Rescatar la política como el arte de hacer posible lo imposible.

Por Antonio Muñiz

Nos toca vivir épocas difíciles, encima con un sabor a “deja vu”, a ya haberlo vivido o si se quiere con esa sensación de “esta película ya la vi”. Marx decía en “El 18 de brumario” que la historia tiende a repetirse, primero como tragedia y luego como comedia.
Si hubiera conocido la historia argentina se corregiría, los fracasos para los argentinos siempre terminan en tragedia, sobre todo para el pueblo, que es quien pone el lomo y los muertos. No hay que ir muy lejos, basta recordar 1976 o mas cercano el 2001.
Que nos pasa a los argentinos? Porque no podemos desarrollarnos como una sociedad mas o menos normal? Porque no podemos aprovechar las condiciones externas e internas que hoy nos favorecen.
Nos pasamos la vida, desde el pensamiento peronista y siguiendo el análisis de Raúl Prebich y la Cepal, explicando que el problema de este país era el deterioro de los términos de intercambio. Es decir que los precios de lo que nosotros producíamos ( materias primas) disminuían mientras los artículos que demandábamos aumentaban (ej. tractores) y que esto originaba en el mediano plazo una crisis crónica en la balanza de pagos. Que este era nuestro cuello de botella, la razón por lo que sufrimos todas las crisis económicas y políticas desde 1930 hasta la fecha.
Hoy esta tendencia se revirtió y parecería que por muchos años por delante , las materias primas que producimos son muy demandadas y con un precio internacional muy alto. Con un dólar a tres pesos permite generar excedentes del comercio exterior muy importantes. Que permitieron, primero, salir de la gran crisis del 2001, pero también crecer a tasas del 8 % anual en los últimos años.
Si tenemos todos los planetas alineados en beneficio nuestro, porque no podemos aprovechar la coyuntura internacional favorable.

La situación del Gobierno de Cristina Fernández.

Néstor Kirchner ganó las elecciones con el 22 % de los votos y desde allí construyó un poder con tenacidad y obstinación. Estábamos saliendo de la crisis del 2001 y hacia falta un liderazgo fuerte. En cuanto a resultados económicos fue tal vez uno de los gobiernos mas exitoso de la historia argentina.
Cristina Fernández gana con el 46 % de los votos cosechando el rédito político, económico y social del mandato de su marido y antecesor. Se presentó como la continuidad pero también como la superación, como una etapa nueva, una etapa de cambios y de profundización del modelo. Tal vez el primer gran error del gobierno haya sido confirmar el gabinete de ministros del gobierno anterior. Un gabinete desgastado por los cinco años de gobierno pero además con muy poca capacidad de gestión en muchas áreas. Así en el imaginario colectivo, Cristina nunca comenzó su gestión, fue una mera continuación de la anterior.

El bloque oligárquico-imperialista o el regreso del modelo neoliberal.

La dictadura militar de 1976 y sobre todo la política económica encarnada en Martínez de Hoz, no pasó en vano. Rediseñaron un país a sangre y fuego, a gusto de las oligarquías financieras, el capital trasnacional y la oligarquía rentística- pastoril.
Seria largo contar toda esa etapa y las que la siguieron entusiastas en esa tarea, pero básicamente consistió en la destrucción del Estado, la desaparición de las pymes industriales de capital nacional, la apropiación de la renta financiera por la banca extranjera, el desguace de las empresas públicas y su apropiación a precio vil por parte de esa nueva oligarquía, la monopolización y oligopolización de vastos sectores productivos, mucha s veces en manos de capital extranjero.
Como resultado de esa política económica fue la precarización de las condiciones de trabajo con su secuela de desocupación masiva y los mas altos índices de pobreza que registra nuestra historia. Ese y no otro es el modelo neoliberal que imperó hasta el 2001. En ese año implosionó el modelo en medio de una crisis casi terminal para nuestra patria.
Este gobierno no supo, no pudo o no quiso modificar esta realidad. Es más en muchos caso pacto con él. Tal vez el ejemplo mas patético es el grupo Clarín que creció hasta alcanzar el monopolio de los medios de comunicación gracias a los beneficios de los gobiernos de turno, Kirchner incluido, con su ahora locuaz ex presidente del CONFER , don Julio Bárbaro.

Este bloque tiene claro sus intereses, económicos y de clase.
Este bloque hoy está intacto, agazapado, esperando.

Estos enemigos de siempre -el bloque oligárquico imperialista- realizó un ensayo general.. Aprovechó errores, debilidades y torpezas del gobierno nacional, y midió sus fuerzas. Fue apenas un globo de ensayo. Las retenciones móviles, medida justa, pero inoportuna y mal explicada, fue apenas la excusa.
La crisis está, no vale de nada negarla. Es probable que en el corto plazo el conflicto por las retenciones móviles se supere.
Pero estamos en esas situaciones de suma cero. En este conflicto, como está planteado, nadie gana, todos pierden. Pero el gobierno tiene mas para perder.

La pelea de fondo: La lucha es por el modelo de país.

Lo que debe quedar claro es que la pelea de fondo va a continuar.
La lucha es por el modelo de país.
Como construimos una nación, con inclusión social, con desarrollo agropecuario pero también industrial, con justicia social, democracia y soberanía política.
El modelo neoliberal de los últimos treinta años está ahí, esperando nuestro fracaso.
Ante este enemigo no se puede seguir haciendo la plancha, ni negar los problemas, no tiene sentido negar la realidad que todos vemos.
Los problemas están y hay que enfrentarlos y buscarle solución.
Hay que consolidar lo que tenemos, y empujar hacia adelante. No hay otra.
Ha quedado demostrado, que no se puede avanzar solamente desde arriba. Sin política. Sin ensanchar la base de sustentación de nuestro bloque. Sin explicitar el rumbo con claridad ante el pueblo. Sin convocarlo a la gesta.
Por ahora, contamos en el haber, con la decisión política y capacidad de comunicación de la presidenta, poco, casi nada de apoyo de los medios de comunicación, apenas algún comunicador aislado, un sistema de cuadros y dirigentes bastante pobre, raleado, que menosprecia la importancia de hacer apolítica de base, militante, acostumbrado a cierto estilo punteril, y que no acaba de comprender el poder formidable del poder oligárquico imperialista al que enfrentamos..
La mayoría del pueblo argentino, ha aguardado en tensa calma durante esta pulseada. Expectante. Preocupado. Paciente. Pero no ha sido protagonista, como en otras jornadas históricas. Con paciencia, ha sido bombardeado y desinformado por una especie de cadena nacional golpista, sin parangón en la historia nacional. Con paciencia, ha visto volar los precios de los comestibles, desaparecer la carne, el pollo, la leche, los combustibles .... .

Rescatar la política como herramienta para cambiar la realidad. Hacia un nuevo proyecto nacional.

El pueblo argentino ha demostrado en muchas ocasiones su voluntad de pelea. Su capacidad de sacrificio y su heroísmo patriótico.
No lo subestimemos. Convoquémoslo a la participación.
Si la divisa es clara, si se logra plasmar un programa político económico y social que abreve en nuestra historia, pero que mire al futuro y planifique un modelo para las próximas décadas, el pueblo saldrá de nuevo, como en aquel 17..
Desde las fabricas, desde los ranchos, desde el barro y desde el fondo de la historia.

El pueblo acompañara un proyecto nacional que lo enamore, que lo sume como sujeto histórico de esta etapa.

La batalla es difícil.. Pero se puede ganar. Pero para ganar hay sumar al pueblo, a la gente común, al laburante, al estudiante, al ama de casa, a doña Rosa que hoy la mira por TV. Están allí. Son nuestros vecinos. Es nuestro compañero de trabajo, de deportes, nuestro familiar cercano. Hay que ganarlo. Hay que sumarlo. No mañana ni pasado: Hoy es el tiempo de la lucha.

Recordemos lo que ha dicho Octavio Paz: “quién conoció la esperanza ya no la olvida"

"La Patria Existe, y triunfara".

El conflicto ¿De qué se trata?

Por Bernardo Tirelli

Si sólo se está discutiendo una tasa aduanera o intereses de sector, el prolongado conflicto con las entidades empresarias del agro no vale la pena.
Esta sensación es generalizada, así como también la idea de que, en realidad, más implícita que explícitamente, se discuten otras cosas. Si el conflicto, o los que le sigan de cualquier sector, significa el debate de los temas de fondo que el conjunto del país aún se debe, entonces que sea bienvenido. Cuanto más movilizado mejor, porque el resultado será una aceleración de la política, en términos que últimamente no suelen darse en situaciones electorales, y que resulta clave para obtener los consensos del país que queremos.
La discusión sobre modelo merece una aclaración fundamental. La confusión literaria permanente es la de hablar de modelo económico y no de modelo político o modelo de país. No cabe duda de que a un determinado concepto sobre Proyecto Nacional le corresponde un modelo económico que lo haga posible y que éste no es intangible ya que cualquier medida económica se debe ajustar a las condiciones o etapas de construcción política de dicho proyecto.
La dictadura de Videla-Martínez de Hoz no fue un modelo económico, fue más que eso, fue un Proyecto Antinacional, un proyecto de país excluyente, para pocos, y que principalmente colocaba el centro de decisiones fuera de las fronteras nacionales.
La matriz de construcción era de patrones extraños, por eso la Doctrina de la Seguridad Nacional, que se argumentó para exterminar a una generación de líderes políticos y sociales, tenía como eje disminuir la Soberanía. La pérdida de Soberanía, que es la pérdida de las capacidades políticas, sociales y económicas para tomar decisiones propias, es la consecuencia nefasta de la dictadura y de los gobiernos democráticos demoliberales que la sucedieron.
Retenciones, compensación de retenciones a pequeños productores o restablecimiento de una Junta Nacional de Granos, no aclaran, por sí solas, para qué proyecto de país se aplican. En la década infame del 30 la JNG fue creada para soporte y defensa de la elite agroexportadora que se complementó con el pacto de subordinación, conocido como Roca-Runciman, que establecía la venta de todos los productos agropecuarios y la compra de todas las manufacturas a Inglaterra.
Ese mismo instrumento, la JNG, en la década del 50 sirvió para aportar al mayor porcentaje de participación histórica de los trabajadores en la distribución del ingreso. Eso son los instrumentos, o sea elementos funcionales a los objetivos políticos perseguidos.

El espíritu de mayo


Los 25 de mayo tienen la virtud de provocar la reflexión sobre la gesta patriótica que dio origen a nuestra nacionalidad. La caricatura rosa, de la vieja historia oficial con las negritas vendiendo empanadas, los vecinos bajo paraguas en un día lluvioso y los bonachones de French y Beruti repartiendo cintitas a los curiosos, dio lugar hoy al destaque de roles, no sólo más épicos, sino más comprometidos. French y Beruti, no eran repartidores de cintas, eran jefes de las milicias, que tenían origen en la expulsión de los ingleses invasores, y que debían garantizar el hecho revolucionario del día 25. Junto a Moreno, Belgrano y otros el contraste ayuda a entender la vocación de transformación y la firme decisión de constituir una Nación independiente. Hecho demostrado por Belgrano en 1812 cuando crea dos batallones en la ciudad de Rosario a los que llama Libertad e Independencia, les da uniforme y bandera. Claro, la junta de gobierno de Buenos Aires no lo felicita, envía una patrulla para detenerlo y enviarlo a prisión. No lo encuentran porque Belgrano ya estaba rumbo al norte, de abogado a militar conductor de batallas, educador y promotor de industrias, participa de la Asamblea del año 13 y sus delegados junto a los de San Martín pierden la votación para que se declare la independencia. La historia siempre nos destaca la declaración de independencia de 1816 pero no los entredichos y pujas que hicieron que se demorara seis años desde la gesta de mayo. No hay duda de que la historia de mayo está presente hoy, por eso detrás de los que enarbolan los símbolos patrios hay que separar a los que quieren reconstruir un país soberano de los que no lo quieren. Esto abarca a todo el arco que va desde los que se escudan detrás de conflictos hasta los que no dudan en tener una relación oportunista con el gobierno.
Es también el punto clave para superar los desacuerdos y establecer acuerdos que superen coyunturas.

Industria y soberanía



Para bajar de los conceptos y definiciones y visualizar cómo las ideas son vinculantes a la acción o, viceversa, como la falta de aplicación de las ideas deja inerme la reconstrucción soberana veamos un caso cercano. La industria textil fue una de las más perjudicadas por las políticas de apertura irrestricta de mercado.
El 1 a 1 de los 90 facilitó la adquisición moderna de maquinaria, así los campos del Chaco están con modernas desmotadoras pero produciendo soja en vez de algodón.
Las medidas económicas de estos años, en particular la tasa de cambio, estimularon la sustitución de importaciones, el sector textil agotó su capacidad ociosa y al no haber nuevas inversiones aumentaron las importaciones. Como excepción, en estos días se inauguró una planta textil para la fabricación de denim (tela para vaquero) en Puerto Tirol, Chaco.

