Seguimos bancando a K. ¿Hasta cuándo?

mendietaelrenegau@gmail.com
publicado por Artepolitica

De vez en cuando viene bien hacerlo. Sobre todo si uno tiene la costumbre de consumir muchos medios de comunicación electrónicos. Así que vamos a hacer un post redondamente cuasi-semi-algo-masomenos oficialista, ahora que está tan de modo despegarse.
Así que acá abajo un más que breve resumen de por qué, a pesar de todo eso feo, sucio y malo que encarna el actual oficialismo, seguimos bancando al kirchnerismo. Bah, al menos hoy.
a/ Ésta es casi constitutiva del kirchenrismo y es una idea que le robé al Escriba: el gobierno es sanamente impredecible. Ante una situación X, es probable que “salga” por izquierda o por derecha, en sentido transformador o en sentido conservador. Nunca lo sabemos de antemano, ni nosotros ni el establishment. Bueno: que un gobierno tenga esta tensión no resuelta es, en la Argentina de los últimos decenios, un avance. Relativo, escaso para nuestro paladar, pero avance al fin.
b/ No hubo, ni hay hasta el momento, ¿ni habrá?, en el escenario político una alternativa que esté más a la izquierda, más popular, con posibilidades ciertas de triunfar en las elecciones. Y de eso se trata este juego: de poder ganar elecciones y acceder al poder para transformar la realidad de las mayorías. ¿Hay opciones al kirchnerismo que sean más de centroizquierda, más coherentes (al menos en lo discursivo, porque los pingos se ven en la cancha)? Por supuesto: Proyecto Sur, la gente del SI, el degenarismo de la CTA. Pero son opciones testimoniales y no alternativas de gobierno. Y, en general, las opciones testimoniales a los únicos que terminan cambiándoles la realidad es a los diputados, concejales y asesores de la fuerza “de cambio”. Y lo digo por propia experiencia. Todo bien, la conciencia muy tranquila y un buen salario con obra social en algún legislativo.
c/ También bancamos por las cosas que se le critican cuando le piden “seriedad”, “previsibilidad”, y “buenos modales”. Porque salvando honrosas excepciones, la triste verdad es que al oficialismo no se lo combate por sus errores sino por sus virtudes, que bien escasas están siendo en los últimos meses. Para no seguir esgunfiando con lo que ya sabemos, lo de la Corte Suprema independiente y los Derechos Humanos y esas cosas que ya debemos asumir como más cercanas a los libros de historia que al presente: más de un millón de nuevos jubilados. Un millón de compatriotas que pasaron a tener ingresos y no tenían. Sí, ya sé, con la mínima. Bueno, vaya y pregúntele en Rafael Calzada a don Pepe si prefiere la mínima de 800 mangos y cobertura médica de PAMI o nada, vuelva y lo charlamos.
Por esto, sólo con esto, mire que barato le salgo, sigo bancando al gobierno.
Ahora bien. Se preguntará por qué digo al principio de este post que es cuasi-semi-algo-masomenos oficialista. Le respondo: porque hay que acordarse de estas cosas cada vez más a menudo para seguir siéndolo. Hace rato que, desde el kirchnerismo, nos piden pruebas de amor pero no recibimos mimos. Y así no hay pareja que aguante en el largo plazo, vea.