Argentina en el borde: represión, fracturas e incertidumbres.
El gobierno libertario transita su momento más crítico. La escalada represiva, la crisis económica, las internas oficialistas y el aislamiento internacional profundizan un escenario de inestabilidad creciente. Mientras Milei endurece su discurso, la oposición política y social comienza a reagruparse, con el Congreso del PJ como punto de partida. La calle, las provincias y hasta el campo se rebelan ante el ajuste.
El ajuste no cierra: FMI, dólar, bonos y sospechas de corrupción
Esta semana, el influyente banco de inversión JP Morgan encendió una alarma al recomendar a sus clientes desarmar posiciones en pesos y retirarse del carry trade argentino, señalando un deterioro creciente en las condiciones macroeconómicas.
La advertencia tuvo un efecto inmediato en el mercado cambiario, con una suba abrupta del dólar mayorista y una renovada presión sobre las reservas, que siguen sin repuntar. A esta señal de desconfianza se suma una fuga de divisas lenta pero sostenida, una crisis de confianza en el manejo monetario, y una relación cada vez más tensa con el Fondo Monetario Internacional, cuyo auditor en Buenos Aires advirtió que las bandas cambiarias pueden colapsar si no se acumulan dólares rápidamente.
En conjunto, estas variables ponen en jaque la viabilidad del programa económico de Luis Caputo, basado en la promesa de equilibrio fiscal, deuda y desregulación, pero carente de una estrategia consistente de crecimiento y sostenimiento externo.
Para colmo, el Ministerio de Economía mantiene una negociación secreta con el fondo buitre Burford, beneficiado a cobrar una millonaria suma por el caso YPF. El gobierno habría ofrecido pagar con bonos argentinos sin pasar por el Congreso. El lobista Gerry Mato visitó seis veces el Palacio de Hacienda, lo que provocó la reacción de Axel Kicillof, que pidió una investigación formal sobre la relación entre Milei, Santiago Caputo y el fondo especulativo.
El intento de colocar los Bopreales también fracasó: el mercado no confía en el rumbo del país. Ni tasas elevadas ni un dólar clavado logran captar inversión genuina. El plan Caputo, sostenido sobre ajustes fiscales extremos, atraso cambiario y emisión reprimida, muestra señales claras de agotamiento.
Represión política y construcción del enemigo interno
El hecho más inquietante de la semana fue la detención de militantes de La Cámpora por parte de la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, en una operación judicial que desató un vendaval de críticas por su carácter forzado y desproporcionado.
Desde el CELS hasta legisladores opositores, pasando por organismos de derechos humanos, se denunció que las imputaciones son un montaje jurídico destinado a criminalizar la militancia.
El bloque de Unión por la Patria presentó un pedido de juicio político contra Arroyo Salgado, a quien en Comodoro Py ya llaman «la nueva Bonadio», sugiriendo que su activismo judicial responde más a ambiciones personales que a fundamentos jurídicos. Los familiares de los detenidos revelaron detenciones arbitrarias a personas de más de 70 años, por supuestas infracciones administrativas.
En este contexto, Cristina Fernández de Kirchner denunció que “la Argentina vive un terrorismo de Estado de baja intensidad”. Una expresión que, lejos de ser exagerada, sintetiza el avance de un modelo autoritario que busca acallar la protesta social e instalar un relato binario: el gobierno de los “libertarios puros” contra un “enemigo interno” encarnado en el kirchnerismo.
A un año y medio de haber asumido el poder, el gobierno de Javier Milei enfrenta su semana más compleja: una combinación explosiva de represión política, fracturas internas, desconfianza internacional, crisis económica y movilización social. El experimento libertario, que se vendió como una revolución modernizadora, parece haber entrado en una espiral que amenaza con desbordar los márgenes institucionales de la democracia argentina.
Lula y la denuncia internacional
La visita de Luiz Inácio Lula da Silva a Cristina Fernández en Constitución no fue solo un gesto de amistad. Fue una declaración política regional. Lula se sumó públicamente a la denuncia de la ex presidenta sobre la persecución judicial y el deterioro democrático en Argentina, elevando la denuncia al plano internacional.
En un clima gélido, Milei le entregó la presidencia pro tempore del Mercosur a Lula, en medio de un encuentro diplomático tenso. El argentino, sin disimular su incomodidad, advirtió que si los socios del bloque no acompañan su agenda de apertura “radical”, Argentina evaluará su continuidad en el Mercosur. Aislado, sin apoyos internos ni externos, Milei comienza a parecer más un topo solitario que un líder reformista.
El Congreso del PJ y el germen de la unidad
Frente a este escenario, el peronismo dio una señal clara: unidad táctica para enfrentar el ajuste. En el Congreso bonaerense del Partido Justicialista, realizado esta semana, se resolvió conformar un frente político y social amplio, que convoque a todas las expresiones del campo nacional y popular: partidos, sindicatos, movimientos sociales, organismos de derechos humanos, agrupaciones juveniles y espacios progresistas.
