido no fue exitoso y unos años después tiene como objetivo sanearla, colocarla entre las primeras compañías del sector y posteriormente venderla, según explica en su propio plan. Previa entrega por el Estado argentino de la acción de oro logra finalmente transferirla al grupo Marsans con un pasivo de U$S 600 millones.
Como en todos lados se cuecen habas, en el año 2003, el Estado argentino impugnó el balance de Aerolíneas Argentinas presentado por su controladora Interinvest S.A., por considerar que los fondos, U$S 750 millones, que la SEPI había entregado para cancelar dichos pasivos, habían sido cedidos a una tercera empresa vinculada a Interinvest y verificados como créditos en el concurso de Aerolíneas, con el propósito de obtener fraudulentamente las mayorías necesarias para aprobar la propuesta concursal en perjuicio de los acreedores locales de Aerolíneas. El juzgado de instrucción numero 35 de Madrid ha citado a declarar como imputados a los propietarios del Grupo Marsans, Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz, por un presunto delito de apropiación indebida de fondos públicos por importe de hasta U$S 246 millones procedentes de las aportaciones de la SEPI para el pago de deudas de AA. El juzgado 35 de Madrid les imputa también delito fiscal y falsedad documental y requiere información al BBVA y a la Agencia Tributaria. Uno de los socios de Interinvest, Gerardo Mata Ramallo, está denunciado en este expediente criminal, y posee antecedentes por alzamiento de bienes (insolventación fraudulenta) en España.
Lo cierto e incontrovertible es que luego de 18 años de ser privatizada, AA ha perdido patrimonio, se ha levantado su red de sucursales en el exterior, se han transferido la mayoría de las rutas europeas a Iberia y otras empresas vinculadas a Interinvest, y hoy es una empresa desprestigiada por las permanentes cancelaciones, postergaciones y demoras en sus vuelos, con causa en los incumplimientos de sus operadores españoles respecto de las inversiones a las que se comprometieron.
El Pueblo argentino tiene un alto concepto del Bien Social, por eso cuando alguna industria entra en falencia la primera preocupación es salvar la fuente de trabajo y la producción. Ejemplo de ello es la gran cantidad de industrias recuperadas y es ampliamente aceptada en este plano la intervención y cooperación del Estado, de modo que el cuadro de situación crítico de AA obliga al Estado Nacional a recuperar su línea de bandera. El Estado va a absorber nuevamente su pasivo de aproximadamente u$s 900 millones, pero esta vez generados por funcionarios y empresarios foráneos exigirá un gran esfuerzo económico y el necesario respeto y revalorización de los recursos humanos de la empresa, capital sin el cual es imposible todo emprendimiento aerocomercial que beneficiará al país en la medida en que la intervención estatal se inscriba en una reformulación de la política aérea nacional.

Las nuevas zonceras

Arturo Jauretche definió a las zonceras como “principios introducidos en nuestra formación intelectual desde la más tierna infancia y en dosis para adultos con la apariencia de axiomas, para impedimos pensar las cosas del país por la simple aplicación del buen sentido…”, y hasta hace unos pocos años parecía que las zonceras de que tanto habló en su celebre Manual habían desaparecido. Por fin se era suficientemente inteligente, hasta el punto que no había duda del pensamiento nacional que, establecido como dogma irrefutable, no tenía discusión y además contaba con la plácida aceptación de importantes hombres del mundo, en particular de quienes manejan las finanzas internacionales. Se había aprendido que mejor que la moneda propia era el dólar y que si éste valía lo mismo que el peso, convertibilidad mediante, era posible comprar cualquier cosa en el exterior. Esto resultaba muy conveniente ya que eximía de tener fábricas y trabajadores pero a su vez se ahorraba en escuelas técnicas que ya no serían necesarias. Y siempre los productos extranjeros parecían mejor que los nacionales ya que venían adornados del marketing. Con ellos también llegaron los expertos que asesoraban convenientemente y explicaban que si llegaba a faltar plata para adquirir los bienes se les podía vender algunas empresas del Estado o entregarles los recursos energéticos o los transportes y entonces también se tendrían ahorros ya que ellos se ocuparían de esos temas. Por supuesto que si esto seguía y volvía a faltar dinero entonces estarían dispuestos a prestar y si volvía a faltar entonces tendrían previsto un canje y después un megacanje. Y tal vez un recontramegacanje.
Claro, también está la política y esta no es buena, enseñaban, porque los políticos son todos corruptos, así que lo mejor es que la gente vote pero que todo esto lo maneje el ministro de economía que será proporcionado por asesores extranjeros, y se ocupará de estos asuntos para tranquilidad de todos. Que los que gobiernen se ocupen sólo de la seguridad porque si falta trabajo puede haber más delincuentes; de la educación, para formar buenos gerentes de las empresas, ahora extranjeras, y de la salud, para que nadie que trabaje falte. De la economía, las finanzas, los servicios y la producción y extracción de productos para llevarse afuera se ocuparán ellos por todo lo bueno que hacen. Entonces todo está bien y no hacen falta los debates porque no hay nada para discutir, pensar o criticar: todo está resuelto.
Tal vez se esté perdiendo la inteligencia, porque algunas cosas han cambiado y algunas zonceras comienzan a dar vuelta y renacen ciertas polémicas. Martínez de Hoz estableció como uno de sus principios de política económica el de Subsidiaridad del Estado por el cual, dice, el Estado debe intervenir en la economía en forma directa en alguna actividad sólo cuando no existe posibilidad o interés privado en cumplirla y este principio se debe aplicar no sólo frente al sector privado sino también del Estado nacional frente a las provincias y los municipios. Esto fue completado por el denominado Consenso de Washington que pontificaba que los recursos públicos son gasto y no pueden orientarse a desarrollo productivo. El resultado era privatizar todo.
Es conveniente observar que, en la ola de privatizaciones, gran parte de los adquirentes de los bienes públicos eran extranjeros estatales. Es el caso del sector energético donde prácticamente el 70% de las transferencias públicas y privadas argentinas fueron a manos de empresas extranjeras estatales. A su vez estas contrataron, en buena medida, a gerentes argentinos provenientes del sector estatal privatizado.
Sí, cuesta entenderlo, se transfirieron empresas públicas y gerentes argentinos a empresas estatales extranjeras. ¿Los principios de Martínez de Hoz y del Consenso de Washington, regían sólo para la Argentina?
Siguiendo con el descubrimiento de zonceras AA fue privatizada a favor de la empresa estatal española Iberia. ¿Qué lleva a que un Estado liquide y otros decidan ampliar su escala de negocios, retener y aumentar sus recursos estratégicos como los de energía?
Las cosas no quedaron ahí y se suprimió nuestra industria aeronaútica que tuvo logros como el avión a reacción Pulqui I, construido en la Fábrica Militar de Aviones de Córdoba y que hoy fabrica el Brasil. Hoy Brasil exporta aviones a todo el mundo, incluido EEUU y Europa, a través de su empresa EMBRAER, mientras en la Argentina el polo aeronáutico de Córdoba, ex fábrica militar de aviones, en 1995 se entregó en concesión a Locked Martin SA (LMSA), que tiene a su cargo el mantenimiento de los aviones Pampa de la Fuerza Aérea.
El mantenimiento técnico operativo de la flota y la capacitación de su personal de vuelo, su entrenamiento permanente y el respeto de las normas laborales sobre salubridad hicieron en otros tiempos de AA una línea aérea de prestigio mundial. Hoy los españoles se desprenden de sus restos, el gran desafío será volverla al sitio donde alguna vez estuvo.
Este es el momento de volver a las fuentes que le dieran origen sobre una política de transporte integral que conlleve a estructurar un diagrama de prestación de un servicio público acorde a las necesidades de cada provincia o región territorial con el agregado, en esta nueva oportunidad, de ir generando nodos de vinculación con nuestros hermanos países del cono sur no sólo en el aspecto turístico, sino abarcando las áreas que sean propicias para intercambio comercial de materias primas o manufacturadas por vía aérea.
La Argentina no cuenta en la actualidad con una política apropiada en materia de carga aérea y de allí nuestra desventaja comparativa con países vecinos como Chile. La carga existe, sólo que se adolece de una infraestructura logística aeronáutica que permita, además de cumplir su función social y comercial, descomprimir el sistema vial actualmente colapsado de tránsito pesado en tramos de largo recorrido.
El sistema de rutas aéreas mantiene un esquema en abanico, todo pasa por Buenos Aires y desde allí hacia otro lado porque está estructurado sobre la base de la lógica del mercado. Es esta lógica la que muestra que el rescate de AA como bien social es insuficiente, ya que la visión puramente comercial no incluye los aspectos de fomento y de desarrollo e integración regional.
Una política aerocomercial para el desarrollo regional, económico y turístico en todo el territorio se complementa y exige el relanzamiento de la industria aeronaútica. Si la inteligencia del pensamiento único nos mantenía en tierra, ahora que aparecen las zonceras será hora de remontar vuelo.

