“Después de 40 años de neoliberalismo en Estados Unidos
y otras economías avanzadas, sabemos que no funciona. El experimento
neoliberal… ha sido un fracaso espectacular”. Joseph Stiglitz
El fenómeno de la
globalización en sus vertientes económica, social y cultural y tecnológicas,
han estado produciendo un quiebre difícil de mensurar porque está en pleno
desarrollo. Está cambiando, no sin conflictos, la sociedad actual de nuestros
países y a sus habitantes. Este quiebre de los viejos paradigmas genera
incertidumbres y una desorientación generalizada en las elites dirigentes.
Son tiempos de
incertidumbres, donde todo lo solido se desvanece en el aire.
1.
Usualmente el concepto de globalización se lo utiliza
como sinónimo de capitalismo neoliberal, doctrina política y económica
hegemónica en el mundo, Sin embargo es conveniente distinguir otras significaciones.
Una es la
globalización técnica, basada en la expansión de las tecnologías de la información
y la comunicación (TICs).
Por otro lado, la
globalización en su sentido amplio, es un fenómeno cultural, social y político
ya que la expansión de las “tics” modificó comportamientos políticos, actitudes
sociales y culturales a nivel global.
Por último, la
globalización económica, que es, sin duda, una arista esencial del fenómeno
total. Ella ha tenido como instrumento fundamental en su despliegue a las
empresas multinacionales, junto con la banca internacional y los tres gendarmes
globales: el FMI, el Banco Mundial y la Organización mundial del comercio y
como base teórica las ideas monetaristas de Milton Friedman y la Escuela de
Chicago, con su lógica de acumulación capitalista basada en la
especulación rentística financiera a
nivel global,
Por supuesto que las tres aristas, el tecnológico, el económico y el cultural se
retroalimentan.
Los tres están
entroncados con fenómenos políticos, sociales y tecnológicos y, desde ahí,
impactan al hombre común.
Las formas de
producir y consumir se han visto profundamente afectadas por la emergencia de
un nuevo paradigma que se caracteriza por la
maximizar la acumulación de la renta, utilizando todos los recursos y
sobrexplotándolos, tanto los naturales como los recursos humanos. Así las
empresas multinacionales se expanden y se instalan en diferentes zonas
geográficas con el objeto de bajar sus costos. Han aprovechado este proceso
para trasladar su producción a regiones donde la mano de obra es más barata,
las condiciones laborales son pésimas y en donde en general no existen normas
de protección ambiental Así se produce en determinados lugares del tercer mundo
pero los productos se consumen en los países centrales.
El otro hecho central
es la prevalencia de financierización
del capital. Los cambios tecnológicos han permitido que los mercados
financieros estén en movimiento las 24 horas del día, con una vorágine
especulativa que carece de límites y normas regulatorias.
La prevalencia de la lógica
usuraria, porque no es más que eso, destruye la economía real de los países,
sobre todo los periféricos. Es un
capitalismo «depredador» parasitario sobre el capitalismo «productivo», gracias
a lo cual el 1% de la población mundial se ha apoderado de las rentas globales,
por encima del 99% restante.
Un ejemplo notorio,
citado por Mariana Mazzucato, es la situación de EEUU durante las últimas
décadas:
«Entre 1975 y
2017 el producto interno bruto (PIB) real de Estados Unidos se triplicó: pasó
de 5,49 a 17,29 billones de dólares. Durante ese periodo la productividad
creció alrededor del 60%; sin embargo, desde 1979 los sueldos por hora reales
de la gran mayoría de los trabajadores estadounidenses se han estancado o
reducido. En otras palabras, durante cerca de cuatro décadas una pequeña élite
se ha apoderado de casi todas las ganancias de una economía en expansión.”
En términos generales
podemos afirmar que el factor económico de la globalización genera un agravamiento
de las diferencias entre sociedades más desarrolladas y las menos, ya que no deja de ser una lógica imperial, el
saqueo de los recursos de los países periféricas en beneficio de los países
centrales.