Hasta aquí la noticia es buena, es una nueva inversión industrial, colabora con la sustitución de importaciones y está radicada en la zona geográfica de menor PBI. Argentina importa denim de Brasil donde tres grupos son los que dominan el mercado, uno de ellos, Santana, decidió hace dos años radicarse aquí para producir el denim que se importa desde Brasil, decisión que no es ajena a la puja de mercado con sus dos competidores.
La repuesta no se hizo esperar: Camargo Correa, uno de los otros dos jugadores compró Alpargatas de Argentina, el tercero interviene en Grafa. Santana, cuando incursiona en el 2006, intenta establecer relación con el gobierno nacional buscando condiciones para su instalación. No obtiene nada -no hay políticas nacionales de promoción- y termina negociando con los gobiernos de Formosa y Chaco optando por este último que le ofrece tierras, beneficios fiscales, créditos blandos, las instalaciones y subsidios a la provisión eléctrica, todo en el marco del Convenio de Promoción Industrial que firma el 19/09/06 y que fue autorizado por Decreto N° 1.587 del mismo año.

En definitiva, la toma de decisiones de inversión fue ajena a nuestros intereses y hoy la producción de denim está en manos no argentinas, continuando el proceso de extranjerización y de concentración económica. Pero aquí no termina. El ciclo de compras de empresas comenzó en 2002, cuando Petrobras se quedó con PeCom; desde la devaluación a la fecha, las empresas brasileñas llevan invertidos unos US$ 8000 millones en el país entre tomas de control de compañías y ampliaciones de plantas. Junto con Camargo Correa, AmBev, el Banco Itaú (presente desde los '90), JBS Friboi y Marfrig llegaron otros pesos pesado como Vale, Votorantim y Odebrecht, que si bien ya participan de negocios hoy buscan oportunidades más agresivamente.
La cerveza de nombre de indios calchaquíes habla portugués al igual que las hamburguesas, ya que llegaron también a la industria frigorífica con importantes adquisiciones. Y en un nivel inferior operan varias decenas de empresas grandes con suficiente escala como para pensar en adquisiciones complementarias. Estas adquisiciones están facilitadas por el acceso al financiamiento a través del mercado de capitales en la Bolsa de San Pablo o en el exterior, apoyo del Banco Nacional de Desarrollo Social (BNDES), que sólo en 2007 concedió créditos por 64.900 millones de reales. A contra pelo de esto y para seguir con el ejemplo textil, si hoy seguimos en una ecuación de déficit comercial ya que importamos telas y prendas, pero a su vez carecemos de políticas de fomento y desarrollo propio, no debe extrañar que ese lugar rápidamente lo ocupen otros. La reconstrucción nacional es recuperación de soberanía perdida. Este es el punto de partida para discutir modelo de país. Es orientador de las medidas económicas, de la política energética -siguiendo el ejemplo de Mosconi-, del desarrollo autónomo en ciencia y tecnología, del desarrollo industrial equilibrado, de la recuperación de industrias estratégicas que son madre de industrias y de la integración latinoamericana. El espíritu de mayo es propicio para que la movilización política, los encuentros para los acuerdos y los debates de ideas afirmen la participación popular eje de cualquier construcción soberana.


Publicado en Buenos Aires Económico el 28 de mayo 2008

EL MODELO GLOBAL DE LA DEPENDENCIA.

La historia suele ser escrita por los vencedores y por los oportunistas.

Por Jorge Eduardo Rulli

Durante muchos años fuimos ignorados o aún peor, menoscabados por el grueso de la dirigencia política y de los periodistas del sistema. Las preocupaciones que manifestábamos de manera permanente, eran acerca de las consecuencias ambientales de los modelos económicos, de sus impactos sobre el medio y sobre la salud de las poblaciones, y por si todo ello fuera poco nos preocupábamos además por destacar los mecanismos de sumisión a las nuevas dependencias globales, así como las decisiones que nos habían conducido a ese estado que muchas veces denominamos de transcolonialidad, o sea de nuevo colonialismo pero de las corporaciones transnacionales. El común de los activistas que conforman las muchas organizaciones socioambientales que han llenado el vacío dejado por los partidos, comprendió rápidamente en cambio nuestro mensaje y aprendió a realizar las conexiones entre los montes de árboles implantados para pasta, la minería por cianurización y los monocultivos de soja, así como sacar sus propias conclusiones acerca de cómo el manejo por REPSOL de nuestro petróleo, y la falta de rol del Estado aportaban a estas nuevas, y extrañas dependencias de principios del siglo veintiuno. Lo que en algún momento nos pareció un objetivo difícil, casi inalcanzable, tal como fuera el propósito deseable de unir en la comprensión de sus protagonistas, las diversas luchas populares, resulto más fácil de lo que pensábamos. Fueron muchos los que rápidamente comprendieron que el modelo agrícola era un modelo minero, que los eucaliptos eran otro monocultivo extractivo y que el modelo minero era puro y sencillo saqueo y devastación de los ecosistemas. Lamentablemente, la dirigencia política y sus comunicadores, parecieron ir a la zaga de la conciencia popular. Todavía ven a los actuales conflictos con el campo, fundamentalmente, como rencillas por el poder; suelen vivir estos conflictos como traiciones o como agresiones al propio rol, como desafíos a la propia autoridad, desafíos a los que tienen que responder de igual manera o acaso cuando los exceden, dejar enfriar para que pase la tormenta. Hallaron por ejemplo, que un cambio de ministro puede ser un modo de zafar de una situación engorrosa y no dudaron en sacrificar a quien no llegara a integrárseles totalmente. Ahora, con algunos enroques de funcionarios, continúan negociando situaciones parciales, pero esas negociaciones se desarrollan en un marco de total ausencia de políticas de Estado, como si el país fuese el tendedero de un mercachifle. No pueden comprender o no quieren comprender, lo que cada vez más y más argentinos en todos los rincones de la patria comprenden e incorporan con admirable lucidez. Que la Argentina aceptó hace mucho las reglas internacionales que les fijaron las corporaciones transnacionales y la Organización Mundial de Comercio, y que no se sale de esa situación de colonización, con remiendos o con paliativos, sino solamente regresando a los orígenes del problema para comprenderlo y cambiar el rumbo. Necesitamos revisar las políticas establecidas en los años noventa, y aún antes todavía. Porque ya no podemos negarnos a reconocer que estas políticas económicas fueron diseñadas durante la dictadura militar por una burguesía prebendaria del Estado y que sus fundamentos, no solo no han sido revisados, sino que buena parte de esa burguesía pareciera haberse reproducido entre los amigos del poder. Esta ha sido la ceguera política o acaso la gravísima complicidad, de sucesivos gobiernos democráticos, que no hicieron sino continuar por la huella establecida, al permitir que empresas como Techint, Los Grobo, Deheza o acaso el suplemento Rural de Clarín, diseñaran las políticas públicas y propusieran los objetivos de la acción de gobierno. Ahora, la crisis ha desnudado a la monarquía y es público que teníamos razón, y resulta imposible no recordar que lo dijimos una y mil veces hasta quedar afónicos, y que nos tildaron de utópicos, de delirantes, de pretender volver a las cavernas, de no estar bien informados, de ser obsesivos y monotemáticos con la soja y con los monocultivos. No estoy planteando un problema de susceptibilidad, de reconocimiento o acaso de justicia en el plano de las memorias y de los registros. Muchos años de compromisos con las luchas nacionales y sociales, me hacen ser sumamente escéptico respecto a los reconocimientos de esta índole y a estar al tanto que la historia suele ser escrita por los vencedores y por los oportunistas. Me preocupa que, tal vez sin la mala intención que podría suponerse, el intento de resolver la crisis del campo a partir de la improvisación o de la incómoda conciencia de haber estado respaldando activamente a quienes hoy se les vuelven contra, conduce por caminos que no son sino más de lo mismo y tan pero tan peligrosos, como aquellos que los han traído hasta la crisis actual en la que se encuentran y en la que parecen sofocarse. Es el caso de los dineros que como devolución de retenciones se les ofrecen a los pequeños productores y que inevitablemente los confirmarán en el camino de una creciente sojización, así también, parece ser el caso de los dineros que se le están concediendo a diferentes municipios para desarrollar producciones de alimentos bajo invernáculos, con el asesoramiento de organizaciones como el INTA o como la organización paraestatal y para empresarial de Mariano Winograd, que lleva el sugestivo nombre de "5 al día", aunque no refiere a lo que podríamos o nos gustaría imaginar, sino a la ingesta de vegetales, y que no es más que el patético ejemplo de un agronegocio diseñado para pobres, pensado y reservado en el plan de las corporaciones para cuando los otros agronegocios condujeran al colapso y a la crisis social. El gobierno, entonces, en su penosa improvisación de soluciones a la crisis, no hace sino "descubrir", aquellas alternativas que habían sido pensadas como plan B por las mismas empresas que los condujeron al desastre del que pretenden escapar. Pero están en un brete y no lo saben, están en el brete de creer en la escala, en el endiosamiento de las tecnologías, en creer que lo grande es bueno y que mejora lo pequeño, que el crecimiento del producto bruto es deseable, que el deber de un gobernante es el de dar de comer, como si los ciudadanos fuésemos niños. Creen en la ciencia empresarial, creen, siempre creen, pero no son capaces de crear. Lo suyo es un credo, un paradigma del que les resulta difícil escapar, aún más todavía, ni siquiera lo intentan. Mientras tanto, y cuando la película Hambre de Soja se proyecta por el canal oficial, no podemos nosotros, como Grupo de Reflexión Rural, continuar con los mismos discursos, sino que tenemos el deber de ahondar las reflexiones para comprender inclusive a todos aquellos que no nos comprenden y para continuar mostrando y señalando caminos posibles, y en particular caminos y tareas que puedan ir imponiéndose desde abajo y convirtiendo en verdad la realidad, aun sin contar con el apoyo de la dirigencia política. Partamos de que la opción sigue siendo liberación o dependencia, pero añadamos que la condición para jugar hoy en el campo del pueblo, es claramente la de anteponer lo nacional a lo social y ello no va en desmedro de ninguna situación particular de injusticia, sino que refiere a la necesidad impostergable de comprender que las diferentes situaciones no son hechos aislados, sino que participan de un mismo modelo colonial que ha sido aceptado y convalidado, por los gobiernos de la democracia. Esto implica la necesidad de ver el bosque, no tan solo los árboles, y significa comprender el modelo global de la dependencia que contiene a los agronegocios, las cadenas agroalimentarias, los monocultivos, la minería química, los montes para pasta de papel, la privatización del petróleo y la dependencia de la deuda externa. Que lo veamos resulta impostergable. De lo contrario, todo lo que hagamos no serán sino paliativos, maquillaje o el entrar en nuevas encerronas. Necesitamos auditar a los exportadores y recuperar la Junta Nacional de Granos, incluyendo los silos y los puertos que le pertenecían y que se encuentran actualmente arrendados por el Estado. Necesitamos precios sostén para todos los alimentos que forman parte del patrimonio alimentario de nuestro pueblo. Necesitamos zonas protegidas de producción de alimentos alrededor o cercanas a cada una de las poblaciones, y además resulta imprescindible habilitar ferias y mataderos municipales para los pequeños productores en cada localidad, así como volver a permitir la comercialización de leche fresca en las zonas en que se la produce. La producción local debe, de esa manera, rendir culto a la pequeña escala y a la calidad, y esto implica abandonar el paradigma competitivo y consumista vigente y volver a una matriz cultural de arraigos, de trabajos rurales y de desarrollos locales. En esta perspectiva, nada más lejano que las producciones en invernáculos que se proponen, y que implican dependencia a insumos y grandes cantidades de agrotóxicos que envenenan los alimentos que se producen en ellos, así como la salud de quienes trabajan en esos ámbitos cerrados, altamente contaminados por los venenos que no se disipan. Resulta imperioso que el Estado a nivel municipal se fortalezca y asuma nuevas e imprescindibles tareas, tareas políticas que contengan el diseño territorial, la producción de alimentos y la conservación de los recursos naturales. Estamos convencidos que este es justamente uno de los niveles actualmente más débiles en nuestra organización institucional, a la vez que una de las carencias más urgentes que deberíamos corregir. Los municipios, trabados por miradas mezquinas, cobardías injustificables y compromisos de parentesco o inhibiciones aldeanas, no actúan frente a los poderosos, les permiten continuar destruyendo los ecosistema y contaminar los ríos impunemente, a la vez que ignoran su propia responsabilidad como institución del Estado que debería hacerse responsable del destino de los vecinos, levantan barrios en cercanías de silos e incineradores o acaso en proximidad de los cultivos de soja que circundan las localidades, y, mientras rinden culto a los privilegiados del pueblo y alientan las rencillas partidocráticas locales, son incapaces de establecer mecanismos mínimos de participación que contengan a los diferentes sectores. No parecen darse cuenta del crecimiento de la conciencia y de la bronca entre sus vecinos, no asumen que el riesgo que corren es cada vez más grave y que su desidia, su impotencia y sus míseros manejos, empujan a situaciones límites. En cada una de las constantes y periódicas visitas que realizamos a los pueblos, encontramos similar panorama por parte de los Estados municipales: a la vez que nos sorprendemos por la enorme cantidad de líderes potenciales existentes entre la población, y que, expatriados de la actividad pública, ejercen su acción ciudadana desde las instituciones de estudio, desde el periodismo o desde organizaciones sociales, mientras una minoría pueblerina a cargo de los controles, posterga la resolución de los problemas y no se atreve a ejercer con suficiente autoridad el mandato recibido por las urnas. Como Grupo de Reflexión Rural nos hemos propuesto el empoderamiento de la población, y esto significa el compromiso de respaldar todo intento organizacional del común, en especial cuando se trata de reclamos justos y de generar mecanismos de participación y de toma de decisiones de manera horizontal. Apostamos a una creciente toma de conciencia socioambiental, en especial, a la conciencia de que el poder reside en cada uno de nosotros y que los mecanismos de subordinación y de iniquidad social, los crea cada uno, cuando delega ese poder. El camino que nos hemos propuesto y que transitamos desde hace ya mucho tiempo, es por naturaleza lento e incierto. Es posible que sus logros se hagan más evidentes en los períodos de crisis, tales como en el presente, cuando resulta necesario innovar en las prácticas y en los dirigentes que se han demostrado inadecuados, pero si la conciencia aun no es suficiente, no bastará con soluciones aparentes, soluciones en que sólo se cambien los hombres y mujeres que conducen, porque se habrán generado nuevas formas de la dependencia, de tal manera que se reincidirá en el error y las consecuencias serán las de repetir los fracasos, aunque de manera diversa, una y otra vez. Nos hemos decidido a que el común o al menos todos los que más podamos, sepan lo que debería hacerse si estuviesen en el lugar de los que deciden. Por eso le hablamos a un poder que presuponemos sordo y soberbio, le hablamos no tan solo por si acaso nos escuchan, en realidad les hablamos para que los demás escuchen lo que les decimos, y entiendan no solamente lo que habría que hacer, sino también, entiendan que el poder es indiferente y que, con contumacia, solamente insiste en políticas erradas. Lo nuestro no es por lo tanto una mera educación o capacitación popular, es algo mucho más mágico y maravilloso, es el develamiento en la intimidad de cada uno, de las profundas debilidades del poder. Es también, el conducir a cada uno a enfrentar en el espejo sus indefensiones y debilidades, a la vez que revelarles sus propias fortalezas y posibilidades. No sabemos qué efectos puede tener el fenómeno que se está logrando, el de un escenario en que muchos, muchos más de los que en nuestros sueños alguna vez imaginamos, saben y además saben que saben, lo que tendrían que hacer si estuviesen en el lugar de aquellos que teniendo que decidir por ellos, no solamente no lo saben, sino que se manejan con creciente estupidez y porfía. Solo el tiempo permitirá conocer si las semillas que muchos hemos sembrado en estos tiempos difíciles pero preñados de esperanzas, fructificarán y en quienes fructificarán... A nosotros nos basta con preservar la tenacidad y la antigua fe del sembrador.

