Unidad para ganar? Unidad para gobernar?

"La unidad nos da la fuerza, la solidaridad la cohesión." JDP
Los números de la economía argentina son catastróficos, luego de casi tres años y medio de la gestión del macrismo.

Impericia, mala praxis, soberbia ideológica, prejuicios de clase y sobre todo un núcleo en el centro del Pro, básicamente corrupto, que privilegia los negocios de un grupo por sobre el interés general. Solo así puede explicarse los desaciertos de este gobierno; no gestionan,  hacen negocios para sí y los amigos. Representan una parte de la burguesía parasitaria que ha saqueado a la Argentina desde siempre. 

También, como siempre, se han asociado a los intereses del FMI y del imperialismo yanky, alienándose a las políticas internacionales de Trump, pero también beneficiando a los intereses de la banca anglo yanky.

Los números son elocuentes sobre el deterioro que estas políticas han producido en el tejido social y económico del país. 

Una inflación proyectada para 2019 es del orden del 60 %, tasas del 60/70 % , la deuda externa cercana a los 200 mil millones de dólares, con fuertes vencimientos en 2020, caída de la producción industrial, utilización de la capacidad instalada cercana al 60 %, y en algunas actividades como la textil, en el 50 %,  una economía en recesión crónica, pérdida del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, precios y servicios dolarizados, destrucción de la pequeña y mediana empresa, aumento del desempleo y el trabajo precario, retroceso en materia de soberanía energética, científica y tecnológica.

La deuda externa generada y la fuga masiva de capitales de estos años son una hipoteca para las generaciones futuras y una bomba de tiempo para el futuro gobierno. 

El daño en el tejido social por estas políticas es tremendo, tarifas y alimentos dolarizados son un coctel mortífero sobre los consumos populares.

Una desocupación cercana al 11 %, y por ende pobreza e indigencia en aumento, que carga su mayor peso sobre los niños y los jóvenes. Al efecto la pobreza infantil creció en un 11,2 %.  Según el observatorio de la UCA, el 30 % de niños no logran cubrir las necesidades alimenticias básicas y un 13 %  sufre la experiencia del hambre. 

Ambas cifras muestran el estado de crisis social imperante a que nos ha llevado las políticas neoliberales y la urgencia en corregir la situación, ya que los daños en niños y adolescentes con deficiencias alimentarias son  permanentes. 

El fracaso del modelo macrista se refleja en esta situación, un país que puede producir alimentos para 400 millones de personas  no puede alimentar correctamente a un tercio de su población.

El próximo gobierno deberá tomar este tema como prioridad, junto a la creación de empleo y la provisión de medicamentos básicos,  deben ser el eje de las primeras medidas. 

Construir unidad en la diversidad

 La decisión de la ex presidenta CFK de designar a Alberto Fernández como candidato a presidente y reservarse para ella la vice presidencia generó un temblor en todo el mundo político, descolocando al oficialismo y sobre todo a aquellos que buscaban una salida por el medio. 

Dinamitada la “ancha calle del medio”, convertida en un callejón sin salida, Alternativa Federal que nucleaba a varios gobernadores quedo expresada en su mínima expresión, ya que la mayoría de los gobernadores y legisladores del espacio terminaron aliándose con la formula Fernández – Fernández. La sumatoria del espacio massista en estos días le da al Frente de Todos un peso político y electoral mayoritario. 

El  peronismo logró  lo que hace unos meses parecía imposible, la unidad de casi todos los sectores y corrientes internas detrás de la formula FF.

Por el otro lado el oficialismo navega sin rumbo, tratando de retomar la iniciativa. La designación de Miguel Pichetto fue un manotazo de ahogado para ampliar el espacio, sin embargo, a pesar del fuerte apoyo mediático del momento, no mueve el amperímetro electoral y político.  

La experiencia Lavagna navega, con final incierto, entre los restos del naufragio de Alternativa Federal y del Frente Socialista, derrotada en Santa Fe. Por último los partidos de izquierda, a pesar de alianzas, no dejan de ser expresiones muy minoritarias, con peso en movilizaciones y marchas, pero de escaso poder político electoral. Sin vocación de poder, toda su estrategia parece orientada a meter un legislador más o menos.

En este escenario el “Frente de Todos” sigue con una construcción de poder que estaría garantizando un triunfo electoral.

Es indudable que esta es una unidad para ganar, pero la pregunta es ¿esta unidad sirve para gobernar?

La experiencia histórica muestra que va a haber fuertes pujas internas y externas. La lucha política e ideológica en el interior del Frente en el gobierno será inevitable. No necesariamente esto es malo en sí mismo, por el contrario puede ser positivo en la construcción de un espacio político y una relación de fuerzas que pueda enfrentar la crisis nacional y poner límites a los factores de poder económico financiero. 

Está claro que es  necesario poner todo el esfuerzo en ganar las próximas elecciones, en primera vuelta  y por la mayor amplitud posible. Hay que tener claro que la derecha en el gobierno es una clase social  autoritaria, violenta, sin escrúpulos, capaz de cualquier acción mezquina, con el objetivo de mantener el poder y sus privilegios, En ese marco no hay que descartar fraudes y acciones antidemocráticas. Tampoco el boicot permanente al futuro gobierno, el “círculo rojo”, núcleo del poder detrás de Cambiemos ha ido consolidando sus posiciones de poder  no solo en el plano económico, sino también en los planos mediáticos, judiciales, fuerzas de seguridad, etc.

