El primer año de Javier Milei como presidente de Argentina quedó marcado por un intento ambicioso y disruptivo de transformar la estructura política y económica del país.
Con una narrativa libertaria que prometía refundar la nación, Milei enfrentó el desafío de convertir sus principios ideológicos en políticas concretas. Sin embargo, los resultados obtenidos en estos doce meses ofrecen un balance lleno de contrastes, con logros discutibles y un costo social alarmante.
Reformas Económicas: La Dura Cara del Ajuste
El eje central de la gestión de Milei fue su propuesta de ajuste fiscal severo, basado en la reducción del gasto público y la desregulación de sectores clave. Las políticas implementadas incluyeron la eliminación de subsidios a servicios básicos y un intento por estabilizar el peso tras una fuerte devaluación inicial. Si bien logró avances parciales en el ordenamiento macroeconómico, las consecuencias fueron devastadoras para los sectores más vulnerables.
La promesa de dolarización, uno de los pilares de su campaña, quedó a mitad de camino ante la falta de reservas suficientes. En su lugar, el gobierno optó por fortalecer el peso, lo que derivó en una apreciación cambiaria que redujo la competitividad de la economía. La actividad económica se contrajo un 3,1% interanual, y sectores como la construcción y la industria manufacturera sufrieron pérdidas significativas de empleo. Desde noviembre de 2023 hasta agosto de 2024, más de 261.000 puestos de trabajo registrados desaparecieron.
Impacto Social: Retroceso y Desigualdad
El ajuste también golpeó duramente a los sectores más desfavorecidos. Los jubilados, en particular, padecieron el impacto de una nueva fórmula de movilidad que redujo sus ingresos en un 14,3% real respecto a la anterior. Además, el veto a leyes que buscaban recomponer haberes y los recortes en la dispensa de medicamentos del PAMI profundizaron la precariedad de un sector ya vulnerable.
La subida de tarifas de servicios públicos y la eliminación de programas sociales exacerbaron las desigualdades. El desfinanciamiento de la educación, la asistencia social y la salud públicas, junto con la quita de subsidios a sectores como ciencia y tecnología o cultura, no solo debilitó el tejido social, sino que también atacó la memoria colectiva de un pueblo que lucha por preservar sus conquistas históricas.
Además, la inexperiencia y un ideologismo precario de gran parte de su equipo generó desorden en la ejecución de políticas publicas, esta falta de gestión, además de alimentar críticas sobre la falta de capacidad técnica y estratégica, agravó muchos problemas ya existentes.
Política Exterior: Aislamiento y Consecuencias
En el plano internacional, Milei apostó por un alineamiento con las derechas de Estados Unidos, Israel y Europa, rompiendo vínculos con los BRICS y debilitando las relaciones con socios históricos como el Mercosur. Esta desideologización de la diplomacia, según su discurso, tuvo como efecto colateral el aislamiento estratégico de Argentina, afectando negativamente el comercio y la inversión extranjera en un momento de necesidad urgente de capitales.
Contradicciones y Escándalos
La retórica anticasta de Milei contrasta con acuerdos evidentes con sectores concentrados de la economía, principal sostén del modelo libertario o escándalos de corrupción, como el caso del senador Kueider y su vinculación con la compra de votos ante el tratamiento de los DNU y el rechazo a los vetos presidenciales. este caso podría ser la punta de un iceberg de corrupción mucho mas amplio.
Perspectivas: Promesas y Realidad
El balance de este primer año de gestión deja una mezcla de avances parciales y costos sociales elevados. Si bien Milei ha consolidado una base de apoyo entre quienes aplauden su discurso disruptivo, los resultados tangibles plantean serias dudas sobre la viabilidad de su modelo.
El desafío para los próximos años será convertir su narrativa en políticas que realmente beneficien a la mayoría. En un contexto de creciente descontento popular y un escenario internacional que parece vislumbrarse como amenazante , el gobierno enfrenta el difícil reto de demostrar que su propuesta no es solo un ejercicio ideológico, sino una estrategia capaz de guiar a Argentina hacia un futuro más próspero e inclusivo. De lo contrario, corre el riesgo de conducir a la Argentina a un nuevo fracaso histórico, perpetuando un ciclo de exclusión y desigualdad que profundice las di
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