La consigna central fue clara: hoy el enemigo es Milei. Los debates internos sobre liderazgos o líneas ideológicas quedan postergados hasta octubre. El objetivo inmediato es frenar el deterioro del tejido social e institucional.
El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, saludó el acuerdo y planteó que “la unidad no es un gesto, es una necesidad ante el peligro que enfrenta la democracia”. La dirigencia del PJ comprendió que la fragmentación es funcional al avance del modelo libertario. Y que sin una coalición amplia y cohesionada, el proceso de demolición del Estado social puede volverse irreversible.
La crisis se siente en la calle: jubilaciones, salud, educación
Mientras tanto, la situación social se deteriora a pasos acelerados. Esta semana hubo protestas de jubilados, trabajadores del hospital Garrahan, docentes universitarios y empleados del sistema público de salud. El colapso de la infraestructura hospitalaria y la falta de insumos son ya una constante en múltiples provincias.
En el Senado, la Comisión de Previsión Social aprobó el dictamen para avanzar con el proyecto de aumento de las jubilaciones, que el presidente Milei pretende vetar. Sin embargo, la fractura del bloque oficialista pone en duda la capacidad del Ejecutivo para sostener sus vetos. Diputados radicales, peronistas no alineados e incluso gobernadores que inicialmente apoyaron al gobierno, ya votan junto a la oposición.
La tensión con los mandatarios provinciales escaló tras la reunión fallida en el Ministerio de Economía, donde el enviado de Caputo no ofreció ninguna solución concreta a la crisis del gas y al desfinanciamiento generalizado. Los gobernadores denunciaron públicamente el “superávit trucho” que el gobierno exhibe como trofeo, y convocaron una cumbre paralela en el CFI para avanzar con una agenda legislativa propia.
Internas libertarias y guerra de listas
En este contexto, La Libertad Avanza también se desangra internamente. Esta semana, Karina Milei decidió apartar a Santiago Caputo del armado bonaerense, en una jugada que confirma el conflicto entre los distintos sectores del oficialismo. El esquema original, que se presentaba como un movimiento monolítico, ahora exhibe divisiones entre libertarios puros, ex PRO, aliados ocasionales y operadores económicos.
La confección de listas para las elecciones legislativas genera choques abiertos. Los gobernadores denuncian el favoritismo de los hermanos Menem, mientras algunos intendentes macristas exploran alianzas con el radicalismo y sectores del peronismo disidente. La coalición oficialista se fragmenta al ritmo de la crisis.
El campo se aleja: las promesas incumplidas
Incluso los sectores agroexportadores, que en un inicio saludaron la llegada de Milei al poder, hoy manifiestan su desencanto con el gobierno. El fin de la baja de retenciones al maíz y la soja generó fuertes críticas de las entidades del agro, que denuncian una traición a las promesas de campaña.
La estrategia del gobierno, que buscaba ordenar la macroeconomía sin tocar a los grandes actores económicos, comienza a hacer agua. El malestar no solo crece en los sectores populares, sino también en las elites que sostenían políticamente al oficialismo.
Aislamiento regional: un topo en el Mercosur
En la cumbre del Mercosur, Milei apareció como un líder aislado y sin aliados. Su discurso, cargado de amenazas y de retórica rupturista, contrastó con las posiciones integradoras de Lula Da Silva, Lacalle Pou y Santiago Peña. El presidente argentino insinuó que si no hay apertura “radical”, su país podría abandonar el bloque.
En términos geopolíticos, esta actitud suicida aleja a Argentina de los principales foros de diálogo regional y de los mercados naturales para sus exportaciones. Mientras países como Brasil, Uruguay y Paraguay apuestan a diversificar socios comerciales sin romper los lazos estratégicos, Milei parece dispuesto a dinamitar los puentes en nombre de una ideología aislacionista y anacrónica.
Epílogo: entre la resistencia y el ocaso
La Argentina de Milei se parece cada vez más a un experimento que se desgasta sin haber logrado consolidarse. Lo que prometía ser una “revolución liberal” se convirtió en un ajuste salvaje, sin brújula ni plan de salida. La represión judicial, el conflicto con los gobernadores, la falta de reservas, la rebelión del Congreso, la corrupción y el aislamiento internacional configuran un escenario de fragilidad institucional creciente.
Frente a este panorama, la política tradicional —especialmente el peronismo— comienza a reagruparse. El Congreso del PJ y la construcción de un frente amplio son señales claras de que la resistencia se organiza. La calle está en movimiento, las provincias se rebelan, y hasta el campo levanta la voz.
El reloj corre. Y si el gobierno no modifica su rumbo, es probable que no solo colapse su plan económico, sino también su legitimidad política. La democracia argentina ya ha demostrado, una y otra vez, que los ciclos autoritarios, por más estruendosos que parezcan, siempre tienen fecha de vencimiento.
Data Política y Económica | 6 de Julio 2025
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