Estamos  enfrentando una vez más a un poder muy fuerte, que asociado al FMI, el Departamento de Estado y la CIA, siempre presentes en los escenarios políticos latinoamericanos, pueden condicionar al futuro gobierno popular.

En ese marco es factible la construcción de un nuevo pacto social, o un nuevo pacto de convivencia,  tal como los plantea CFK. Sin embargo, como lo muestra la experiencia del pacto social de 1973, si bien en condiciones políticas diferentes, hay y habrá grupos de poder que sabotearan todo el proceso.  

Para que el Frente de Todos  se constituya en una fuerza política sólida, que pueda enfrentar a los factores de poder, internos y externos, es necesario fomentar la participación de todos los sectores y espacios, ampliar el debate y la discusión ideológica, ampliar la base de sustentación construyendo  poder popular, sumar espacios por fuera de la política orgánica, por ejemplo de la cultura, sociales, estudiantiles, barriales, empresarios, etc. 

En síntesis es necesaria la construcción de un movimiento nacional de  liberación, tan caro a la tradición de las luchas populares argentinas. 

Es además imprescindible la construcción de una mística y una ética  política y social que de soporte al proyecto político. 

Como sostenía Perón, es fundamental la unidad en la acción y en la acción construir solidaridad y organización. 


Antonio Muñiz

20 de junio de 2019

Una burguesía fallida


Argentina a partir de 1930 y sobre todo luego de la post guerra inicia un proceso de industrialización basado en el modelo de sustitución de importaciones.
A partir de 1946, bajo el gobierno de JDP  y acompañando este modelo económico se instala un fuerte desarrollo del estado de bienestar, mejorando la calidad de vida de la población, a través de una legislación del trabajo, aumento de la participación de los trabajadores en la distribución del ingreso, vacaciones pagas, aguinaldo, convenios y paritarias, planes de vivienda, etc, que van conformando una clase media pujante, pero también una sociedad integrada e igualitaria.
Hubo una clara estrategia de ampliar el mercado interno, con pleno empleo y salarios altos. También el Estado tuvo un rol central, se nacionalizaron las empresas de servicios públicos, todas ellas en manos de capitales ingleses, trenes, agua, energía, transportes, comunicaciones, etc.


