Jorge Giles.
Mientras el oficialismo unifica personería, los opositores ahondan sus diferencias. Una recorrida por los diversos domicilios de la política, nos mostró con toda elocuencia una renovada y pujante mística entre las mujeres y los hombres que abrazan el proyecto político que hoy gobierna la Argentina. Consultamos y entrevistamos a distintos referentes de la Ciudad de Buenos Aires, de las orillas bonaerenses y del interior del país. Todos coinciden en un lugar común, la alegría del que sabe que va al combate electoral por una justa razón. Como si de pronto todos los conflictos nacionales, los más superficiales y los más profundos, encontraran un punto de resolución posible en las elecciones adelantadas para el próximo 28 de junio.
Se elijen legisladores nacionales, pero en verdad, se plebiscitará el modelo de país de los argentinos para los próximos años. Ahora o nunca, parece ser la consigna. Será optar entre una democracia formal, atada al destino de los grupos de poder nacional y trasnacional, o una democracia que defiende el empleo y la producción nacional. Seas o no seas kirchnerista.
Así como el oficialismo muestra su pulsión de vida, las distintas huestes opositoras lanzan rayos y centellas en una pulsión muy distinta.
¿Dónde quedaron sus presunciones de ser fuerzas alternativas y superadoras de esta etapa, que “el kirchnerismo ya fue” y que “el gobierno y sus legisladores deberán aceptar lo que exige el campo de las vacas y la soja o caerán ante el escrache de los dueños de la tierra”?
El diputado Canteros, de Córdoba, fue la última víctima de estas prácticas autoritarias.
Contabilizamos, entre el viernes y el sábado pasado, 324 reuniones convocadas de urgencia por los opositores a lo largo y ancho del país en menos de 24 hs, luego de la palabra presidencial. Cunde entre los distintos grupos el desánimo y la impotencia, la bronca y la angustia de tener que conciliar intereses tan diversos y distantes como los que separan a socios que aparentaban una unidad de acero y ahora demuestran la porosidad de sus alianzas, sus enconos internos, sus desconfianzas, sus vanidades, sus recelos. Creen ver en la debilidad gubernamental, las razones del adelantamiento electoral. Si así fuera, ojala todos los gobiernos llamen a elecciones, en lugar de convocar los colmillos de la represión, como ocurría antes. ¿Se acuerdan?
Mientras prevalece el revuelo en la granja opositora, la rebelión contra el pasado, es patrimonio del oficialismo.
¿Rebaja de las retenciones a la soja o Junta Nacional de Granos? ¿La ley de la dictadura o una nueva Ley de “radiodifusión”? ¿La vuelta de los ferrocarriles o seguimos con los piquetes y accidentes mortales de las rutas argentinas? ¿Defensa y valoración de los pueblos originarios o xenofobia? ¿Respeto a las minorías sexuales o no? ¿Soberanía nacional o no? ¿Cuidamos el empleo y el consumo interno o nos atamos a la crisis mundial? ¿Respeto irrestricto a los derechos humanos o vuelta al pasado de los genocidas?
Es la disputa entre el viejo país y este otro, tan nuevo como lleno de contradicciones, pero en definitiva, un país en cinta de más justicia social, más inclusión, más libertad.
Una porción de opositores, rechaza esta decisión porque no les da más tiempo para la rosca y el internismo. Son los que acaban de denunciar al gobierno democrático argentino ante la poderosa SIP, la Sociedad Interamericana de Prensa, sospechada por su cercanía a la CIA y al “Operativo Cóndor” de las dictaduras sudamericanas, presidida hasta muy poco tiempo atrás, por quien fuera el director de prensa de la dictadura uruguaya, Danilo Arbilla, tenebroso funcionario que decía defender la libertad de expresión mientras los genocidas secuestraban, asesinaban, torturaban y desaparecían periodistas como Rodolfo Walsh y clausuraban diarios genuinamente independientes. Los firmantes de la UCR y la Coalición de Carrió, deberían saber que de esa desvergüenza tampoco se vuelve.
Vale el homenaje a la memoria de Chenda, aquella valiente argentina exiliada en los EE.UU., que cuando se enteró de la desaparición de su hijo periodista en Buenos Aires, hizo tal escándalo en la cumbre de la SIP en 1981, que los directores de La Nación, Clarín, Gente, La Capital, de Rosario, aún deben recordar a aquella mujer que entre sollozos les recriminaba “¿Y ustedes se dicen argentinos?”
La democracia es generosa. En junio, tendrán oportunidad de votar aquellos que para atacarla, acudieron nuevamente, a los viejos socios de la dictadura. 6
La muerte: una pena
Una reflexión sobre las implicancias políticas y sociales latentes en el discurso de Susana Giménez y otros integrantes de la farándula a favor de la instauración del crimen como castigo.
Por Eduardo Grüner *
“El miedo originario crea fantasmas absurdos. Evoca mutiladas víctimas de los relatos de Ulrico Schmidl. Sabemos que nos defienden disciplinadas fuerzas del orden, y la oleada del peligro nos llega desde allá (...). La tierra desde lejos nos transmite ese pavor. Un pavor mortecino, húmedo, terrestre y antiguo que también brota al menor descuido. Una ciudad inestable y atroz reposa muda y quieta, dentro o debajo de las otras.” Etcétera, etcétera. Durante unas 300 páginas más elabora ese tono, entre melancólico y apocalíptico, Ezequiel Martínez Estrada en su obra maestra La Cabeza de Goliat. Parece –es casi una banalidad decirlo– “escrito ayer”. Salvo que en su época la luz y el sonido catódico/estupefaciente no se deslizaba todavía en las penumbras íntimas del living o el dormitorio del proverbial “burgués asustado” listo para improvisarse fascista en el desayuno. Ni había, por lo tanto, vedettes ya ni siquiera con la ternura de la decadencia, chocheando gagá-gangosamente, transidas –es probable– de dolor auténtico y sin embargo con la peor mala fe, llamando a un ojo por ojo que, bien lejos de la épica vetero-testamentaria, apenas aspira al patetismo mediocre del susto de casta (adquirida, no adscripta) y la mueca casi última de una Judith con las marquesinas ya quemadas: el que mata tiene que morir, va de suyo, y como esto último nos va a suceder a todos, cuanto más cerca están más quisieran algunos/as, en ese resentimiento, irse acompañados/as. Ella no lo sabe –y por eso dice la verdad–, pero está planteando, por la negativa, un sesudo dilema de ética kantiana: ¿Acaso no tengo derecho a elevar mis pasiones personales a ley universal? Si en buen/a ciudadano/a pienso que el que mata debe ser matado, pero yo, claro, no sería capaz de hacerlo, ¿no debería hacerlo el Estado, “representante” de la voluntad del pueblo? “Hay muchos que piensan como yo” no es una mera falacia estadística: es sensibilidad para procesar una voluntad (incluso una “conciencia”) de clase, más el candor impune proveniente de haber llegado a la “clase”, y no tener que dignificar una prosapia. El Su-tinellismo (que ahora sabemos incluye reflejos spinettistas) no es una insensata farandulada individual: es una influyente configuración político-cultural que –como se dice– “produce subjetividad”. Así que –salvo por el detalle de ese catodismo actual con un poder multiplicador para el terror ya largamente inscripto en el corpus del socius (tema eminentemente león-rozitchneriano, se advertirá)–, salvo por eso, seguimos en don Ezequiel. Quiero decir: evocando “mutiladas víctimas” que vienen del fondo de los tiempos (o de los estómagos de los deglutidores de Garay) para que el pavor mortecino brote al menor descuido –aunque no parece tan descuidado que re-brote, sin duda por azar, casi siempre en calendas electorales–. La div(in)a no sabe –por eso es eficaz– que dice la verdad: los ventrílocuos a los que chiroliza se preparan para gobernar. “La mayor pasión de mi vida ha sido el Miedo”, confesó célebremente, hace tres siglos y medio, Thomas Hobbes, el fundador de toda posible filosofía del Estado “autoritario” (aunque, éste es otro debate que alguna vez habría que hacer: ¿no dice Freud, en algún lado, que el autoritarismo aparece precisamente cuando falla la autoridad?). ¿Por qué habríamos de ser menos los porteños de hoy, con nuestro “pavor” de que en cualquier momento (“por un descuido”) se resquebraje el asfalto de Belgrano o Recoleta y emerja –como en alguna vieja película B de ciencia-ficción en la que los invasores marcianos salían de bajo tierra (¿o era que se levantaban los muertos?: ya no recuerdo)– esa “otra ciudad” inestable o atroz que preferiríamos des-conocer (porque descompensan nuestra energía, parece que dijo otra vetero-vedette, con tonalidades más new age). El miedo fue el tema de Hobbes, en los albores del capitalismo, y sigue siendo el nuestro, en sus estertores indeterminadamente prolongados. Lo conocimos, inflado hasta el horror indecible –ninguna apelación oficial a la Memoria logrará borrar ese recuerdo– del ’76 al ’83. Pero sobrevivió después (es una de esas ciudades escondidas “dentro o debajo de las otras”), trasmutado en hiperinflación o la sorpresa que correspondiera. Hubo que pasar al que se fue (único de los todos que se tenían que ir) en autogiro nocturno, y la re-fundación del 2003 (que no re-fundó nada pero abrió una rendijita de aire fresco hoy un poco enrarecido) para descubrir que estamos otra vez en lo mismo: el tema –o el lévi-straussiano “mitema”– sigue siendo el miedo. Hoy bifurcado, básicamente, en dos fuentes ominosas: por un lado, una vez más, el miedo económico: a saber, la crisis “globalizada” (qué raro: hasta hace unos meses lo “global” era la solución, no el problema), cuya relativa modestia local es mediáticamente sobredimensionada con típica lógica de “profecía autocumplida”; por otro, con renovados bríos, el miedo social: éste, aunque venga del fondo de los tiempos, convengamos en que ha sufrido una pronunciada degradación; si antes era al potencial revolucionario de la clase obrera organizada o al pueblo insubordinado, ahora es al fantasmal lumpenaje de un “más allá” que ni siquiera se sabe bien dónde queda (las fronteras urbanas han devenido lábiles, y ya ni la avenida Córdoba nos garantiza ser norteños), y sólo secundariamente a un “populismo” light que trabaja de chivo emisario por haber renunciado a darse base de masas: del “subsuelo sublevado de la patria” hemos pasado a los “muertos-vivos” surgiendo de los sótanos oscuros, de la policía brava a la UCEP, esa gestapito Macri-biótica. La solución de nuestras vedettes mortecinas (para insistir con ese estupendo adjetivo martinezestradista), altamente representativas –hay que decirlo– de una “clase política” más afecta a las cámaras (las empresarias y las de TV) que a la incómoda calle, es muy poco táctica, y un poco contradictoria: producir más muertos –más fantasmas–, sea por hambre o por “pena”, para poder seguir tranquilamente con los negocios... que están en crisis. Mr. Lynch, se sabe, es más eficaz que la morosa Justicia argentina para tender puentes de cadáveres sobre los ríos infestados de cocodrilos ante los portones del castillete. Es decir, para tranquilizar momentáneamente a los asustados, no importa qué pase después. Y sería ingenuo acusarlos/as de no haber leído a, digamos, un René Girard, con sus explicaciones de la violencia mimética como destructora de toda forma de comunidad, y la idea (a menudo malentendida) de que la “solución” del chivo expiatorio sólo puede ser transitoria: aunque ella sea el origen violento de la Ley, ésta (alguna Ley, no necesariamente las que tenemos) deberá reemplazar la “salida” del asesinato colectivo. O de desconocer las ingentes bibliotecas ya escritas que demuestran la inoperancia de la pena de muerte para reducir la violencia social. Inútil, esa acusación de ignorancia, porque el conocimiento para nada serviría: ante el terror, la única Razón valiosa (con “valor de cambio”, y plusvalor fetichista) es la Razón puramente instrumental, “técnica”, que alienta hoy la bola de nieve de la muerte para algunos para que mañana nos matemos entre todos. Y no es que las causas de esos efectos no sean eficientes: en el reino de la actual (im)política, con la fórmula Miedo Económico + Miedo Social se ganan –se ganarán– elecciones. Ganará, con esa fórmula, cualquiera sea el que gane. Hoy, en el mundo, se gana siempre –lo ha analizado agudamente Alain Badiou para el caso Sarkozy– con el slogan apenas matizadamente único del miedo. Si es por “centroderecha”, es el miedo al “otro” (sin mayúsculas); si es por “centroizquierda” (la mediaclase progre de hoy, sabemos, es extremista de centro y fundamentalista de la moderación) es por “miedo al miedo”: reacción especular del que quiere diferenciarse dentro de la cancha que ha marcado el adversario. Reconozcamos que también aquí hay un cierto declive cultural en nuestros fantasmas. Con una modesta metáfora literaria: si el Quasimodo de Victor Hugo gritaba “¡las campanas, las campanas!”, o el Kurtz de Conrad gritaba “¡el horror, el horror!”, nuestro burgués asustado grita “¡los negros, los negros!”, y nuestro progre bienpensante “¡el campo, el campo!” (todavía no hemos llegado, pero llegaremos, a: “¡el country, el country!”). Dicho sea esto último no para minimizar el desagrado ante la conformación de un sólido bloque de derecha que –miedos y medios mediante– viene galopando al son de los bombos sojeros (y cada vez con menos retenciones en su armado propiamente político), sino para establecer que aún nos falta ver, en la vereda de enfrente de la nueva guardia restauradora, algo realmente diferente, y no un tironeo –quizá defendible en términos de oposición a “lo peor”, pero nada más– en el interior del mismo “campo”. No es entre el miedo y el “miedo al miedo” que hay que elegir. No es entre la “seguridad” y la “inseguridad” (resignada), o entre la pena de muerte y el “garantismo”, que hay que definirse. Mucho menos entre la “seguridad” y la “inseguridad” (¿cuándo, en efecto, estuvo la clase media argentina más “segura” que entre 1976 y 1983?). Desde ya: los ciudadanos argentinos (aun cuando nunca hayan estado en Nueva York o San Pablo, para poder comparar) tienen derecho a sentirse protegidos de los delincuentes. Pero “seguridad” es mucho más que un concepto policial: es –o debería ser– una categoría política completa, que incluye la seguridad al acceso de alimentos, vivienda, empleo, educación, salud. Pero estas ampliaciones del campo semántico, claro, son siempre “a largo plazo”, y no entran en los nítidos dualismos. Así presentados, esos sistemas de oposición binaria son de una insanable mediocridad ideológica y de un avieso cinismo clasista, aunque se los anuncie desde diez radios al mismo tiempo. El efecto que pretenden –al igual que en su momento la oposición blanquinegra “Gobierno/Campo”– es el de dividir a esa entelequia llamada “opinión pública” en bandos congelados, “ontológicos”, que no responden a ninguna relación “dialéctica”, mucho menos a un debate político sustantivo o a una interrogación crítica sobre las condiciones integrales de enunciación de las palabras que se naturalizan. Lo que sí logran es un inmediato efecto “performativo”: si alguien está a favor de la legalización del aborto es automáticamente un asesino de nonatos, si está en contra de la pena de muerte es cómplice de los delincuentes. Hay que escupir esa sopa de letras y armar un nuevo crucigrama. Sentarse a definir los términos y debatir a qué política de la lengua (y, por lo tanto, de todo lo demás) responden esas definiciones. Como se decía en un tiempo: hay que “achicar el pánico” antes de que ese “pavor mortecino” del que habla Martínez Estrada nos deslumbre hasta dejarnos ciegos.