La derrota del Gobierno en la puja con el agro

Por Jorge L. Devincenzi
Gentileza revista Zoom
La derrota del Gobierno en el Senado abrió un nuevo escenario político en el país. La discusión sobre las asignaturas pendientes para recuperar la iniciativa del Estado y sobre el armado político que la sustente se cruzan con las mutaciones y movimientos de un peronismo cuya crisis de identidad es terminal.

Todo podrá seguir como antes, pero nada será como antes. Si ahora, en peores condiciones que en marzo, el Gobierno Nacional no cambia el rumbo, estaremos asomándonos al abismo que la propia Cristina rechazó para sí misma en el discurso en el que anunciara el compromiso de destinar parte de las retenciones a la construcción de hospitales: conducir un gobierno anodino, de esos que promueven una repentina primavera y terminan naufragando entre planes australes y golpes de mercado.
Una semana antes de esa confesión de parte, desde ZOOM se había expresado algo similar, pero hay un equívoco en esta coincidencia: no es lo mismo estar a la intemperie que al frente del Gobierno.
Contra ese escenario se argumentará, no sin alguna razón, que los hijos de esa amplia familia que alguna vez se unió bajo la identidad peronista, aprendieron, por convicción o fogueo en la adversidad, a huir hacia adelante o morir en todo caso con las botas puestas, pero jamás entregarse mansamente. Se olvida que también existió un Menem, y que la pertenencia al justicialismo se convirtió en un provechoso medio de ascenso social.
La rendición incondicional podrá no figurar entre los planes de los K, pero esa posibilidad, como el sur, también existe, y en nuestra sociedad hay una cuota elevada de frivolidad, codicia e individualismo capaz de abrirle las puertas. Vivir la vida loca seduce al más pintado, y si contabilizamos el salto de cientos de menemistas a las filas del kirchnerismo de la primera hora, no hace falta aclararlo.
Las personas reales de carne y hueso no podemos esperar al Tercer Centenario para ver un rumbo cierto. No es cuestión de envanecerse con cualidades quijotescas ni hacerse el Llanero Solitario: hay que organizarse, formarse, definir una acción y una conducción para maniobrar ante un poder concentrado que no quiere retroceder un milímetro. En caso contrario, ahí estarán unos cuantos amigos dispuestos a conducir los despojos hacia la nada. Cuando el senador Urquía sostuvo en la sesión del último miércoles, que "no tenemos que estropear la gran torta que tenemos hoy para cuidar el mercado interno. A éste debemos cuidarlo y darles de comer a todos los argentinos, pero lo vamos a hacer cuando la torta sea más grande ” eso no es contradictorio sino antagónico con lo que parece el proyecto de este gobierno, salvo que estemos hablando –y no lo creemos así– del viejo plan de Hood Robin disimulado con palabras dulces. ¿O acaso la suba de las retenciones ampliaba la torta?

Asignaturas pendientes

Uno de los errores básicos del Gobierno cuando decidió, sensatamente, nivelar la rentabilidad agropecuaria a los precios internos, consistió en haber creído que, sin intervenir, el Estado estaba interviniendo. O mejor, que esa intervención radicaba más en los discursos que en las efectividades conducentes. Somos muchos los que, de este lado de la cancha, podríamos suscribir parte o todo el modo en que los K intentan hacer comprender a esta sociedad cuáles serían los cambios necesarios. Pero se impone hacerlos, y no solo gritarlos.
Hay que restañar muchas heridas, y las personas reales de carne y hueso no podemos esperar al Tercer Centenario para ver un rumbo cierto solo porque hace cinco años se cambió la Corte, comenzó una política distintiva en derechos humanos o se armó un modelo económico pertinente para la etapa.
Se necesita mucho más que eso.
En una nota anterior, planteábamos, sin pretensiones de originalidad, que un Estado desmantelado adrede para ser funcional al modelo neoliberal no puede servir también a la defensa de los intereses populares.
Es necesario que el INTA recupere el espacio que perdió en la producción rural ante el avance del marketing sojero. Que el Estado tenga alguna intervención en la producción de fertilizantes y herbicidas, como por ejemplo con precios testigo. Que se tenga una política cautelosa en Que el Estado conduzca es el único modo posible de salir de la dictadura de los mercados.materia de recursos naturales no renovables. Que la ONCAA y la Aduana controlen efectivamente qué se exporta. Que la ANMAT no se limite a copiar los protocolos en Internet de la oficina de la FDA. Que sea regulado el mercado de las prepagas de salud. Que haya una política activa en materia de hidrocarburos, además de cobrarse, a precios de hoy, un 71 por ciento de retenciones mientras se perdió el autoabastecimiento. Que el capital financiero, los fideicomisos agrarios y los pooles de siembra paguen impuestos. Que las Defensorías del Pueblo –que en origen nacen luego de la incorporación de todos los ciudadanos al Estado, y no al revés, porque ninguna lógica permite entender cómo se amparará al 30% de excluidos que sobreviven en el país, siendo a lo sumo Defensoríasdepartedelpueblo– terminen con su rol testimonial, ex post facto.
Que los ferrocarriles vuelvan a tener un rol protagónico ante la loca y cara política de transporte carretero de granos.
Que los entes reguladores protejan efectivamente a la parte débil, el usuario, algo que siempre estuvo en el discurso K pero no termina de cuajar. Que el INDEC, el SENASA y la CNRT dejen de ser organismos cooptados por consultoras y sponsors.
Que se cambien las leyes de granos, de entidades financieras, de radiodifusión y que haya una reforma fiscal.
Que el federalismo no sea una oportunidad para la anarquía sino la resultante de un proyecto de país, un solo país acordado, porque el texto constitucional de 1994 es producto de una etapa en la que era necesario asegurar un papel pasivo para el Estado, habilitando un descontrol centrífugo que sirvió para colocar a los grupos económicos, socios mayoritarios de las oligarquías provinciales, en situación de diseñar el país y establecer la dirección y el sentido de la política.
Que se deje de plantear la necesidad de “articular”: articulan los iguales, y estamos hablando de que el Estado conduzca, el único modo posible de salir de la dictadura de los mercados.
Hay que dar vuelta como una media, en fin, este Estado que, está demostrado, no permitió (además de las torpezas o soberbia reinantes) dotar al gobierno de herramientas útiles para oponerse a la ofensiva patronal.

Ir por todo

Se dirá que todo esto no se puede a la vez y es cierto, pero alguien tiene que informar hacia dónde vamos y cómo se hará.
Muchos siguen creyendo que este fue un problema mal comunicado. No. Fue un problema mal resuelto. No se avanza en la redistribución del ingreso cacheteándose con una familia paqueta en un restaurante costoso al que millones de argentinos ni siquiera pueden asomarse. Hay falta de cordura cuando se cree que puede decretarse la (nuevamente) redistribución del ingreso con un anuncio de porcentajes que luego son reducidos en diputados (quienes, entonces, estarían contra esa redistribución), y cuya factura es mas mediática que efectiva, o a lo sumo un modo épico de retroceder.
En el fondo, muchos siguen creyendo que este fue un problema mal comunicado. No. Fue un problema mal resuelto.
Si se creía realmente que venían por todo, y no solo por dos o tres puntos de retenciones, se debió actuar en consecuencia: como si vinieran por todo.
Es inconcebible que, en medio del conflicto, nos desayunemos (por parte de opositores, para colmo) del descontrol de la ONCAA y la Aduana, dos organismos que debieron constituir el dispositivo de avanzada para enfrentar el ataque de los propietarios. O que el senador Urquía, hábilmente, haya cambiado una frase de una ley que permitió a las exportadoras (él mismo) declarar granos que no tenían para adelantarse a la suba de retenciones.
Y es cierto, venían por todo el modelo, como una y otra vez lo dejaron ver los cuatro coroneles, esto es, volviendo a un país sin futuro.
Si hoy los campesinos aceptan a regañadientes la derogación de la resolución 125 en los términos que planteó el Gobierno y no siguen hasta la meta de su eliminación total es sólo porque no cuentan con un líder como para llevar la estocada a fondo.
Entre consoladores y crucifijos, a esa pegatina política le falta recorrer un trecho, aunque saquen a Charly del manicomio. No tienen la mayoría, pero casi, y sobre todo pueden apretar con el poder económico, educativo, mediático, etc.