Los gobiernos de JDP, si bien tuvieron crisis  económicas en 1950 y más grave 1952, salió de ellas indemne de ellas y con gran apoyo popular.
Hacia 1955, colisiones y conflictos con la oposición y sobre todo con la iglesia, que había sido uno de sus principales sostenes en la primera etapa, llevaron a un clima de violencia opositora creciente. El bombardeo a la Plaza de Mayo, por parte de la aviación naval, que dejo cientos de muertos y heridos de civiles, o la colocación de bombas en las estaciones de subterráneos en horas pico, iniciaron un proceso destituyente, que termina con un golpe militar y el derrocamiento del gobierno. Se inicia a partir de allí un ciclo de alta violencia e inestabilidad política. La proscripción del peronismo y la persecución de sus dirigentes genero una alternancia de gobiernos civiles y militares débiles, por su escasa aprobación popular.
Es necesario precisar que durante el periodo 1946/1974 la economía  crecía a tasas altas y los salarios no tuvieron una gran caída, pesar de la alternancia de gobiernos y la proscripción del peronismo.  En el periodo 64/74 el crecimiento del PBI fue del 5% anual y un 7% en el sector industrial.
Si analizamos todo el periodo 1946/1973, desde el punto de vista económico, el balance de este período de industrialización de más de 40 años fue, sin embargo, positivo. Entre 1949 y 1974 el PBI argentino creció un 127% y su PBI industrial un 232% mientras el PBI per cápita aumentó un 42%. Por otra parte, el nivel de endeudamiento externo era bajo, la desocupación no pasaba del 6% en promedio y la participación de los asalariados en el Ingreso Nacional se mantuvo en promedio por sobre el 40%.
Sin embargo la proscripción y persecución del peronismo hizo que sectores populares fueran radicalizándose hacia posiciones más de izquierda y métodos de violencia. También la revolución cubana, las teorías guevaristas del foco guerrillero, las luchas de los pueblos africanos y asiáticos por romper las cadenas del imperialismo, con eje en la lucha y la victoria de las fuerzas populares en Viet Nam contra el ejército de EEUU, el Concilio Vaticano Segundo y su acercamiento de la Iglesia con los “pobres”. También Europa tuvo en esa década grandes marchas y movilizaciones populares, como el Mayo Francés, que fueron dando a la época un aura revolucionaria y en algunos casos violenta
En este período de industrialización, no se vuelve a caer en el fuerte endeudamiento externo de la etapa agroexportadora, pero sí en repetidas crisis de la balanza de pagos, los conocidos ciclos de stop-go, (pare y arranque). En los periodos de auge aumentaban  requerimientos de importaciones de materias primas, bienes intermedios y equipamiento que requería  propio proceso de industrialización pero que se contrapone del ingreso de divisas por parte de las exportaciones agropecuarias. A su vez estas bajaban porque aumentaba el consumo interno, debido al mayor empleo y mejores salarios.
Todo esto se traducía en crisis del sector externo, procesos inflacionarios y políticas monetarias restrictivas, devaluación, aumento de los precios, disminución de la actividad económica, menores importaciones y aumento de las exportaciones, hasta que el ciclo comenzará a crecer nuevamente.
Si bien en el proceso de sustitución de importaciones se comenzó con el desarrollo de las industrias livianas, se fue avanzando en la instalación de  industrias básicas y el ingreso de inversiones extranjeras en áreas como energía,  automotriz,  etc.
Como decíamos más arriba el conflicto no era económico, sino político. Una alta inestabilidad política marcó el periodo 55/73, debido a la proscripción de JDP y de su partido, el Justicialismo, la persecución de muchos de sus dirigentes  políticos y gremiales. A fines de los sesenta, bajo el gobierno militar de Ongania, el país vivía en una atmosfera de autoritarismo, cerrazón cultural, censura, etc, producto de un gobierno de tinte reaccionario, alineado  con los sectores más conservadores de la iglesia. Esta falta de libertades democráticas, la oscuridad que vivía el país, producto de las políticas represivas, fueron generando un creciente malestar en los sectores obreros y estudiantiles que no tardaron en ganar la calle. Se produjeron manifestaciones masivas, que fueron violentamente  reprimidas.    
Las jornadas  de aquellas manifestaciones, conocidas como “el Cordobazo”, el  “rosariazo”, el “vivorazo”, y otras muchas a lo largo y ancho de la república, pusieron en jaque el gobierno de Ongania, que un año después fue separado del cargo presidencial en un auto golpe de la junta militar.
Estas jornadas de protesta que sorprendieron al gobierno ya que mostraron la bronca subterránea de una sociedad en crisis. Como ejemplo un fenómeno novedoso, por lo menos para la política argentina fue la alianza en la calle del movimiento obrero y el estudiantil, que significaba la alianza de la clase obrera con sectores de la clase media y la pequeña burguesía, además otro hecho es que las movilizaciones fueron llevadas adelante por los obreros mejor pagos del país, como era los cordobeses de sindicatos como Smata o Luz y Fuerza.
De allí en más la violencia política fue creciendo, aparecen organizaciones armadas que plantean la guerrilla urbana, como Montoneros (de origen nacionalista peronista) y el ERP (marxista guevarista) más otras organizaciones menores.
Tal vez el hecho más notorio fue el secuestro y muerte de Aramburu, en mayo del setenta, a manos de un comando de la organización Montoneros.
Huelgas obreras, movilizaciones y la violencia armada de las organizaciones guerrilleras generaron un clima de tensión e inestabilidad política. La consigna de las distintas organizaciones peronistas, sobre todo la Juventud Peronista era el “luche y vuelve”. Se pedía el regreso del Gral. Perón a la Patria luego de 18 años de proscripción.
Como estaba claro los militares habían perdido el poder y la única salida era autorizar el regreso del General y  autorizar su candidatura. En todos los sectores de la sociedad se tenía claro que el único que podía encauzar la situación era Perón.
Perón vuelve a la Argentina, pero el candidato fue Héctor J. Campora, un hombre de su extrema confianza. El  11 de marzo de 1973 es electa la formula Héctor Campora – Solano Lima para presidente y vice de la Nación.
Durante el tercer gobierno peronista, entre mayo de 1973 y octubre de 1974, se pretendió  alentar nuevamente una política económica industrialista, en pos del pleno empleo y la redistribución de ingresos a través del llamado Pacto Social y el  Plan Trienal, bajo la conducción del ministro de Economía, José Ber Gelbard.
El Plan Trienal era un programa que estimulaba el desarrollo de la industria  de  capital privado nacional en detrimento del capital extranjero.
En segunda medida también afectaba los intereses de la burguesía agropecuaria tradicional. Esa política necesitaba de un acuerdo social porque exigía un proceso de acumulación que le permitiera a la burguesía argentina conquistar el predominio en la estructura económica, pero también requería reducir el conflicto gremial, muy intenso en esos años, asociando a este proyecto a la clase obrera, a través de las organizaciones gremiales de origen peronistas y también requería de salarios “altos” afín de mantener el mercado interno fuerte y el consumo como motor. Esto hace que el salario tenga un fuerte aumento al iniciar el proceso, salarios que  mantuvieron un alto poder adquisitivo hasta el rodrigazo (1975).

Auge y caída.