* Sociólogo, ensayista, profesor de Teoría Política (UBA).
Por Eduardo Grüner *
“El miedo originario crea fantasmas absurdos. Evoca mutiladas víctimas de los relatos de Ulrico Schmidl. Sabemos que nos defienden disciplinadas fuerzas del orden, y la oleada del peligro nos llega desde allá (...). La tierra desde lejos nos transmite ese pavor. Un pavor mortecino, húmedo, terrestre y antiguo que también brota al menor descuido. Una ciudad inestable y atroz reposa muda y quieta, dentro o debajo de las otras.” Etcétera, etcétera. Durante unas 300 páginas más elabora ese tono, entre melancólico y apocalíptico, Ezequiel Martínez Estrada en su obra maestra La Cabeza de Goliat. Parece –es casi una banalidad decirlo– “escrito ayer”. Salvo que en su época la luz y el sonido catódico/estupefaciente no se deslizaba todavía en las penumbras íntimas del living o el dormitorio del proverbial “burgués asustado” listo para improvisarse fascista en el desayuno. Ni había, por lo tanto, vedettes ya ni siquiera con la ternura de la decadencia, chocheando gagá-gangosamente, transidas –es probable– de dolor auténtico y sin embargo con la peor mala fe, llamando a un ojo por ojo que, bien lejos de la épica vetero-testamentaria, apenas aspira al patetismo mediocre del susto de casta (adquirida, no adscripta) y la mueca casi última de una Judith con las marquesinas ya quemadas: el que mata tiene que morir, va de suyo, y como esto último nos va a suceder a todos, cuanto más cerca están más quisieran algunos/as, en ese resentimiento, irse acompañados/as. Ella no lo sabe –y por eso dice la verdad–, pero está planteando, por la negativa, un sesudo dilema de ética kantiana: ¿Acaso no tengo derecho a elevar mis pasiones personales a ley universal? Si en buen/a ciudadano/a pienso que el que mata debe ser matado, pero yo, claro, no sería capaz de hacerlo, ¿no debería hacerlo el Estado, “representante” de la voluntad del pueblo? “Hay muchos que piensan como yo” no es una mera falacia estadística: es sensibilidad para procesar una voluntad (incluso una “conciencia”) de clase, más el candor impune proveniente de haber llegado a la “clase”, y no tener que dignificar una prosapia. El Su-tinellismo (que ahora sabemos incluye reflejos spinettistas) no es una insensata farandulada individual: es una influyente configuración político-cultural que –como se dice– “produce subjetividad”. Así que –salvo por el detalle de ese catodismo actual con un poder multiplicador para el terror ya largamente inscripto en el corpus del socius (tema eminentemente león-rozitchneriano, se advertirá)–, salvo por eso, seguimos en don Ezequiel. Quiero decir: evocando “mutiladas víctimas” que vienen del fondo de los tiempos (o de los estómagos de los deglutidores de Garay) para que el pavor mortecino brote al menor descuido –aunque no parece tan descuidado que re-brote, sin duda por azar, casi siempre en calendas electorales–. La div(in)a no sabe –por eso es eficaz– que dice la verdad: los ventrílocuos a los que chiroliza se preparan para gobernar. “La mayor pasión de mi vida ha sido el Miedo”, confesó célebremente, hace tres siglos y medio, Thomas Hobbes, el fundador de toda posible filosofía del Estado “autoritario” (aunque, éste es otro debate que alguna vez habría que hacer: ¿no dice Freud, en algún lado, que el autoritarismo aparece precisamente cuando falla la autoridad?). ¿Por qué habríamos de ser menos los porteños de hoy, con nuestro “pavor” de que en cualquier momento (“por un descuido”) se resquebraje el asfalto de Belgrano o Recoleta y emerja –como en alguna vieja película B de ciencia-ficción en la que los invasores marcianos salían de bajo tierra (¿o era que se levantaban los muertos?: ya no recuerdo)– esa “otra ciudad” inestable o atroz que preferiríamos des-conocer (porque descompensan nuestra energía, parece que dijo otra vetero-vedette, con tonalidades más new age). El miedo fue el tema de Hobbes, en los albores del capitalismo, y sigue siendo el nuestro, en sus estertores indeterminadamente prolongados. Lo conocimos, inflado hasta el horror indecible –ninguna apelación oficial a la Memoria logrará borrar ese recuerdo– del ’76 al ’83. Pero sobrevivió después (es una de esas ciudades escondidas “dentro o debajo de las otras”), trasmutado en hiperinflación o la sorpresa que correspondiera. Hubo que pasar al que se fue (único de los todos que se tenían que ir) en autogiro nocturno, y la re-fundación del 2003 (que no re-fundó nada pero abrió una rendijita de aire fresco hoy un poco enrarecido) para descubrir que estamos otra vez en lo mismo: el tema –o el lévi-straussiano “mitema”– sigue siendo el miedo. Hoy bifurcado, básicamente, en dos fuentes ominosas: por un lado, una vez más, el miedo económico: a saber, la crisis “globalizada” (qué raro: hasta hace unos meses lo “global” era la solución, no el problema), cuya relativa modestia local es mediáticamente sobredimensionada con típica lógica de “profecía autocumplida”; por otro, con renovados bríos, el miedo social: éste, aunque venga del fondo de los tiempos, convengamos en que ha sufrido una pronunciada degradación; si antes era al potencial revolucionario de la clase obrera organizada o al pueblo insubordinado, ahora es al fantasmal lumpenaje de un “más allá” que ni siquiera se sabe bien dónde queda (las fronteras urbanas han devenido lábiles, y ya ni la avenida Córdoba nos garantiza ser norteños), y sólo secundariamente a un “populismo” light que trabaja de chivo emisario por haber renunciado a darse base de masas: del “subsuelo sublevado de la patria” hemos pasado a los “muertos-vivos” surgiendo de los sótanos oscuros, de la policía brava a la UCEP, esa gestapito Macri-biótica. La solución de nuestras vedettes mortecinas (para insistir con ese estupendo adjetivo martinezestradista), altamente representativas –hay que decirlo– de una “clase política” más afecta a las cámaras (las empresarias y las de TV) que a la incómoda calle, es muy poco táctica, y un poco contradictoria: producir más muertos –más fantasmas–, sea por hambre o por “pena”, para poder seguir tranquilamente con los negocios... que están en crisis. Mr. Lynch, se sabe, es más eficaz que la morosa Justicia argentina para tender puentes de cadáveres sobre los ríos infestados de cocodrilos ante los portones del castillete. Es decir, para tranquilizar momentáneamente a los asustados, no importa qué pase después. Y sería ingenuo acusarlos/as de no haber leído a, digamos, un René Girard, con sus explicaciones de la violencia mimética como destructora de toda forma de comunidad, y la idea (a menudo malentendida) de que la “solución” del chivo expiatorio sólo puede ser transitoria: aunque ella sea el origen violento de la Ley, ésta (alguna Ley, no necesariamente las que tenemos) deberá reemplazar la “salida” del asesinato colectivo. O de desconocer las ingentes bibliotecas ya escritas que demuestran la inoperancia de la pena de muerte para reducir la violencia social. Inútil, esa acusación de ignorancia, porque el conocimiento para nada serviría: ante el terror, la única Razón valiosa (con “valor de cambio”, y plusvalor fetichista) es la Razón puramente instrumental, “técnica”, que alienta hoy la bola de nieve de la muerte para algunos para que mañana nos matemos entre todos. Y no es que las causas de esos efectos no sean eficientes: en el reino de la actual (im)política, con la fórmula Miedo Económico + Miedo Social se ganan –se ganarán– elecciones. Ganará, con esa fórmula, cualquiera sea el que gane. Hoy, en el mundo, se gana siempre –lo ha analizado agudamente Alain Badiou para el caso Sarkozy– con el slogan apenas matizadamente único del miedo. Si es por “centroderecha”, es el miedo al “otro” (sin mayúsculas); si es por “centroizquierda” (la mediaclase progre de hoy, sabemos, es extremista de centro y fundamentalista de la moderación) es por “miedo al miedo”: reacción especular del que quiere diferenciarse dentro de la cancha que ha marcado el adversario. Reconozcamos que también aquí hay un cierto declive cultural en nuestros fantasmas. Con una modesta metáfora literaria: si el Quasimodo de Victor Hugo gritaba “¡las campanas, las campanas!”, o el Kurtz de Conrad gritaba “¡el horror, el horror!”, nuestro burgués asustado grita “¡los negros, los negros!”, y nuestro progre bienpensante “¡el campo, el campo!” (todavía no hemos llegado, pero llegaremos, a: “¡el country, el country!”). Dicho sea esto último no para minimizar el desagrado ante la conformación de un sólido bloque de derecha que –miedos y medios mediante– viene galopando al son de los bombos sojeros (y cada vez con menos retenciones en su armado propiamente político), sino para establecer que aún nos falta ver, en la vereda de enfrente de la nueva guardia restauradora, algo realmente diferente, y no un tironeo –quizá defendible en términos de oposición a “lo peor”, pero nada más– en el interior del mismo “campo”. No es entre el miedo y el “miedo al miedo” que hay que elegir. No es entre la “seguridad” y la “inseguridad” (resignada), o entre la pena de muerte y el “garantismo”, que hay que definirse. Mucho menos entre la “seguridad” y la “inseguridad” (¿cuándo, en efecto, estuvo la clase media argentina más “segura” que entre 1976 y 1983?). Desde ya: los ciudadanos argentinos (aun cuando nunca hayan estado en Nueva York o San Pablo, para poder comparar) tienen derecho a sentirse protegidos de los delincuentes. Pero “seguridad” es mucho más que un concepto policial: es –o debería ser– una categoría política completa, que incluye la seguridad al acceso de alimentos, vivienda, empleo, educación, salud. Pero estas ampliaciones del campo semántico, claro, son siempre “a largo plazo”, y no entran en los nítidos dualismos. Así presentados, esos sistemas de oposición binaria son de una insanable mediocridad ideológica y de un avieso cinismo clasista, aunque se los anuncie desde diez radios al mismo tiempo. El efecto que pretenden –al igual que en su momento la oposición blanquinegra “Gobierno/Campo”– es el de dividir a esa entelequia llamada “opinión pública” en bandos congelados, “ontológicos”, que no responden a ninguna relación “dialéctica”, mucho menos a un debate político sustantivo o a una interrogación crítica sobre las condiciones integrales de enunciación de las palabras que se naturalizan. Lo que sí logran es un inmediato efecto “performativo”: si alguien está a favor de la legalización del aborto es automáticamente un asesino de nonatos, si está en contra de la pena de muerte es cómplice de los delincuentes. Hay que escupir esa sopa de letras y armar un nuevo crucigrama. Sentarse a definir los términos y debatir a qué política de la lengua (y, por lo tanto, de todo lo demás) responden esas definiciones. Como se decía en un tiempo: hay que “achicar el pánico” antes de que ese “pavor mortecino” del que habla Martínez Estrada nos deslumbre hasta dejarnos ciegos.
* Sociólogo, ensayista, profesor de Teoría Política (UBA).
GROUCHO MARX RESUCITÓ EN ARGENTINA
Por Hugo Presman
Groucho fue el otro Marx famoso. Incluso algunos discípulos desconcertados
de Carlos Marx terminan siendo con sus actitudes políticas émulos
involuntarios del genial humorista. Si. Aquel que decía que no sería socio
de un club que lo tuviera a él de socio.
El ex presidente Eduardo Duhalde afirma que en la Argentina hay temor a
hablar y sus declaraciones son repetidas hasta el cansancio por la red
privada de transmisión en cadena. Gerardo Morales presidente del radicalismo
residual quiere que no se toque, ahora y con este gobierno, la ley de
radiodifusión originalmente de la dictadura. Contagiado de carriosismo-
enfermedad que consiste en utilizar el superlativo a la enésima potencia-
declaró: "Estamos a la parrilla Venezuela va a ser un poroto. Y los
periodistas independientes van a ser perseguidos" Preguntado sobre si
conocía el presunto proyecto contestó que no. Justamente los periodistas
independientes perseguidos ahora, antes que se conozca el maquiavélico
proyecto que seguirá el trámite parlamentario correspondiente, tienen
afortunadamente programas de radio, de televisión o son columnistas en la
escudería del periodismo puro. Muchos de ellos son los mejor remunerados. Es
doloroso padecer el caviar de la proscripción. Con su habitual ironía, el
periodista Orlando Barone escribió: "Si la Iglesia tarda siglos para
encontrar un santo que merezca ser santificado ¿ cómo es posible que en la
Argentina haya redacciones enteras repletas de periodistas puros?"
Otros refugios del periodismo objetivo e independiente son los dos
principales diarios del país: Clarín y La Nación. Que unen sus filantrópicos
intereses en la exposición anual de Expoagro. Una feria de 500 hectáreas.
Debe ser una fortuita coincidencia que el ingeniero Héctor Huergo, el
director de Clarín Rural sea un fundamentalista sojero. Seguramente ambos
diarios tuvieron una visión objetiva e independiente del evento que
auspician. Como cuando un crítico de televisión del diario del instrumento
musical tiene que juzgar un programa del canal 13 del mismo multimedio o de
Radio Mitre que a pesar de su nombre no pertenece a La Nación sino a Clarín.