LOS PUNTOS SOBRE LAS ÍES




Por Hugo Presman

Un gobierno arrinconado. Con escasa capacidad de reacción. Con la iniciativa amputada.
Las clases medias urbanas con una furia incontenible. Parte de las bases de la Federación Agraria con un altísimo grado de radicalización.
Los medios en general, sincronizando sus mensajes y editoriales con su exaltada audiencia.
Cristina Fernández que sigue sin encontrar una melodía propia con un equipo ministerial cuyo rasgo distintivo es pasar desapercibido.La inflación avanzando sobre la capacidad adquisitiva de los asalariados.
Las clases medias rurales, que contribuyeron significativamente al triunfo de la Presidenta el 28 de octubre del 2007, pasadas a la oposición.
El destape de algunas de las ollas de la corrupción.
El desabastecimiento de combustible a continuación del humo, que siguió al lockaut.
En el medio un militante de derechos humanos que desaparece por algunas horas y algunos aprietes intimidatorios llamativos a María del Carmen Verdú y a la hija de Hebe de Bonafini.
Dos veces Néstor Kirchner perdió la iniciativa. La primera con la aparición de Juan Carlos Blumberg, a quien primero sedujo y luego neutralizó hasta que el falso ingeniero se perdiera en la intrascendencia. La segunda fueron las elecciones en Misiones en que el entonces presidente apostó equívocamente a una reelección. Eso lo llevó a un viraje que significó la neutralización de las continuidades. El conflicto con algunas de las representaciones del campo, permitió a diversos sectores sociales de clase media a manifestar su disconformidad, encontrando un eje en una pretendida arcadia rural, como antes fue la inseguridad con Blumberg o "el republicanismo" de Carrió.

LOS COLORES DEL GOBIERNO.

El gobierno de Néstor Kirchner vivió la segunda mitad de su período con larenta de lo realizado en los treinta primeros meses de su gestión. En esa primera etapa marcó algunas rupturas con la década del noventa.Méritos del presidente, aprovechamiento de la devaluación que heredó y un contexto internacional favorable constituyeron un menú que permitió una recuperación notable de la peor crisis económica de la historia argentina. El discurso cambió significativamente con relación a las letanías liberales de la década del noventa.Entre las más significativas: la preeminencia de la política sobre la economía, la recuperación de la idea del papel fundamental del Estado, la no represión de las protestas sociales, estatización de algunas empresas privatizadas, el alineamiento con la nuevos aires de confluencia latinoamericana, oposición activa al ALCA, asperezas parciales con EE.UU, cancelación de las supervisiones y las recetas suicidas del Fondo Monetario Internacional al precio de cancelar la deuda con esa institución, el nombramiento de una Suprema Corte impecable, depuración de las fuerzas de seguridad, política de derechos humanos positiva con algunos desequilibrios.Hasta casi la finalización del gobierno todos los índices macroeconómicos fueron positivos, con una contra significativa: la distribución del ingreso y una amenaza larvada: el avance de un proceso inflacionario. Hubo una caída sustancial de la desocupación que benefició a los sectores excluidos y aquellos que sin serlo se habían caído del mundo, y un retorno notable de la capacidad de consumo de franjas muy significativas de las clases medias. La recuperación de las economías regionales y el boom de la soja, el resurgimiento de algunas industrias sustitutivas, un trato rígido con las privatizadas, el mejoramiento del poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones, diagramaron para sectores amplios de la población un escenario muy alejado de aquellas traumáticas postales de gente comiendo de la basura, más del 50% de los habitantes por debajo de la línea de pobreza, y propuestas tan descabelladas llegadas desde el exterior como un comité extranjero interventor o la formalización de una banca off-shore. También se ha incrementado la construcción de viviendas populares. Esto son algunos de los colores positivos, cristalizados en los primeros treinta meses. Con algunos gestos simbólicos. Más cercanía a la CGT que a las centrales empresariales. Ningún contacto con ADEPA. Recepción prioritaria en la Casa Rosada a organismos de derechos humanos y organizaciones sociales antes y con más frecuencia que a las representaciones empresariales. Posición dura con la Iglesia. Política de educación sexual y reparto de preservativos. El gobierno de Cristina Fernández se propuso una reparación de las heridas infringidas durante el gobierno de Néstor Kirchner, mejorando las relaciones con los sectores empresariales, con EE.UU, la Iglesia, en un contexto internacional atravesado por una crisis financiera de dimensiones enormes y con desarrollo impredecible. La realidad echó por la borda la mayor parte de estos propósitos. Si se considera un mismo gobierno con dos presidentes diferentes, la era Kirchner, presenta otros colores. Aquellos que omitió hacer o lo que se hizo decididamente mal. El gobierno propone el desarrollo de un capitalismo nacional. Para lo cual ha beneficiado a algunos grupos como Techint o Grobocopatel o intenta "argentinizar" empresas como YPF-Repsol o Aerolíneas Argentinas. La "burguesía nacional" es poco burguesa, salvo en el mantenimiento de la tasa de ganancia y tiene una conciencia nacional extremadamente débil. El otro eje para desarrollar un capitalismo es la reconstrucción del Estado. El gobierno no ha avanzado en este aspecto y eso incrementa su debilidad. Entre el discurso y los hechos hay un mar de contradicciones. Se incrementó la extranjerización de la economía y se aumentó su oligopolización. La "argentinización" es un subterfugio para omitir la nacionalización y se efectúa con dineros dudosos sobre sus verdaderos propietarios. De la misma forma que Enarsa fue una buena idea reducida a una empresa de contratación de servicios u otorgamiento de áreas.Es un típico caso de jibarización de una propuesta. El gobierno carece de una política industrial adecuada que vaya más allá, a los fines esbozados, del "derrame productivo" que se deriva de ladevaluación. No tiene una política financiera ya que en estos años ha privilegiado en forma casi excluyente al consumo y no a la producción. Sigue vigente la ley sobre las entidades financieras de la época de Martínez de Hoz. Su política agropecuaria fue la de alentar el modelo sojero en función de garantizar el superávit fiscal vía retenciones, en detrimento de la producción vacuna y láctea. Cuando el incremento de las mismas significó un primer intento de cambiar tibiamente el modelo alentado, y se encontró con una inesperada resistencia, recién ahí empezó a decir lo que había callado y apoyado. La misma situación es lo sucedido con los medios. Amplió las concesiones de los distintos grupos mediáticos en un intento de obtener sus favores. Lo consiguió durante la mayor parte de ambos gobiernos, hasta que se produjo el enfrentamiento con el grupo Clarín al que le había autorizado, en uno de los últimos actos de Néstor Kirchner, la fusión de Cablevisión con Multicanal que le deja la mayor parte del mercado del cable. La política minera es un escándalo que significa el regalo de dichasriquezas y en la petrolera se ha prorrogado la concesión de la principalárea a la Pan American Energy asociado a Bulgheroni. La distribución ha acentuado la distancia entre el 10% más rico con el 10%más pobre.Se aumentó considerablemente la base de los que perciben ingresos, con la paradoja que tener un empleo no implica superar la línea de pobreza. Se mantienen núcleos duros de pobreza, con áreas en donde el hambre mantiene su virulencia. No se hecho el menor intento de concretar una reforma impositiva que al tiempo que incremente la recaudación mejore significativamente su progresividad. La inflación que empezó a desperezarse desde el segundo semestre del 2007, fruto de la puja distributiva, la oligopolización de la mayor parte de las ramas productivas y el acercarse a la ocupación plena de la capacidadproductiva, fruto del incremento progresivo de la demanda, ha pasado a serun problema que afecta prioritariamente a los sectores de mayor apoyo algobierno. El gobierno no ha derogado la ley que le permite a las petroleras dejar enel exterior el 70% de las divisas por exportación. No ha mejorado la infraestructura ferroviaria y no muestra avances significativos en educación y salud.