El período comprendido desde mayo de 1973 hasta la muerte de Perón, constituye una unidad en la filosofía de la política económica que tuvo distinta vertientes ideológicas, pero esencialmente respondía a un objetivo estratégico que siempre sustentó Perón, la  industrialización del país, para lo cual requería el desarrollo de una burguesía nacional y de un movimiento sindical fuerte,
Los tres ejes del  Pacto Social eran:
1) El Estado
2) La Confederación General del Trabajo (CGT).
3) La Confederación General Económica (CGE).
Ya Perón en su primera presidencia había impulsado la creación de la Confederación General Económica, representativa del empresariado nacional constituido en gran parte por pequeñas y medianas empresas. Y desde ese momento, proviene la relación con Gelbard, quien es el que más trabajó para cohesionar un proyecto de empresarios nacionales. El Estado, según Perón tiene la función de mediador y/o articulador entre el capital y el trabajo.
La inflación estaba fuertemente descontrolada durante los últimos años de la dictadura. En consecuencia, era objetivo prioritario de política económica la estabilidad monetaria. Para ello se genera, primero un aumento salarial, e inmediatamente se retrotraen los precios a niveles previos, y se congelan precios y salarios. Con ello, como decíamos más arriba,  se produce una notable redistribución del ingreso a favor de los trabajadores.
Un objetivo central era el aumento de la demanda agregada y en ella eran las exportaciones y, en particular, las no tradicionales o industriales. Se abrieron y profundizaron mercados nuevos, como los del Este Europeo, Cuba, URSS, países del tercer mundo, etc.
Otro objetivo general era lograr justicia social y crecimiento económico con integración territorial y social.
Se planificó completar el proceso de industrialización a través del desarrollo económico, la industria pesada, el desarrollo tecnológico, la ampliación de mercados internacionales, la integración del territorio nacional, en un marco de pleno empleo y justicia social, con plena independencia económica.
El primer paquete de leyes que se aplicó consistía entre otras en:
·        Establecimiento de precios máximos para determinados bienes,
·        Nacionalización del crédito, orientado hacia las pequeñas y medianas empresas
·        Renacionalización de bancos.
·        Reforma de la ley de entidades financieras
·        Crédito Social para la vivienda, consumo personal, comunitario y tarjeta social.
·        Reforma de la Bolsa de Valores.
·        Participación sindical y empresarial en los Directorios de los Bancos Oficiales.
·        Ley de Seguros.
·        Reforma tributaria.
·        Creación de la Corporaci6n de Empresas Nacionales.
·        Ley de impuesto a la renta normal potencial de la tierra
·        Ley de tierras aptas para la explotación
·        Programa de vivienda rural.
·        Reforma de la Junta Nacional de Granos
·        Ley de defensa del trabajo y la producción industrial  
·        Ley de promoción industrial.
·        -Ley de promoción minera.
·        -Ley de inversiones extranjeras.
·        -Plan eléctrico política de sustitución de importaciones.
·        Plan de transporte.
·        -Plan siderúrgico.
·        Plan Naval.
·        -Plan celulosa y papel
·        -Corporación de la pequeña y mediana empresa.
·        Empresa Nacional de Mercados Mayoristas
·        Nacionalización de las exportaciones de granos y carnes.
·        Ley de Compre Nacional.
·        -Ley de Inversiones Extranjeras.
·        -Ley de transferencia de tecnología.
·        Promoción de exportaciones no tradicionales.
·        Control de Cambios.

Sin embargo, luego de cierto éxito inicial sobrevino una situación crítica, a una situación internacional de bonanza para los intereses argentinos hasta fines 1973, sobrevino la crisis del petróleo, con un muy fuerte aumento del mismo,  caída de los términos de intercambio, proteccionismo europeo, proteccionismo de los países centrales, alza de precios internacionales que presionaron los precios internos que se hallaban congelados, etc.
Esta situación externa, más los conflictos y  violencia política interna, pusieron en jaque al proceso.
Hubo además dos hechos que pusieron límites al programa, uno el asesinato de José Ignacio Rucci, secretario general de la CGT, principal apoyo del pacto y hombre de confianza del Gral. Perón a horas de que este asumiera la Presidencia; la muerte de Perón el 1 de julio de 1974, que desató luchas internas dentro del gobierno y aumentó la violencia política.
En los meses siguiente, Gelbard, debilitado intenta continuar con el programa fijado, sin embargo sectores empresarios transnacionalizados, la burguesía agropecuaria y aun sectores de la burguesía “nacional” ligados a intereses internacionales, comienzan una tarea de saboteo contra los precios máximos, mediante aumento de precios, desabastecimiento de productos, agio, etc, generando situaciones de inflación e irritabilidad social.
Ya Perón en su último discurso el 12 de junio de 1974 en la Plaza de Mayo denuncia el accionar de los grupos  empresarios que  entorpecían el desarrollo del programa.
El programa de Gelbard fue acosado y saboteado tanto de parte de la dirigencia empresaria, sectores del peronismo que rodeaban a Isabel Perón, llegando al extremo de pintadas contra el con amenazas de muerte y calificándolo de judío Marxista, solo y sin apoyos, se ve en la necesidad de renunciar.
Luego de un breve paso por el Ministerio de Economía por parte de Alfredo Gómez Morales es nombrado Celestino Rodrigo a cargo del ministerio, lo secunda   Ricardo Zim, quien más tarde será vice ministro de Martínez de Hoz durante la dictadura.
El 4 de junio de 1975 el nuevo equipo devaluó el tipo de cambio en un 160%, el dólar pasó a valer de $ 10 a $ 26; duplicó en promedio el precio de las tarifas de servicios públicos y el transporte; aumentó el precio de los combustibles en un 180%; y a cambio concedió un aumento salarial del orden del 45%.
La rápida respuesta de los sectores gremiales, liderados por los dirigentes peronistas, como Lorenzo Miguel, puso rápido fin a la experiencia neoliberal orquestada por los sectores del empresariado concentrado y monopólico. Celestino Rodrigo debe renunciar y López Rega, debe exiliarse en España.  
Los meses siguientes fueron una sucesión de ministros de economía, pero la situación política y económica era cada vez más difícil. Un gobierno autista, jaqueado por la violencia de derecha e izquierda, con poderosos grupos económicos saboteando cualquiera fuera el programa instrumentado, la acción pro golpe planificada de EEUU, a través de la CIA y el Departamento de Estado, un aumento en la conflictividad gremial dado el deterioro del poder adquisitivo de los salarios y las condiciones laborales, etc. Esta conflictividad gremial alertó  a la burguesía que veía con temor el crecimiento del fenómeno, que muchas veces sobre pasaba a la misma dirigencia obrera. Comenzaron las campañas denunciado el peligro de  la “guerrillas fabriles”,  el desgobierno, la corrupción, etc, hasta el “anunciado golpe” en marzo de 1976.