Al interior de las
sociedades sucede algo similar, la
globalización, sobre todo en su aspecto económico excluye a amplios sectores; en
su mayoría por ser simplemente irrelevantes para la economía moderna. Son los
excluidos que quedan fuera del circuito producción – trabajo - consumo y que en
su pauperización van perdiendo derechos, primero económicos y luego políticos,
Va convirtiendo a los excluidos en parias dentro de su propio país. Se
fragmentan las sociedades internamente, mientras alguna minorías tienen el
consumo del primer mundo el resto se va convirtiendo en el cuarto.
Así la configuración
mundial tiende a dejar atrás la estructura de los viejos estados nacionales,
para funcionar en redes. El ejemplo más notorio son la minorías privilegiadas
de los países latinoamericanos que se ven más reflejados por ciudades como
Miami y New York, que con sus propios países, imitan conductas culturales y de
consumo de esos lugares, dejando atrás las pautas de su propio país de origen.
2.
Al mismo tiempo asistimos a un mundo asolado por
guerras de ocupación para apropiarse de los recursos naturales como el
petróleo. Todos los conflictos bélicos en Medio Oriente tienen una sola
explicación, el saqueo del petróleo por
parte de empresas angloyankis que está en subsuelo de esos países. Eso sí, la
agresión y el saqueo se hacen en nombre de la democracia y la libertad de
comercio.
El asesinato del general Irani, Qasem
Soleimani, por parte de misiles disparados por tropas norteamericanas en
territorio de Irak, ha sido un agravio a toda la comunidad mundial y un acto
terrorista por parte de EEUU, que ha despertado el repudio de todos los países,
al mismo tiempo que puede generar una
escalada bélica en toda la región.
Hambrunas en muchos
países de África, al exterminio de poblaciones enteras en Yemen, migraciones
masivas de africanos hacia Europa o de
centro americanos hacia las fronteras con EEUU, asesinatos a mansalva por parte
fuerzas para militares en Latinoamérica, sobre todo en Colombia y Méjico y
podemos seguir enumerando situaciones similares, ante el silencio cómplice de
los medios hegemónicos y los gobiernos centrales.
Vivimos al mismo tiempo un cambio climático, negado por los
intereses corporativos, pero visible ante los ojos profanos de cualquier
habitante del planeta. La lógica extrativista de explotación descontrolada de
los recursos naturales, la desforestación masiva, el fracking minero, la
minería a cielo abierto, la contaminación de ríos y océanos, la polución de
gases a la atmosfera están generando un próximo cataclismo ambiental a partir
del calentamiento global y el derretimiento de los hielos polares. Todo porque
la lógica del capitalismo global es maximizar y concentrar utilidades, sin
importar el hombre o la madre tierra.
A partir de esta
breve descripción del mundo bajo la egida del pensamiento neoliberal y el
fundamentalismo de mercado, que marcó las
políticas y la ideología del desarrollo del capitalismo globalizado en
los últimos cuarenta años, está claro
que estamos en un momento crítico.
3.
La crisis económica y
financiera que sufrió Estados Unidos en 2008, con la caída de la Leman Brother
y luego la Eurozona en 2010 fueron señales claras que la economía globalizada estaba mostrando sus límites. A partir de ahí y hasta nuestros días ha
habido reacciones populares de rechazo a este modelo, Medio Oriente, Europa,
Latinoamérica, el mismo triunfo de Trumps , fue una respuesta del hartazgo del
pueblo norteamericano, etc., siguen
mostrando la cara del malestar social
ante las política constante de saqueo y ajuste permanente de los
sectores populares.