ESTRUCTURA SOCIAL Y CONSTRUCCIÓN POLÍTICA.
Los aspectos positivos y negativos descriptos en el capítulo anterior estuvieron presentes en el clivaje que significó el 19 y 20 de diciembre del 2001. Los rescatables son los que permitieron poner un límite a los aspectos más fundamentalistas del discurso neoliberal de los noventa. Un analista menemista, Jorge Castro, alejado de toda sospecha de ser imputado de simpatías kirchnerista, afirmaba en La Nación del 30-04-2008: " Néstor Kirchner fue uno de los dirigentes que mejor interpretó el significado del colapso político de diciembre del 2001. Toda su estrategia de concentración de poder tuvo entonces dos prioridades excluyentes. La primera fue la captación del respaldo de las clases medias de las grandes ciudades que en la Argentina constituyen el núcleo de la opinión pública. La segunda el férreo control de las calles, con plena conciencia de que- en condiciones de extrema fragilidad constitucional- quien controla las calles controla el poder, y a la inversa"Kirchner represento en sus avances lo mejor del mensaje de los piesabandonando las veredas y tomando las calles. El carácter profundamente antipolítico de esas jornadas se encarnó en los avances y triunfo de Mauricio Macri. Los aspectos moralistas del " que se vayan todos" y la bronca antikirchnerista los recoge Elisa Carrió. La primera exteriorización de lo complejo de aquellas jornadas es que en las elecciones del 27 de abril del 2003, el 41% de los votos fueron destinados a dos de los símbolos de lo que se repudiaba: Menem y López Murphy. Con una sociedad fragmentada y con la implosión de los partidos políticos,Kirchner intentó en su mejor momento una construcción política que loalejara del paquidérmico y vaciado Partido Justicialista. Su intento de la transversalidad se ahogó en lo limitado del proyecto de construcción. Fracasado el intento, se recostó en los intendentes borocotizados delconurbano que se alquilan al poder de turno y en mucho de los gobernadores menemizados cooptados a través de la presión de los recursoscoparticipables. Cuando las circunstancias internacionales cambiaron como consecuencia de una impresionante crisis financiera internacional, decidió presidir el partido unificado y verticalizado para apoyar, desde allí el intento de gestión conciliatoria de Cristina Fernández. El gobierno ha sido víctima de algunos de sus éxitos que invoca, pero de los cuales no saca las conclusiones, asfixiado en su microclima. Las franjas mayoritarias de las clases medias alejadas del abismo plantearon reclamos y críticas que asordinaron cuando el miedo al precipicio económico infundía un temor equivalente en algunos aspectos al terrorismo de estado. Los sectores asalariados volvieron a discutir sueldos y los piquetes de excluidos empezaron a desaparecer del escenario urbano.Ya el 28 de octubre del 2007, el gobierno elegido había perdido buena parte de las clases medias urbanas, que bajo críticas pueriles esconden el odio que les despierta la política de derechos humanos, la alianza con Hugo Chávez, la presencia y apoyo de Hebe de Bonafini en Casa de Gobierno, la no represión de los pìquetes, los acuerdos con el sindicalismo de Hugo Moyano, el uso de ex piqueteros como recurso de amedrantamiento, los enfrentamientos con la Iglesia y los ocasionales con EE.UU, entre otras razones verdaderas.A eso se suma algunas mentiras irritantes como los índices del INDEC, o actualmente no reconocer los problemas de abastecimiento de combustibles en un cable lamentable de la Agencia Oficial Telám. A su vez, más allá de un uso discrecional de la publicidad oficial o algunos aprietes a periodistas, la mayoría de los medios radiales, televisivos e impresos, han pasado a ser voceros de la oposición, mientras gritan sobre la falta de libertad de prensa donde confluyen los empresarios periodísticos , muchos de los periodistas "progres" y los voceros tradicionales del establishment.
LA OPOSICIÓN
Al mes de mayo del 2008, los únicos referentes alternativos con posibilidades electorales son Elisa Carrió y Mauricio Macri.La primera ha ido virando de un discurso confuso y denunciatorio de centro izquierda, a ser la vocera del establishment y a través de la cual se ha concentrado en las últimas elecciones el odio de las clases medias antikichnerista.Mauricio Macri es el menemismo con un discurso aggiornado a los nuevosvientos sudamericanos. De los dos se puede esperar que potencien los errores del kirchnerismo y acentúen sus limitaciones y estarán en la vereda de enfrente de la mayor parte de lo que se enunció como positivo. De ninguno de los dos, puede esperarse una confrontación con distintas representaciones del campo o con el diario Clarín. Mucho menos que integren el eje Evo Morales- Rafael Correa- Lula- Hugo Chávez. Se volvería el alineamiento automático con EE.UU y los tratados de libre comercio serían presentados como las rutas del progreso.

EL GOBIERNO EN LA ENCRUCIJADA.
En el conflicto con algunas entidades representativas del campo, el gobierno adoptó una medida correcta, como las retenciones móviles, con una mala instrumentación política y con algunos errores irritativos e inaplicables como el incremento al 95% de las retenciones sobre el excedente de un techo para cada cultivo. La baja del precio de la soja redujo la diferencia a dos o tres puntos mientras las compensaciones del gobierno a los pequeños y medianos productivos tiene un costo de apenas 250 millones de dólares. Por debajo, lo 5 o 6 exportadores a través de una mera argucia administrativa se quedan con parte de las retenciones por una cifra estimada en 2000 millones de dólares. Es preciso señalar que este conflicto se da en un contexto mundial deincrementos de los comodities en general y el aumento de la demanda de los cereales en particular, como consecuencia del ingreso comprador de China e India y el avance de los biocombustibles. Si en un principio lo que se discutió fue una diferencia teórica de 9 puntos y práctica de 2 o 3 puntos, hoy es una pulseada por el poder y ladistribución de la renta agropecuaria. El gobierno de Cristina Fernández viene perdiendo por goleada la guerramediática.Sus ministros están dibujados o desdibujados hasta su inexistencia y la presidenta pronuncia discursos periódicos en donde abusa de dos argumentos válidos pero que su insistencia termina por invalidarlos. Son su condición de mujer y el comentario de la tapa de los diarios del día. Para los que insisten con la falta de libertad, es interesante observar como los cuatro dirigentes agropecuarios se pasean de estudio en estudio de televisión, de radio en radio con el aporte del héroe mediático, el vista de aduana trucho Alfredo de Angelis. A su vez, el gobierno solo aparece a través de Alberto Fernández y algunos en forma ocasional del Ministro del Interior Florencio Randazzo. El enfrentar simultáneamente, con el déficit señalado, al poder agrario y al multimedios Clarín, mientras se ha perdido el control de las rutas y el poder mediático, al tiempo que carece de estructura realmente movilizadora, es una jugada de truco con escasez de cartas. A su vez la privatización del poder represivo, es una jugada condenable alborde del abismo.Si se da simultáneamente el corte de rutas, el cerco de los camioneros a las cementeras y piquetes rodeando a los supermercados, sumado al desabastecimiento de combustible y al golpe de mercado inflacionario, no tardarán las clases medias urbanas en clamar por el restablecimiento del orden. Si no se toma conciencia de esta situación y no se recurre a una posición de esclarecimiento de posiciones a través de los medios, y en función de ello se recurre al apoyo popular, nos dirigimos a 1975, después de haber recorrido durante los 30 primeros meses del gobierno de Kirchner, a una versión adaptada y menor del período 1973/1974. La derrota del gobierno es una vuelta a los principios rectores de losnoventa. A tener un gobierno como Colombia en la actualidad. Carrió y Macri se miran en el espejo de Uribe. Se está a tiempo de ganar esta partida.No con las cartas que hoy se tiene en las manos, sino con las que están en el mazo. Hay que barajar de nuevo y con las cartas que están en la mesa, avanzar. Lamentablemente no hay posibilidad de elegir entre alternativas mejores.Carlos Marx decía: " El hombre hace la historia, pero no en las condiciones elegidas por él " Estoy lejos de ser kirchnerista, pero en estos dos conflictos me ubico, con mis discrepancias y señalando los gruesos errores, del lado del gobierno.Y una pregunta final para desenmascarar a tanta clase media alineada con la arcadia rural, a tanto periodista progre con discurso encendido que arranca aplausos en su audiencia cautivada. Si en lugar del lockout, la huelga fuera de los peones rurales con las mismas características y que hubieran actuado como vistas de aduana provocando un muerto, las clases medias urbana ¿ hubieran mantenido el mismo discurso y enarbolado carteles: "Todos somos el campo"?

COMO REPARTIR MEJOR LA TORTA

Si bien hubo mejoras en los últimos años, la porción del ingreso que se lleva los asalariados continúa por debajo de los niveles históricos. Distribuir en todo el territorio las inversiones productivas –hoy concentradas- es uno de los caminos para disminuir la brecha entre pobres y ricos.

Por Bernardo Tirelli
Publicado en Argentina Económica , suplemento del nuevo diario dominical Miradas al Sur y diarios de provincias el 18 de mayo.

El iniciar el camino de la reconstrucción nacional es una tarea ardua y de largo aliento. En momentos en que algunos desencuentros o conflictos de sector parecen teñir el panorama, no es ocioso volver a señalar que la situación internacional se presenta hoy con una demanda creciente de bienes en los que somos complementarios, y si a ello sumamos el auspicioso camino de integración política latinoamericano iniciado, que entre otros aspectos centrales abre la puerta a la sustentabilidad energética, entonces estamos frente a condiciones de oportunidad histórica.
Por tanto, sólo se trata de saber si somos capaces de estar a la altura de estos desafíos, si somos capaces de generar las condiciones internas que hagan posible construir el país deseado. Por memoria y experiencia histórica, de lo que alguna vez ya fuimos, esta construcción no puede hacerse si, entre otros grandes valores, no se alcanza un alto grado de industrialización con justa distribución del ingreso.
El porcentaje de apropiación por parte de los trabajadores alcanzó el máximo de 50,84 por ciento, en la distribución del ingreso, en 1954 A partir de ese año ese porcentaje baja hasta que el 8 de junio de 1973 se firma el Acta de Compromiso Nacional, más conocida como Pacto Social entre gobierno, trabajadores y empresarios y, en donde, los propios empresarios, entre otras medidas, se comprometen a recuperar el ingreso de los trabajadores en tres años. En pocos meses esa cifra fue del 47 por ciento, para luego, con la dictadura militar comenzar un nuevo y prolongado período de caída que no frenaron las economías liberales en democracia. Como contrapartida el 47,3 por ciento, del excedente bruto de explotación, para el capital en el 2005 está por encima de cualquier año anterior a la devaluación. Durante el gobierno de Eduardo Duhalde se tiene el período histórico de mayor transferencia de ingresos de los trabajadores al sector del capital.
En la década del 90, para los empresarios, el capital no llegó a apropiarse de una porción del ingreso equivalente al que registraron anualmente en el período 2002-2006
En 1974 la pobreza era del 4,7%, no había indigencia y la diferencia de ingresos entre ricos y pobres era de 12 veces. Hoy esta diferencia sigue siendo más del doble, o sea hay que multiplicar por más de 24 veces el salario más bajo para obtener la cifra de los más altos.
Para que cualquiera saque conclusiones, a la inversa, es casi el doble la participación de la industria en el PBI en 1974 respecto de hoy.
Así es que, a pesar de la notable creación de empleo de estos años, la pobreza sigue instalada en un cuarto de la población y si miramos más adentro, se observa que aumenta entre los jóvenes y niños y casi se duplica en las provincias del norte: entonces no hacen falta datos estadísticos para concluir que la mayoría del trabajo generado es de calidad precaria y en consecuencia nuestro futuro aparece cuestionado.
Este ciclo de crecimiento sostenido se debió, entre otras cosas, a la utilización de la capacidad ociosa de equipos y mano de obra. Utilizados estos recursos, para sostener hoy los actuales niveles de crecimiento, resulta necesario incrementar la inversión para el aumento de la producción y la oferta de bienes.
De modo que si para crecer hace falta inversión y para mejorar la distribución y eliminar la pobreza hacen falta salarios reales más altos la inversión que se necesita no es cualquiera. Es inversión orientada a la calidad.
Ahora bien, salvo la inversión en obra pública que se realiza desde el Estado, esta sigue concentrada en ciertos sectores de la economía y en algunos grupos dominantes y a su vez en una pequeña parte del territorio nacional. Nuestro PBI sigue estando en un 80% en el área central del país concentrado en una porción menor al 20% de la superficie. La Patagonia sigue despoblada sin industrias y el Norte Grande empobrecido y con desarrollos agropecuarios primarios.
¿Qué sucede si en una fiesta de cumpleaños hay diez chicos y dos de ellos se reparten cuatro pedazos de torta cada uno? El resultado es que al 80% de los niños participantes sólo le queda el 20% de la torta. ¿Entonces, qué se debería hacer en ese caso? ¿Quitarles el excedente de lo que no se han comido los apropiadores para compensar a los que han sido despojados? ¿Y si se han comido todo o el excedente no alcanza?
Antes de enfocar este tema veamos la situación actual en la oferta de inversiones.