Como diría Groucho: "Estos son mis principios. Si a usted no le gustan,
tengo otros"
Por la Expoagro pasaron todos los políticos que quieren darse un baño de
bosta. Carrió, que como algunos grupos festivos de la izquierda, practica el
marxismo. El de Groucho. Así algunos de sus chistes más recordados son " El
kichnerismo es el nazismo sin campo de concentración" Luego hay variantes
conforme a los auditorios donde reemplaza al nazismo por el matrimonio
Ceasescu, o por Strossner. Imaginó que la estatización de las AFJP, era para
los jubilados, el equivalente a los trenes que llevaban a los judíos a
Varsovia. Humorista genial, profetizó toda clase de cataclismos, menos la
hecatombe planetaria. Ahora desde un progresismo asentado en los sectores
agrarios más conservadores, pide terminar con las retenciones y volver al
FMI para endeudarse ante la pretendida eliminación de los derechos de
exportación. Paseando por las calles de la Expoagro exclamó: ¡ Ay, las
mollejas! Me marean las mollejas, una vale más que mil hombres! Su pata
agraria es Alfredo De Angeli, un arrendatario entrerriano que es ecologista
en relación a Botnia pero como productor sojero cree que el glifosato es más
inofensivo que un fertilizante. Contagiado de la epidemia de carriosismo
afirma: " Con ( los Kichner) estamos como en los setenta, pero sin armas".
El periodista Joaquín Morales Solá califica a los Biolcati , Llambías,
Gropocopatel o Elzstain, de campesinos. Un paso más en la precisión del
lenguaje y serán los carenciados sin tierras que rechazan planes jefes y
jefas de hogar. Para el periodismo en general son EL CAMPO, un lugar idílico
sin clases sociales habitados por émulos de la familia Ingalls. Groucho le
destinaría esta frase: "Disculpen si los llamo caballeros, pero todavía no
los conozco bien".
En la Expoagro, estuvo ausente la verborragia incontenible de Reutenmann y
su proverbial ejecutividad, siempre en condiciones de ver cosas imposibles
de visualizar para quienes no tienen la doble condición de conductor de
fórmula uno y chacarero impoluto. Si estuvo presente el lenguaje impactante
de Binner y su humor ingles que lo ha llevado a autodenominarse socialista.
La Triple Alianza del niño Mauricio que ha logrado enhebrar tres palabras
seguidas lo que lo hace merecedor a unas semanas de vacaciones en algunas
capitales europeas. El segundo integrante del PROperonismo es el empresario
inversionista Francisco De Narváez que se acercó al justicialismo
referenciado en los resabios de Menem y al que Perón le produce una alergia
peluda. El tercero, Felipe Solá, el gaucho de amianto, con su montura
peronista, fue casi ocho años ministro del riojano y vicegobernador de
Carlos Ruckauf, este último autor de una frase no precisamente de Groucho:
" Hay que meter balas a los delincuentes". Felipe acuñó en su oportunidad
una sentencia que explica su biografía política y si bien no tiene la
sutileza de Groucho, posee el mérito de la sinceridad en lo referente a como
sobrevivir en política. Su formula es " Hacerse el boludo". Nadie puede
negarle que lo hace con dedicación y eficacia.
Detrás de la triple alianza se mueve el exitoso concertador de derrotas
Eduardo Duhalde que le podría explicar al sobrino político de TIA, el del
tatuaje en el cuello, lo que le dijo un peronista acerca de Menem: "
Pensamos que era el bisnieto de Facundo Quiroga y resultó el hijo de
Rockefeller"
El héroe mediático Julio Cobos que cumple la doble función de vicepresidente
y opositor, se hizo presente en medio de la algarabía general según la
crónica del Noble diario: " La recorrida fue compleja, debido a los intentos
de saludos de campesinos(1) que lo hicieron, entre otras cosas, casi
tropezar y hundir su mocasín de cuero negro en el medio del barro". El
gobierno con chiquilinadas al estilo de juvenilia del secundario actúa como
jefe de prensa involuntario del anodino mendocino. Si en lugar de la
venganza tonta usara la inteligencia y lo abrazara, Cleto se diluiría tan
rápido como las penas campestres en la Expoagro.
Otra visitante fue Hilda "Chiche" Duhalde que apoya a De Narváez y recorrió
la feria en un carrito de golf conducido por el galán agropecuario Eduardo
Buzzi, mientras desgranaba los odios propios y en representación de su
marido sobre la Presidenta de la Nación y el Presidente de su partido. Acá
se puede acudir a un discípulo de Groucho Marx, como es Woody Allen quién ha
dicho: "El eco siempre dice la última palabra." O "Algunos matrimonios
acaban bien, otros duran toda la vida."
No podía faltar el dirigente sindical de los peones rurales Jerónimo Venegas
que mantuvo un silencio cómplice durante el conflicto del gobierno con las
cuatro entidades empresarias y hoy apoya coherentemente a la triple alianza
cuyo referente actual es Mauricio Macri, mientras desgrana apostillas como:
"Defender al campo es defender a la patria" Venegas es conocido como Momo y
en el living de su casa tiene un enorme retrato de Perón. Hay que tener
mucha imaginación y una dosis elevada de cinismo para encontrar en Macri
alguna continuidad de Perón. Groucho seguramente le dedicaría su frase: "
Partiendo de la nada he alcanzado las más altas cimas de la miseria"
El "amigazo" Buzzi, abrazado a De Angeli, superada su inflamación de
testículos, exteriorizada en la frase: "De Angeli me tiene hinchado las
pelotas" podría hacer suya, la frase: " Ya no somos los gauchos del Grito de
Alcorta sino del Paseo Alcorta" Y acotar: ¡ Como no voy a firmar la
solicitada en contra de la estatización del comercio exterior! He
reproducido la frase en el tono grosero que fue emitida. Lamentablemente
carezco de la elegancia del ingeniero Héctor Huergo que en Clarín escribió
traduciendo la expresión popular de Eduardo Buzzi: " Padece un síndrome de
hipertrofia escrotal" . El mismo lobbysta acaricia la utopía interesada de
convertir nuestro país en un enorme campo de soja imaginando en sus sueños
que el menú de los argentinos se conforme con un desayuno de café con leche
de soja, un almuerzo de milanesa de soja con una ensalada de granos de la
misma leguminosa, y una cena de trisoja que en la ciudad de Buenos Aires
Macri quiso implantar en las escuelas y la rechazaban hasta los chicos con
hambre
Algo raro debe pasar en la Argentina para que la oposición, intentando
superar al kirchnerismo encuentre su eje aglutinante en la Sociedad Rural y
alguna salida en el antiguo FMI, repudiado mundialmente. El futuro queda
así para algunos en 1880 y para otros en 1990. Y cuando el tema agrario
ocasionalmente se atenúa por cansancio, o porque la crisis mundial convierte
en bonsái algunas quejas, aparece la inseguridad y encuentra como respuesta
mediática la pena de muerte. Iniciado en un exabrupto de Susana Giménez, en
cuyo cerebro ha sido imposible encontrar una idea, ese extraño ejemplar del
cholulismo mediático puede mover la lengua desconectada de la cabeza y
articular frases como estas " El que mata tiene que morir. Terminemos con
los derechos humanos y esas estupideces". Groucho le destinaría dos de sus
humoradas: "Ella puede parecer una idiota y actuar como una idiota. Pero no
se deje engañar. Es realmente una idiota." "Es mejor permanecer callado y
parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente."
Groucho Marx, no Carlos, desde el más allá, habrá reiterado la humorada de
su lápida: Disculpen que no me levante" Y seguramente haría alguna pequeña
modificación a la frase con que se inicia esta nota: " No puedo ser socio de
estos que pertenecen a un club que confunden humor con grotesco, seriedad
con exageración, desmesura con oposición, alianza con amontonamiento, futuro
con pasado, avance con conservadorismo y pureza con intereses "
(1) Para los que llaman campesinos a los integrantes de la Comisión de
Enlace y a los productores sojeros, una pequeña contribución, para la
elaboración de un nuevo diccionario
MILLONARIO: carenciado de variados recursos
EMPRESARIO: Esforzado y generoso concertador de recursos materiales y
humanos
ORGANISMOS INTERNACIONALES: Filantropía a escala planetaria
ESTABLISHMENT: Conjunto de personas cuyos intereses se identifican con la
patria
SOCIEDAD RURAL: representación patriótica cuyos intereses mugen en beneficio
de los sectores humildes, mientras soportan las inclemencias del tiempo y la
incomprensión de algunos gobiernos.
7-03-2009
Groucho fue el otro Marx famoso. Incluso algunos discípulos desconcertados
de Carlos Marx terminan siendo con sus actitudes políticas émulos
involuntarios del genial humorista. Si. Aquel que decía que no sería socio
de un club que lo tuviera a él de socio.
El ex presidente Eduardo Duhalde afirma que en la Argentina hay temor a
hablar y sus declaraciones son repetidas hasta el cansancio por la red
privada de transmisión en cadena. Gerardo Morales presidente del radicalismo
residual quiere que no se toque, ahora y con este gobierno, la ley de
radiodifusión originalmente de la dictadura. Contagiado de carriosismo-
enfermedad que consiste en utilizar el superlativo a la enésima potencia-
declaró: "Estamos a la parrilla Venezuela va a ser un poroto. Y los
periodistas independientes van a ser perseguidos" Preguntado sobre si
conocía el presunto proyecto contestó que no. Justamente los periodistas
independientes perseguidos ahora, antes que se conozca el maquiavélico
proyecto que seguirá el trámite parlamentario correspondiente, tienen
afortunadamente programas de radio, de televisión o son columnistas en la
escudería del periodismo puro. Muchos de ellos son los mejor remunerados. Es
doloroso padecer el caviar de la proscripción. Con su habitual ironía, el
periodista Orlando Barone escribió: "Si la Iglesia tarda siglos para
encontrar un santo que merezca ser santificado ¿ cómo es posible que en la
Argentina haya redacciones enteras repletas de periodistas puros?"
Otros refugios del periodismo objetivo e independiente son los dos
principales diarios del país: Clarín y La Nación. Que unen sus filantrópicos
intereses en la exposición anual de Expoagro. Una feria de 500 hectáreas.
Debe ser una fortuita coincidencia que el ingeniero Héctor Huergo, el
director de Clarín Rural sea un fundamentalista sojero. Seguramente ambos
diarios tuvieron una visión objetiva e independiente del evento que
auspician. Como cuando un crítico de televisión del diario del instrumento
musical tiene que juzgar un programa del canal 13 del mismo multimedio o de
Radio Mitre que a pesar de su nombre no pertenece a La Nación sino a Clarín.
Como diría Groucho: "Estos son mis principios. Si a usted no le gustan,
tengo otros"
Por la Expoagro pasaron todos los políticos que quieren darse un baño de
bosta. Carrió, que como algunos grupos festivos de la izquierda, practica el
marxismo. El de Groucho. Así algunos de sus chistes más recordados son " El
kichnerismo es el nazismo sin campo de concentración" Luego hay variantes
conforme a los auditorios donde reemplaza al nazismo por el matrimonio
Ceasescu, o por Strossner. Imaginó que la estatización de las AFJP, era para
los jubilados, el equivalente a los trenes que llevaban a los judíos a
Varsovia. Humorista genial, profetizó toda clase de cataclismos, menos la
hecatombe planetaria. Ahora desde un progresismo asentado en los sectores
agrarios más conservadores, pide terminar con las retenciones y volver al
FMI para endeudarse ante la pretendida eliminación de los derechos de
exportación. Paseando por las calles de la Expoagro exclamó: ¡ Ay, las
mollejas! Me marean las mollejas, una vale más que mil hombres! Su pata
agraria es Alfredo De Angeli, un arrendatario entrerriano que es ecologista
en relación a Botnia pero como productor sojero cree que el glifosato es más
inofensivo que un fertilizante. Contagiado de la epidemia de carriosismo
afirma: " Con ( los Kichner) estamos como en los setenta, pero sin armas".
El periodista Joaquín Morales Solá califica a los Biolcati , Llambías,
Gropocopatel o Elzstain, de campesinos. Un paso más en la precisión del
lenguaje y serán los carenciados sin tierras que rechazan planes jefes y
jefas de hogar. Para el periodismo en general son EL CAMPO, un lugar idílico
sin clases sociales habitados por émulos de la familia Ingalls. Groucho le
destinaría esta frase: "Disculpen si los llamo caballeros, pero todavía no
los conozco bien".
En la Expoagro, estuvo ausente la verborragia incontenible de Reutenmann y
su proverbial ejecutividad, siempre en condiciones de ver cosas imposibles
de visualizar para quienes no tienen la doble condición de conductor de
fórmula uno y chacarero impoluto. Si estuvo presente el lenguaje impactante
de Binner y su humor ingles que lo ha llevado a autodenominarse socialista.
La Triple Alianza del niño Mauricio que ha logrado enhebrar tres palabras
seguidas lo que lo hace merecedor a unas semanas de vacaciones en algunas
capitales europeas. El segundo integrante del PROperonismo es el empresario
inversionista Francisco De Narváez que se acercó al justicialismo
referenciado en los resabios de Menem y al que Perón le produce una alergia
peluda. El tercero, Felipe Solá, el gaucho de amianto, con su montura
peronista, fue casi ocho años ministro del riojano y vicegobernador de
Carlos Ruckauf, este último autor de una frase no precisamente de Groucho:
" Hay que meter balas a los delincuentes". Felipe acuñó en su oportunidad
una sentencia que explica su biografía política y si bien no tiene la
sutileza de Groucho, posee el mérito de la sinceridad en lo referente a como
sobrevivir en política. Su formula es " Hacerse el boludo". Nadie puede
negarle que lo hace con dedicación y eficacia.
Detrás de la triple alianza se mueve el exitoso concertador de derrotas
Eduardo Duhalde que le podría explicar al sobrino político de TIA, el del
tatuaje en el cuello, lo que le dijo un peronista acerca de Menem: "
Pensamos que era el bisnieto de Facundo Quiroga y resultó el hijo de
Rockefeller"
El héroe mediático Julio Cobos que cumple la doble función de vicepresidente
y opositor, se hizo presente en medio de la algarabía general según la
crónica del Noble diario: " La recorrida fue compleja, debido a los intentos
de saludos de campesinos(1) que lo hicieron, entre otras cosas, casi
tropezar y hundir su mocasín de cuero negro en el medio del barro". El
gobierno con chiquilinadas al estilo de juvenilia del secundario actúa como
jefe de prensa involuntario del anodino mendocino. Si en lugar de la
venganza tonta usara la inteligencia y lo abrazara, Cleto se diluiría tan
rápido como las penas campestres en la Expoagro.
Otra visitante fue Hilda "Chiche" Duhalde que apoya a De Narváez y recorrió
la feria en un carrito de golf conducido por el galán agropecuario Eduardo
Buzzi, mientras desgranaba los odios propios y en representación de su
marido sobre la Presidenta de la Nación y el Presidente de su partido. Acá
se puede acudir a un discípulo de Groucho Marx, como es Woody Allen quién ha
dicho: "El eco siempre dice la última palabra." O "Algunos matrimonios
acaban bien, otros duran toda la vida."