¿Néstor lo sabía?

Queda una extraña sensación luego del segundo madrugón. En primer lugar, y aunque los senadores rechazaron el proyecto oficial, debieron además acordar algo y enviarlo a Diputados. Por eso, no es descabellado suponer que a esta comedia le falta otro final, como por ejemplo que se termine colando el proyecto de Reutemann.
Además, cabe comparar el voto no-positivo de don Cleto con los dichos de Néstor 24 horas antes, en la concurrida manifestación en la Plaza de los Dos Congresos, donde sugirió la derrota. En este sentido, y aunque la mayoría de los peronistas (y por conveniencia, los grandes medios) rechace la posibilidad y se dedique a pinchar alfileres en las fotografías del vicepresidente o lo califique con una Esperanza Blanca del adversario, no es improbable que el Gobierno haya considerado como un fracaso el empate en Senadores, y por lo tanto, que el voto negativo del mendocino no haya sido un secreto para Kirchner. Al fin y al cabo, el respeto a la diversidad (sexual y cultural, pero también de opiniones políticas) está en el haber de este Gobierno.
No es improbable tampoco que, luego de un triunfo agónico en Diputados, el presidente del PJ (arrastrado a redoblar la apuesta para no dejar todo el territorio y la imagen en manos de los concentrados en Palermo, sobre quienes una suave brisa invernal derramaba los olores de la jaula de los gorilas), intuyera el peligro de una reedición de diciembre de 2001 por mano de algunos turiferarios presentes. ¿El Gobierno habría podido mantener la palabra de no reprimir, sólidamente cumplida hasta ahora, o acaso la institucionalidad dependía de D’Elía?
Con Duhalde, Barrionuevo y Rodríguez Sáa fogoneando, no es insensato imaginarlo. Carne de cañón no faltaba en Palermo. Hace solo 7 años –no debe olvidarse– alguien dejó sin llave uno de los portones del Congreso para favorecer los disturbios y eventualmente reeditar el incendio del Bundestag.
Quienes rechazan la idea de que el voto de Cobos haya sido conocido por Néstor si el escenario era el empate-derrota, anotan sus extraños (y probados) encuentros con los gobernadores que veían una oportunidad de coparticipar las retenciones.
.Ahora es fácil pegarle, y más aún con la caravana de la victoria que emprendió hacia Mendoza luego de la votación. Pero también, y permítaseme la ingenuidad, es posible verlo como protagonizando una estrategia alternativa, la de un hombre adelantado sobre el adversario mas duro, para buscar convencimiento cuando en otros ámbitos sólo habría alaridos. La astucia, incluso la derivada de la estupidez, es una impronta de los políticos. Y hasta los pequeños hombres se permiten grandes hazañas de vez en cuando.
Al fin y al cabo, se parece mucho a otro hecho confuso, el de la desmentida reunión entre la presidenta y Lorenzetti, el titular de la Corte, que anunció La Nación. Nada indica que el máximo tribunal fuera a repetir, declarando inconstitucionales las retenciones móviles, la amenaza mafiosa del ex-comisario Nazareno cuando se pesificó, hecho que Kirchner rememoraría luego. La Suprema Corte puede disentir con el Ejecutivo en cuestiones como el Riachuelo o la retribución de los jubilados, pero nunca pondría en peligro la estabilidad pegándole un hachazo a una política esencial del Gobierno. Por simple supervivencia, o al menos porque parece contar con algunos miembros honorables.
En esta batalla, el gran perdedor fue el Gobierno. Pero haremos todo lo necesario como para que no se note. Aunque no es improbable que falte otro u otros finales.

El tiro por la culata

Gentileza revista ZOOM
La política de alianzas y de construcción política oficial tocó fondo. Antes que lamerse las heridas con la teoría de la traición, la hora impone estimular la participación política y abrir el juego a otros sectores para reanimar el espacio nacional y popular de centroizquierda y renovar el compromiso con la distribución de la riqueza y la intervención estatal en la economía.
Cuando 14 diputados, una decena de senadores y un vicepresidente votan en contra de una iniciativa de su propio gobierno, refugiarse en la teoría de la traición solo puede servir a efectos de una catarsis epidérmica. Por más que el Parlamento posea una concentración de hijos de puta superior al promedio, en términos políticos resulta más eficaz ponerse a analizar las políticas de alianzas que se llevaron a cabo y los actores que las protagonizaron para encontrar explicaciones conducentes.
La estrategia de polarización al mango que los Kirchner empujaron en el conflicto con la patronal agropecuaria sirvió para marcar la cancha pero resultó un tiro por la culata: sus resultados fueron nefastos a la hora de contar los porotos, dentro y fuera del Congreso. Si bien es cierto que el nivel de homogeneidad ideológica de los que apoyaron al Gobierno (en las bancas y en la calle) es harto superior que la comparsa opositora que juntó a Vilma Ripoll con la Sociedad Rural y a Carrió con Barrionuevo, esa ventaja cualitativa no solo no alcanzó a la hora de los números: el grado de apoyo crítico al Gobierno es alto y esa supuesta homogeneidad a la hora de defender la democracia y valores altos como la redistribución de la riqueza se empieza a diluir cuando comienza el hilado fino.
En la edición de este martes dijimos al respecto de la votación en el Senado: “Si el oficialismo triunfa, será por un pelo y le quedará gusto a poco. Si la oposición da el batacazo, el Gobierno sufrirá una derrota dura pero no será el fin ni mucho menos.” Es cierto que nunca esperamos el final de película en manos del vicepresidente, que regaló un bonus track de desgaste oficial por sobre la ya inesperada victoria de los ruralistas. Lo que no cambia es la convicción de que el matrimonio K enfrenta por primera vez en cinco años el reto de gobernar con una oposición aun desarticulada en términos electorales pero con virtualidad de poder de cara al 2011. Frente a ese escenario, su mayor desafío será recomponer una política de alianzas y de construcción política que tocó fondo.
En la casilla de correo, en los blogs, en la calle, en el bar, por teléfono, las conversaciones y los testimonios de compañeros y amigos desnudaban la impotencia por la trasnochada estéril frente a la TV y una enorme necesidad de juntarse a buscarle la vuelta al asunto. Vale decir que esa sensación nos invade desde hace rato, acentuada en el día de la fecha por la carga de la novelesca sesión. La frase más escuchada como salvoconducto a tiempos mejores, como solución para espantar la mufa y revertir el humor es cambio de gabinete. Los medios la agitan desde hace rato, seguramente con expectativas diferentes a las nuestras. Sin ánimo agorero, hay que decir que el valor de un eventual cambio de gabinete dependerá de las alianzas político, sociales y económicas que represente.
Esto no se arregla con maquillaje. Para conformar el espacio de centroizquierda nacional y popular que tanto pregonó el ex presidente hará falta abrir el juego y estimular y canalizar la participación política a otros actores, hacia adentro y hacia fuera del universo K. Reafirmar los ejes políticos que despuntaron en 2003 y comenzar a tejer acuerdos con sectores que jueguen en serio a favor de redistribuir la riqueza en una sociedad más justa y en un país cuyo proyecto no se quede en el modelo agroexportador que menta De Angeli.
¿Cómo se arma ese nuevo gabinete? Desde ya que nos excede la respuesta. A modo de ejercicio, algunas preguntas cuya consistencia vale menos que la intención de esbozar el rumbo de la búsqueda.
¿Es desestabilizador pensar en el senador Eric Calcagno en la cartera de Hacienda para poner en marcha una batería de medidas que favorezcan a los asalariados y reivindiquen la intervención estatal en la economía, gravemente herida por el traspié de la 125? ¿O conviene sostener a un funcionario gris que no parece decidir ninguna variable ni macro ni micro?
¿Sería ilógico convocar a los equipos del intendente de Morón Martín Sabatella y de los socialistas que gobiernan exitosamente Rosario hace 15 años para sumarlos a trabajar en programas de fortalecimiento para los municipios de todo el país?
¿Es tan descabellado suponer que entre los cientos de intelectuales del espacio Carta Abierta puede surgir un equipo con ideas y capacidad de gestión que resucite a la exangüe Secretaría de Cultura de la Nación?
Más allá del peso real y simbólico que posee el otorgamiento de la merecida y postergada personería gremial, ¿no existen otros elementos para convocar a la CTA (o lo que quede de ella) para la formulación de políticas públicas que operen sobre un mercado laboral estragado por la informalidad y el negreo?
¿No tendría un poco de sentido, después de lo escuchado estos cuatro meses, que representantes de colectivos como el MOCASE y el Grupo de Reflexión Rural tuvieran participación en las políticas agrarias y de Medio Ambiente para atenuar los efectos de los agrotóxicos y la siembra directa?
¿Sería una locura incorporar a la gente del Grupo MORENO para desarrollar una política energética a mediano y largo plazo o a los expertos de FLACSO para la regulación de los servicios públicos?
¿Sería una claudicación implementar la propuesta del ingreso universal por hijo por el solo hecho de que haya sido impulsada en algún lejano momento por la pitonisa mesiánica de Carrió?
En medio de estos días de conmoción, una verdad sencilla quizá sirva para otorgarle un poco de aire a la esperanza. Con 50 mil millones de dólares de reservas y un poco de ganas de hacer política en serio, alguna cosa se podría intentar. Impulsar una nueva ley antimonopólica de comunicación y gravar la renta financiera son medidas que caen de maduras, aunque supongan otros choques de fuste con el poder concentrado para los cuales seguramente convenga tomarse un respiro.
En cualquier caso, como escribió Dolina alguna vez, “más vale perder con los amigos que ganar con los indeseables”. Y nada peor puede haber, está visto, que comerse el garrón de la derrota con demasiados indeseables como aliados y encima no hacer nada para torcer el rumbo.