¿Como estamos hoy en materia de inversiones?
Un informe reciente de la CEPAL señala que fue record la IED en América Latina, y que en Argentina creció el 14% durante 2007 llegando a 5720 millones de dólares. El actual titular de la CEPAL es uno de los tantos economistas que creen, con mentalidad dependiente, que el único camino del desarrollo en capital y tecnología viene de afuera. Así lo expresaba en los fundamentos de la ley de presupuesto 2000, cuando era ministro de economía del gobierno aliancista. Allí se afirmaba que el objetivo principal de la economía es el cumplimiento de los pagos y servicios de deuda porque de esa forma somos confiables para atraer inversiones que estarán principalmente orientadas al sector exportador para poder obtener divisas y cumplir con los compromisos. Obviamente, no se ignora y se menciona especialmente en los fundamentos de esa ley de presupuesto el grave problema que representa el desempleo, con datos de 1999, pero se considera que, en este esquema, será resuelto por la atracción de inversiones aunque reconoce que es un proceso lento y que en el mientras tanto deberá atenderse con la acción social. Esto es así ya que resulta, para él, impensable acciones dirigidas desde el Estado como incremento de obra pública u otras ya que el gasto público debe ser reducido.
Algunos de estos conceptos vuelven a aparecer y se resucitan los cantos de sirena sobre la necesidad de hacernos internacionalmente confiables para atraer la Inversión Extranjera Directa explicando las bondades que esta tuvo en el crecimiento económico de los 90. Flagrante mentira propia de los personeros del interés foráneo ya que las IED en los 90, cuando no estuvieron centradas en la especulación financiera, se dedicaron a la compra de activos del estado, industrias extractivas y servicios, y casi no incursionaron en la creación de nuevos activos industriales. Lejos de generar trabajo vivimos la peor época de desempleo y exclusión.
El informe de los anuncios de inversión publicados por la ANI (Agencia Nacional de Inversiones del Ministerio de Economía) confirma que en el 2007 se realizaron 529 anuncios de inversión por un monto de US$ 22.969 millones. Bienvenidas sean, pero es interesante observar en qué y dónde se aplican. Si se exceptúa a la Ciudad de Buenos Aires y a las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe las otras 20 provincias explican sólo el 18 % de la inversión y si de estas exceptuamos a San Juan y Santa Cruz, que recibe cada una inversión para industria extractiva (petróleo y minería), se reduce al 13 %. También resulta llamativo que en la composición de dichas inversiones, mientras el mundo demanda alimentos, sólo el 5% de los anuncios están destinados a ese rubro.
El Estado dispone de varios instrumentos: obra pública, programas de financiamiento para desarrollo productivo y tecnología y la aplicación de la ley de promoción de inversiones.
La obra pública es fundamental para recuperar atraso en infraestructura básica y ha sido un factor clave en la rápida recuperación de empleo.
Los programas de inversión, generados en gobiernos anteriores al actual, no funcionan con aportes directos del presupuesto nacional sino con financiamiento de organismos como el BM, el BID o el BIRF. Por ejemplo, el PROSAP, programa de la Secretaría de Agricultura para el desarrollo rural acaba de incorporar 200 millones de dólares más a los 300 iniciales que viene distribuyendo hasta ahora en un 60% a acciones nacionales con el 25% de los proyectos (p.e. vacunación antiaftosa) y 40% de los recursos a provincias y para asociación de productores. Estos últimos casi no existen en la obtención de estos fondos y en las provincias sólo seis de ellas presentaron el 45% de los proyectos –siendo la mayoría de Mendoza- y once provincias el 30% de los proyectos restantes. Cabe dejar en claro que la provincia que presenta el proyecto se endeuda en el 100% de los fondos que recibe.
Sin inversión e innovación y transferencia tecnológica no hay desarrollo, en nuestro país es casi 100% inversión pública con programas como el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCyT) y el Fondo Tecnológico Argentino (FONTAR). De acuerdo al propio informe para 2007 del flamante Ministerio de Ciencia y Tecnología se afirma que “en nuestro país existe una fuerte concentración de recursos destinados a las AC&T. El 29,3% se localiza en la Cuidad Autónoma de Buenos Aires y el 20,9% en la Provincia de Buenos Aires. Por lo menos la mitad de los recursos en AC&T en el año 2007 se localizaron en dichos lugares. Sigue en importancia la Provincia de Río Negro que llega a concentrar el 6,2%. El resto lo componen 21 jurisdicciones que cada una es inferior al 2,6%, totalizando el 17,9% de los recursos”. Sobran los comentarios.
Veamos la aplicación de la ley de promoción de inversiones, Ley 25.924, que permite la amortización acelerada a los efectos del cálculo de ganancias y la devolución anticipada del IVA, aprobada en el 2004 y recientemente prorrogada. Los proyectos presentados por grandes empresas, buscando el beneficio fiscal, sumaron 7.495 millones hasta el 2005 con una promesa de 4.648 empleos totales lo que da que por cada $1.623.000 se genera un empleo. Los pocos proyectos pymes presentados por el mismo régimen resultaron a igual inversión con 11 empleos por cada empleo de la gran empresa. Una de las empresas promocionadas es una trasnacional líder en la cadena sojera aceitera –en los últimos tres años exportó el 22 por ciento de los granos, el 20 de los aceites y el 18 de las harinas- y utilizó este beneficio fiscal en la adquisición de malterías.
Para completar el cuadro se puede observar que la oferta de crédito para inversión es abundante y que para pymes hay subsidios de tasa, sin embargo el volumen de crédito otorgado es escaso en relación a los desafíos de inversión necesarios

Aportar la caña y enseñar a pescar
El cuadro de situación no debe sorprender, si a él le agregamos que el 50% del trabajo es informal podemos entender que la pobreza y la injusta distribución del ingreso cruza vertical y horizontalmente en lo social y en lo territorial la estructura productiva del país. Cualquier experto en análisis sistémico visualizaría que, en estas condiciones, todo lo que se haga seguirá las reglas de acumulación actuales: la mayoría de emprendedores y pymes no acceden al crédito de inversión, no capturan los beneficios fiscales, las provincias pobres no pueden seguir endeudándose y no reciben inversores de significación.
Así funcionan las leyes de mercado, por eso en el centro geográfico de la acumulación de PBI e inversiones se puede pasar a la modernidad con un tren bala que una Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba en vez de que este sea transpatagónico, de fomento e integración.
La torta está mal repartida y si la voracidad no dejó tiempo para restituir lo excesivamente apropiado o es insuficiente, como hoy, cualquier padre, responsable de la fiesta de cumpleaños, rápidamente produciría más torta para entregarla a los despojados y se aseguraría, a futuro, los mecanismos que impidan una injusta distribución.
Estas son las tareas a encarar, fomento a la inversión productiva de alto valor y cambios estructurales que impidan la regresión a formas injustas, en la convicción que el crecimiento solo no asegura una justa distribución. Hay que enseñar a pescar y además, por la situación social de crisis aún no superada, también hay que repartir la caña.

Hacia un país industrial con justa distribución del ingreso

Por Bernardo Tirelli
Publicada en bae 12 mayo 2008

Si actualmente continúan algunos debates sobre si es conveniente enfriar o calentar la economía, es porque detrás de los argumentos de mejorar la eficiencia en el manejo de la economía se esconden intereses que no siempre son confesables. Hay abundantes enseñanzas, en las últimas décadas, acerca de que el enfriamiento de la economía, con sus consabidos componentes de ajuste, se hace a costa de los más débiles y vulnerables. Claro que en esta oportunidad se aprovecha la situación del aumento de precios para plantear cambios hacia modelos de no crecimiento, en la supuesta defensa del bolsillo de los trabajadores y de los costos de producción.
Cambiar el rumbo significa, lisa y llanamente, cuestionar los objetivos políticos perseguidos hasta ahora, negar el estado de situación económico social y el punto de partida que permitió elaborar la lista de problemas. Significa abandonar el objetivo de construir un país industrial y lograr que, en los próximos cuatro años, la pobreza disminuya a un dígito. Significa que no se entendió, o no se quiere entender, que todavía se debe reconstruir una cultura de producción y trabajo, cuya pérdida cuestiona la autoestima y la identidad, que se partió de niveles de exclusión, pobreza, desempleo, desindustrialización y extranjerización de la economía como nunca existieron en nuestro país.
Algunos piensan, en silencio y no tanto, que recuperada la paz social, que tuvo su pico de alteración en diciembre de 2001 con sus manifestaciones piqueteras, por hambre y desempleo, prolongadas por varios años y hoy superadas, es hora de retomar el camino del privilegio rentístico. Esto abre el interrogante acerca de que las expresiones, de los consabidos gurúes de la economía del ajuste, no están separadas de las intenciones de los grupos concentrados de la economía.
Estos sectores no dudan en usar el poder de formación de precios para alterar la base del modelo al erosionar, por inflación, la competitividad del tipo de cambio. Como en las novelas policiales, veamos quien se beneficia y aparecerá el responsable del crimen. En esta dirección no sería de descartar, a futuro cercano, que aparezca una situación de presión o escalada sobre el cuadro tarifario de bienes y servicios.
Entonces, sean bienvenidas las declaraciones de múltiples sectores de la industria, la construcción y el comercio que piden continuar con el modelo. A ellos se les ha sumado la CGT que ha emitido una declaración a favor, de la que podemos destacar la explicita mención de la necesidad de terminar con la pobreza y de impulsar la integridad .territorial y el fomento de las economías regionales.

El crecimiento no asegura distribución
En nuestro país, durante los 90, en el primer período del menemismo nuestra economía creció acompañada de gran IED y ello no aseguró ni la industria y la producción, ni el empleo y nos dejó un país casi destruido y en profunda crisis social.
Pero analicemos otras situaciones más exitosas, como el caso de Chile. Después del fracaso del menemismo comenzó a ser mencionado como modelo por nuestros gurúes económicos liberales (y si vemos sus indicadores pareciera que tienen razón). La economía de Chile ha pasado en las últimas décadas de ser una economía mono exportadora de productos primarios, principalmente cobre, a un país de rápida industrialización, fruto de un crecimiento económico promedio de 7% durante los años 90 -en torno al 5% durante 2000 – 2007, con una sólida adhesión de los sectores políticos en torno a la dirección de la política económica. Ésta se caracteriza por mantener el carácter de economía abierta y flexible, combinado con una política fiscal contra cíclica de acumulación de reservas, con superávit fiscal y comercial.
A pesar de tener poco más de 16 millones de habitantes, en 2007 (según el INE) la economía chilena fue la quinta más grande de América Latina. El PIB en su valor nomimal, llegó a los US$ 163.844 millones y el PIB per cápita a los 9.871 dólares. A su vez, según datos del FMI. En 2007, el PIB creció un 5,1%, la inflación fue de 7,8% y el desempleo promedio fue de 7,1%.
A pesar de estos buenos indicadores, la economía de Chile aún presenta un importante problema: una marcada desigualdad en la distribución de ingresos. Según el informe de desarrollo humano de la ONU en 2005, Chile se encuentra en el puesto 113 de la lista de países por igualdad de ingreso, ubicándose entre los 15 últimos estados a nivel mundial.
Es interesante visualizar que nuestra tasa de desempleo se parece, actualmente, a la de Chile, por tanto, si no queremos caer en ese modelo de desigualdad estamos a tiempo de encarar estos desafíos con otra visión. Nos queda poco para distribuir por expansión de la masa salarial, de modo que la mejora debe darse por calidad de empleo, que implica calidad de la actividad productiva y, por ende, calidad salarial.

Calentar el huevo sin olvidarse del gallo
La teoría acerca de las contradicciones explicaba que el desarrollo de las cosas es un automovimiento, interno y necesario, y que, en su movimiento, cada cosa se encuentra en interconexión e interacción con las cosas que la rodean. La causa fundamental del desarrollo de las cosas no es externa sino interna. Las causas externas constituyen la condición del cambio, y las causas internas, su base, y que aquéllas actúan a través de éstas. Para graficar esta exposición se exponía como ejemplo el hecho de que a una temperatura adecuada, un huevo se transforma en pollo, pero ninguna temperatura puede transformar una piedra en pollo. Así que, si tenemos claro que no vamos a enfriar la economía y si, por contraposición, hablamos de calentarla, si queremos un pollo, no calentemos una piedra.
Esto quiere decir que si el objetivo buscado es un país industrial es necesario mantener ciertos niveles de inversión y el factor de competitividad por tipo de cambio.
Las otras causas externas que generan un clima propicio para el desarrollo son, desde el punto de vista histórico, casi únicas. Sólo por nombrar algunas, tenemos a la demanda mundial de alimentos y la integración energética, propiciada por la esperanzadora integración política latinoamericana, como dos de los factores más influyentes.
Al ejemplo del huevo calentado le falta una aclaración importante: si no intervino antes el gallo podremos comer un buen huevo duro pero jamás habrá pollito. Los factores mencionados para el desarrollo productivo -la temperatura- por sí solos no son suficientes para eliminar la pobreza y establecer una justa distribución de la riqueza. Si en el crecimiento se mantienen los niveles de concentración económica el crecimiento económico se hará sobre las estructuras actuales y no mejorará la distribución.
Para cambiar la tendencia natural del mercado se necesita un plan nacional de desarrollo industrial en las zonas subdesarrolladas que, en nuestro país, abarcan casi el 80% del territorio. No sólo permitiría lograr equilibrios sociales, también permitirá mejorar la desigual e ineficiente distribución demográfica.
A esto hay que agregarle dos ingredientes que aparecieron como debilidades en el marco del conflicto agrario: la política y el Estado.
La sociedad, en nuestro país, no se ha repuesto de la crisis de los partidos políticos, que es crisis de representatitividad y que no se resuelve con ajustar estructuras burocráticas de partido. Salvo las excepciones de legitimidad construida en estos años, en los más altos niveles de gobierno, nuestro pueblo concibe a la política, a los políticos y, por tanto, a la mayoría de los gobernantes, como algo ajeno. No sólo se siente no ser parte sino, muchas veces, se percibe que cada parte está de un lado distinto del mostrador.
Es evidente que el Estado está intocado en sus diversos estratos geológicos, construidos durante décadas de dictadura y liberalismo. Ambas cuestiones, renovación y transformación de política y del Estado son imprescindibles para generar las condiciones de viabilidad. Los altos objetivos planteados lo exigen y, a su vez, lo facilitan.
Las voces que se levantan para que continúe el modelo ayudan a crear las condiciones de desarrollo con justa distribución –nuestro huevo atendido por el gallo- conformando el factor interno de la oportunidad histórica que vivimos. No la perdamos.