No podía faltar el dirigente sindical de los peones rurales Jerónimo Venegas
que mantuvo un silencio cómplice durante el conflicto del gobierno con las
cuatro entidades empresarias y hoy apoya coherentemente a la triple alianza
cuyo referente actual es Mauricio Macri, mientras desgrana apostillas como:
"Defender al campo es defender a la patria" Venegas es conocido como Momo y
en el living de su casa tiene un enorme retrato de Perón. Hay que tener
mucha imaginación y una dosis elevada de cinismo para encontrar en Macri
alguna continuidad de Perón. Groucho seguramente le dedicaría su frase: "
Partiendo de la nada he alcanzado las más altas cimas de la miseria"
El "amigazo" Buzzi, abrazado a De Angeli, superada su inflamación de
testículos, exteriorizada en la frase: "De Angeli me tiene hinchado las
pelotas" podría hacer suya, la frase: " Ya no somos los gauchos del Grito de
Alcorta sino del Paseo Alcorta" Y acotar: ¡ Como no voy a firmar la
solicitada en contra de la estatización del comercio exterior! He
reproducido la frase en el tono grosero que fue emitida. Lamentablemente
carezco de la elegancia del ingeniero Héctor Huergo que en Clarín escribió
traduciendo la expresión popular de Eduardo Buzzi: " Padece un síndrome de
hipertrofia escrotal" . El mismo lobbysta acaricia la utopía interesada de
convertir nuestro país en un enorme campo de soja imaginando en sus sueños
que el menú de los argentinos se conforme con un desayuno de café con leche
de soja, un almuerzo de milanesa de soja con una ensalada de granos de la
misma leguminosa, y una cena de trisoja que en la ciudad de Buenos Aires
Macri quiso implantar en las escuelas y la rechazaban hasta los chicos con
hambre
Algo raro debe pasar en la Argentina para que la oposición, intentando
superar al kirchnerismo encuentre su eje aglutinante en la Sociedad Rural y
alguna salida en el antiguo FMI, repudiado mundialmente. El futuro queda
así para algunos en 1880 y para otros en 1990. Y cuando el tema agrario
ocasionalmente se atenúa por cansancio, o porque la crisis mundial convierte
en bonsái algunas quejas, aparece la inseguridad y encuentra como respuesta
mediática la pena de muerte. Iniciado en un exabrupto de Susana Giménez, en
cuyo cerebro ha sido imposible encontrar una idea, ese extraño ejemplar del
cholulismo mediático puede mover la lengua desconectada de la cabeza y
articular frases como estas " El que mata tiene que morir. Terminemos con
los derechos humanos y esas estupideces". Groucho le destinaría dos de sus
humoradas: "Ella puede parecer una idiota y actuar como una idiota. Pero no
se deje engañar. Es realmente una idiota." "Es mejor permanecer callado y
parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente."
Groucho Marx, no Carlos, desde el más allá, habrá reiterado la humorada de
su lápida: Disculpen que no me levante" Y seguramente haría alguna pequeña
modificación a la frase con que se inicia esta nota: " No puedo ser socio de
estos que pertenecen a un club que confunden humor con grotesco, seriedad
con exageración, desmesura con oposición, alianza con amontonamiento, futuro
con pasado, avance con conservadorismo y pureza con intereses "
(1) Para los que llaman campesinos a los integrantes de la Comisión de
Enlace y a los productores sojeros, una pequeña contribución, para la
elaboración de un nuevo diccionario
MILLONARIO: carenciado de variados recursos
EMPRESARIO: Esforzado y generoso concertador de recursos materiales y
humanos
ORGANISMOS INTERNACIONALES: Filantropía a escala planetaria
ESTABLISHMENT: Conjunto de personas cuyos intereses se identifican con la
patria
SOCIEDAD RURAL: representación patriótica cuyos intereses mugen en beneficio
de los sectores humildes, mientras soportan las inclemencias del tiempo y la
incomprensión de algunos gobiernos.
7-03-2009
AL FILO DE LA NAVAJA
Jorge Rachid
Cuando el mundo se debate en la mas seria crisis que hemos vivido y
tengamos memoria personal, en nuestro país, bailando en la cubierta
del Titanic, los sectores dirigenciales políticos y empresariales,
creen que pueden salvarse solos, o lo que es lo mismo, en forma
independiente del resto de los argentinos, desconociendo su
pertenencia, su identidad, el destino común y lo mas importante y
cruel, poniendo en riesgo al resto de los compatriotas.
Ni las demandas sectoriales, satisfechas o no, ni la cercanía
electoral, son motivo suficiente para alterar el curso de la historia
democrática que hemos elegido los argentinos y que nos permite
disentir, criticar, acordar, elegir, ser elegidos, votar y gritar
cuando queremos, sin la sombra negra de la dictadura o la represión.
Valores que hemos ganado entre todos como para encolumnarnos en
campañas difamatorias, perversas y ruines evaluando conductas y
personas sobre las que podemos o no estar de acuerdo, con las que
podemos tener o no empatía, pero que son parte de nuestro pueblo que
no merece un estado de crispación y conflicto permanente, mas allá de
los supuestos justos reclamos que ponen en vilo a la sociedad.
Hace pocos años, los desocupados juntos a los estafados por el
corralito, los desamparados expulsados de la pirámide social junto a
los nuevos cuentapropistas de las ex empresas estatales, vivían la
hecatombe final de un proceso de penetración cultural y económica que
cambió el marco social de la Argentina. De una Argentina productiva,
solidaria en la cultura del trabajo y la protección social, pasamos a
un modelo instalado con sangre y fuego por la dictadura militar,
basado en la codicia financiera, la timba económica y la exaltación
del éxito personal como único objetivo de vida, y así instalaron la
cultura neoliberal, tan solo ayer dominante y hoy en crisis mundial.
Este modelo afianzado en los años de democracia que siguieron,
profundizó su presencia al calor de los dictados de los organismos de
crédito multilaterales avalados por los gerentes locales en puestos
públicos que permitieron la ideología del remate, descapitalizaron
nuestro país y sometieron bajo el slogan de la modernidad y la
globalización, a millones de compatriotas en la desesperanza y el
dolor. Un nuevo genocidio se estaba produciendo en la Argentina, esta
vez de carácter social, profundo y doloroso como el de los
desaparecidos de la noche larga dictatorial.
Este breve síntesis sirve de sustento para evaluar los niveles de
conflicto actuales, que son de un maniqueísmo dogmático, donde el
enemigo es cualquier argentino que no piense como uno. El pensamiento
crítico aplastado durante años parece haberse puesto de pié en su
forma de pensamiento frívolo, donde las formas importan sobre el
fondo, donde la valoración es la de la foto y no de la película que
hemos vivido estos últimos años.
No se pide condescendencia y menos en la faz política, sino acuerdos
de respeto con las críticas que no pongan en juego el destino como
Nación. No se puede alegremente denunciar por narcotráfico y lavado
una ley de la Nación destinada al blanqueo de capitales y hacerlo en
los foros internacionales, cuando esos mismos foros después comparten
los términos de las leyes argentinas.
No es justo, y menos aún ético, que opinen de la crisis los mismos
economistas de la década del 90 que nos llevaron desde la
convertibilidad al corralito sin autocrítica alguna y hoy pretenden
ser nuevamente gurúes, sino adivinos, de los nuevos tiempos. Falta
que sigan midiendo ?el riesgo país? en un mundo financiero que ya no
existe, con consultoras que imponían a nuestro país condiciones
crediticias y reformas estructurales y que han caído en el abismo de
sus propias mentiras, ambición y codicia.
No pueden los medios de difusión ser parte de la mentira cotidiana de
rumor y la falsa información, ni pueden deteriorar sin perder su
credibilidad, las instituciones de la Nación.
No es un juego de buenos contra malos. Es una pugna de intereses
económicos sectoriales o políticos electorales, pero en ningún caso
los golpes pueden ser de ?la cintura para abajo?. Ahí no se pega, es
regla en el barrio, y lo es en la vida, en lo personal y aún en lo
familiar. No es de ?hombre? dirían nuestras abuelas, ese tipo de
críticas. No es de bien, dirían las señoras de la beneficencia.
En medio de una tormenta inédita en lo internacional, hoy la Argentina
está con un esquema consolidado de cuentas públicas e inserción
laboral aceptable, con movilidad en los haberes de la clase pasiva
posible aunque distante del ideal, con grandes y serias posibilidades
de capear el temporal en este año difícil. Queda sin dudas mucho por
realizar en la faz social, hipoteca pendiente de años de crecimiento,
pero no por ello se puede arriesgar el todo por la nada, ante una
elección o un reclamo.
Los anuncios apocalípticos continuos y nunca cumplidos, la extrema
dureza en el reclamo con el objetivo declarado de desgastar al
Gobierno, los juicios livianos ante el menor conflicto, la inseguridad
como eje detonador, la judicialización de la política, la
justificación de la dictadura militar, los pedidos de ajuste sin
aporte de otra opción social, la reincorporación al culposo declarado
FMI, la denigración presidencial ante la convocatoria a nuestro país
por el Grupo de los 20, los fogoneos ante los jueces de EEUU por los
fondos buitres encubiertos en realidad por los bancos ex dueños de las
AFJP, la caracterización imperial de la UNASUR, el desprestigio
permanente a Chavez caracterizándolo como ?dictador? sin mencionar las
catorce elecciones ganadas ante presencia de veedores internacional, a
Morales y a Correa contraponiéndolos con Lula, Bachelet y Tabaré ,
estigmatizar al movimiento obrero organizado, desconocer los
movimientos sociales campesinos y urbanos, reinstalar la idea de la
represión a la pobreza contra los cartoneros, los niños en situación
de calle, las familias sin techo y las villas miserias, todo,
absolutamente todo, sirve de ariete del sistema para defender sus
privilegios.
Toda noticia nacional o extranjera traída por la ?prensa libre?, pasa
a ser motivo válido para querer volver a ser el eje dominante en la
pretensión de una Argentina sometida. Sin embargo, nadie iguala el
embate de?la media luna? poseedora de la riqueza gasífera y petrolera
boliviana, con los de la zona invadida por la soja, los Fondos de
Inversión, que además de erosionar y desertizar, han contaminado las
napas y enfermado la tierra y los seres humanos empobreciendo a muchos
compatriotas .
El poder del dinero no se rinde. Se deberá trajinar y militar mucho,
para que tampoco se rindan los que aún creemos que se puede construir
una sociedad mas justa, los que no aceptamos que debemos subordinarnos
al dictado de los poderosos, los que decimos que no debemos ver el
mundo color dinero, aceptando matanzas, invasiones y violaciones
soberanas a aquellos países que se rebelan al statu quo imperial.
Los argentinos hemos protagonizado epopeyas que quedarán grabadas en
la historia de los pueblos, como habernos independizado en la única
revolución triunfante en Latinoamérica desde el inicio, habernos dado
una educación popular y pública que nos convirtió en uno de los
pueblos mas alfabetizados del mundo, haber salvado al mundo de las
hambrunas con solidaridad y afecto, haber recibido refugiados de todos
los rincones del planeta con los brazos abiertos, haber sido capaces
de integrar la inmigración a nuestra cultura sin preguntar el país de
origen, habernos dado la ley del voto obligatorio y los derechos de
los trabajadores, los niños y los ancianos, haber logrado el voto
femenino cuando los países centrales no lo permitían, haber generado
gestas como la revolución del 90 con Alem y del 17 de octubre con
Perón, haber luchado y vencido a través de 18 años de resistencia a
las fuerzas de la reacción y recuperar la democracia y el líder para
nuestro pueblo, haber tenido madres que fueron capaces de vencer la
dictadura con su pacifismo, su dolor y su conciencia, simbolizando una
lucha universal reconocida en el mundo entero, sin olvidarnos de haber
sido capaces del comienzo de la demolición del modelo neoliberal en
las jornadas del 2001, aun vivo en lo estructural.
No somos incapaces ni minusválidos frente a la historia, somos un
pueblo vivo y con esperanzas. Tampoco somos tontos de no saber quien
es quien en el panorama actual, quienes actúan por compromiso y
quienes lo hacen por intereses específicos de cualquier orden. Pueden
ser críticos desde supuestas teoría de izquierda, se puede realizar
críticas desde alguna interpretación del peronismo, o se las puede
hacer aún desde la reacción. Pero todos sabemos que esas críticas no
pueden poner en riesgo la Nación, ni las instituciones de la
democracia, que por mas imperfecta que sea, es el sistema que hemos
elegido los argentinos.
Ninguna idea ni ninguna persona puede considerarse por si misma, ni
como grupo, los ?dueños de la verdad?, los ?salvadores,? ni los
?predestinados? de la Patria, porque eso implica poner en riesgo la
Argentina como destino común de todos nosotros. Con humildad y sin
rencor se puede construir un camino de Justicia Social, Independencia
Económica y Soberanía Política, que reinstale el Estado de Bienestar
con un pueblo feliz y una Patria grande, integrada en una
Latinoamérica unida.
CABA, 10 de marzo de 2003
Cuando el mundo se debate en la mas seria crisis que hemos vivido y
tengamos memoria personal, en nuestro país, bailando en la cubierta
del Titanic, los sectores dirigenciales políticos y empresariales,
creen que pueden salvarse solos, o lo que es lo mismo, en forma
independiente del resto de los argentinos, desconociendo su
pertenencia, su identidad, el destino común y lo mas importante y
cruel, poniendo en riesgo al resto de los compatriotas.
Ni las demandas sectoriales, satisfechas o no, ni la cercanía
electoral, son motivo suficiente para alterar el curso de la historia
democrática que hemos elegido los argentinos y que nos permite
disentir, criticar, acordar, elegir, ser elegidos, votar y gritar
cuando queremos, sin la sombra negra de la dictadura o la represión.
Valores que hemos ganado entre todos como para encolumnarnos en
campañas difamatorias, perversas y ruines evaluando conductas y
personas sobre las que podemos o no estar de acuerdo, con las que
podemos tener o no empatía, pero que son parte de nuestro pueblo que
no merece un estado de crispación y conflicto permanente, mas allá de
los supuestos justos reclamos que ponen en vilo a la sociedad.
Hace pocos años, los desocupados juntos a los estafados por el
corralito, los desamparados expulsados de la pirámide social junto a
los nuevos cuentapropistas de las ex empresas estatales, vivían la
hecatombe final de un proceso de penetración cultural y económica que
cambió el marco social de la Argentina. De una Argentina productiva,
solidaria en la cultura del trabajo y la protección social, pasamos a
un modelo instalado con sangre y fuego por la dictadura militar,
basado en la codicia financiera, la timba económica y la exaltación
del éxito personal como único objetivo de vida, y así instalaron la
cultura neoliberal, tan solo ayer dominante y hoy en crisis mundial.