Desarrollo nacional o dependencia

Por Bernardo Tirelli

De a poco, y también con conflictos, se va recuperando el control político sobre la economía. El beneficio es innegable ya que es posible debatir y resolver objetivos sociales, creando los instrumentos económicos del Estado necesarios para su cumplimiento y, por tanto, relegando al mercado que es el eufemismo con que suele mencionarse a los grupos de interés económico divorciados del interés nacional y del bien social.
Las medidas macroeconómicas, por sí solas, son insuficientes para corregir el rumbo de la economía hacia una mejor distribución del ingreso que encamine el país hacia el desarrollo social sin retorno. Esto incluye a la política fiscal, llámese retenciones, aunque parte de su recaudación se aplique a la construcción de escuelas, hospitales y viviendas.
Sin negar la importancia de cubrir estos baches de infraestructura y su impacto en empleo directo e indirecto en la industria de la construcción, esta redistribución tampoco asegura el desarrollo. Para imaginar un futuro con estas obras concluidas y con menos enfermos, menos deserción escolar y con calidad de vida en una vivienda digna, hacen falta otras cosas, empezando por más industrias con trabajo de calidad. Los índices de pobreza y desempleo se duplican en niños y jóvenes y hoy todavía existen más de un millón de jóvenes que no estudian ni trabajan.
Mejorar la distribución del ingreso significa cambiar las estructuras que siguen generando concentración y extranjerización económica.

Las transferencias siguen

Durante el menemismo (1995-1999) la venta de activos argentinos a capitales extranjeros alcanzó los U$S 71.000 millones incluyendo las privatizaciones a precios viles. Entre 2003 y 2007 continuó la penetración de multinacionales en sectores clave de la economía argentina sin miras de que este proceso se detenga. Se vendieron 438 empresas argentinas por 18.700 millones de dólares de acuerdo a informes de consultoras privadas. Este proceso está favorecido por dos factores económicos: las empresas resultan baratas y los extranjeros consiguen buena financiación a tasas bajas para las adquisiciones y por un factor cultural: los empresarios argentinos venden. Hay una sola excepción que es el caso de Sancor pero que, paradójicamente el salva taje provino de fronteras afuera. La tendencia seguirá con mayor interés de los fondos de inversión por la Argentina en sectores como recursos naturales, energía, minería y telecomunicaciones y se ven atraídos por los campos y tierras.
Se destaca la participación de Brasil en las adquisiciones donde los empresarios cuentan con ayuda oficial del Banco de Desarrollo. El Estado brasileño fomentó activamente la internacionalización de las empresas nacionales y jugó un rol preponderante en la mayoría de las intervenciones brasileñas en el mercado argentino. Un informe de la CEPAL considera que la Argentina pasa a ser una plaza de envergadura de las inversiones del país vecino. Las modalidades de llegada de los flujos de IED brasileños hacia Argentina han tenido que ver, fundamentalmente, con operaciones de F&A (fusiones y adquisiciones) (55%). En menor medida, aparecen las ampliaciones (25%) y, por último, el establecimiento de nueva capacidad productiva o inversión de tipo greenfield (20%). Los principales sectores en donde tuvieron lugar las operaciones de F&A han sido los de petróleo y gas, materiales para la construcción, alimentos y bebidas y comercio. Por su parte, en el caso de las ampliaciones se repiten los sectores de petróleo y gas y, en menor medida, alimentos y bebidas como los de mayor relevancia; a ellos se agrega derivados de petróleo y gas como sectores de destino de relevancia. Por último, en el caso de las inversiones tipo greenfield, los sectores a los que se condujeron principalmente los flujos de inversión fueron los de construcción, energía eléctrica, alimentos y bebidas, automotriz y autopartes, petroquímicos y químicos.
El año pasado, las firmas medianas y pequeñas dominaron el mercado de fusiones y adquisiciones. De las 160 transacciones que se contabilizaron, sólo 23 estuvieron por arriba de los 50 millones de dólares. El resto fueron operaciones más chicas; y las que se hicieron por montos entre 20 y 50 millones de dólares predominarán también este año.

Fierro y Martín
“Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea….”, la estrofa de José Hernández tal vez tuvo en cuenta a su propio hermano, muy unido a él, paisano, agrimensor, inventor e industrialista. El Martín Fierro se escribe en los tiempos del debate y las luchas enmarcadas bajo la consigna de Sarmiento de Civilización y Barbarie, falsa contradicción que nos llega hasta nuestros tiempos. Sarmiento, que promovió con artículos en Chile la ocupación chilena de territorios patagónicos, porque la consideraba una tierra desértica, frígida e inútil, alentó el desprecio al arraigo promoviendo al hombre extranjero, introdujo métodos y maestros norteamericanos y facilitó el capital foráneo por encima de los hombres y recursos nacionales y su prédica progresista buscó la persecución y pauperización del criollo. Hernández fue opositor político a este progresismo pero no propuso el rechazo de la civilización y la vindicación de la barbarie, sino el acceso de todos a los beneficios de la civilización.
El Chaco sigue de buenas. Se instala una industria para la producción de arrabio, base de la producción de acero, claro que la inversión es brasileña y el oxido de hierro vendrá de Brasil por el Paraná. La unión suramericana depende de la integración de Brasil y Argentina, y de recuperar la idea de edificar un bloque con capacidad propia de industrialización, aseguró el profesor brasileño Helio Jaguaribe en las jornadas de integración organizadas por la Universidad Nacional de Cuyo. “Brasil es un gigante débil, porque tiene un bajo índice de integración social, que es precisamente lo que puede aportar Argentina al cuerpo continental”. Sin embargo, advirtió que los plazos se acortan, y que no hay más de diez años para concretar el proyecto de integración.
Como dice Jaguaribe no hay mucho tiempo. Una forma de achicar asimetrías, además de la principal que es resolver políticas activas de fomento y promoción industrial por el Estado argentino, sería activar el régimen sobre empresas binacionales argentino-brasileñas establecido por un instrumento formal de derecho internacional (Tratado) que establece un trato preferencial si existe propiedad conjunta.
El estado de debate público debe continuar en la búsqueda de consensos mayoritarios que permitan crear un nuevo Estado. Una Argentina de producción y trabajo, un país territorialmente integrado y socialmente justo se realiza con la reconstrucción del Proyecto Nacional entre todos los sectores y actores sociales y productivos que, sin lugar a dudas, abarca a más del 90% del pueblo argentino
En caso contrario todos saben como terminaba la famosa estrofa: “….porque si entre ellos pelean los devoran los de ajuera.”

