Por Federico Bernal
Existen profusas críticas de la ortodoxia económica que le endilgan a la administración kirchnerista haber aislado a la Argentina del mundo. Desde la perspectiva del comercio exterior, parámetro para descifrar el grado de vinculación internacional, se rebate esa apreciación. En base a datos del FMI, del Indec y del Centro de Economía Internacional, las exportaciones argentinas medidas en valores corrientes en millones de dólares pasaron de 12.353 en 1990 a 26.341 en 2000 y a 70.020 en 2008. Es decir, entre 1990 y 2008, las exportaciones registraron un incremento ininterrumpido del 467 por ciento. En igual período, el aumento continuado más pronunciado se verificó entre 2002 y 2008, con un 172,3 por ciento, contra un 113,9 por ciento entre 1992/1998. Para los nostálgicos de los años ‘90, durante esa década las exportaciones se incrementaron un 113,2 por ciento, mientras que para el período kirchnerista (2003-2008) el incremento fue del 136,8 por ciento.
Resulta interesante destacar que las exportaciones de productos agrícolas se incrementaron 88 por ciento entre 1995 y 2006, comportamiento que no se condice con la procedencia socioproductiva de las críticas a la política comercial oficial. Por su parte, las importaciones hicieron el siguiente derrotero: 4077 en 1990, 25.280 en 2000 y 57.422 en 2008. Durante la administración kirchnerista crecieron 315,1 por ciento hasta 2008, bastante menos que el 520 por ciento registrado en los ‘90. Al analizar el nivel de exportaciones e importaciones como porcentaje del PBI, se encuentra que para 1990 se ubicaba en un 8,7 por ciento; diez años después había ascendido apenas al 9,3, para dar el gran salto en la última década, hasta llegar al 21,4 por ciento en 2009. En cuanto a la evolución de las importaciones en el PBI, las cifras dan cuenta del siguiente cambio: 2,9 por ciento en 1990, 8,9 en 2000 y 17,6 en 2008.
Ahora bien, nada más trascendental y contundente a la hora de ratificar o rechazar el nivel de aislamiento de la Argentina que rastrear la evolución de los destinos y los orígenes de su comercio exterior. En 2004, el país exportó a 47 países por más de 100 millones de dólares anuales a cada uno; en 2008 lo hizo a 59 países, un incremento del 25,5 por ciento de los destinos compradores. En 2004, se exportó a 7 países por más de 1000 millones de dólares a cada uno; en 2008 lo hizo a 17 países, un alza del 142,9 por ciento. En 2004, los primeros diez destinos se repartieron el 63,7 por ciento de las exportaciones totales, y los primeros veinte destinos, el 77,7. En 2008, los primeros diez participaron con el 60,6 por ciento y los primeros veinte, con el 75,9%. Es decir, la Argentina exportó mayores volúmenes a más países, y logró una mayor diversificación de sus compradores.
Lo mismo se verifica a nivel de las importaciones: 27 países nos vendieron sus productos por más de 100 millones de dólares cada uno en 2004; cuatro años después serían 41 países los que venderían iguales volúmenes. Por último, las exportaciones hacia los principales destinos registraron incrementos del 134 por ciento para el período 2003/2008 (promedios de variación porcentual anual). En este período, la tendencia favorable en el vínculo comercial entre la Argentina con el Mercosur, el Nafta y la Unión Europea ha sido notable.
La Argentina del presente es la más vinculada e interrelacionada con el mundo de las últimas décadas
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