› NESTOR KIRCHNER SALIO AL CRUCE DE LA EMBESTIDA DEL CARDENAL JORGE BERGOGLIO CONTRA EL MATRIMONIO GAY.


“El país debe dejar las visiones oscurantistas”
En alusión al lobby eclesiástico en el Senado, el ex presidente consideró que “cuando se tiene que presionar es que hay muy pocos elementos para convencer”. Bergoglio había dicho que hay una “guerra de Dios” y que el proyecto es “una ‘movida’ del padre de la mentira”.
O GAY


La guerra santa que lanzó el cardenal Jorge Bergoglio contra el proyecto de matrimonio entre personas del mismo sexo que el miércoles debatirá el Senado tuvo su réplica ayer en el oficialismo, el principal –aunque no único– impulsor de la iniciativa. El diputado Néstor Kirchner, que votó a favor en la Cámara baja, afirmó que “la Argentina debe dejar definitivamente las visiones discriminatorias y oscurantistas”. Y se refirió al durísimo lobby eclesiástico en la Cámara alta: “Cuando se tiene que presionar es que se tienen muy pocos elementos para convencer”, advirtió. La respuesta del ex presidente llegó después de que Página/12 publicara el miércoles pasado una carta de Bergoglio en la que asegura que el proyecto es “una ‘movida’ del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”.

El ex presidente Kirchner fue consultado sobre la existencia de presiones eclesiásticas contra el proyecto aprobado en Diputados: “Bueno, dicen eso”, dijo, antes de considerar que “cuando se tiene que presionar, es que se tienen muy pocos elementos para convencer”. En clara defensa del proyecto, afirmó que “la Argentina debe dejar definitivamente las visiones discriminatorias y oscurantistas” que intentan sabotear su aprobación en el Senado. “Lamento el carril que le han dado algunos a este tema, pero yo tengo una absoluta tranquilidad de conciencia de haber votado a favor del matrimonio igualitario, a favor de la igualdad de derechos; los argentinos nos merecemos un país libre, amplio y con derechos iguales para todos”, añadió.

Bergoglio, en una carta abierta a las carmelitas de los cuatro monasterios de Buenos Aires y publicada por este diario, consideró que “el pueblo argentino deberá afrontar, en las próximas semanas, una situación cuyo resultado puede herir gravemente a la familia”. “No seamos ingenuos –escribió–: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento), sino de una ‘movida’ del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios.”

También sostuvo que “está en juego la identidad y la supervivencia de la familia” y que se trata de “una guerra de Dios”.

El secretario de Relaciones Parlamentarias, Oscar González, calificó de “fundamentalista” al cardenal por considerar una “guerra de Dios” al debate legislativo. Bergoglio “irrumpe con inusitada violencia en el ámbito de la deliberación democrática y llama al odio entre los argentinos”, señaló el ex diputado. Al plantear la modificación del matrimonio civil, continuó, “no se está hablando de un sacramento ni de temas religiosos”, sino que “sólo se está discutiendo la ampliación de los derechos civiles en favor de un importante sector de la sociedad argentina”. “Quien debiera estar predicando la paz y la tolerancia anda convocando a una guerra santa y a realizar actos políticos callejeros para presionar al Senado de la Nación”, resumió.

Por su parte, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, que no apoyó el proyecto de matrimonio porque, explicó, “soy una gran creyente”, dijo estar a favor de una “unión familiar” para homosexuales, una hipótesis que incluiría el derecho a la adopción conjunta. “La verdad es que a Kirchner no le importa la comunidad gay, lo que a Kirchner le importa es combatir con alguien y los está usando (a los homosexuales)” para confrontar con Bergoglio, agregó. “Las posiciones rígidas son de ambos lados, sectores muy extremos de la Iglesia, pero también Néstor Kirchner.” Calificar a la homosexualidad de “perversión” es “la locura de algunos sacerdotes”, dijo, “no es la posición de la mayoría de la Iglesia”. “Yo jamás votaría en contra de las personas con identidad sexual diferente, pero tampoco podría votar tocando una palabra, dado que soy una gran creyente.”

Las críticas arreciaron también en las provincias. En Mendoza, sectores juveniles de partidos de izquierda marcharon por el centro de la ciudad capital con la consigna “Derecho al matrimonio para todos y todas”. Con la animación de agrupaciones de estudiantes de distintas carreras de la universidad estatal, la subsecretaría de Género y Diversidad Sexual, militantes de la diversidad sexual y de organizaciones como Barrios de Pie y Juana Azurduy, entre otros, la movilización se inició tras la distribución de panfletos y actividades culturales. En Rosario hubo una multitudinaria marcha que llenó la plaza Montenegro

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