Desarrollo: el nombre de la paz y la justicia

Por Bernardo Tirelli

Hay un fantasma dando vueltas: es el temor al regreso a la situación del año 2001. Paradójicamente este fantasma asusta a todos por igual: a la argentina social que piensa que el regreso significará volver a mayores niveles de exclusión y a la argentina de los negocios que piensa que éstos se tornarían inviables. Despejar este fantasma ayuda a enfrentar los conflictos, sin falsos condicionamientos, de cara al futuro donde lo que importe es que de su movilidad y orientación resulte un país más justo.
La crisis del 2001 sumó a los sectores medios acorralados en los bancos, terminó con el gobierno de la alianza y fue el punto cúlmine de las luchas sociales que hacía años resistían el proyecto neoliberal antinacional. No hay que retrotraerse a 1930, o a 1880 para mostrar que los proyectos que incluyen a la Argentina en la división del trabajo otorgando al país el rol de productor de materias primas, sin industrias diversificadas, con un sector agro exportador privilegiado, asociado a los oligopolios externos, es excluyente de las mayorías. El 2001 cercano es una clara muestra de ello.
No sólo la caída del gobierno sino, fundamentalmente, la alteración de la paz social modificaron el clima de los negocios y cuestionó su viabilidad. La cadena de pagos interna y externa estaba rota, los grandes volúmenes de divisas girados al exterior durante los 90, y en particular en el 2001, se complicaban con la moneda en patacones y cese de pago de la deuda. En ese escenario se declaró la emergencia económica y se tomaron, entre otras, dos medidas de normalización: la devaluación que permitió restablecer precio a las empresas y significó disminución del salario real y el comienzo de la aplicación del régimen de retenciones para utilizar esa recaudación en planes de contención social.
La normalización institucional del 2003, la renegociación de la deuda externa y las políticas de inclusión favorecieron la paz social y restablecieron el clima de negocios. Hasta hoy.

El país de los gigantes
La concentración y la extranjerización de la economía han continuado y crecido en forma continua. El informe del INDEC con los principales resultados de la Encuesta Nacional a Grandes Empresas (ENGE) referidos a las 500 empresas no financieras más grandes del país, muestra que en el año 2005 aumentaron sus ganancias en casi un 100%.
Sólo 50 empresas (10%) explican el 68% de las ganancias de las 500 y como vemos las extranjeras tienen el 92% de las ganancias totales.
Estas 500 empresas más grandes del país aumentaron su participación en el valor agregado total desde un 21% en 1993 al 34,1% en el 2005. Entre 2001 y 2005 (último dato disponible), este grupo de 500 firmas aumentó en casi un 50% su participación y controlan nada menos que el 23% del producto bruto nacional (valor que en 2001 era del 16% y en 1997 del 14%).
Su participación en las exportaciones de bienes pasó del 56% al 77%. El informe de la Cámara de Exportadores para 2007 explica que 743 empresas significan el 90% de las exportaciones del país donde, a su vez, el 81% se concentra en 4 provincias.
La participación de las 500 grandes empresas en el empleo total bajó desde 5,5% en 1993 a 4% en el 2004 reducción que se dio no sólo relativa sino absoluta ya que disminuyó en 60.000 los trabajadores a su cargo o sea un 10 % menos.

Por lo que se ve no les interesa generar trabajo. Su único interés es el incremento incesante de las transferencias, de estas filiales extranjeras, de utilidades y dividendos a sus casas matrices, reduciendo al empresariado nacional a un sector tercerizado, al menos en los sectores más vitales y estratégicos de la vida económica.
Las ganancias de este total integrado por 500 empresas, casi se duplicaron en tres años al pasar de 19.350 millones de pesos en el 2003 a unos 38.000 millones de pesos en el 2005, su incidencia pasó de 9,5 % al 12,6 % sobre el total producido, o sea que ganan 50 % más que lo que pagan en salario (8,3 %). Mientras los más de 550.000 trabajadores que éstas emplean sólo han visto aumentado su salario en un 31.3%.
Con tan brillante rendimiento de este grupo de empresas y con el PBI creciendo a tasas chinas a algunos les resulta difícil entender el mantenimiento de la ley de emergencia económica del 2001. Estos grandes grupos son parte de la explicación y, precisamente, no porque les vaya mal. Por lo contrario, dada su voracidad existe la necesidad de defender al Estado nacional y por tanto al conjunto del Pueblo de las acciones que iniciarían por reclamos por la devaluación y pesificación de la moneda sobre la base de contratos leoninos y contrarios al interés nacional en la adquisición de las empresas nacionales y la prestación de servicios públicos. Tan claro es esto que no han dudado en reclamar hasta hoy en los tribunales internacionales, léase CIADI, organismo del Banco Mundial o en la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (UNCITRAL, su sigla en inglés) o ante la Corte Internacional de Arbitraje de la Cámara de Comercio Internacional (CCI) y que actúan como agentes de los oligopolios.
Entre las demandas de las privatizadas y los bonistas el monto reclamado a la Argentina en el CIADI asciende a casi U$S 14 mil millones, sin sumarle los reclamos en los que no hay un monto determinado ni siquiera de inversión, lo que puede elevar la cifra a unos U$S 20 mil millones. En UNCITRAL hay seis demandas por U$S 2.657 millones. El CIADI tiene 268 casos registrados en toda su historia desde su creación en
marzo de 1965, la Argentina tiene 3 casos antes de 2001 y 43 más a partir de esa fecha. Siempre se lauda a favor de las empresas, por ello los casos se van resolviendo por renuncias de estas empresas al arbitraje, las que se producen frente a la concreción de nuevos negocios.
Es en estas empresas donde está la capacidad de formar precios y ejercer presión en la puja distributiva y si estos grupos tienen Patria no está aquí, por eso sólo en el primer trimestre de este año se giraron al exterior en concepto de utilidades U$S 557 millones. Si de la paz social –inclusión- y la estabilidad se hace cargo el Estado con el panorama de negocios descrito, ¿porqué querrían volver al 2001?

Los viajes de Gulliver

En el siglo 18 Inglaterra se dedicó a la piratería y a las conquistas coloniales. Ese fue su método de acumulación de capital para iniciar a la mitad de siglo, por 1750, lo que se dio en llamar la revolución industrial. La sociedad que construyeron los ingleses no estuvo ausente de debates y conflictos, algunos de los cuales, de la etapa preindustrial, llegaron como cuentos infantiles. Se destacan Robinson Crusoe de Daniel Defoe, publicada en 1719 donde su exclavo colonial Viernes es dominado hasta que este descubre que la fuerza de su trabajo es superior al inútil capital de su amo y Los viajes de Gulliver (1726) novela satírica de Jonathan Swift que fue concebida contra la vanidad y la hipocresía de las cortes, los hombres de estado y los partidos políticos de ese tiempo, los hombres gigantes, poderosos por su tamaño, pero débiles de espíritu e incapaces de comprender las razones de humanidad.
¿Qué necesidad de desestabilización institucional puede haber por parte de los hombres gigantes de aquí? Estos, sin necesidad de votos, ejercen desde hace años el control de resortes claves de la economía como son el nivel y la calidad de inversión, la fijación de precios y control de cadenas comerciales, el comercio exterior, la concentración de medios de producción industriales y de la tierra, la localización de industrias y recursos, el giro de beneficios al exterior sólo por nombrar algunos. Acciones y fuerzas que bajo su control son límites para que exista una justa distribución de la riqueza.
Para corregir las desigualdades provocadas por la concentración económica se precisa de una acción directa del Estado. El rol del Estado es fundamental para restablecer una ecuación de equilibrio con justicia social en integridad territorial. No hay ninguna razón democrática, teórica, de principios, jurídica que impida la intervención del Estado en los asuntos económicos porque a través de él el Pueblo ve expresados sus intereses políticos, sociales y también los económicos, que son los que terminan consolidando su calidad de vida.
Mientras en Inglaterra la revolución industrial tuvo el signo de la libertad de mercado, en Francia la evolución fue otra. Con movilizaciones sociales, incluyendo las luchas en contra de la suba del precio del pan, se llega a la revolución francesa con el signo de la participación y el protagonismo. Los excluidos no pidieron la inclusión, se hicieron dueños de su destino con el gobierno del Pueblo.
Los conflictos continuarán con más movilización política y la paz social sólo será posible con políticas de desarrollo que aseguren un país justo.