El Rodrigazo fue la prueba piloto del camino de valorización financiera del capital que se refleja en la dolarización de la cultura argentina. Desde entonces, la huida hacia esa divisa destruye la capacidad de ahorro en moneda local, lo que fue abonado porque se liberó la tasa de interés para los depósitos y los créditos de la banca privada y se ajustó la tasa de los bancos oficiales, creando incluso títulos públicos alternativos al dólar como los VANA (Valores Nacionales Ajustables) que se ajustaban por inflación y llegaron a pagar tasas del 100% anual.
La corrida hacía el dólar transformó el mercado de cambio local, hasta llevar  a la  divisa , en marzo de 1976, al precio más alto del que se hubiera tenido registro hasta ese entonces. La sub facturación de exportaciones y la sobre facturación de importaciones posibilitó la fuga de capitales a gran escala, reduciendo la inversión y generando déficit comercial.
La movilización sindical acaba con López Rega y Rodrigo, pero las relaciones de fuerza ya son otras.

Quedó claro que la imposición de un programa de ajuste solo podría hacerse bajo una dictadura militar y con fuerte represión, sobre todo sobre los sectores obreros. Lo cual ocurrió, el accionar represivo más fuerte fue sobre las comisiones obreras internas y la mayor parte de los detenidos desaparecidos eran de origen sindical.

 El Rodrigazo abortó el modelo sustitutivo de importaciones, no porque estuviera agotado, sino por la decisión de la gran burguesía argentina de acoplarse al mundo a través de un modelo de acumulación basada en lo rentístico financiero. Esto transformó el comportamiento económico y social del país, como prolegómeno necesario al golpe de Estado de 1976. Este escenario de predominio de la especulación sobre la producción  potenció la concentración del capital, el endeudamiento externo, el desmantelamiento del tejido industrial, desocupación, indigencia y un alto nivel de exclusión social.

Como corolario de este proceso puede decirse que hubo una decisión estratégica de la gran burguesía de  montarse en la nueva ola del capitalismo, el modelo rentístico financiero y las ideas monetaristas de Milton Friedman. Es decir pasar de un modelo industrialista basado en la producción y el trabajo a un modelo de acumulación basado en la especulación financiera.
Para esto debió apoyar el golpe militar de 1976, con la represión brutal incluida, para poder imponer el programa económico de Martínez de Hoz, que les garantizaba su inserción en los negocios de la intermediación financiera.
Es indudable que la falta de una burguesía nacional industrialista fue la limitante general a todo este proceso y la razón última del fracaso de los varios intentos por profundizar  y completar el ciclo de la industrialización.
Cualquier intento futuro de reconstruir una argentina basada en el desarrollo industrial, deberá tener claro que el sujeto histórico que debería liderar este proceso es una “burguesía fallida”, que no tiene  vocación ni conciencia de sus intereses de clase.


Antonio  Muñiz
10 de junio de 2019

El Estado: motor del desarrollo.