Latinoamérica: integración política para el desarrollo.

Por Bernardo Tirelli
La historia la escriben los pueblos, y hace dos semanas, el pueblo paraguayo escribió una de sus mejores páginas. Me siento reconfortado de haber podido colaborar como Observador Internacional, en las elecciones del 20 de abril pasado, gracias a la generosa invitación que me hizo la Alianza Patriótica para el Cambio que lidera Fernando Lugo, hoy presidente electo.
La tarea no impidió el intercambio de ideas y propuestas, tanto con los líderes político sociales de Paraguay como con los observadores de otros países latinoamericanos. Las enseñanzas de la gesta popular trascienden sus fronteras ya que la crisis política, económica y social tiene raíces y problemáticas comunes a todos los países latinoamericanos, con las naturales diferencias y características que le son propias. Rápidamente, los no a la intolerancia y privilegio de pocos abren paso a los sí que, como desafío futuro de la Alianza triunfante, permitirá un país más digno y justo y consolidará las posibilidades de una Latinoamérica unida.

¿República romana o república colorada?

En nuestro país, en los medios de difusión privados, suelen expresarse los ideólogos liberales trayéndonos ejemplos y didácticas de la República romana establecida en el año 509 adC. Estos patricios criollos, que nos hacen cuentos a medias para explicar sus ideas de democracia y calidad institucional, que se florean con frases en latín, tal vez se sientan emparentados con aquella clase patricia que constituían, en la Roma antigua, una nobleza de raza por la cual sólo ellos podían participar del gobierno del Estado y gozar de los privilegios ciudadanos.
Eran los descendientes de las familias más antiguas, considerados superiores al resto de los habitantes, gozaban de todos los derechos, poseían tierras y eran los llamados a formar parte del ejército romano. Eran los únicos que podían votar y desempeñar cargos públicos políticos o religiosos y entre sus derechos estaba el de patronato sobre los clientes. El grupo de los clientes estaba formado básicamente por esclavos liberados por sus amos patricios, y que después de su liberación permanecían vinculados, ellos y sus descendientes, a su antiguo amo y a sus herederos, quien ejercía sobre ellos cierta tutela y proteccionismo paternalista a cambio del apoyo popular en el ascenso en la carrera política.
Cualquier coincidencia con el sistema político del partido colorado no es obra de la casualidad, el propio Fernando Lugo antes de ser sacerdote quiso ser militar y no pudo ingresar a la academia por no estar afiliado al partido de gobierno y, entre otras similitudes, la distribución de la tierra en Paraguay es una de las más escandalosas del continente.
Resultó impactante observar como los aparatos partidario, de gobierno y medios de comunicación con amplio despliegue de recursos económicos, fueron superados por la movilización y conciencia popular. En las puertas de los centros de votación abundaban las 4x4, las mesas coloradas plagadas de computadoras, con ostensible propaganda, incluyendo grupos que ejercían presión con cánticos e intentos de compra de votos.
El pueblo se impuso al miedo y al terrorismo psicológico al que lo intentó someter el propio presidente de la República. Se dio un paso fundamental consagrando la legimitidad de origen que deberá consolidarse en la voluntad continuada de los representados de reconocerlo como representante suyo.
La movilización espontánea al Panteón de los Héroes y el discurso de Lugo coronaron una jornada inolvidable. Resuenan todavía sus palabras en un claro contraste con la práctica política del individualismo de la competencia por el poder: “ustedes son mis mandantes, me debo a ustedes”, basado en una definición, que suele repetir, y es común a nuestra tradición política de que primero está la Patria.

Los desafíos económicos y sociales

Hace casi 150 años Paraguay era el país más desarrollado de Sudamérica, con fundiciones de hierro, ferrocarriles, flota mercante, líneas telegráficas, fábricas textiles. Su desarrollo económico no se basó, en esos tiempos, como intentamos hoy nosotros, en establecer un valor de cambio alto para hacer competitiva la industria favoreciendo la radicación de nuevas y la sustitución de importaciones. La ventaja competitiva era ser un país mediterráneo, alejado de los puertos, y por tanto, de la vulnerabilidad del contrabando y del librecambio que proclamaba el mitrismo. La guerra de la triple traición no sólo terminó con el sueño de desarrollo industrial soberano sino que, prácticamente, exterminó a un pueblo heroico y valiente.
Nunca se repuso. Es más, hoy, sin industrias, es víctima de la piratería, el contrabando y el narcotráfico. Los altos niveles de pobreza -65%- no terminan de explicar el desempleo del 13% sino se aclara que lo habitan 6 millones y que 1 millón más se encuentran en nuestro país. No hay ningún paraguayo que no tenga un pariente o conocido viviendo en el exterior en una suerte de exilio económico.
Las exportaciones paraguayas son de productos primarios, la industria no exporta y participa en el PBI en un escaso 15 % por lo que la Unión Industrial Paraguaya reclamó especial atención del nuevo gobierno a este sector. De los productos de exportación se destaca la carne y últimamente una conocida nuestra: la soja, de cuya corporación recibió Lugo una advertencia, apenas se conoció su triunfo. Es paradójico que con un 40% de la población rural se importen alimentos incluyendo hortalizas.
En definitiva, salvando las diferencias de escala y desarrollo, la lista de problemas no es muy distinta de la que elaboramos los argentinos en el 2003, con la ventaja para Paraguay que su deuda externa no es abultada, 3500 millones de dólares sobre un PBI de 9000, con un servicio anual del 15%. Creación de empleo, industrialización y eliminación de la pobreza estarán en el centro de la escena.
La necesidad de aumentar el superávit comercial y fiscal rápidamente para lograr estos objetivos lleva al planteo de una revisión de las tarifas de venta de electricidad con nuestro país y con Brasil así como a evitar un proceso de sojización de la producción.
El aumento del superávit fiscal permitirá aumentar la obra pública, entre ellas la de producción de viviendas, mecánica generadora de industrias, de rápido empleo y de soluciones sociales para decenas de miles de sin techo. El desarrollo rural y la agricultura familiar deberán buscar la soberanía alimentaria que junto con la diversificación energética completarían un desarrollo integral.




La integración política regional

La otra gran tarea que le toca a la flamante alianza será el restablecimiento de la justicia y la reconstrucción política. En nuestro país y en muchos países de América Latina han proliferado movimientos sociales, articulados o desligados del Estado. En Paraguay aprendieron que la lucha social es algo más que una lucha ética de los excluidos, es una lucha política nacional por transformar el Estado, para modificar su estructura y orientación.
Los movimientos sociales llegaron con debilidades en la formulación y práctica electoral por lo cual la mayoría de los cargos electivos pertenecen hoy, aun dentro de la alianza, a viejas estructuras partidarias y esto abre otros desafíos hacia el futuro, de como esos liderazgos obtienen, además de la representación social, la electoral.
Hay que darle la bienvenida a Paraguay al proyecto latinoamericano, fortalecer a Paraguay es fortalecer el nuevo MERCOSUR y la UNASUR. Un Paraguay industrial, con pleno empleo, salarios dignos, soberanía energética y alimentaria estimulará la industrialización de nuestras provincias del norte. Esto será posible construyendo intereses políticos comunes que están por encima de cuestiones arancelarias o tarifarias, creará condiciones favorables para nuestro propio proyecto nacional porque, como afirmaba Mosconi, no hay proyecto nacional sin integración latinoamericana.
A diferencia del MERCOSUR, que se constituye, a instigación de las multinacionales automotrices, para favorecer su división del trabajo sin barreras arancelarias, la integración regional debe comenzar por la política.
La defensa y creación de trabajo es tarea común con los pueblos latinoamericanos, la superación de la exclusión y la pobreza, de la desindustrialización, del endeudamiento, de la pérdida de identidad y soberanía son objetivos comunes que hacen renacer hoy la visión de Solano López, San Martín y Bolívar.

Juan José Hernández Arregui, ese lanzallamas


Por José Luis Muñoz Azpiri (h

Martín Lafforgue, en un libro hoy inhallable, "Antiborges" (Javier Vergara Editor, 1999), realiza una ajusta definición del nacionalismo popular: "El nacionalismo popular como corriente de pensamiento comienza a gestarse en la década de los veinte a partir de las ideas de un conjunto de políticos, periodistas e intelectuales: el socialista antiimperialista Manuel Ugarte; el general ingeniero Alonso Baldrich, del grupo fundador de Yacimientos Petrolíferos Fiscales; el precursor de las corrientes económico-desarrollistas en el radicalismo Manuel Ortiz Pereyra y periodistas como José Luis Torres, a quién le debemos la acertada expresión de "Década infame". En 1935 tras fracasar en su intento de desplazar a la dirección alvearista (moderada) del viejo partido de Irigoyen, un grupo de jóvenes militantes decide escindirse, recoger las preocupaciones de los arriba citados, con ellas renovar y profundizar el "credo yrigoyenista" y construir una nueva forma de organización: nace la Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina (FORJA). En su primer manifiesto atacan a las "oligarquías" e "imperialismos", exigen la restauración de la "soberanía del pueblo" y se proclaman los únicos continuadores del yrigoyenismo. El ideólogo del grupo es el ya reconocido ensayista de temas nacionales Raúl Scalabrini Ortiz y forman su núcleo dirigente, entre los más conocidos, el escritor Arturo Jauretche, Luis Dellepiane, hijo de un ex ministro de Irigoyen y el poeta y músico Homero Manzi. Aún cuando FORJA no logra un caudal significativo de adherentes ni una organización sólida, sus innumerables volantes y conferencias y sus vehementes pero bien documentadas publicaciones logran penetrar e influir en vastos sectores de la opinión pública. Para los forjistas la "oligarquía" conservadora era responsable de la crisis que se vivía; se consideraba que para sostener sus privilegios había traicionado al país entregándolo al "imperialismo británico"; se denunciaba a la "dictadura política" al servicio de minorías, impuesta mediante la corrupción más escandalosa y el fraude generalizado y a una "tiranía económica" al servicio del capital extranjero. "El proceso histórico –dice uno de sus documentos- revela una lucha permanente del pueblo en procurar su soberanía popular". De alcanzarse este cometido, será el fin de la dependencia y el sometimiento.