Se presentó la revista Causa Popular en La Plata




El jefe de Gabinete y Ministro de Gobierno de la Provincia, Lic. Alberto Pérez, participó junto al presidente del bloque de Diputados FpV-PJ la Legislatura bonaerense, Raúl Pérez, y el diputado provincial y referente de Causa Popular, Daniel Gurzi, de la presentación en la ciudad de La Plata de la revista Causa Popular. Ante una nutrida concurrencia de funcionarios y legisladores provinciales, intendentes, concejales y dirigentes de diferentes sectores, el jefe de Gabinete junto a los legisladores y el Lic. José Sbatella se refirieron a la importancia de publicaciones como estas para la formación de militantes e hicieron un análisis de la situación política que atraviesa nuestro país. En su discurso, el diputado Gurzi manifestó: "La agrupación política Causa Popular no comprende la construcción sino es de la mano del movimiento obrero porque, como pusimos en nuestras bases fundacionales, no existe para nosotros una reivindicación de la política y reivindicación de nuestra historia como militantes del peronismo sino es de la mano de los trabajadores y teniendo siempre como objetivo que la desocupación en la Argentina tienda a cero y logremos el pleno empleo en algún momento como se logró con Perón en vida, y que logremos que el 50% del PBI vaya a parar a los bolsillos de los trabajadores. No concebimos una agrupación política sino es con el eje puesto en la vida de los trabajadores". La publicación Causa Popular que nació en el año 2007 y realizó siete números, presentó en este acto en el Pasaje Dardo Rocha, en la ciudad de La Plata, el número 8 -primero de este año-. "Decidimos salir en este momento porque nos parecía indispensable empezar a incorporar otras voces al debate político en la Argentina y fundamentalmente en el Conurbano y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires", señaló el legislador al referirse a que esto se da en un contexto en el cual todos somos parte. Gurzi adelantó que a partir del próximo número la publicación va a estar en la cadena de distribución de los kioscos de diarios y revistas, con precio de tapa y asumiendo el compromiso de estar bimestralmente en cada kiosco de la Ciudad Autónoma y del Conurbano. Por su parte, el diputado Pérez comentó que la publicación Causa Popular es una herramienta concreta en la acción política, porque de política se habla, se opina, se analiza pero la acción política en la que todos los días se trabaja en función de un proyecto nacional y popular tratando de transformar las cosas es el eslabón más importante. "Creo que la importancia en la acción política que tiene un medio como Causa Popular reproduce o intenta reproducir lo que tenemos que hacer en todos los rincones de nuestro país". Y agregó: "El peronismo en particular y todos los militantes de Causa Popular general tenemos el deber de utilizar los medios que tenemos para el gran combate de la comunicación y creo que en eso la militancia puede ganar esta batalla porque a diferencia de la política mediática, el militante tiene en su accionar político la inmediatez con el otro que es donde mejor se puede edificar la verdad, la idea". Por último, felicitó a quienes realizan esta publicación, que es el órgano de difusión de una agrupación y que espera que de ser posible esté en la mayor cantidad de lugares de la Provincia porque es un elemento de formación de cuadros, de información de cuadros. "Porque es muy difícil de defender lo que no se conoce y muy difícil poder defender al gobierno sino tenemos cabal información, verdadera, para no consumir exclusivamente lo que se da a través de los grandes medios de comunicación", finalizó Pérez. El jefe de Gabinete recordó que cuando el diputado Gurzi lo invitó al lanzamiento de la revista pensó en lo que es un militante político. "Un militante tiene ideas, busca los recursos para poder imprimirlas, las redacta, las reparte y las explica y esto es lo que están haciendo todos compañeros que forman parte de Causa Popular con este número y con este lanzamiento. Ellos tienen una idea, la que compartimos todos, que es la idea justicialista, la han plasmado en el papel, la han impreso, seguramente la van a repartir de boca en boca y mano a mano y la van a explicar". Alberto Pérez comentó que esa idea la van a explicar con calma como suele hacer el peronismo pero con mucha fuerza y que no están en contra de nadie. "No estamos en contra del campo y no estamos en contra de ningún sector pero estamos a favor de la bandera directriz de toda la historia del peronismo que es la justicia social, la igualdad, la equidad y la justa distribución de la riqueza". Y añadió: "Cuando uno defiende una idea no hace falta confrontar físicamente ni de forma exabrupta, uno tiene que intentar ganar en el debate de las ideas y ganar en lo que uno cree que es justo".

Ricardo Sidicaro: "Esta es una guerra entre moribundos"

"Si bien no coincidimos en todos sus términos, nos parece un análisis lúcido sobre nuestra realidad. La publicamos porque es un aporte más al debate y la discusión ideológica en la construcción de un nuevo Proyecto Nacional"

"La guerra entre dos moribundos siempre hace mucho ruido, porque ninguno de los dos quiere morir. De ahí que hayamos visto tantos fuegos artifíciales en esta guerra entre el Gobierno y el campo, los dos actores agónicos de este conflicto" ¿Y el kirchnerismo? "Es apenas el intento de hacerle respiración artificial a uno de los moribundos, el peronismo".
Así opina , sin apelar a sutilezas, el doctor en Sociología Ricardo Sidicaro, investigador principal del Conicet y autor de Los tres peronismos , la tesis con la que obtuvo su doctorado en Francia, junto al reconocido Alain Touraine, y en la que analiza las distintas fotos del partido de Perón a lo largo de la historia.
Si bien parece todo muy espectacular -sigue Sidicaro-, lo que hemos vivido no hace más que reflejar un psicodrama de los dos grandes contrincantes de los años 40, que hoy están siendo barridos por esta segunda modernidad, signada por la globalización.
"Una globalización que se caracteriza por desarticular el mundo político, productivo, el de las legitimidades, y sobre todo de la presencia fuerte del Estado-Nación, todos ejes que constituían las bases del peronismo. Por eso, peronismo no hay más, lo que hay son peronistas".
Y con el agro ocurre otro tanto: "Está siendo corrido por los pools de siembra, y sus actores agónicos por excelencia son Carbap y la Federación Agraria", afirma este sociólogo que, a los 66 años, se define como un típico producto de los años 60, marcado por la influencia del estructuralismo marxista de esos años. "Es imposible tener 18 años en 1960 y no haber creído en la revolución", dice.
Como muchos intelectuales progresistas, apoyó al kirchnerismo en la primera etapa, cuando Néstor Kirchner impulsó la reapertura de los juicios a los militares y, después, se alejó. El mismo explica por qué: "Conversando con los kirchneristas fui teniendo la convicción de que la falta de debate los iba a llevar a situaciones como las que hemos vivido en estos últimos meses. Noté, además, que el registro que tenían de la realidad era muy viejo y, cuando tenés un registro viejo, aunque llegues a tomar medidas acertadas, finalmente te equivocás".

-Usted que se ha especializado en el peronismo y sus diversos momentos, ¿qué opina del acto de Cristina en la Plaza de Mayo? ¿Fue un gesto hacia el interior del peronismo o tuvo otro fin?

Cuando uno mira la tapa de los diarios reflejando el acto de la Presidenta, se pregunta dónde está [Carlos] Menem, porque es el único que falta en esa foto. Realmente, no sé si hay algún funcionario peronista relevante que no sea de esa época. Y entonces, ¿qué pasa cuando las personas hacen ese recorrido? Las creencias de las personas, su identidad partidaria, se debilita. El kirchnerismo trata de darle un nuevo aliento al peronismo, y los actos del PJ, donde funciona la aclamación apuntan a intensificar una identidad que ha perdido sus bases constitutivas: hoy no tenemos ni Estado fuerte, ni clase obrera, los dos pilares del peronismo.

-¿Y qué puede salir de una batalla entre dos moribundos?

-No sé: sólo miro el tablero. Ninguno de los dos puede construir un proyecto de país y los agrarios, menos todavía: la Argentina agraria se hundió en 1940. -Pero el kirchnerismo no siempre se volcó a la liturgia peronista; por el contrario, Kirchner decía que jamás presidiría el PJ y que quería armar una gran centroizquierda junto con el peronismo. ¿Qué le pasó que no pudo hacerlo? -En una sociedad en la que prima el individualismo en todos los sectores sociales no es tan fácil constituir nuevas identidades políticas. La que hizo Kirchner al principio fue una buena captación: el peronismo está agónico, hagamos otro conglomerado político. Pero construir nuevas identidades colectivas en una sociedad donde todos son cada vez más individuos es una tarea muy compleja, y no pudo lograrla. -El chico tucumano que falleció vino al acto porque, como tantos jóvenes del interior pobre, quiso conocer Buenos Aires y se cree que le pagaron por venir, como a tantos otros: ¿qué sentido tiene construir de esa manera? -Ahí hay otra cuestión: la gente no va a cualquier acto, van a actos que tienen que ver con una tradición política a la que adhieren, pero esa tradición, como decía, se ha debilitado lo suficiente como para que busquen los beneficios personales y, entonces, los sujetos hacen cálculos.