Este modelo afianzado en los años de democracia que siguieron,
profundizó su presencia al calor de los dictados de los organismos de
crédito multilaterales avalados por los gerentes locales en puestos
públicos que permitieron la ideología del remate, descapitalizaron
nuestro país y sometieron bajo el slogan de la modernidad y la
globalización, a millones de compatriotas en la desesperanza y el
dolor. Un nuevo genocidio se estaba produciendo en la Argentina, esta
vez de carácter social, profundo y doloroso como el de los
desaparecidos de la noche larga dictatorial.
Este breve síntesis sirve de sustento para evaluar los niveles de
conflicto actuales, que son de un maniqueísmo dogmático, donde el
enemigo es cualquier argentino que no piense como uno. El pensamiento
crítico aplastado durante años parece haberse puesto de pié en su
forma de pensamiento frívolo, donde las formas importan sobre el
fondo, donde la valoración es la de la foto y no de la película que
hemos vivido estos últimos años.
No se pide condescendencia y menos en la faz política, sino acuerdos
de respeto con las críticas que no pongan en juego el destino como
Nación. No se puede alegremente denunciar por narcotráfico y lavado
una ley de la Nación destinada al blanqueo de capitales y hacerlo en
los foros internacionales, cuando esos mismos foros después comparten
los términos de las leyes argentinas.
No es justo, y menos aún ético, que opinen de la crisis los mismos
economistas de la década del 90 que nos llevaron desde la
convertibilidad al corralito sin autocrítica alguna y hoy pretenden
ser nuevamente gurúes, sino adivinos, de los nuevos tiempos. Falta
que sigan midiendo ?el riesgo país? en un mundo financiero que ya no
existe, con consultoras que imponían a nuestro país condiciones
crediticias y reformas estructurales y que han caído en el abismo de
sus propias mentiras, ambición y codicia.
No pueden los medios de difusión ser parte de la mentira cotidiana de
rumor y la falsa información, ni pueden deteriorar sin perder su
credibilidad, las instituciones de la Nación.
No es un juego de buenos contra malos. Es una pugna de intereses
económicos sectoriales o políticos electorales, pero en ningún caso
los golpes pueden ser de ?la cintura para abajo?. Ahí no se pega, es
regla en el barrio, y lo es en la vida, en lo personal y aún en lo
familiar. No es de ?hombre? dirían nuestras abuelas, ese tipo de
críticas. No es de bien, dirían las señoras de la beneficencia.
En medio de una tormenta inédita en lo internacional, hoy la Argentina
está con un esquema consolidado de cuentas públicas e inserción
laboral aceptable, con movilidad en los haberes de la clase pasiva
posible aunque distante del ideal, con grandes y serias posibilidades
de capear el temporal en este año difícil. Queda sin dudas mucho por
realizar en la faz social, hipoteca pendiente de años de crecimiento,
pero no por ello se puede arriesgar el todo por la nada, ante una
elección o un reclamo.
Los anuncios apocalípticos continuos y nunca cumplidos, la extrema
dureza en el reclamo con el objetivo declarado de desgastar al
Gobierno, los juicios livianos ante el menor conflicto, la inseguridad
como eje detonador, la judicialización de la política, la
justificación de la dictadura militar, los pedidos de ajuste sin
aporte de otra opción social, la reincorporación al culposo declarado
FMI, la denigración presidencial ante la convocatoria a nuestro país
por el Grupo de los 20, los fogoneos ante los jueces de EEUU por los
fondos buitres encubiertos en realidad por los bancos ex dueños de las
AFJP, la caracterización imperial de la UNASUR, el desprestigio
permanente a Chavez caracterizándolo como ?dictador? sin mencionar las
catorce elecciones ganadas ante presencia de veedores internacional, a
Morales y a Correa contraponiéndolos con Lula, Bachelet y Tabaré ,
estigmatizar al movimiento obrero organizado, desconocer los
movimientos sociales campesinos y urbanos, reinstalar la idea de la
represión a la pobreza contra los cartoneros, los niños en situación
de calle, las familias sin techo y las villas miserias, todo,
absolutamente todo, sirve de ariete del sistema para defender sus
privilegios.
Toda noticia nacional o extranjera traída por la ?prensa libre?, pasa
a ser motivo válido para querer volver a ser el eje dominante en la
pretensión de una Argentina sometida. Sin embargo, nadie iguala el
embate de?la media luna? poseedora de la riqueza gasífera y petrolera
boliviana, con los de la zona invadida por la soja, los Fondos de
Inversión, que además de erosionar y desertizar, han contaminado las
napas y enfermado la tierra y los seres humanos empobreciendo a muchos
compatriotas .
El poder del dinero no se rinde. Se deberá trajinar y militar mucho,
para que tampoco se rindan los que aún creemos que se puede construir
una sociedad mas justa, los que no aceptamos que debemos subordinarnos
al dictado de los poderosos, los que decimos que no debemos ver el
mundo color dinero, aceptando matanzas, invasiones y violaciones
soberanas a aquellos países que se rebelan al statu quo imperial.
Los argentinos hemos protagonizado epopeyas que quedarán grabadas en
la historia de los pueblos, como habernos independizado en la única
revolución triunfante en Latinoamérica desde el inicio, habernos dado
una educación popular y pública que nos convirtió en uno de los
pueblos mas alfabetizados del mundo, haber salvado al mundo de las
hambrunas con solidaridad y afecto, haber recibido refugiados de todos
los rincones del planeta con los brazos abiertos, haber sido capaces
de integrar la inmigración a nuestra cultura sin preguntar el país de
origen, habernos dado la ley del voto obligatorio y los derechos de
los trabajadores, los niños y los ancianos, haber logrado el voto
femenino cuando los países centrales no lo permitían, haber generado
gestas como la revolución del 90 con Alem y del 17 de octubre con
Perón, haber luchado y vencido a través de 18 años de resistencia a
las fuerzas de la reacción y recuperar la democracia y el líder para
nuestro pueblo, haber tenido madres que fueron capaces de vencer la
dictadura con su pacifismo, su dolor y su conciencia, simbolizando una
lucha universal reconocida en el mundo entero, sin olvidarnos de haber
sido capaces del comienzo de la demolición del modelo neoliberal en
las jornadas del 2001, aun vivo en lo estructural.
No somos incapaces ni minusválidos frente a la historia, somos un
pueblo vivo y con esperanzas. Tampoco somos tontos de no saber quien
es quien en el panorama actual, quienes actúan por compromiso y
quienes lo hacen por intereses específicos de cualquier orden. Pueden
ser críticos desde supuestas teoría de izquierda, se puede realizar
críticas desde alguna interpretación del peronismo, o se las puede
hacer aún desde la reacción. Pero todos sabemos que esas críticas no
pueden poner en riesgo la Nación, ni las instituciones de la
democracia, que por mas imperfecta que sea, es el sistema que hemos
elegido los argentinos.
Ninguna idea ni ninguna persona puede considerarse por si misma, ni
como grupo, los ?dueños de la verdad?, los ?salvadores,? ni los
?predestinados? de la Patria, porque eso implica poner en riesgo la
Argentina como destino común de todos nosotros. Con humildad y sin
rencor se puede construir un camino de Justicia Social, Independencia
Económica y Soberanía Política, que reinstale el Estado de Bienestar
con un pueblo feliz y una Patria grande, integrada en una
Latinoamérica unida.
CABA, 10 de marzo de 2003
Balance de un año agitado, con cambio de época incluido
de Alberto J. Lapolla
Una nueva época histórica
Balancear el año 2008 y pensar la perspectiva por delante no aparece como tarea fácil, pues los hechos ocurridos en nuestro bendito país, se insertan en una situación mundial de crisis sistémica del modelo neoliberal. Modelo impuesto a sangre y fuego por los EE.UU., luego de nuestra derrota de los Setenta (casi un millón de muertos indoamericanos entre 1954 y 1990) y profundizado hasta el hartazgo luego del colapso soviético. Completado luego con el pasaje del comunismo chino a ser el ‘motor’ del nuevo capitalismo mundial. El derrumbe del modelo neoliberal, ése que Francis Fukuyama había caracterizado como la ‘culminación de la historia humana’, dando una vez más la razón al harto reaccionario Menéndez y Pelayo, que afirmaba con justicia ‘que nada envejece tan rápido como un libro de historia’, abre sin duda alguna el inicio de un nuevo tiempo histórico que podemos calificar de cambio de época. Cuestión que ya habíamos señalado luego de la imposibilidad manifiesta del Imperio por revertir la ola revolucionaria y de cambios que sacude a Nuestrámérica. Como una maldición –seguramente satánica para él- el preverbal Bush observaba que cada una de sus intervenciones para apagar el fuego en Venezuela o en Bolivia era acompañada por el surgimiento de un nuevo país que se adhería al cambio, como Ecuador o Nicaragua. Así a la revolución Bolivariana, que sin dudas disparó el proceso al poner en tela de juicio el modelo neoliberal en su conjunto, retomando la idea del Estado como rector de la economía y la justicia social como motivo de la política, se le agregó la impresionante –por todo su valor simbólico e histórico- revolución indígena boliviana que comienza a cerrar 500 años de dominación blanco-católico-europea sobre los sufridos pueblos de América. Nuestra Revolución emancipatoria comenzó hace 229 años en los Andes sagrados y todo indica, como señalaran Bolívar, Monteagudo, San Martín o el Che que allí concluirá. Hoy Suramérica, Nuestramérica, la Patria Grande o Indoamérica, se encuentra cerrando el capítulo abierto allá, por el 25 de mayo de 1809, cuando nuestros patriotas chuquisaqueños abrieron la senda de la Revolución continental, tomando la posta dejada por nuestro padre Túpac Amaru. Quien con toda razón había exclamado, en queshwa y castellano, antes de que los piadosos españoles le cortaran la lengua para someterlo al suplicio: ‘volveré y seré millones’. Hoy nos encontramos transitando –y esa es una de las razones del colapso imperial- un nuevo tiempo americano caracterizado por la unidad continental, por la reconstrucción de nuestras economías, por la autonomía creciente de nuestras sociedades respecto del imperialismo norteamericano o europeo. La posibilidad cierta de lograr saltos de integración continental esbozados en el Plan maestro de la Revolución por nuestros padres Miranda, Moreno, Castelli, Monteagudo o Bolívar, es hoy un hecho palpable. Esto puede constarse en la increíble jornada de creación del Banco del Sur, allá por los inicios del gobierno de la Presidenta Cristina Fernández, en el rol decisivo de la Unasur y su existencia efectiva más allá de los gritos y lamentos de toda la derecha continental o en la reciente gira de nuestra Presidenta por Cuba y Venezuela en el mismo momento en que un nuevo presidente norteamericano asumía, hecho absolutamente impensado hace pocos años. Al igual que luego de la derrota de Napoleón, y en su nombre de la Revolución Francesa, Nuestra América vuelve a ser el centro revolucionario del mundo. Mientras Europa gira brutalmente al racismo y a la xenofobia que la caracterizaron desde siempre y que la llevó a cometer en América, África, Asia y en su propio territorio los mayores genocidios que conoce la historia de la humanidad, en América campea la revolución, el cambio, el ansia de justicia e igualdad, la revancha milenaria de nuestros pueblos humillados. En Europa incluida Israel, gobiernan Sarkozy, Merkel, Berlusconi, Olmert y otros payasos vergonzantes tan reaccionarios como éstos. En América cada día que pasa un nuevo gobierno asume las banderas de la justicia social, la integración continental, la búsqueda de una mayor distribución de la riqueza y el abandono del modelo neoliberal. De allí que hablar de una nueva época histórica no es gratuito, si además agregamos que en los EE.UU., acaba de asumir un presidente negro, o mulato, para mayor precisión. Algo absolutamente impensado en el momento en que George Bush decidiera transformar al mundo en una gigantesca ESMA, para impedir el derrumbe de la hegemonía norteamericana. A diferencia del amigo Petras, no creemos que sea lo mismo que gobierne un mulato, un indio o un negro, o el nieto de un esclavo, o un obrero. Casualmente eso diferencia a la izquierda colonial de la que no lo es. Sino basta verles las caras radiantes a los negros norteamericanos, a nuestros ‘paisanos los indios’ de Bolivia o a los negros y mulatos brasileños para ver que no es lo mismo. No siempre la revolución es un problema de programas y economía. La economía ‘determina el rumbo de la política, pero no la reemplaza’, como muy bien se encargó de aclarar varias veces Federico Engels. La historia mostró desde el 1600 hasta aquí, que las revoluciones son esencialmente culturales, tal como descubriera Vladimir Lenin al final de su vida, cuando ya era tarde para evitar la muerte a manos de su amigo Koba. Nuestra revolución cultural había emergido con fuerza maravillosa en los Sesenta y Setenta, el imperio la ahogó en sangre. Como siempre en Nuestramérica, nuevas generaciones retomaron la posta y le insuflaron nueva sabia y más sabiduría. Todo indica que hoy el Imperio no puede aplastarnos, el camino de la liberación está ante nosotros. Por un sendero distinto claro está, al de los Sesenta y Setenta. Esa es la diferencia que va de El Che a Evo, o si se quiere de Castelli a Túpac Amaru. Hoy los indios y los negros hablan por sí solos. Y esa revolución es indetenible.