América Latina está transitando un periodo de resurgimiento del modelo neoliberal, luego de más de una década de aplicación, con bastante éxito, de un modelo “populista”. Este modelo, con  matices, se aplicó en gran parte de Latinoamérica con el eje Buenos Aires - Brasilia- Caracas, pero que sumó  a la mayoría de los países de la región. La muerte de Chávez y Kirchner, golpes palaciegos en Paraguay y Brasil, y la fuerte injerencia del DE norteamericano en la región, hicieron que este proceso se detuviera y debilitada, lo que permitió el avance de fuerzas de derecha neoliberal asociada a los intereses del imperialismo, con políticas alineadas con el consenso de Washington. 
Sin embargo estas políticas neoliberales han mostrado nuevamente su ineficacia para resolver los problemas de la región. Por el contrario estas políticas agudizan la problemática social y económica, generando una sociedad desigual, con bolsones de pobreza y desigualdad alarmantes. Esta incapacidad que tiene el neoliberalismo de articular un modelo de desarrollo integrador está poniendo en jaque su viabilidad y preanuncia el regreso de políticas contrarias. El fracaso manifiesto del macrismo en Argentina, la crisis política en Brasil, la situación mundial y la criticas al modelo de acumulación rentístico financiero a nivel mundial, etc., son el preanuncio de una nueva oleada de gobiernos populares
El modelo de la post guerra
A partir de la segunda guerra mundial y sobre todo en las siguientes dos décadas, 50 y 60 América Latina mostró un modelo de industrialización  basado en la sustitución de importaciones, mercado interno, fuerte injerencia del Estado en la economía, construcción del estado de bienestar, etc.
Es indudable que el modelo no fue único en todos los países, ha habido matices importante entre ellos. Sin embargo también tiene cosas en común por lo q podemos considerar a todos como parte de un mismo proceso. Un modelo de crecimiento “hacia dentro”.
Este procesos se inició como consecuencias de la gran depresión del 29, la crisis prolongada, la políticas del New real, primero y la segunda guerra mundial y de la posterior etapa de reconstrucción Europa. Estas políticas y esta realidad mundial nuestro países recorrieron la década en busca de la autarquía, cerrados sobre sí mismos. Ahora bien, el desarrollo estuvo orientado "hacia adentro" por la vía de la sustitución de las importaciones, o sea fabricar en el país lo que antes se importaba, utilizando para ello una estructura de aranceles altos, trabando la importación, cerrando la economía a los movimientos financieros, desarrollando un mercado interno, salarios altos y buscando la plena ocupación. Todo este  periodo de vio complicado por constantes golpes militares, siempre auspiciados por EEUU, que miraba con desconfianza estas políticas populares y en general, por lo menos en lo discursivo anti imperialista. Esta inestabilidad política no fue factor de corrimiento del modelo de ISI, si bien en muchos casos si de hacer más lento el proceso.
El proceso de ISI mantuvo su vigencia hasta mediados de la década del 70, cuando la crisis del petróleo genero un cambio de ciclo en la economía y la política mundial.
 A pesar de la crítica neo liberal al periodo la tasa de crecimiento de la mayoría de los países fue alta, alcanzando cifras macroeconómicas que no volvieron a repetirse en la región hasta varias décadas después, Fuerte crecimiento del PBI, salarios en alza, mejoramiento en las condiciones sociales y laborales de amplios sectores, crecimiento de una clase media, etc.
Se constituyó el estado de bienestar, buscando sistemas educativos, de salud, previsionales, laborales etc., de fuerte impacto en la calidad de vida de la población, financiadas en gran parte por recursos estatales
El modelo de industrialización basado en la sustitución de importaciones, permitió grandes logros durante el período 1930/75. Entre los primeros se puede mencionar una elevada tasa de crecimiento económico, el desarrollo de una clase media y un sector obrero con altos salarios, con bajos niveles de indigencia y pobreza y con tasas de desocupación mínimas. En síntesis una sociedad homogénea e integrada.
Tal vez como restricción podemos mencionar que no se avanzó en la integración con el resto de Latinoamérica, con el objetivo de tener un mercado común más grande que permitiera una mayor escala de producción.
Falto una estrategia para aumentar la inversión interna y externa que se orientó sobre todo hacia aquellas áreas de mayor ventaja comparativa, usualmente hacia los recursos naturales, cobre en Chile, o petróleo y ganadería en Argentina. Pero que no permitieron aumentar mayores puestos de empleo o el desarrollo científico tecnológico y siguieron contribuyendo a una economía desequilibrada.
Hacia mediados de los setenta comienzan a aparecer luces amarillas de peligro en el proceso, inflación, déficit fiscales, estancamiento en algunas áreas, ineficiencia en muchas empresas estatales, etc.  Pero todas ellas eran corregibles en el marco de un proceso general exitoso.
Sin embargo la ola de golpes militares que fueron sucediéndose en la región, Brasil,  desde el año 64, Perú, Bolivia, Uruguay, Chile y Argentina, que fueron derrocando regímenes democráticos, tuvieron como corolario el fin del proceso de sustitución de importaciones, de cualquier proyecto popular democrático, o de cualquier modelo que aspirara a la autarquía.
El nuevo orden mundial, el consenso de Washington.
Es indudable que los golpes militares apoyados por EEUU tuvieron un claro objetivo: alinear a los países de la región bajo la órbita de las políticas Norteamérica, desmantelar cualquier proyecto medianamente nacionalista reformista en esos países, destruir cualquier intento de industrialización independiente y someter a las clases obreras y medias, altamente politizadas en la época y aplicar aquellas medidas aconsejadas por el consenso de Washington, de liberar los mercados al comercio y a los flujos financieros. De mas esta decir que detrás de esta apertura estaba el fin del proceso de industrialización, y no solo eso la apertura de importaciones, y el quite de barreras aduaneras hizo que muchos sectores industriales entraran en crisis finales al no poder competir con la producción extranjera, textiles, calzados, cuero, juguetes, electrodomésticos, etc.
Al final del proceso Argentina, por ejemplo según Aldo Ferrer  “Bajo la conducción liberal monetarista”, “la Argentina pasó de ser un país en proceso de desarrollo a otro en proceso de subdesarrollo”. (1982)