El "ser nacional" es, en primer término, un concepto general y sintético, compuesto por una pluralidad de subconceptos subordinados y relacionados entre sí. Es un hecho político vivo empernado con múltiples factores naturales, históricos y psíquicos, a la conciencia histórica de un pueblo. Es una comunidad establecida en un ámbito geográfico y económico, jurídicamente organizada en nación, unida por una misma lengua, un pasado común, instituciones históricas, creencias y tradiciones también comunes en la memoria del pueblo, y amuralladas, tales representaciones colectivas, en sus clases no ligadas al imperialismo, en una actitud de defensa ante embates internos y externos, que en tanto disposición revolucionaria de las masas oprimidas, se manifiesta como conciencia antiimperialista, como voluntad de destino. Si el "ser nacional" es el conjunto de los factores reales enunciados, es obligatorio entonces buscar sus orígenes en la historia JJHA (¿Qué es el ser nacional?)
La influencia de FORJA sobre el pensamiento de Perón y sus más estrechos colaboradores está bien documentada. Tanto el Grupo de Oficiales Unidos (G.O.U.) –logia militar de decisiva influencia en la primera mitad de los años cuarenta- como Perón leyeron y estudiaron el material forjista y los libros de Scalabrini Ortiz y de Torres, por lo menos desde 1936 y años más tarde se sucedieron encuentros personales. Las principales ideas, temas y categorías del nacionalismo popular fueron incorporadas al peronismo: la postura antioligárquica y antiimperialista, los objetivos de autonomía económica y justicia social, la fe en el pueblo instalado como sujeto privilegiado del cambio, un cierto menosprecio hacia las formalidades legal-institucional. En 1945 el forjismo se disuelve y la mayoría de sus miembros se incorpora al naciente peronismo. Muchos de ellos pasan a ocupar cargos oficiales en el gobierno nacional y en el de la Provincia de Buenos Aires. Julio Cortázar dijo que se tuvo que ir de la Argentina porque el tronar de los bombos peronistas no le dejaban disfrutar de los conciertos de Bela Bartók. Borges, en cambio, no parece haber tenido inconvenientes, en esos años, para escribir sus textos más personales y reconocidos. En 1944 habría de publicar Ficciones, cinco años después El Aleph, en 1951 la selección de cuentos que conforman La muerte y la brújula y al año siguiente el volumen ensayístico Otras inquisiciones. De este período son también buena parte de sus obras en colaboración – El Martín Fierro con Margarita Guerrero, Antiguas literaturas germánicas con Delia Ingenieros, entre otras- y de las antologías y volúmenes de cuentos realizados con Adolfo Bioy Casares. Esta intensa producción literaria, sin embargo le dejó tiempo para comenzar una tardía pero exitosa carrera docente en la Asociación Argentina de Cultura Inglesa y en el Colegio Libre de Estudios Superiores, ejercer la dirección de la revista Anales de Buenos Aires e, incluso, para la actividad gremial (fue presidente de la S.A.D.E. entre 1950 y 1953). Derroche de energía realizado en la opresiva y lúgubre atmósfera de la Segunda Sangrienta Tiranía. No tuvieron igual suerte los intelectuales de la década del setenta, signada por la tutela de los que él denominó caballeros militares. La caída del gobierno peronista (1955), calurosamente apoyada por los sectores medios, la intelectualidad y los sectores dominantes, encuentra a los escasos grupos que se reconocen en la experiencia peronista cuestionando nuevamente las orientaciones políticas y económicas gubernamentales. Pero ya no alcanza con analizar el pasado histórico y la estructura económica del país: se deben encontrar las causas que posibilitaron esta oposición acérrima, muchas veces más cultural y valorativa que directamente social o económica. Surge, entonces la corriente nacionalista popular. En ella hemos englobado – continúa Lafforgue – un espectro bastante amplio de pensadores que reúnen las características reseñadas. En un análisis más fino es posible establecer diversas diferenciaciones; la más frecuente es entre "izquierda nacional" (provenientes de las agrupaciones tradicionales de la izquierda, pero que se distancian a partir de su visceral rechazo a la tradición liberal y una lectura positiva del fenómeno peronista) y nacionalismo popular con una variante reformista y otra revolucionaria. Comienza un vasto programa de revisión del pensamiento y la literatura argentina a partir de una doble vía explicativa: la primera partía de la tesitura, deudora de un materialismo algo rústico, de que "a la estructura material de un país dependiente corresponde una superestructura cultural destinada a impedir el conocimiento de esa dependencia"; la segunda se elaboró a partir de la incorporación de buena parte de la relectura de la historia nacional que el revisionismo histórico venía haciendo desde los años treinta.. Esta escuela sostenía que en la Argentina había habido desde sus inicios un enfrentamiento permanente entre dos antagonistas irreconciliables: un proyecto de país liberal y dependiente consagrado por la historiografía tradicional y legitimado por la "superestructura cultural; y el país "auténtico", por fuera de las superestructuras culturales dominantes, resguardado por la memoria popular y al que esta escuela historiográfica viene a rescatar, sistematizar y presentar en un cuadro completo. El objetivo del nacionalismo popular, entonces, pasa a ser demostrar como la "colonización pedagógica" había provocado que los intelectuales liberales – que por cierto incluía a pensadores de procedencia muy dispar- evaluaran erróneamente, o aún mintieran deliberadamente, en sus interpretaciones de la realidad nacional. Los "profetas del odio", según los definiera Jauretche, no podían entender al país real; lo que los llevaba a despreciar y rechazar todo aquello identificado con el campo de la "barbarie": el gauchaje, el yrigoyenismo, el peronismo y, en general, todas sus producciones culturales. Ante el panorama actual de la política nacional, caracterizado por la inercia mental, la importación de teorías pergeñadas por las usinas de propaganda del hemisferio norte y la vocinglería de "analistas" condenados al pensamiento de sirga, Juan José Hernández Arregui representa el más dramático encuentro del intelectual argentino con el hecho nacional. Con una cultura inexistente en otros representantes de la izquierda de nuestro país, supo subordinar la teoría marxista y el método histórico- cultural al análisis de la realidad concreta que examinaba y con la que se hallaba raigalmente comprometido desde su militancia peronista que no abandonó hasta su muerte. Sus afirmaciones, no siempre exentas de polémica, continúan siendo hoy referencias ineludibles para pensar el "ser nacional" sin caer en utopías frustrantes o alineaciones coloniales. Incursionó en la narrativa con los cuentos "Siete notas extrañas" (1935) celebradas por la crítica en su momento. "Las corrientes históricas durante el siglo XIX" (1951), "El siglo XVI y el nacimiento del espíritu moderno" (1952), "Introducción a la historia" (1953), son algunas de sus producciones de cátedra, que precedieron a sus formidables ensayos. Para quienes comenzamos nuestra militancia política en el peronismo y nos habíamos formado doctrinariamente en las fuentes del nacionalismo revisionista, que nos ofrecía una respuesta a falsificación de la historia que denunciara Ernesto Palacio y a su vez; por razones familiares conocíamos en carne propia las purgas ejemplificadoras del terrorismo liberal-gorila, Hernández Arregui nos brindó las herramientas conceptuales para desenmascarar los basamentos de una realidad ficticia, colonial y cipaya. Herramientas que trascendían el marco del revisionismo histórico, nacido al fragor de la lucha para denunciar la leyenda negra (las calumnias contra España), la leyenda roja (las calumnias contra Rosas y los caudillos) y la leyenda rosa (la supuesta realidad de ese color que se desarrolló en la Argentina a partir de Caseros), pero insuficientes para analizar el complejo marco, nacional e internacional, de las últimas décadas del siglo XX. Antes de ahondar en las mismas, es necesario destacar su formación e historia de vida, hasta 1955, dado que a partir de esa fecha publica sus obras cardinales. Juan José Hernández Arregui nació en Pergamino, Pcia .de Buenos Aires el 29 de Septiembre de 1912, donde pasó sus primeros años de vida; luego su madre ya viuda, lo trajo consigo a la Capital y aquí realizó sus estudios para ingresar a la facultad de Derecho. Norberto Galazo en una discutible – ya desde el título: "J.J. Hernández Arregui: del peronismo al socialismo" – biografía, habla de un abandono por parte de su padre que, supuestamente, lo sumiría el resto de su vida en una profunda melancolía. Aparte de innecesaria, esta mención nos recuerda una metáfora del querido y poco recordado Salvador Ferla: En el mundo antiguo circuló en diversas versiones una leyenda significativa, la del niño desvalido que se vuelve poderoso. Un niño abandonado en las orillas del Tíber llega a ser el fundador de Roma; otro niño, depositado en una canasta en la ribera del Nilo se convierte, ya adulto, en el libertador del pueblo israelita. Y el bebé a quien Herodes quería asesinar, resultó nada menos que el hijo de Dios. La moraleja es: ¡cuidado con maltratar al débil, al pequeño, al indefenso!...¡Puede ser un genio, un rey, o el mismísimo Dios!...Esta simbología del débil que se levanta triunfal de la abyección en que injustamente fuera arrojado por la arrogancia y la sensualidad de los poderosos, nos indica cuál debe ser nuestra principal pauta valorativa en materia histórica. La civilización nació enferma del complejo de culpa. La historiografía debe ayudar a curarla concientizándola sobre las causas de ese complejo. Personalmente, no compartimos este tipo de interpretaciones psicologistas, reduccionistas, que circunscriben el talento y la creación a circunstanciales incidentes externos. Al morir su madre, un tío, amigo del caudillo Amadeo Sabattini, se lo lleva consigo a Villa María (Córdoba). Ahí trabaja de bibliotecario y comienza a colaborar en periódicos locales y en 1931 se afilia a la UCR yrigoyenista y escribe en sus órganos periodísticos Debate, Doctrina radical y Libertad. Reinició sus estudios universitarios durante la década de 1940 en la Facultad de Filosofía y Letras de la capital cordobesa, en la que tuvo como principal maestro al insigne Rodolfo Mondolfo, y allá se graduó con una tesis sobre "Las bases sociológicas de la cultura griega" en 1944. Comenta Eduardo Romano en un meduloso artículo (CREAR, Nº 14, junio 1983) que sus primeros enfrentamientos con la conducción partidaria se produjeron a consecuencia de la revolución militar de aquel año, pues su prédica a favor de la misma no halló eco entre sus correligionarios. De todas maneras él colabora en la Corporación Nacional de Transporte, a cargo de Santiago H. Del Castillo, porque ve en las medidas económicas del nuevo gobierno un corte respecto de la política de entrega irrestricta de nuestro patrimonio a los intereses británicos. Congresal por la provincia de Córdoba, en 1945 se opone fervorosamente a la participación del radicalismo en el engendro político que fue la Unión Democrática. Después de las elecciones que consagraron a Juan D. Perón presidente, contra dicha coalición, sus relaciones con el radicalismo se volvieron francamente irreconciliables y decidió renunciar a ese partido ante el Presidente del Comité de la provincia, Dr. Arturo Illia. Dice en un pasaje de su carta fechada el 10 de febrero de 1947: "El conflicto entre intransigentes y unionistas, en lo esencial, no ha sido un mero antagonismo de núcleos, sino la lucha en profundidad entre dos concepciones irreductibles, antinómicas e irreconciliables de lo radical y argentino, en cuanto a ideales populares insertos en el sentido propio de lo nacional. Es superfluo, pues, tratar de salvar la unidad del partido, inmolando esta ilusión casuística y formal, el contenido concreto mismo de la doctrina radical, que es la expresión genuina del sentimiento emancipador de las multitudes argentinas, empeñadas desde Mayo en el ideal vigoroso de la plena autodeterminación nacional. Eran estas síntesis oscuras que germinaban en lo colectivo histórico de las masas, lo que el radicalismo debió convertir en conceptuaciones políticas de lucha. Al no hacerlo, su derrota estaba sellada. La gran frustración de lo radical ha sido consumada. Y nada contrarrestará mientras tanto, el poderío de las fuerzas políticas que triunfaron con Perón, gracias al error de perspectiva –nacional e internacional –de aquellos que al influjo de factores foráneos, cayeron en una imperdonable desviación de la línea del partido, traicionando los postulados históricos de la U.C.R.". En 1947, se produjo su primer acercamiento al peronismo, de la mano de Arturo Jauretche, quien lo llevó a colaborar en el gobierno bonaerense, como Director de Publicaciones y Prensa del Ministerio de Hacienda. Por ese entonces disertó sobre "La Universidad y la Reforma del 18", en vísperas de sancionarse una Ley Universitaria. En 1948 empieza su labor docente en la Universidad Nacional de La Plata, como Profesor Adjunto de Introducción a los Estudios Históricos, que amplía con incursiones por la sociología, la historia del arte, la literatura, etc., y en la Facultad de Ciencias Económicas de Buenos Aires, hasta el golpe septembrino de 1955. Ante la coyuntura, se convierte en ideólogo de la resistencia peronista y si bien no participa directamente en política, es detenido un mes en San Martín cuando el levantamiento patriótico del Gral. Juan José Valle contra el gobierno de facto, que había desatado una cruenta represión contra las fuerzas populares. En 1957, un año después de Civilización y Barbarie. El liberalismo y el mayismo en la historia de la cultura argentina, de Fermín Chávez y el mismo año de Los profetas del odio de Arturo Jauretche, aparece Imperialismo y Cultura. Estos tres libros constituyen un dique conceptual contra los intentos de retrotraer la situación nacional a lo que era antes de 1943, avalados por una intelectualidad cipaya, cuyo paradigma era Borges, escritor cosmopolita, de un europeísmo afectado y erudición esotérica, ajeno a los problemas nacionales. Prueba de ello es el Nº 237 de la revista Sur en que Victoria Ocampo, Eduardo González Lanuza y Guillermo de Torre, entre otros, tratan de demostrar que el "verdadero" pueblo argentino no participó de la experiencia