El retorno de la oligarquía
Si algo caracterizó a la nuestro país en 2008, fue el retorno de la sacrosanta oligarquía reciclada en rentismo sojero. Si la rebelión popular del 2001, nos devolvió al pueblo y se llevó a la ‘gente’, no podía dejar de ocurrir, que nuestra oligarquía terrateniente irrumpiera en escena nuevamente. Y lo hizo. Con todas las repeticiones históricas que harían las delicias del viejo Karl o de don Georg Wilhelm. La oligaquía volvió y le dijo basta al gobierno kirchnerista, en esa cuestión de redistribuir y de tratar de redesarrollar el país devastado por la traición menemista. ‘-De ninguna manera. A mi no me van a sacar mi plata para que esos negros del conurbano coman bife de lomo.’ ‘-A mi no me van a sacar mi plata para volver al país industrial de antes.’ ¿Mirá si vuelven los paros, o esos sindicatos poderosos y terribles que hicieron el 17 de Octubre, el Lisandro de la Torre, el Cordobazo y el Rodrigzao? ‘¡De ninguna manera! ¡Hay que acabar con los Kirchner cuánto antes!. ‘Sobre todo ahora que gobierna esta mina tilinga y montonera.’ ‘Débil además, porque es una mina’. ‘A mi esta mina no me va a decir lo que tengo que sembrar. Mirá si yo le hiciera caso a mi mujer, para eso está en la casa todo el día, del campo me ocupo yo.’ El golpe fue bien planeado –¿con aliados dentro del gobierno?-, con el monopolio absoluto del poder informativo de su lado, y un discurso premoderno que nos devolvía a los conceptos económicos y sociales de los fisiocrátas: ‘la riqueza del país se produce en el campo’, ‘los productores son humildes chacareros que crean la riqueza nacional’. Tal como si estuviéramos en 1850 o en 1900, olvidando que ya hace mucho tiempo el producto bruto agrario es menos de un tercio de la riqueza nacional y solo emplea 1.3 millones de personas de las cuales sólo un tercio en blanco. Peor aun, sobre 40 millones de habitantes sólo tenemos 330.000 productores agrarios, de esos, sólo 110.000 poseen mas de 100 has y de ellos sólo 80.000 son sojeros. Pero allí estaban todos al borde de la ruta, habiendo comenzado un intento destituyente el 25 de marzo, es decir el día en que los genocidas reivindican su obra. Recibieron apoyos insospechados. Porque claro, el retorno de la oligarquía no la iba a encontrar sola. Jamás lo hizo. Si algo caracterizó a esa clase ‘estéril e infecunda’ desde Pizarro y Hernandarias hasta Martínez de Hoz, fue siempre su astucia política y el golpear por sorpresa. Sino pregúntenle a Moreno, a Castelli, a San Martín, a Dorrego. O a Artigas, traicionado por sus lugartenientes Ramírez y López comprados desvergonzadamente por la oligarquía porteña. Sarratea negoció, mientras Martín Rodríguez y Don Juan Manuel juntaron la plata y el ganado para ‘contentar’ a Don Estanislao, el ‘padre del federalismo’ traidor y así poder aislar y aplastar sin miramientos a Artigas y su revolución india. El principal enemigo de esa clase poseedora de todas la tierras y los ganados de nadie. Y de paso liquidar los planes de San Martín que había pactado en secreto con Artigas dejando aplastar al Directorio y así unir todo América en una única nación. Siempre actuó así la astuta oligarquía. Buscar el núcleo duro del enemigo y golpearlo hasta destruirlo. Así lo hizo de uno en uno con la lista antes enumerada. Esta vez –y ella lo sabe mejor que nadie- el núcleo duro a derrotar es el eje Buenos Aires, Caracas, Brasilia. Ese es el eje de la unidad continental y no otro. Esa alianza es estratégica en términos geopolíticos globales. Y lo que se exigía en las rutas, era el abandono de cualquier aspiración de reindustrialización, integración y reconstrucción del mercado interno. Las señoras de Barrio Norte que decían ‘yo no quiero que mi país sea como Venezuela o Cuba’ lo escribían blanco sobre negro. Debíamos seguir siendo sin chistar, una factoría sojera y un país para pocos y de pocos. Pero el golpe venía de antes. ¿O alguien cree qué decirle no al ALCA en la cara de Bush fue gratuito?
Los aliados insospechados de la oligarquía
Lo notable, y para eso sirven las crisis políticas, es que cuando el hormiguero se revuelve aparecen las partes que no se veían a simple vista. Y entonces, como nos pasó siempre, ante cada crisis política, cuando se discute el modelo de acumulación y este puede rozar a la oligarquía, aparecen insospechados aliados. Así en 1930 comunistas y socialistas coloniales ayudaron a voltear a don Hipólito en medio del colapso del modelo agroexportador. Claro que don Hipólito había ayudado con sus tareas ‘de limpieza’ en la Semana trágica, en la Patagonia y en la Forestal. Casi 5000 trabajadores pasados por las armas por reclamar. Al margen, estos hechos deberían hacer reflexionar a los que hablan sólo de lo nacional, sin el aditamento de lo democrático, lo social, lo revolucionario y lo continental. Con lo nacional solo, podemos llegar a la AAA, por ejemplo. Pero volvamos, en 1945 otra vez comunistas y socialistas, ahora acompañados por los radicales ya desnacionalizados, volvieron a ser peones de la oligarquía, que marchaba orgullosa del brazo de Rodolfo Ghioldi, contra ese Coronel Perón y su deseo de industrializar la nación, distribuir la riqueza y reducir el poder del latifundio. Ahora en 2008, la oligarquía contó con aliados insospechados ¿o no? Veamos. La Doctora Carrió atravesando una nueva conjunción astral, podría decirse que era lógico. El Radicalismo es hoy esencialmente un partido vinculado a la propiedad de la tierra. El PRO, bueno es la oligarquía. Felipe Solá, es el padre de la sojización, no iba a actuar contra su criatura. La Federación Agraria, porque hace rato dejó de representar a productores, que ahora son rentistas sojeros, tal como hemos intentado explicar.(1) ¿El PCR? Creemos que por dos razones: por el colonialismo congénito heredado de Codovilla y porque son empleados de China, que necesita que sigamos siendo un país sojizado. Ellos nos compran la soja –sin industrializar- y nosotros les compramos todo tipo de producción industrial, incluso basura, que destruye el trabajo argentino. ¿El MST? Bueno hace rato que los muchachos cruzaron el charco. ¿Proyecto Sur? Bueno además de los intereses directos de varios de sus dirigentes con la sojización, estaban los compromisos económicos y políticos asumidos con la FAA, que hizo que hasta un amigo de Seineldín y enemigo de Cuba y Venezuela como Alfredo De Ángelis votara por Pino Solanas. También el deseo de profecía autocumplida ‘de que Cristina tenga destino de helicóptero’. También el odio feroz de Lozano y De Gennaro contra los Kirchner. Además de sus estrechas relaciones con Bergoglio, enemigo declarado del gobierno ‘sexista, montonero y abortista’. Sin embargo, todo esto no alcanza a explicar. Uno podría preguntarse ¿por qué compañeros que dicen luchar contra el imperialismo terminan apoyándolo o siendo funcionales a los planes de la derecha? Podría pensarse en esos piolines extraños que unen a un sector de la CTA, con la Iglesia de Bergoglio, al PCR, al MST, a Castells, a sectores afines a la embajada norteamericana con algunos referentes de los derechos humanos que parecen creer, como señalara recientemente Pino Solanas que ‘el enemigo no es Macri sino Kirchner’.(2) Cuesta creerlo pero parecería que Gardel también envejece.
Qué es el kirchenrismo.
Lo notable es que producido el enfrentamiento en que el gobierno cometió errores, es cierto, pero no cometió el principal que caracterizo siempre a la burguesía argentina en su pelea con la oligarquía, incluido el propio Perón que claudicó en 1955 y luego en Ezeiza. En este caso la Presidenta Cristina Fernández no defeccionó. No hubo ‘Felices pascuas’. Por el contrario se aceptó la derrota infligida por la traición de Cobos y un nuevo escenario político se perfiló, con un gobierno debilitado pero dispuesto a pelear, profundizando su programa y una oposición pronorteamericana que veía el campo orégano. Como ocurre siempre después de tamaño enfrentamiento con el enemigo histórico de la nación, nada fue igual. Ni los aliados, ni las alianzas, ni los amigos, ni los adversarios. Rápidamente los oportunistas que huelen la derrota en el horizonte y deben renovar bancas o cargos, pusieron pies en polvorosa apelando a cualquier pretexto. Siempre los hay. Rico, la ley de bosques la ley de glaciares, las caras carteras de nuestra Presidenta. Total hay que rajar antes que el barco se hunda. ¿Pero se hunde? ¿Se hundirá?, ¡uhmmm! Otros aprovechan la volteada y piensan que es mejor ser la oposición de un nuevo menemato, en versión de Carrió, Macri o Cobos, haciendo entonces discursos garndilocuentes sobre el imperialismo y la oligarquía, qué enfrentar en lo concreto y con las fuerzas que se tienen aquí y ahora, a ese imperialismo. Imperio que esta reculando fuertemente en América y en el mundo, por obra de pueblos y gobiernos que van desde posiciones revolucionarias, socialdemócratas, hasta moderados o casi neoliberales como los de Tabaré o Bachelet. Pero que sólo en el 2008 y por la decisión directa de nuestros Presidentes –primero Néstor Kirchner y luego Cristina Fernández- impedimos dos guerras en América. Una entre Colombia, Ecuador y Venezuela y la otra en Bolivia. En ambos casos armadas directamente por los EE.UU. Y esto es absolutamente nuevo y obra de nuestros gobiernos, el kirchnerista el primero. ¿Es posible qué tamaña hazaña, que haría lagrimear de emoción a San Martín y a Bolivar no haga reflexionar a nuestros compañeros que se pasaron al otro bando, sobre el real contenido del gobierno kirchnerista? ¿Es posible que no se entienda que fue la acción decidida de dos Presidentes argentinos la que logró tamaño éxito, obligando incluso a jugar de este lado a aliados de EE.UU., como Bachelet o Alan García?. ¿Es posible que no se entienda que luego de la derrota frente a los sojeros el gobierno, no se corrió a la derecha, sino que por el contrario profundizó el proceso de distribución y de recuperación de soberanía? ¿Es posible que no se entienda el tremendo viraje que implicó la nacionalización de las AFJP? El mayor éxito obtenido por el campo popular desde 1976 hasta aquí. Como diría Saclabrini, cuando algo que está tan claro no se entiende, uno tiene que creer que lo quieren estafar. ¿Será así nomás? ¿Qué intereses defienden los que están armando una nueva Unión Democrática para destruir a un gobierno al que deberían apoyar incluso críticamente, pero que consideran que es su enemigo y que deben terminar con él?. ¿Será posible que prefieran el narcisismo autoerotizante y estéril de ser ‘la oposición’ de un gobierno manejado por Macri o Carrió, qué tratar de unirse para impedir que ello ocurra?. ¿Será posible?. Todo es posible cuando los intereses neocoloniales que alimenta nuestra oligarquía se ponen en movimiento, y se apoyan en rasgos antipopulares y elitistas. Ambos gobiernos kirchneristas han hecho cosas que compartimos profundamente, otras que compartimos, otras que no compartimos, otras que no nos gustan y otras que haríamos de otra manera. Pero, y eso es lo determinante, fue el gobierno de Néstor Kirchner quien devolvió la primacía a la política por sobre la ‘economía’. O lo que es lo mismo del Estado por sobre el ‘mercado’, o del pueblo por sobre el gran capital. Algo que no ocurría desde 1973 y eso sólo ya basta para trazar una línea de un lado y del otro. Y esto es lo que enloquece a la derecha y lo que quiere revertir apelando a todas sus espadas. Y las tiene de derecha, de centro y de ‘izquierda’ , como quedó demostrado en el debate y votación sobre las retenciones y el lamentable papel jugado por Claudio Lozano, Pino Solanas y Alcira Argumedo, quienes pasaron a defender abiertamente las posiciones de la Sociedad Rural Argentina. Ahora de manera sorprendente son acompañados en su camino, hacia la recolección de pedazos del barco herido, por los compañeros Tumini y Bonasso. En última instancia las diferencias deberían ser, diferencias dentro del Frente de Liberación nacional. Frente que hay que recordarlo, incluye a la burguesía nacional, y la burguesía nacional en Argentina después de su destrucción por Martínez de Hoz y el menemato, esta en reconstrucción. El principio del Capital siempre es ‘lodo y sangre’, por eso es mafiosa, corrupta, vive del Estado y es poco nacional. Pero es la burguesía que hay, no es la de Gelbard, sino la de Mendiguren y Heller. Eso no excluye sino por el contrario, la lucha de clases, claro está. Por el contrario, nos obliga a levantar otro programa más radical y profundo, y que esa burguesía jamás llevará adelante. Pero para ello debemos crear las fuerzas políticas y sociales dispuestas a llevarlo adelante. Hoy no las tenemos. Para eso hay que estar dentro del proceso y no afuera, del otro lado de la raya. Es decir del lado de la oligarquía tirando piedras. Pero, y esta es una razón muy dura, nada hay hoy a la izquierda de los Kirchner en lo real. Nada real existe construido a la izquierda. Podemos expresar ideas, proyectos, programas que se ubican a la izquierda de los Kirchner, eso es cierto. ¿Pero podemos aplicarlos? ¿Podemos llevarlos al gobierno? ¿Podemos disputar poder, en verdad? Por supuesto que no. Todo lo que está en condiciones de disputarle el poder al kirchnerismo está a su derecha, y se está uniendo para cerrar el pequeño camino de desarrollo que se ha recorrido desde la rebelión popular de diciembre hasta hoy. En particular quieren cerrar el retorno al crecimiento de la economía y del Estado que ambos gobiernos Kirchneristas lograron y vienen profundizando. Y eso es intolerable para el poder oligárquico y multinacional de la Argentina sojizada y privatizada. ¿Puede ser que no lo entiendan?
Nuevas construcciones para un nuevo tiempoEl 2008 también nos dejó un fuerte aprendizaje y una mayor reorganización del campo popular que apenas se percató del feroz ataque oligárquico. Dos construcciones nuevas La Carta Abierta y la Central de Movimientos Populares (CMP), muestran que el pueblo tiene inmensas reservas que puede poner en movimiento para frenar a la oligarquía, disputar a los confundidos y aislar a los travestidos de campo popular que juegan para el imperialismo. La Carta Abierta juega un rol decisivo para rescatar a las capas medias y los intelectuales de la larga noche neoliberal y la maceración mental y conciente, que producen los medios de comunicación. Su rol es tan decisivo que provoca la ira de los falsos demiurgos de los derechos humanos y la pobreza que la atacan pero no dudan en fumigar sus campos para producir soja transgénica, propagando la enfermedad y la miseria. El papel de los intelectuales nucleados en Carta Abierta ha sido determinante para penetrar el interior del país devastado ideológicamente por la desaparición de la clase obrera industrial, la ferroviaria la primera. Razón por la que el interior quedó en manos de la oligarquía y sus instrumentos de dominación como la jerarquía católica –voz de los terratenientes en América desde 1492- y la TV. Carta Abierta ha sido una reacción muy sana de nuestra intelectualidad, en las mejores tradiciones de nuestro pensamiento nacional, popular, democrático, revolucionario y antiimperialista. Pero también como producto de la lucha contra la oligarquía sojera se produjo un realineamiento de sectores populares, antaño piqueteros y movimientos sociales no representados, ni por la CGT ni por la CTA y que se expresaron en la conformación de la CMP. Esta nueva organización de pobres urbanos y suburbanos, representa, una nueva etapa de construcción de la organización del proletariado luego del genocidio social neoliberal. Hoy sólo el 27% de los trabajadores están sindicalizados y un enorme sector de los mismos son cuentapropistas o tienen empleos informales transitorios o están desocupados. Se hacía necesario entonces, una nueva organización de los trabajadores, que tome como base de su organización el territorio, dado que hoy el lugar de trabajo es mucho más hostil y aleatorio. Sólo el 8 5 de las empresas del país tienen hoy Cuerpos de Delgados y la mayoría de las empresas que abren sus puertas o se radican el país, ponen como condición para hacerlo, no permitir la organización sindical, ante la mirada cómplice de funcionarios que deben impedirlo y de los sindicalistas corruptos que no defienden los intereses de sus compañeros. La CMP llenará ese vacío y retomará las banderas históricas y gloriosas del proletariado argentino. Sin dudas será una herramienta estratégica en este nueva época histórica que transitamos en la América morena. Seguramente en la medida que el año avance las aguas políticas irán despejando más las cosas y quedará claro que, de un lado estará la oligarquía y sus aliados y del otro quienes apoyamos un proceso de cambio y transformación profundamente americano con un desarrollo nacional y popular, con las limitaciones que el tiempo y la organización popular irán resolviendo.