Está claro que todo ese proceso buscaba desmontar toda la industria nacional, ir hacia una Argentina pre industrial, pre peronista. Corregir y borrar esa aberración histórica que fue el peronismo para esa oligarquía neoliberal.
Esta situación se da en toda Latinoamérica. Por supuesto que con matices dados por la estructura productiva de cada país.
El caso argentino tal vez fue el más catastrófico, pero Ecuador y México mostraron números de caída significativas en su capacidad instalada. Brasil se salvó de estas políticas en esa década, ya los militares en el gobierno y la burguesía paulista no acompañaron ese proceso. Chile, que fue el experimento de la escuela monetarista de Chicago, con Milton Friedman, sufrió un proceso “exitoso”, pero  no contaba con un aparato industrial importante, que su principal producción era el cobre que siguió siendo estatal, y desarrollo sectores fruti hortícolas para la exportación, primarizando su economía. Con el agravante que sufría una dictadura militar durante 17 años, y que fue la que aplicó este modelo monetarista, con una fuerte represión, torturas, exilios y muertes. Tal como aconteció en toda Latinoamérica, siendo tal vez Argentina donde esta represión se ejerció con mayor saña, tal vez porque Argentina contaba en ese entonces con una clase obrera altamente politizada, numerosa y movilizada.
Los resultados:
Es evidente que el modelo de reformas neo liberales aplicadas en la mayoría de los países latinoamericano durante la décadas del 80 y 90 difieren de país en país, sin embargo hay algunas coincidencias claras y sobre en los resultados de este proceso.
En primer lugar, se promueve un principio de Estado mínimo y de Estado subsidiario. Se asume que mientras menos Estado ello será económicamente mejor para la sociedad. En principio se cuestiona al estado empresario, el estado dueño de las empresas de servicios públicos  (trenes, energía, agua, etc.), con el argumento de la ineficiencia de este y los déficit presupuestarios que deja la gestión estatal de esta empresas. En la mayoría de los casos se avanzó en la privatización de estas empresas. En general el resultado fue mayores tarifas por los servicios, que no siempre fue acompañada por mejores servicios y mayor inversión. En muchos casos luego de décadas de gestión privada se volvió a la gestión estatal.
Pero esta lógica de estado mínimo fue llevado a todos los órdenes, así la educación, la salud, la previsión social, fueron primero objeto de desinversión por parte del estado y luego en muchos casos traspasados servicios a la gestión privada, con una lógica de libre mercado.
Los éxitos de estas políticas han sido escasos, y en general han aumentado la desigualdad social, porque han producido una trasferencia de recursos de los sectores populares y medios hacia los grupos financieros concentrados, que se ha hecho dueños de esos servicios y por el otro lado al primar una lógica de oferta y demanda sectores populares no pueden acceder a esos servicios o bienes o bien tienen que conformase con los de menos calidad.
Un segundo eje fue la desregulación de la economía y la producción de bienes y servicios, así como el libre comercio, acompañado por una disminución de aranceles de importación. El caso chileno por ejemplo se pasó de un arancel de 100% a 10% en cuatro años. O el caso argentino donde además se dejó caer el valor del dólar, mediante una “tablita cambiaria”, por lo cual el dólar toco un piso que hacia barato cualquier producto importado. Fue el tiempo del turismo argentino en Miami y el “dame dos”. Por supuesto que estas políticas hicieron estragos en todos los estamentos industriales, que se habían desarrollado en la etapa anterior. El proceso de desindustrialización se aceleró, con su secuela de cierres de plantas, desocupación y por ende pobreza. Toda la economía latino americana se reprimarizó.
También se liberó el mercado cambiario y se permitió la libre circulación de capitales.
El ingreso de capitales especulativos  estas economías atraídos por las facilidades de movimiento y en general superiores tasas de interés, hacen que estas economías entran en periodos de crisis permanente dada que a cualquier atisbo o inquietud en los mercados hacen que estos capitales regresen a los países centrales  dejando un gran déficit en la balanza de pagos que deriva en problemas cambiarios y en profundas crisis económicas.
El objetivo u obsesión de las políticas neoliberales es la búsqueda de equilibrar los mercados, buscando una inflación baja y controlada. Este objetivo se busca por la vía teorías monetaristas, de reducir el déficit fiscal, y de manejar una balanza de pagos estable. Ello requiere reducir gastos públicos, "achicar" el Estado, y promover una política monetaria restrictiva. En general puede decirse que esta políticas de ajuste han fracasado, no solo porque no alcanzaron el objetivo de bajar la inflación, sino además que esta tuvo picos mucho más altos que en la etapa anterior, alcanzado picos hiperinflacionarios en muchos países, Brasil, Argentina, Ecuador, etc. Además de agudizar todos los problemas macroeconómicos, empeorar la situación socio económica de gran parte de la población y construyendo sociedades más desiguales.
Las consecuencias:
Una conclusión es que el modelo neo liberal que se ha aplicado en Latinoamérica no ha derivado en general en más crecimiento, en más inversión o en mayor estabilidad, más empleo, más inclusión social, etc.,  Por el contrario el modelo presenta niveles macro económicos, pero también sociales preocupantes, con un aumento de la pobreza y la indigencia alarmantes. Hoy Latinoamérica reina la pobreza, la marginalidad frente a un sector minoritario que concentra la mayor parte de la riqueza. El narcotráfico se ha convertido en la principal actividad económica de algunos países, siendo la “salida laboral” para muchos sectores juveniles populares. Méjico es tal vez el ejemplo más claro de estas políticas, que los han llevado a ser un narco estado, un estado fallido, donde gobierno el crimen organizado, sobre todo en los estados del norte que limitan con EEUU. El número de muertos anualmente en la pelea por los territorios y los mercados de la droga alcanza decenas de miles. Lo mismo, en menor medida, pasa en otros países. La prensa concentrada no da cuenta de estas situaciones pero la realidad es más fuerte.