peronista, argumento que, con otros basamentos teóricos, emplea Juan José Sebrelli en el Nº 7/8 de la revista Contorno. Sea por derecha o por izquierda, el objetivo consistía en negar al sector popular todo protagonismo histórico. En "Imperialismo y Cultura", Hernández Arregui analiza descarnadamente la cultura oficial y la dependencia, la deificación de todo lo extranjero, la falta de proyecto nacional en gran parte de la dirigencia argentina, el uso de las corrientes filosóficas nacidas en Europa sin comprensión del país real. Encuadra las relaciones entre imperialismo y cultura dentro del contexto europeo a lo largo del siglo XIX, así como sus consecuencias para la formación de una literatura "mundial", inexistente antes de la era imperialista, en la primera mitad de nuestro siglo. Juzga toda producción y actividad culturales a través de una contradicción básica de una país de pendiente (Romano dixit) "lo nacional liberado vs. Lo mimético sumiso". Según su criterio, la cultura nacional se apoya siempre en componentes folklóricos de raíz hispano-indígena, reelaborados luego por artistas individuales con los criterios de la cultura cultivada. Por eso exalta la obra de Lugones y la opone a la de quienes se dejaron seducir por modelos sin arraigo telúrico. A partir de la polémica lectura que Borges hiciese del Martín Fierro de José Hernández, realiza una lectura demoledora. Este paradigma de intelectual cosmopolita, de un europeismo afectado y una erudición esotérica es considerado en Nacionalismo y Liberación (1969) como el arquetipo del eunuco escriba, hechizado por mundos inexistentes: "Hay un pensamiento nacional y un antipensamiento colonial. Un escritor nacional tipo es Raúl Scalabrini Ortiz. Un escritor colonial – más perfecto que una esfera musical en la mente de Pitágoras - es Jorge Luis Borges. De un Pitágoras que nunca existió. Y en esto se parece a Borges. Que ha caído en la farolería de hablar de Pitágoras sin conocer la filosofía griega. En rigor, Borges, pájaro nocturno de la cultura colonizada, desde el punto de vista argentino es más fantasmagórico que el Pitágoras de la leyenda órfica. Un Borges – ese "cadáver vivo de sus fríos versos" que dijera Lope de Vega – hinchado todos los días por la prensa imperialista. Y que ni siquiera merecería ser citado aquí, sino fuese porque es la entalladura poética de ese colonialismo literario afeminado y sin tierra al que hacemos referencia. Poeta del Imperio Británico, condecorado por Isabel II de Inglaterra, ha declarado hace poco: "Si cumpliese con mi deber de argentino debería haber matado a Perón". El desmán sería para reírse, sino fuese, como lo hemos expresado en otra parte " porque detrás de estas palabras pierrotescas se mueven las miasmas oscuras del coloniaje". Así habla la "inteligencia pura" de este ancestro hermafrodita de la poesía universal fuera del mundo que, como una orquídea sin alma, llora en la mayoría de sus poemas, su "muerte propia" a la manera de Rilke. Sí. Todos hemos de morir. Borges también. Y con él, se irá un andrajo del colonato mental. A diferencia de ellos, bufones literarios de la oligarquía, mensajeros afamados del imperialismo, cuando a los grandes hombres de América les llega la hora de la muerte, en ese mismo y supremo instante, la eternidad de la historia, la única y luminosa inmortalidad que le es dable esperar a la criatura humana en su tránsito terreno, los amortaja en una estela de gloria con las palabras de los verdaderos poetas nacionales: "Hay una lágrima para todos aquellos que mueren, un duelo sobre la tumba más humilde, pero cuando los grandes patriotas sucumben, las naciones lanzan el grito fúnebre y la victoria llora". Según Fermín Chávez en su prólogo al ¿Qué es el ser nacional? (Catálogos, 2002) esta resignación agnóstica dio paso, en el en viaje que realizaron a Toledo, al surgimiento de una sensibilidad religiosa. Los capítulos dedicados al nacimiento de la revista Sur, y la caracterización de sus mentores y adláteres, tienen vigencia hasta hoy. Victoria Ocampo dijo entonces: "No hay nada peor que un canalla con talento" a lo que él le respondió diciendo "solo atino a figurármela a medida que va poniéndose vieja, con la casaca roja y los botones dorados de una domadora de fieras suelta en Picadilly". En 1960 aparece un segundo libro, cardinal y corrosivo hasta hoy: La formación de la conciencia nacional (1930-1960). "Esta es la crítica – dice en el Prologo – inspirada en un profundo amor al país y fe en el destino nacional de la humanidad, contra la izquierda argentina sin conciencia nacional y el nacionalismo de derecha, con conciencia nacional y sin amor al pueblo". Entre esas falsas opciones analiza y documenta el surgimiento de FORJA primero y sintetiza luego todos los aspectos socializadores de los gobiernos peronistas, desde una perspectiva no partidaria, "pues el autor – añade – carece de compromisos políticos, salvo con las masas argentinas depositarias del destino nacional". "El nacionalismo posee un doble sentido, según corresponda al contexto histórico de un país poderosos o un país colonial. Hay pues, en el umbral del tema, una diferencia, no de grado sino de naturaleza, entre el nacionalismo de las grandes potencias – Inglaterra y los Estados Unidos, por ejemplo – que son formaciones históricas ya constituidas, y el nacionalismo de los países débiles, que aspiran justamente a convertirse en naciones. Hay además un nacionalismo ligado a las clases privilegiadas aunque adopte cierta actitud crítica frente a ellas, y un nacionalismo que se expresa en voluntad liberadora de las grandes masas nacionales. Mantener el equívoco entre ambas concepciones del nacionalismo, en que están conjuras tanto las potencias coloniales del presente como las clases encumbradas de los países coloniales, y destinado a velar el nacionalismo del pueblo, ha sido respecto a estos países sin soberanía real una de las más diestras y calculadas defraudaciones de la filosofía del imperio". Esto decía quien, por aquellos años, sostenía que el único intocable era Nicolino Locche... Juan Perón, en carta del 10 de diciembre de 1969 en el que le agradece el envío de sus libros, formula un cálido elogio de toda su obra. En uno de los párrafos le dice: "Por todo lo que hacen ustedes allí con la difusión de la verdad tantos años oculta, yo deseo como argentinos hacerles llegar, junto con mi encomio más entusiasta, mi felicitación más sincera. La causa de la revolución necesita de algunos realizadores, pero no mucho menos de muchos miles de predicadores que, empeñados en la tarea de persuadir, no cejen en el empeño de incendiarlo todo si es preciso. ...He visto que el Peronismo está despertando entre los "intelectuales" el deseo de escribir sobre él, unas veces con fines leales a la Nación y otras buscando lo contrario. El profesor Gonzalo Cárdenas sé que lo ha hecho bien y de buena fe, que es lo que interesa. Otros como Félix Luna lo han hecho a su manera, a lo que ya estamos acostumbrados." ¿Qué es el ser nacional? (1963) resulta de una conferencia y de cursillos realizado en universidades del interior (noroeste, Tucumán, Santiago del Estero) y profundiza observaciones anteriores sobre política y cultura de ámbito iberoamericano, para lo cual replantea las vicisitudes históricas atravesadas por el continente. Más de un marxista se verá sorprendido por tesis expuestas por quien vulgarmente aparece asociado al marxismo tradicional o, lo que es peor, un progresista "trucho", tan el boga en estos tiempos, que desconoce la obra del Júpiter tonante que escribía en la biblioteca del Museo Británico. Ya el propio Marx lo decía: "Yo no soy marxista" (y no conocía la Argentina): "El menosprecio hacia España arranca en los siglos XVII y XVIII como parte de la política nacional de Inglaterra. Es un desprestigio que se inicia con la traducción al inglés, muy difundida en la Europa de entonces, del libro de Bartolomé de las Casas Lágrimas de los Indios: relación verídica e histórica de las crueles matanzas y asesinatos cometidos en veinte millones de gentes inocentes por los españoles. El título lo dice todo. Un libelo". "Junto a la acometida sobre la raza de bronce subyugada, España trajo a estas tierras una de sus virtudes más grandes, el espíritu de independencia y las instituciones que lo resguardaron. Un antecedente de esta actitud altiva y libre, que América Hispánica recibió como legado, se encuentra ya en Lope de Aguirre, al tratar de igual a igual, en 1561, a Felipe II: "Te aviso, rey español, que tus reinos de Indias tienen necesidad de justicia y equidad para tantos y tan buenos vasallos como en ellos moran. En cuanto a mí y mis compañeros, no pudiendo sufrir más las crueldades de tus oidores y gobernantes, nos hemos salido de hecho de tu obediencia y nos hemos desnaturalizado de nuestra tierra que es España, para hacerte aquí la más cruel guerra que nuestras fuerzas nos consientan (...) En estas tierras damos a tus pendones menos fe que a los libros de Martín Lutero." El análisis de nuestro autor sobre el intelectual pequeño burgués, dista diametralmente de la izquierda internacionalista, su definición se asienta en la realidad, sin idealizaciones; ya que si bien usaba las categorías del análisis marxista, contó una historia de la que nunca habló el Partido Comunista argentino: "La clase media tiende a la formación de grupos intelectuales que fluctúan, por motivos diversos, entre las "élites" que miran hacia arriba y los "ghettos" espirituales que miran hacia abajo. Esto explica la abundancia de intelectuales de izquierda que se pasan a la derecha ideológica, al conservatismo social. En realidad, los intelectuales son los que sienten más vivamente esta situación incierta que ocupan en la sociedad. Mientras la perspectiva de descender les lleva a la comprensión de la lucha que libra la clase trabajadora por otra parte les estimula a no caer en ella." Hernández Arregui nos estimuló para que repensemos y redefinamos toda la cultura argentina desde sus orígenes. Y también a denunciar la mistificación del intelectualismo que se dice progresista sin entender nada de los movimientos populares que surgen no de los libros sino de las tradiciones de un pueblo: "En la escuela le enseñaron a preferir el inmigrante al nativo, en el colegio nacional que el capital extranjero es civilizador, en la Universidad que la Constitución ha hecho la grandeza de la Nación o que la inestabilidad política del país es la recidiva de la montonera o de la molicie del criollo. Este estado de espíritu, fomentado sutilmente por la clase alta aliada al imperialismo, distorsiona la conciencia de estos grupos, cuyo escepticismo frente al país favorece el pasivo sometimiento espiritual". Dirigentes obreros de San Juan, Tucumán, Mar del Plata y Rosario fueron sus interlocutores, pero su prédica se abrió a otros, aparentemente menos permeables a este tipo de ideas. En septiembre de 1969, el Director del Colegio Militar, Gral. Mariano de Nevares, sancionó con diversas penas a unos cuarenta oficiales del ejército en un sumario secreto. Encabezaba esa lista el Tnte. Licastro, acusado de: "mantener vinculaciones y vincular a otros oficiales con un ideólogo de izquierda conocido por él, formular comentarios favorables al mismo y defender sus ideas ante sus camaradas" y sancionado con cincuenta días de arresto y su pase a disponibilidad. A partir de ese momento, Hernández Arregui pasó a integrar la lista de los que años después se conocerían como "desaparecidos". En octubre de 1972 y tras varios allanamientos, un "caño" explota en su casa y lesiona gravemente a su mujer. Tal desastre no lo arredra y en 1973 publica "Peronismo y Socialismo", aclarando en el prólogo que contrariamente a sus obras anteriores, es "un libro de divulgación", con "un lenguaje más bien periodístico", pero "cuidando, no obstante, en la medida de lo posible,, encuadrar los diversos temas abordados dentro de un nivel intelectual adecuado para quienes buscan una visión resumida de la realidad nacional", Su título, por otra parte no debe llevar a la confusión, se trataba una perfecta delimitación del socialismo nacional del que hablaba Perón en las Pautas de actualización doctrinaria (1972) de manera tal de evitar las confusiones de los peronistas oportunistas de la época (añadiríamos también, de la actualidad). Esto está claro en los artículos firmados en la revista Peronismo y Liberación, al explicar el cambio de denominación de la publicación. (anteriormente, en 1973, era Peronismo y Socialismo). Pues así definía la actualidad del momento: "No habrá alternativas pretendidamente socialistas frente a la política peronista. El peronismo tiene en su seno todo el socialismo posible, al poseer un programa liberador, único eje de la unidad nacional contra el imperialismo, y por sostenerse fundamentalmente en el apoyo que le da la clase obrera". La izquierda cipaya jamás le perdonó su compromiso nacional ni la derecha reaccionaria su formación marxista. Unos intentan encuadrarlo con extrañas alquimias en una posición que nunca compartió, otros, lo acusan de haber agitado el "inmundo trapo rojo", sin percatarse como cretinos que son, que por más de una década flameó en el firmamento de la república una bandera roja... de remate. Sobre el éxito de sus libros pensaba Hernández Arregui que "estos libros han surgido del dolor nacional y no del narcisismo literario, el prestigio intelectual de nada vale, y si tal prestigio emana de una obra áspera y crítica contra las instituciones y figuras representativas del coloniaje, más que prestigio acarrea sinsabores, odios duraderos y calumnias" En el año 1974, año trágico para los nacionales, que acarreó la desaparición física de Juan Domingo Perón y de un pensador de la talla de Arturo Jauretche, corroído por los sinsabores mencionados, inició su tránsito hacia la gloria. Sus libros, polémicos y sin duda discutibles, no son de investigación sino de lucha", como él mismo dijera. A esa lucha, que es la liberación definitiva del gran país iberoamericano, dedicó su pensamiento tan lúcido como apasionado. Este pensador argentino, en 1973, al ser distinguido como Profesor Emérito de la Universidad de Buenos Aires, expresó categóricamente: "He pertenecido, pertenezco y perteneceré al Movimiento Nacional Peronista". Nada más podemos agregar.

Foro en defensa del Proyecto Nacional y Popular

El Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, fue el invitado especial del primer Foro en Defensa del Proyecto Nacional y Popular, que contó con más de 250 militantes.