Un negro con olor a Indoamérica
Si bien se perfila un año difícil y duramente disputado, creemos que la derecha no tiene las condiciones para ganar. Le juega en contra el derrumbe mundial de su esquema teórico y productivo. Su razón de ser acaba de ser barrida por la historia. Y si bien podrá obtener algún triunfo transitorio, la marcha de la historia viene para este lado. Claro que con eso sólo no alcanza, además hay que crear las condiciones para el triunfo y la no derrota. Nos ayuda sin dudas la tremenda situación de cambio suramericana, que empuja la situación hacia nuestro lado y no para el del Imperio. A nosotros no nos parece una casualidad que un ciudadano negro gobierne hoy los EE.UU., cuando hace pocos años eran quemados en la hoguera. Creemos que la propia potencia del movimiento revolucionario indoamericano ha golpeado el corazón del monstruo. Y así como la primera reacción mundial a la revolución norteamericana de 1776 fue la gran rebelión de Túpac Amaru de 1780, pese a que los libros de historia lo sigan negando, de la misma manera las fuertes improntas de la revolución bolivariana y boliviana no podían dejar de impactar en el pueblo negro, hispano y trabajador de los EE.UU. Hoy pese al poder plutocrático no es posible ocultar la revolución con el pulgar, aunque sea el del Tío Sam.
Una nueva época histórica
Balancear el año 2008 y pensar la perspectiva por delante no aparece como tarea fácil, pues los hechos ocurridos en nuestro bendito país, se insertan en una situación mundial de crisis sistémica del modelo neoliberal. Modelo impuesto a sangre y fuego por los EE.UU., luego de nuestra derrota de los Setenta (casi un millón de muertos indoamericanos entre 1954 y 1990) y profundizado hasta el hartazgo luego del colapso soviético. Completado luego con el pasaje del comunismo chino a ser el ‘motor’ del nuevo capitalismo mundial. El derrumbe del modelo neoliberal, ése que Francis Fukuyama había caracterizado como la ‘culminación de la historia humana’, dando una vez más la razón al harto reaccionario Menéndez y Pelayo, que afirmaba con justicia ‘que nada envejece tan rápido como un libro de historia’, abre sin duda alguna el inicio de un nuevo tiempo histórico que podemos calificar de cambio de época. Cuestión que ya habíamos señalado luego de la imposibilidad manifiesta del Imperio por revertir la ola revolucionaria y de cambios que sacude a Nuestrámérica. Como una maldición –seguramente satánica para él- el preverbal Bush observaba que cada una de sus intervenciones para apagar el fuego en Venezuela o en Bolivia era acompañada por el surgimiento de un nuevo país que se adhería al cambio, como Ecuador o Nicaragua. Así a la revolución Bolivariana, que sin dudas disparó el proceso al poner en tela de juicio el modelo neoliberal en su conjunto, retomando la idea del Estado como rector de la economía y la justicia social como motivo de la política, se le agregó la impresionante –por todo su valor simbólico e histórico- revolución indígena boliviana que comienza a cerrar 500 años de dominación blanco-católico-europea sobre los sufridos pueblos de América. Nuestra Revolución emancipatoria comenzó hace 229 años en los Andes sagrados y todo indica, como señalaran Bolívar, Monteagudo, San Martín o el Che que allí concluirá. Hoy Suramérica, Nuestramérica, la Patria Grande o Indoamérica, se encuentra cerrando el capítulo abierto allá, por el 25 de mayo de 1809, cuando nuestros patriotas chuquisaqueños abrieron la senda de la Revolución continental, tomando la posta dejada por nuestro padre Túpac Amaru. Quien con toda razón había exclamado, en queshwa y castellano, antes de que los piadosos españoles le cortaran la lengua para someterlo al suplicio: ‘volveré y seré millones’. Hoy nos encontramos transitando –y esa es una de las razones del colapso imperial- un nuevo tiempo americano caracterizado por la unidad continental, por la reconstrucción de nuestras economías, por la autonomía creciente de nuestras sociedades respecto del imperialismo norteamericano o europeo. La posibilidad cierta de lograr saltos de integración continental esbozados en el Plan maestro de la Revolución por nuestros padres Miranda, Moreno, Castelli, Monteagudo o Bolívar, es hoy un hecho palpable. Esto puede constarse en la increíble jornada de creación del Banco del Sur, allá por los inicios del gobierno de la Presidenta Cristina Fernández, en el rol decisivo de la Unasur y su existencia efectiva más allá de los gritos y lamentos de toda la derecha continental o en la reciente gira de nuestra Presidenta por Cuba y Venezuela en el mismo momento en que un nuevo presidente norteamericano asumía, hecho absolutamente impensado hace pocos años. Al igual que luego de la derrota de Napoleón, y en su nombre de la Revolución Francesa, Nuestra América vuelve a ser el centro revolucionario del mundo. Mientras Europa gira brutalmente al racismo y a la xenofobia que la caracterizaron desde siempre y que la llevó a cometer en América, África, Asia y en su propio territorio los mayores genocidios que conoce la historia de la humanidad, en América campea la revolución, el cambio, el ansia de justicia e igualdad, la revancha milenaria de nuestros pueblos humillados. En Europa incluida Israel, gobiernan Sarkozy, Merkel, Berlusconi, Olmert y otros payasos vergonzantes tan reaccionarios como éstos. En América cada día que pasa un nuevo gobierno asume las banderas de la justicia social, la integración continental, la búsqueda de una mayor distribución de la riqueza y el abandono del modelo neoliberal. De allí que hablar de una nueva época histórica no es gratuito, si además agregamos que en los EE.UU., acaba de asumir un presidente negro, o mulato, para mayor precisión. Algo absolutamente impensado en el momento en que George Bush decidiera transformar al mundo en una gigantesca ESMA, para impedir el derrumbe de la hegemonía norteamericana. A diferencia del amigo Petras, no creemos que sea lo mismo que gobierne un mulato, un indio o un negro, o el nieto de un esclavo, o un obrero. Casualmente eso diferencia a la izquierda colonial de la que no lo es. Sino basta verles las caras radiantes a los negros norteamericanos, a nuestros ‘paisanos los indios’ de Bolivia o a los negros y mulatos brasileños para ver que no es lo mismo. No siempre la revolución es un problema de programas y economía. La economía ‘determina el rumbo de la política, pero no la reemplaza’, como muy bien se encargó de aclarar varias veces Federico Engels. La historia mostró desde el 1600 hasta aquí, que las revoluciones son esencialmente culturales, tal como descubriera Vladimir Lenin al final de su vida, cuando ya era tarde para evitar la muerte a manos de su amigo Koba. Nuestra revolución cultural había emergido con fuerza maravillosa en los Sesenta y Setenta, el imperio la ahogó en sangre. Como siempre en Nuestramérica, nuevas generaciones retomaron la posta y le insuflaron nueva sabia y más sabiduría. Todo indica que hoy el Imperio no puede aplastarnos, el camino de la liberación está ante nosotros. Por un sendero distinto claro está, al de los Sesenta y Setenta. Esa es la diferencia que va de El Che a Evo, o si se quiere de Castelli a Túpac Amaru. Hoy los indios y los negros hablan por sí solos. Y esa revolución es indetenible.
El retorno de la oligarquía
Si algo caracterizó a la nuestro país en 2008, fue el retorno de la sacrosanta oligarquía reciclada en rentismo sojero. Si la rebelión popular del 2001, nos devolvió al pueblo y se llevó a la ‘gente’, no podía dejar de ocurrir, que nuestra oligarquía terrateniente irrumpiera en escena nuevamente. Y lo hizo. Con todas las repeticiones históricas que harían las delicias del viejo Karl o de don Georg Wilhelm. La oligaquía volvió y le dijo basta al gobierno kirchnerista, en esa cuestión de redistribuir y de tratar de redesarrollar el país devastado por la traición menemista. ‘-De ninguna manera. A mi no me van a sacar mi plata para que esos negros del conurbano coman bife de lomo.’ ‘-A mi no me van a sacar mi plata para volver al país industrial de antes.’ ¿Mirá si vuelven los paros, o esos sindicatos poderosos y terribles que hicieron el 17 de Octubre, el Lisandro de la Torre, el Cordobazo y el Rodrigzao? ‘¡De ninguna manera! ¡Hay que acabar con los Kirchner cuánto antes!. ‘Sobre todo ahora que gobierna esta mina tilinga y montonera.’ ‘Débil además, porque es una mina’. ‘A mi esta mina no me va a decir lo que tengo que sembrar. Mirá si yo le hiciera caso a mi mujer, para eso está en la casa todo el día, del campo me ocupo yo.’ El golpe fue bien planeado –¿con aliados dentro del gobierno?-, con el monopolio absoluto del poder informativo de su lado, y un discurso premoderno que nos devolvía a los conceptos económicos y sociales de los fisiocrátas: ‘la riqueza del país se produce en el campo’, ‘los productores son humildes chacareros que crean la riqueza nacional’. Tal como si estuviéramos en 1850 o en 1900, olvidando que ya hace mucho tiempo el producto bruto agrario es menos de un tercio de la riqueza nacional y solo emplea 1.3 millones de personas de las cuales sólo un tercio en blanco. Peor aun, sobre 40 millones de habitantes sólo tenemos 330.000 productores agrarios, de esos, sólo 110.000 poseen mas de 100 has y de ellos sólo 80.000 son sojeros. Pero allí estaban todos al borde de la ruta, habiendo comenzado un intento destituyente el 25 de marzo, es decir el día en que los genocidas reivindican su obra. Recibieron apoyos insospechados. Porque claro, el retorno de la oligarquía no la iba a encontrar sola. Jamás lo hizo. Si algo caracterizó a esa clase ‘estéril e infecunda’ desde Pizarro y Hernandarias hasta Martínez de Hoz, fue siempre su astucia política y el golpear por sorpresa. Sino pregúntenle a Moreno, a Castelli, a San Martín, a Dorrego. O a Artigas, traicionado por sus lugartenientes Ramírez y López comprados desvergonzadamente por la oligarquía porteña. Sarratea negoció, mientras Martín Rodríguez y Don Juan Manuel juntaron la plata y el ganado para ‘contentar’ a Don Estanislao, el ‘padre del federalismo’ traidor y así poder aislar y aplastar sin miramientos a Artigas y su revolución india. El principal enemigo de esa clase poseedora de todas la tierras y los ganados de nadie. Y de paso liquidar los planes de San Martín que había pactado en secreto con Artigas dejando aplastar al Directorio y así unir todo América en una única nación. Siempre actuó así la astuta oligarquía. Buscar el núcleo duro del enemigo y golpearlo hasta destruirlo. Así lo hizo de uno en uno con la lista antes enumerada. Esta vez –y ella lo sabe mejor que nadie- el núcleo duro a derrotar es el eje Buenos Aires, Caracas, Brasilia. Ese es el eje de la unidad continental y no otro. Esa alianza es estratégica en términos geopolíticos globales. Y lo que se exigía en las rutas, era el abandono de cualquier aspiración de reindustrialización, integración y reconstrucción del mercado interno. Las señoras de Barrio Norte que decían ‘yo no quiero que mi país sea como Venezuela o Cuba’ lo escribían blanco sobre negro. Debíamos seguir siendo sin chistar, una factoría sojera y un país para pocos y de pocos. Pero el golpe venía de antes. ¿O alguien cree qué decirle no al ALCA en la cara de Bush fue gratuito?
Los aliados insospechados de la oligarquía
Lo notable, y para eso sirven las crisis políticas, es que cuando el hormiguero se revuelve aparecen las partes que no se veían a simple vista. Y entonces, como nos pasó siempre, ante cada crisis política, cuando se discute el modelo de acumulación y este puede rozar a la oligarquía, aparecen insospechados aliados. Así en 1930 comunistas y socialistas coloniales ayudaron a voltear a don Hipólito en medio del colapso del modelo agroexportador. Claro que don Hipólito había ayudado con sus tareas ‘de limpieza’ en la Semana trágica, en la Patagonia y en la Forestal. Casi 5000 trabajadores pasados por las armas por reclamar. Al margen, estos hechos deberían hacer reflexionar a los que hablan sólo de lo nacional, sin el aditamento de lo democrático, lo social, lo revolucionario y lo continental. Con lo nacional solo, podemos llegar a la AAA, por ejemplo. Pero volvamos, en 1945 otra vez comunistas y socialistas, ahora acompañados por los radicales ya desnacionalizados, volvieron a ser peones de la oligarquía, que marchaba orgullosa del brazo de Rodolfo Ghioldi, contra ese Coronel Perón y su deseo de industrializar la nación, distribuir la riqueza y reducir el poder del latifundio. Ahora en 2008, la oligarquía contó con aliados insospechados ¿o no? Veamos. La Doctora Carrió atravesando una nueva conjunción astral, podría decirse que era lógico. El Radicalismo es hoy esencialmente un partido vinculado a la propiedad de la tierra. El PRO, bueno es la oligarquía. Felipe Solá, es el padre de la sojización, no iba a actuar contra su criatura. La Federación Agraria, porque hace rato dejó de representar a productores, que ahora son rentistas sojeros, tal como hemos intentado explicar.(1) ¿El PCR? Creemos que por dos razones: por el colonialismo congénito heredado de Codovilla y porque son empleados de China, que necesita que sigamos siendo un país sojizado. Ellos nos compran la soja –sin industrializar- y nosotros les compramos todo tipo de producción industrial, incluso basura, que destruye el trabajo argentino. ¿El MST? Bueno hace rato que los muchachos cruzaron el charco. ¿Proyecto Sur? Bueno además de los intereses directos de varios de sus dirigentes con la sojización, estaban los compromisos económicos y políticos asumidos con la FAA, que hizo que hasta un amigo de Seineldín y enemigo de Cuba y Venezuela como Alfredo De Ángelis votara por Pino Solanas. También el deseo de profecía autocumplida ‘de que Cristina tenga destino de helicóptero’. También el odio feroz de Lozano y De Gennaro contra los Kirchner. Además de sus estrechas relaciones con Bergoglio, enemigo declarado del gobierno ‘sexista, montonero y abortista’. Sin embargo, todo esto no alcanza a explicar. Uno podría preguntarse ¿por qué compañeros que dicen luchar contra el imperialismo terminan apoyándolo o siendo funcionales a los planes de la derecha? Podría pensarse en esos piolines extraños que unen a un sector de la CTA, con la Iglesia de Bergoglio, al PCR, al MST, a Castells, a sectores afines a la embajada norteamericana con algunos referentes de los derechos humanos que parecen creer, como señalara recientemente Pino Solanas que ‘el enemigo no es Macri sino Kirchner’.(2) Cuesta creerlo pero parecería que Gardel también envejece.