Otra faceta de esta crisis es el enfrentamiento por la
hegemonía mundial entre China y EEUU,
las dos economías más importantes. Este conflicto es tecnológico, comercial,
militar pero sobre todo político, Por ahora se expresa en una guerra comercial
pero el repliegue de EEUU sobre sí mismo, es un signo de su debilidad, pero también
un riesgo para los países
latinoamericanos que una vez más ven avanzar la garras del imperio sobre sus
territorios. EEUU, para bloquear el constante avance de los intereses chinos
sobre la región no duda en volver a la política del garrote y promover golpes
cívico militares para imponer gobiernos afines a sus intereses.
Hay que recordar que
EEUU, Trump y sus antecesores han alentado el fundamentalismo de mercado
practicado por Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Costa Rica, Guatemala, El
Salvador, Honduras y Panamá y atacado sistemáticamente cualquier construcción
diferente, por eso el boicot a Cuba, durante décadas y ahora contra Venezuela y
el golpe contra Evo Morales en Bolivia.
También es dable
decir que Latinoamérica es donde se ven más claramente el fracaso del
neoliberalismo de construir sociedades integradas y sustentables, con un modelo
de desarrollo que funciones a largo
plazo. Por ello el conflicto y la protesta en las calles de Chile, Colombia,
Ecuador o el triunfo del peronismo en Argentina.
4.
En principio podemos
afirmar que el asistimos a los últimos estertores del neoliberalismo, con su
lógica rentística financiera global. Este final no marca necesariamente el
final del capitalismo como algunos gurúes anuncian. No se vislumbra en el
mediano plazo un régimen alternativo viable que pueda reemplazarlo.
Si es necesario
comenzar a pensar una economía basada en la producción, que valorice el trabajo
como generador de riqueza, un modelo que incluya, que sea sustentable en lo humano y proteja el medio ambiente.
Este fracaso del
factor económico de la
globalización no necesariamente marca el
final de este fenómeno. Por el contrario todo parece indicar que estamos, según
todos los especialistas, en la puerta de
una nueva revolución industrial basada en las tecnologías 5G. Vamos hacia una
sociedad global cuya base será la información
y la comunicación, y estas tecnologías seguirán incidiendo en nuestra vida
laboral, cultural y social.
De más está decir que
el fenómeno de la globalización es
complejo, no es neutral, dependerá mucho de cómo la humanidad de respuesta
en las próximas décadas a las amenazas
pero también a las oportunidades que están generando las nuevas tecnologías.
5.
Juan Domingo Perón
afirmaba ya en la década del 60 que el mundo se encaminaba hacia un
universalismo, una comunidad mundial:
“estamos “en la aurora de un nuevo renacimiento” pero “seríamos
ingenuos si confiáramos que resultará un producto espontáneo de la historia del
mundo”.
Es decir, este proceso universalista está en
disputa, pero es inevitable, un “fatalismo histórico” en sus palabras.
Pronostica allí tres
grandes problemas mundiales que ya estamos viviendo: “la sobrepoblación en
relación con las disponibilidades de recursos dominantes, especialmente
alimentos. El agotamiento de recursos naturales no reproducibles y la
preservación del ámbito ecológico”.
Juan Domingo Perón manifestó
siempre que la historia de la humanidad es un largo proceso de integración desde
la tribu primitiva al Estado nación, y desde allí al continentalismo, grandes
bloques de países unidos y luego el paso siguiente al universalismo. En el caso
Argentino planteaba una estrategia que hoy es más necesaria que nunca, la
unidad de los países hispanoamericanos, tanto en lo comercial y económico y
sobre todo político. Desde esa unidad continental negociar con los otros
grandes bloques e ir construyendo la comunidad mundial.
Las amenazas y
acechanzas son muchas pero el mensaje es claro, hay luchar y contribuir para
que “los procesos de integración que habrán de conducir a la futura comunidad mundial”, den respuesta a
las auténticas necesidades de los pueblos. Que los pueblos sean protagonistas y
beneficiarios del proceso de mundialización y no como generalmente ocurre, subordinados
a los intereses imperiales y de los grandes grupos de poder.
Antonio
Muñiz
Enero de
2020
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