-¿Y eso no le parece una degradación de las personas?
-No. Es una degradación con respecto al concepto abstracto de ciudadanía. Bueno sería que una persona sea tan necia que diga: ´no, yo soy ciudadano y me muero sin hospital en nombre de la ciudadanía . Hoy la política se hace del intercambio.

-En consonancia con los intelectuales cercanos al Gobierno, el matrimonio Kirchner pone a los medios de comunicación y al campo como parte de una nueva derecha. También viene acusando al campo de oligarcas golpistas, ¿qué opina de este cuadro?
-Que es un viejo registro porque, para que haya golpe de Estado, primero hace falta que exista un Estado. Además, hoy en la Argentina podés controlar intereses económicos sin siquiera pasar por el Estado. En segundo lugar, la sensibilidad democrática que tenemos hoy hace imposible que la sociedad argentina permita un golpe. El problema es que, como no tienen partidos para expresarse, el reclamo de las corporaciones se vuelve más descarnado. Y si el Congreso tuviera un rol más activo, harían lobby para sacar leyes, como en cualquier democracia.

-Bueno, ahora Cristina decidió girar las retenciones al Congreso, ¿no es eso un avance en términos democráticos?
-Cuando se cierre este proceso, veremos si el giro al Congreso fue un instrumento de disciplinamiento o si, por el contrario, pone de manifiesto la fragmentación del peronismo. Lo cierto es que esta semana pasó algo importantísimo: van a darle voz a alguien que no la tuvo hasta este momento.

-Ahora, en el Gobierno creen que, a pesar del malhumor de la clase media, hay un 40 por ciento de piso histórico del peronismo que los sigue apoyando y confían en ese importante piso: ¿cómo se puede hablar entonces del peronismo como un moribundo?
-El peronismo tiene una primera minoría muy abultada, un 40 por ciento propio. Es el 38 o 39 por ciento que sacó Duhalde y el 40 por ciento de Luder, sectores populares y parte de la clase media. Eso está: lo que se ha diluido es la intensidad del sentimiento. Acá el kirchnerismo hace un juego del lenguaje como si no hubiera sido el peronismo el que impulsó las políticas neoliberales. Los 90 no los protagonizó el neoliberalismo sino el peronismo neoliberal. Ese proceso también cambió las estructuras tradicionales del agro y lo debilitaron económicamente. -Pero el Gobierno habla de una oligarquía golpista con renta extraordinaria,

¿no hay vasos comunicantes entre el conocimiento que produce la UBA sobre el agro y el Gobierno?
-No; no hay vasos comunicantes entre el mundo del conocimiento y el mundo de la política, sencillamente porque el conocimiento tiene escaso presupuesto y la política escaso interés en saber cómo es realmente la sociedad. Ni siquiera fue capaz el Gobierno de crear un cuadro matemático para explicar algo tan elemental como que, si la Argentina tuviese precios altos para los recursos producidos por el agro, el dólar valdría 80 centavos y, si así fuera, desaparecía toda la industria. Con esos números en la mano, es muy fácil explicarle a la gente: ´señores, en función del bien común, los precios rurales deberían estar aquí . Pero como son muy pocos quienes toman decisiones, necesitaron 85 días para explicarnos dónde van las retenciones y 10 más para girar el tema al Congreso. Ahora, con respecto a los agrarios, ellos sí que no tienen ninguna idea.

-Pero, siguiendo su hipótesis del peronismo, de que aunque le paguen la gente no va a cualquier acto, podríamos decir lo mismo del acto rural de Rosario: ¿tanta gente apoya a la oligarquía?

-(Se ríe) Sin duda que no. La oligarquía nunca se hubiera puesto a saltar sobre un escenario. -No tendrán ideas, pero tuvieron el apoyo en las ciudades del interior. ¿Por qué? -En un país donde se han debilitado todas las solidaridades, son solidaridades de gente que viven en lugares más chicos y que puede entender el combate del otro. Y que siempre vivieron con prejuicios contra la dominación de Buenos Aires: el campo está movilizando ese sentimiento. -Hay otra medida del fenómeno, que son las encuestas. Los números muestran la adhesión de gente de clase media urbana y un derrumbe importante de Cristina en las encuestas. -Las encuestas son engañosas porque no reflejan las preocupaciones verdaderas de la gente. Gente que nunca movería un dedo por nada, que son los que contestan encuestas, y que no tiene un pensamiento claro sobre lo que está pasando, contestan sobre cosas sobre las que habitualmente no piensan, ni les preocupa simplemente porque una pregunta los situó en ese escenario.

-¿Y el cacerolazo de esta semana tampoco le parece una protesta con significado político?
- Mire, que 300 personas salgan a la calle golpeando cacerolitas puede ser la expresión de un malestar, pero de ninguna manera se trata de la población manifestándose.

-¿Entonces el Gobierno giró las retenciones al Congreso por la presión de 300 caceroleros?
-Están sobrevalorados esos actos, en un país donde la ideología populista pesa y donde los políticos están preocupados por si los quieren o no. Porque, cuando uno se pregunta qué es el cacerolazo, vemos que, para algunos es un sentimiento político, pero para muchos otros es prenderse en un jolgorio, como quien va a un mundial de fútbol.
Por Laura Di Marco

Desarrollo regional: industrializar las zonas subdesarrolladas para la integración y la calidad de vida

Por Bernardo Tirelli
Casi se puede afirmar que, después de muchos años de sujeción a ideas extrañas, se recuperó un pensamiento y un valor cultural propio, aceptado por todos los sectores sin exclusiones, o sea por el conjunto del Pueblo, y que resulta ser, nada menos, que Argentina no merece ni debe tener un solo pobre. Los conflictos y los debates continuarán, para enfocar cómo debe lograrse este objetivo, con temas no menores como son el rol del Estado, de las instituciones y organizaciones de la sociedad especialmente las vinculadas a la producción y el trabajo y de la política, ausente de estos grandes temas en las últimas décadas.
Eliminar la pobreza implica abordar el desafío del desarrollo social. Esto supone disponer de una visión de país y reconocer dos cuestiones centrales: claridad sobre las causas del atraso social y el estado de situación del que se parte. Implica establecer los mecanismos para reconstruir un Proyecto Nacional, con participación de todos los actores políticos y sociales, en una visión de futuro donde lo primero que se pone en juego es la escala de valores. Por eso el desarrollo económico, medido como crecimiento con su indicador tradicional el PBI, es insuficiente no sólo para explicar objetivos sino para justificar y resolver las causas del atraso social.
El concepto de desarrollo involucra cambios cualitativos que, además de acumulación de capital endógeno, mayor productividad e incorporación tecnológica, permitan la creación de una estructura productiva de características propias superando la desarticulación y la sujeción y dependencia derivadas de la concentración y extranjerización que supone que las decisiones se toman fronteras afuera.
Un sistema de este tipo implica un esfuerzo deliberado, por encima de las leyes de mercado, que inicie un proyecto histórico donde las fuerzas sociales participantes resultan protagonistas del cambio social. Supone que el aprovechamiento de coyunturas históricas favorables pueden ser aprovechadas para que los cambios estructurales producidos no sean revertidos cuando éstas disminuyan o desaparezcan.