No solo el modelo no ha dado respuesta en lo económico, han construido sociedades duales, desiguales, con grandes déficit, tanto en salud, educación, viviendas, seguridad, acceso a las mínimas condiciones dignas e vida.
Esta realidad muestra un escenario de creciente conflicto social y político, con represión incluida, pérdida de calidad institucional y libertades democráticas.
Hacia un nuevo modelo de desarrollo:
El neo liberalismo está en franco retroceso en el mundo. Luego de la crisis del 2008/9 de la Lemont Brother el capitalismo no ha podido salir de su crisis.
EEUU, con el triunfo de Donald Trump puso en cuestión, no ya el neoliberalismo pero si la lógica libre cambista que marco la globalización en los últimos 20/30 años. El proteccionismo yanqui en defensa de sus industrias y sobre todo el trabajo de los norteamericanos ha mostrado hasta ahora, signos positivos, por los menos en cuanto a números macroeconómicos internos. En cuanto a otras políticas como la exterior Trump muestra lo peor del imperialismo yanqui.
El mundo unipolar que caracterizo todos estos años donde primo la globalización neo liberal ya llegado a su fin.
Otras potencias cuestionan ese liderazgo. China, sobre todo está enfrascado en una guerra comercial con EEUU, por el liderazgo económico, político y también militar. Es probable que vayamos hacia un mundo multipolar, con el resurgimiento de Rusia, como gran potencia, India y como ya dijimos China
Cuando se observa cuál ha sido una de las claves del éxito de los países asiáticos, puede verse el rol del Estado mucho más presente, más activo. Un estado que oriente al empresario hacia áreas estratégicas de mayor rentabilidad.
El Estado tiene un papel de agente económico en aquellas áreas claves y estratégicas. Aquellas áreas que tienen que ver con la educación y la formación para el trabajo, con investigación y desarrollo, con poder de policía sobre el mercado, con el simple objetivo de hacer cumplir las leyes y los marcos regulatorios que se han fijado.
La historia nos marca en que en todo proceso de desarrollo exitoso el rol de del estado en fundamental. Un estado orientado a fortalecer los negocios de las pymes, orientar el crédito hacia los sectores productivos que se definan estratégicos.
El desarrollo de un fuerte sistema nacional de ciencia y tecnología estrechamente vinculada con las políticas públicas y con la producción.
La lógica neoliberal nos marca que todo lo del estado es malo y nos conduce a la ineficiencia, que el mercado es el mejor asignador de recursos, sin embargo la experiencia de nuestro países nos muestra que no es así. Sin la presencia activa del estado la economía es regulada por los grandes grupos concentrados en su beneficio y no el del conjunto.
Es necesario reconstruir el estado para sus funciones básicas, educación, salud, seguridad, poder de policía, etc, pero también para ser un socio del empresario local. El estado cuenta con herramientas poderosas para guiar el desarrollo económico y por ende el desarrollo social, construyendo comunidades organizadas e integradas. Algunas de ellas son el compre nacional, usar el poder de compra del estado hacia los sectores pymes, la captación y redirecionamiento del ahorro interno hacia las pymes industriales y hacia aquellas industrias que se definan como objetivos estratégico.
El estado en nuestros países debe tener a su cargo las empresas de servicios públicos, debe regular las tarifas para que sirvan al desarrollo fijado.
El Estado tiene en el desarrollo de la infraestructura de transportes, comunicaciones y energía un papel central para el impulso del desarrollo industrial.
Esta gestión estatal puede llevar en su seno participación privada, pero el control siempre debe ser del estado.
También es necesaria la participación de los trabajadores en la conducción de las empresas estatales, así como la participación de usuarios y consumidores en los directorios. En necesario hacer más transparente y participativa la gestión estatal.
La realidad de nuestros países muestra una burguesía industrial raquítica, sin conciencia de clase, muchas veces asociada a capitales e intereses extranjeros,  sin vocación industrialista, sin vocación de un proyecto de país que lo tenga por protagonista.
En cualquier proyecto de industrialización es fundamental articular a los sectores del trabajo, el estado y el sector empresario, en un  modelo consensuado de desarrollo integrado y auto sustentable. La falta de ese sujeto histórico,  como la burguesía, restringe las posibilidad de un procesos exitoso. Tal vez esta limitación sea una de las explicaciones de los fracasos de experiencias anteriores.
Solo el Estado puede reemplazar a este sujeto e ir creando a partir de políticas activas una nueva burguesía, que arriesgue e invierta  en proyectos productivos. Es necesario volver al rol de un estado empresario que lidere el proyecto de desarrollo.
Un ejemplo exitoso es el caso del INVAP en Rio Negro, Argentina, una empresa de capital estatal, que produce bienes de alta tecnología. Hay otras áreas críticas, sobre todo en aquellas donde prima la ciencia, la tecnología y la innovación que requieren de una inversión importante que los privados no siempre están dispuestas a aportar.

Junio 2019
Antonio Muñiz

Foro en defensa del Proyecto Nacional y Popular

El Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, fue el invitado especial del primer Foro en Defensa del Proyecto Nacional y Popular, que contó con más de 250 militantes.