El oro inca
La de los incas fue una civilización muy avanzada que construyó carreteras, levantó puentes y aseguró la alimentación de millones de individuos con vastos cultivos de maíz (el oro verde) y papas. Las llamas eran las encargadas de transportar las cargas y caravanas de mensajeros, comerciantes y militares recorrían los empedrados caminos del inca, ruta segura para el transporte que contaba con numerosos tambos que eran los lugares donde viajeros y animales podían reposarse para luego seguir avanzando
En muchos lugares del imperio se trabajaba el oro, una gran parte de ellos se perdió porque cuando se produjo la conquista española fueron fundidos por los vencedores para ser enviados como lingotes a España.
¿Fue la pérdida del oro a manos de los españoles –estos a su vez lo perdían en los mares por la acción de la piratería inglesa- lo que derrumbó al imperio Inca? El oro no tenía valor de cambio para los Incas, sino religioso, su derrumbe se debió a que perdieron su principal valor que era el trabajo. Y lo perdieron porque fueron sometidos como esclavos por la fuerza y el uso de ventajas tecnológicas y de conocimientos que ellos no disponían: barcos y brújula para el transporte, papel para las comunicaciones y manejo del hierro y de la pólvora para las armas y las corazas, entre otros factores, volcaron la balanza a favor del dominio español. Otras historias de imperio y colonización siguieron hasta hoy permitiendo la transferencia de la fuerza de trabajo y la acumulación de capital a los centros de poder.
Una medida de esta transferencia lo da observar la producción de acero, que por sus características mecánicas y costo sigue siendo un material de ingeniería excelente. las economías industriales desarrolladas tienen un consumo aparente per cápita anual, de entre 300 y 600 Kg. La Argentina logró su máximo consumo histórico de 180 Kg per cápita en el año 1975. En aquel entonces la República Popular China tenía un consumo de 40 Kg per cápita. Hoy China consume 290 Kg per cápita. A partir de 1976, con el plan de desindustrialización de Martínez de Hoz, se llegó a consumos ínfimos como los de de 42 Kg per cápita en 1985 y 50 Kg per cápita en el 2002.En el año 2006, la República Argentina alcanzó los 136 Kg per cápita, es decir todavía no volvió al nivel de 1975. Y además, hoy no existen una variada gama de líneas de productos de alto consumo de acero como, rieles para ferrocarril, locomotoras, vagones para ferrocarril y subterráneo, perfiles pesados para la construcción, material para la defensa, torres de alta tensión, autopartes, así como una diversa línea de productos electrónicos como televisores, equipos de comunicación, grandes motores eléctricos, electrodomésticos diversos, máquinas-herramientas, bienes de capital diversos y otros, que sí se producían en 1975.
Por eso lo que caracteriza a la fortaleza de un pueblo o Nación no es la cantidad de reservas que acumula sino las capacidades nacionales de trabajo y producción, su soporte intelectual y de conocimiento, el nivel de autonomía para tomar decisiones, su cultura, autoestima e identidad. El eje de una política de desarrollo pasa por fortalecer y recuperar estas capacidades.

Territorios desiguales

La herencia de tantos años de gobiernos con políticas demoliberales ha sido una profunda desigualdad social que se verifica también en los territorios. Esta desigualdad fue facilitada por una acción deliberada de anulación del rol del Estado a favor de los denominados procesos de globalización. Así surgió el concepto de desarrollo local, que en este contexto, significó la vinculación directa entre centros locales de desarrollo –sin intervención política y económica del Estado nacional- con los centros económicos globales.
Es el caso de la producción de limón en Tucumán cuya exportación se vincula a las necesidades de la empresa Coca Cola ya que el jarabe de limón es base de su producción. No se trata de negar el mercado y no aprovechar las oportunidades de colocación de productos sino de ser actores protagónicos en ese proceso. Porque, en el libre juego de mercado las zonas no elegibles por intereses exógenos se vuelven inviables. A la inversa se puede observar el caso de Alemania que sigue invirtiendo cientos de miles de millones de euros en Alemania del Este, a partir de su reunificación, sin ninguna explicación que pueda ser respondida por el mercado, aquí el interés nacional ha estado por encima.
La ausencia de políticas de desarrollo profundizó una clara contraposición entre regiones, la zona avanzada es una media luna, una franja de mayor dinámica, el arco del MERCOSUR: entre San Pablo – Río de Janeiro (ciudades globales); Curitiba, Montevideo (centro administrativo del MERCOSUR), Buenos Aires (ciudad global); Rosario, La Plata, Mendoza (ciudades puerta) y Santiago del Chile – Valparaíso. El paso de esta franja por territorio argentino reposiciona a la región nodal de la Pampa en el triángulo Córdoba – Santa Fe – Mar del Plata y que, apoyado en los puentes Zárate – Brazo Largo y Punta Lara – Colonia, integran la franja sud – sudeste y por cierto el Plata. Esta franja con procesos de centro adosará al sur o al norte áreas de periferia y de semiperiferia.
El resto del país es considerado región sin desarrollo, cuya característica principal es la de la carencia de industrias de valor agregada a bajos niveles de infraestructura adecuados para la producción y la logística, precariedad en el empleo, procesos de expulsión de población –la década del 90 midió 2 millones de migrantes contra la mitad de la anterior-, casi nula atracción de inversiones productivas y de investigación y desarrollo, duplicación en el norte de los niveles de pobreza y ausencia de población en el sur.
A su vez, la concentración económica se radica en ciertas zonas geográficamente concentradas, convirtiendo a éstas en atractivas para nuevas inversiones, provocando el crecimiento a velocidad ampliamente superior al resto del país y cuyo inevitable resultado son nuevas desigualdades socio espaciales que profundizarán las ya existentes en un movimiento sistémico que sólo puede romperse por un actor externo a los intereses del mercado.
Es fácil advertir en población y actividades las grandes asimetrías existentes lo que exige una necesaria política de desarrollo regional. Es un gran desafío para el futuro ya que las tendencias del mercado profundizarán las desigualdades existentes y por tanto es necesaria una acción dirigida desde el Estado que oriente y permita este nuevo ordenamiento. O sea una política de corrección de desequilibrios para la construcción de una nación integrada, más igualitaria, más justa para todos sus habitantes, superando la fragmentación y la precariedad social.

Hacia el equilibrio regional


Debe haber un plan integrado de desarrollo regional e integración territorial. Se requieren políticas de inversión pública y de promoción para alentar inversiones aprovechando la diversidad regional, mejorando la competitividad, promoviendo la conservación del patrimonio natural y cultural, consolidando la cohesión económica y social y propiciando las iniciativas locales sin dejar de lado todo lo referente a la infraestructura en sus múltiples aspectos, energéticos, vías de comunicación y transporte, vivienda y medio ambiente. El desarrollo regional debe estar basado en tres pilares: agricultura y ganadería intensiva, agroindustria, elaboración y procesamiento de los productos primarios obtenidos y turismo, lo que no es excluyente de otras actividades industriales.
De modo que el planeamiento estratégico territorial no puede estar guiado por la recolección de una lista de demandas sino por la lista de problemas. Veamos un caso. Hace cinco años la Federación de Arroceros reclamaba –fundamentado en la devaluación y consecuentes mayores costos- subsidio para el gasoil con que alimentaba las bombas con que se inundan los campos. Los campos arroceros están en Corrientes y Entre Ríos donde, por ley, los saldos de la venta de energía de la presa de Salto Grande deben invertirse en la Mesopotamia, y que mejor que hacerlo en electrificación rural lo que disminuiría los costos de la producción de arroz. Fueron cinco años sin una ni otra, entonces termina siendo más fácil la demanda de subsidios que ahorran ineficiencias de ejecución. En esta lógica el Estado ausente renuncia a su rol transformador; la corrección en estos días, donde se acaba de anunciar el plan de electrificación, tal vez sirva de ejemplo para incentivar a la inversión pública como sustento de la actividad productiva e industrial.
No existen promociones industriales con conceptos que parten de dos errores, uno considerar que la actividad productiva, en esas zonas, existiría igual sin la promoción y el otro que los fondos destinados a promoción son costos y no inversiones. Nunca ha sido tenido en cuenta, por las autoridades nacionales, el recupero en impuestos y en cargas sociales que genera cada proyecto productivo. A esto se agrega que las Provincias están con nula capacidad propia, para corregir las diferencias generando desarrollo, por su carencia de ingresos superavitarios. Resolver esto implica la aplicación de recursos que bien orientados permitan las inversiones necesarias para el logro de los objetivos mencionados
No se puede hacer una ordenación en lo local si no hay un marco de política de desarrollo que defina grandes orientaciones, diseñe un escenario global u orientaciones directrices para que las provincias trabajen en la ordenación a través de una eficiente gestión territorial. Un plan nacional de industrialización con enfoque territorial debe tener en claro la lista de problemas para enfocar la solución considerándolos a todos y cruzarlos horizontalmente de modo que la solución de alguno no implique el agravamiento de algún otro. En definitiva se trata de aumentar la producción, generar empleo de calidad, radicar población, reducir la pobreza, mejorar nuestra perspectiva de defensa y hacer más viables las economías y finanzas provinciales con más recursos disponibles para las áreas sociales y de infraestructura.
Atender lo urgente no debe impedir hacer lo importante, que es adoptar las soluciones duraderas planificando el futuro, modificando los aspectos estructurales que impiden el desarrollo.El desarrollo regional no es posible por el libre juego del mercado y por tanto debe ser una política de estado, de un estado presente que combine las iniciativas y la actuación local con la concepción de nación sudamericana.


Coordinador Nacional del Movimiento Jauretche de Profesionales y Empresarios (MOJAPE)
btirelli@mojape.com.ar www.mojape.com.ar

Foro en defensa del Proyecto Nacional y Popular

El Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, fue el invitado especial del primer Foro en Defensa del Proyecto Nacional y Popular, que contó con más de 250 militantes.