Qué es el kirchenrismo.
Lo notable es que producido el enfrentamiento en que el gobierno cometió errores, es cierto, pero no cometió el principal que caracterizo siempre a la burguesía argentina en su pelea con la oligarquía, incluido el propio Perón que claudicó en 1955 y luego en Ezeiza. En este caso la Presidenta Cristina Fernández no defeccionó. No hubo ‘Felices pascuas’. Por el contrario se aceptó la derrota infligida por la traición de Cobos y un nuevo escenario político se perfiló, con un gobierno debilitado pero dispuesto a pelear, profundizando su programa y una oposición pronorteamericana que veía el campo orégano. Como ocurre siempre después de tamaño enfrentamiento con el enemigo histórico de la nación, nada fue igual. Ni los aliados, ni las alianzas, ni los amigos, ni los adversarios. Rápidamente los oportunistas que huelen la derrota en el horizonte y deben renovar bancas o cargos, pusieron pies en polvorosa apelando a cualquier pretexto. Siempre los hay. Rico, la ley de bosques la ley de glaciares, las caras carteras de nuestra Presidenta. Total hay que rajar antes que el barco se hunda. ¿Pero se hunde? ¿Se hundirá?, ¡uhmmm! Otros aprovechan la volteada y piensan que es mejor ser la oposición de un nuevo menemato, en versión de Carrió, Macri o Cobos, haciendo entonces discursos garndilocuentes sobre el imperialismo y la oligarquía, qué enfrentar en lo concreto y con las fuerzas que se tienen aquí y ahora, a ese imperialismo. Imperio que esta reculando fuertemente en América y en el mundo, por obra de pueblos y gobiernos que van desde posiciones revolucionarias, socialdemócratas, hasta moderados o casi neoliberales como los de Tabaré o Bachelet. Pero que sólo en el 2008 y por la decisión directa de nuestros Presidentes –primero Néstor Kirchner y luego Cristina Fernández- impedimos dos guerras en América. Una entre Colombia, Ecuador y Venezuela y la otra en Bolivia. En ambos casos armadas directamente por los EE.UU. Y esto es absolutamente nuevo y obra de nuestros gobiernos, el kirchnerista el primero. ¿Es posible qué tamaña hazaña, que haría lagrimear de emoción a San Martín y a Bolivar no haga reflexionar a nuestros compañeros que se pasaron al otro bando, sobre el real contenido del gobierno kirchnerista? ¿Es posible que no se entienda que fue la acción decidida de dos Presidentes argentinos la que logró tamaño éxito, obligando incluso a jugar de este lado a aliados de EE.UU., como Bachelet o Alan García?. ¿Es posible que no se entienda que luego de la derrota frente a los sojeros el gobierno, no se corrió a la derecha, sino que por el contrario profundizó el proceso de distribución y de recuperación de soberanía? ¿Es posible que no se entienda el tremendo viraje que implicó la nacionalización de las AFJP? El mayor éxito obtenido por el campo popular desde 1976 hasta aquí. Como diría Saclabrini, cuando algo que está tan claro no se entiende, uno tiene que creer que lo quieren estafar. ¿Será así nomás? ¿Qué intereses defienden los que están armando una nueva Unión Democrática para destruir a un gobierno al que deberían apoyar incluso críticamente, pero que consideran que es su enemigo y que deben terminar con él?. ¿Será posible que prefieran el narcisismo autoerotizante y estéril de ser ‘la oposición’ de un gobierno manejado por Macri o Carrió, qué tratar de unirse para impedir que ello ocurra?. ¿Será posible?. Todo es posible cuando los intereses neocoloniales que alimenta nuestra oligarquía se ponen en movimiento, y se apoyan en rasgos antipopulares y elitistas. Ambos gobiernos kirchneristas han hecho cosas que compartimos profundamente, otras que compartimos, otras que no compartimos, otras que no nos gustan y otras que haríamos de otra manera. Pero, y eso es lo determinante, fue el gobierno de Néstor Kirchner quien devolvió la primacía a la política por sobre la ‘economía’. O lo que es lo mismo del Estado por sobre el ‘mercado’, o del pueblo por sobre el gran capital. Algo que no ocurría desde 1973 y eso sólo ya basta para trazar una línea de un lado y del otro. Y esto es lo que enloquece a la derecha y lo que quiere revertir apelando a todas sus espadas. Y las tiene de derecha, de centro y de ‘izquierda’ , como quedó demostrado en el debate y votación sobre las retenciones y el lamentable papel jugado por Claudio Lozano, Pino Solanas y Alcira Argumedo, quienes pasaron a defender abiertamente las posiciones de la Sociedad Rural Argentina. Ahora de manera sorprendente son acompañados en su camino, hacia la recolección de pedazos del barco herido, por los compañeros Tumini y Bonasso. En última instancia las diferencias deberían ser, diferencias dentro del Frente de Liberación nacional. Frente que hay que recordarlo, incluye a la burguesía nacional, y la burguesía nacional en Argentina después de su destrucción por Martínez de Hoz y el menemato, esta en reconstrucción. El principio del Capital siempre es ‘lodo y sangre’, por eso es mafiosa, corrupta, vive del Estado y es poco nacional. Pero es la burguesía que hay, no es la de Gelbard, sino la de Mendiguren y Heller. Eso no excluye sino por el contrario, la lucha de clases, claro está. Por el contrario, nos obliga a levantar otro programa más radical y profundo, y que esa burguesía jamás llevará adelante. Pero para ello debemos crear las fuerzas políticas y sociales dispuestas a llevarlo adelante. Hoy no las tenemos. Para eso hay que estar dentro del proceso y no afuera, del otro lado de la raya. Es decir del lado de la oligarquía tirando piedras. Pero, y esta es una razón muy dura, nada hay hoy a la izquierda de los Kirchner en lo real. Nada real existe construido a la izquierda. Podemos expresar ideas, proyectos, programas que se ubican a la izquierda de los Kirchner, eso es cierto. ¿Pero podemos aplicarlos? ¿Podemos llevarlos al gobierno? ¿Podemos disputar poder, en verdad? Por supuesto que no. Todo lo que está en condiciones de disputarle el poder al kirchnerismo está a su derecha, y se está uniendo para cerrar el pequeño camino de desarrollo que se ha recorrido desde la rebelión popular de diciembre hasta hoy. En particular quieren cerrar el retorno al crecimiento de la economía y del Estado que ambos gobiernos Kirchneristas lograron y vienen profundizando. Y eso es intolerable para el poder oligárquico y multinacional de la Argentina sojizada y privatizada. ¿Puede ser que no lo entiendan?
Nuevas construcciones para un nuevo tiempoEl 2008 también nos dejó un fuerte aprendizaje y una mayor reorganización del campo popular que apenas se percató del feroz ataque oligárquico. Dos construcciones nuevas La Carta Abierta y la Central de Movimientos Populares (CMP), muestran que el pueblo tiene inmensas reservas que puede poner en movimiento para frenar a la oligarquía, disputar a los confundidos y aislar a los travestidos de campo popular que juegan para el imperialismo. La Carta Abierta juega un rol decisivo para rescatar a las capas medias y los intelectuales de la larga noche neoliberal y la maceración mental y conciente, que producen los medios de comunicación. Su rol es tan decisivo que provoca la ira de los falsos demiurgos de los derechos humanos y la pobreza que la atacan pero no dudan en fumigar sus campos para producir soja transgénica, propagando la enfermedad y la miseria. El papel de los intelectuales nucleados en Carta Abierta ha sido determinante para penetrar el interior del país devastado ideológicamente por la desaparición de la clase obrera industrial, la ferroviaria la primera. Razón por la que el interior quedó en manos de la oligarquía y sus instrumentos de dominación como la jerarquía católica –voz de los terratenientes en América desde 1492- y la TV. Carta Abierta ha sido una reacción muy sana de nuestra intelectualidad, en las mejores tradiciones de nuestro pensamiento nacional, popular, democrático, revolucionario y antiimperialista. Pero también como producto de la lucha contra la oligarquía sojera se produjo un realineamiento de sectores populares, antaño piqueteros y movimientos sociales no representados, ni por la CGT ni por la CTA y que se expresaron en la conformación de la CMP. Esta nueva organización de pobres urbanos y suburbanos, representa, una nueva etapa de construcción de la organización del proletariado luego del genocidio social neoliberal. Hoy sólo el 27% de los trabajadores están sindicalizados y un enorme sector de los mismos son cuentapropistas o tienen empleos informales transitorios o están desocupados. Se hacía necesario entonces, una nueva organización de los trabajadores, que tome como base de su organización el territorio, dado que hoy el lugar de trabajo es mucho más hostil y aleatorio. Sólo el 8 5 de las empresas del país tienen hoy Cuerpos de Delgados y la mayoría de las empresas que abren sus puertas o se radican el país, ponen como condición para hacerlo, no permitir la organización sindical, ante la mirada cómplice de funcionarios que deben impedirlo y de los sindicalistas corruptos que no defienden los intereses de sus compañeros. La CMP llenará ese vacío y retomará las banderas históricas y gloriosas del proletariado argentino. Sin dudas será una herramienta estratégica en este nueva época histórica que transitamos en la América morena. Seguramente en la medida que el año avance las aguas políticas irán despejando más las cosas y quedará claro que, de un lado estará la oligarquía y sus aliados y del otro quienes apoyamos un proceso de cambio y transformación profundamente americano con un desarrollo nacional y popular, con las limitaciones que el tiempo y la organización popular irán resolviendo.
Un negro con olor a Indoamérica
Si bien se perfila un año difícil y duramente disputado, creemos que la derecha no tiene las condiciones para ganar. Le juega en contra el derrumbe mundial de su esquema teórico y productivo. Su razón de ser acaba de ser barrida por la historia. Y si bien podrá obtener algún triunfo transitorio, la marcha de la historia viene para este lado. Claro que con eso sólo no alcanza, además hay que crear las condiciones para el triunfo y la no derrota. Nos ayuda sin dudas la tremenda situación de cambio suramericana, que empuja la situación hacia nuestro lado y no para el del Imperio. A nosotros no nos parece una casualidad que un ciudadano negro gobierne hoy los EE.UU., cuando hace pocos años eran quemados en la hoguera. Creemos que la propia potencia del movimiento revolucionario indoamericano ha golpeado el corazón del monstruo. Y así como la primera reacción mundial a la revolución norteamericana de 1776 fue la gran rebelión de Túpac Amaru de 1780, pese a que los libros de historia lo sigan negando, de la misma manera las fuertes improntas de la revolución bolivariana y boliviana no podían dejar de impactar en el pueblo negro, hispano y trabajador de los EE.UU. Hoy pese al poder plutocrático no es posible ocultar la revolución con el pulgar, aunque sea el del Tío Sam.
Discurso de la Presidenta de la Nación,

domingo, 01 de marzo de 2009
Honorable Asamblea Legislativa: vengo a dar cumplimiento una vez más, a la obligación que me imponer como Presidenta de la Nación, el artículo 99 inciso 8º de nuestra Carta Magna, en cuanto a presidir la apertura de las sesiones ordinarias de este Parlamento, y al mismo tiempo dar cuenta de la gestión del Estado de la Nación.
Debo reconocer que, tal vez, sea la primera Presidenta en tantas décadas que viene a dar este mensaje ante nuestras Cámaras, en una situación inédita en materia internacional.
Todos los hombres que me precedieron en el ejercicio de este cargo, vinieron muchas veces a hacer su mensaje, su primer mensaje o los que les correspondieran luego, en marco de graves crisis, pero en la mayoría de los casos eran crisis provocadas en nuestro propio país o tal vez los coletazos de alguna crisis muy focalizada o localizada que generaba impactos en la economía de nuestro país.
Hoy estamos ante una situación -reitero- absolutamente inédita. Todos, absolutamente todos coinciden que es similar a la de 1930. Otros la comparan con caída del muro de Berlín; diferencia con la caída del muro de Berlín, es que en aquella oportunidad se les había caído a los que estaban del otro lado. Ahora los muros se nos han derribado a nosotros.
Tal vez tenga que ver en esta situación, porque la historia siempre tiene concasualidades, que aquel derrumbe del muro de Berlín hizo creer a algunos o caer a algunos en los mismos fundamentalismos en que habían caído quienes habían construido esos muros, los mismos, aquellos que presuponían que el Estado todo podía resolver y que poco tenía que ver lo que quería cada ciudadano o cada ciudadana, y luego este otro modelo que se impuso en lo que podemos fundamentalismo de mercado en el cual el Estado debía desaparecer, el mercado, el correcto asignador de recursos, la política casi una tarea de administrar lo que se tenía y fundamentalmente más que compromiso de transformación, resignación y acomodamiento de lo que se tenía.
Los paradigmas han caído y vemos todos los días noticias que agobian, caídas de bancos, despidos masivos, fábricas quebradas, parece que nada pudiera tener fin en este vacío sin fin. Y lo que es más importante, los que toda la vida pronosticaron lo que iba a pasar sobre nosotros, sobre ellos, sobre el mundo y sobre la historia, no aciertan en ninguna de las medidas, en ninguno de los diagnósticos. Tengo también mis serias dudas que quienes fueron los causantes de esta crisis puedan tener la capacidad intelectual de formular alternativas y soluciones diferentes. No por malos, sino simplemente por estructuras mentales muy consolidadas por mucho tiempo de pensamiento único rechazando toda otra alternativa, lo cual nos obliga a todos nosotros a ejercitar una fuerza diferente en cuanto a encontrar alternativas a un mundo que se ha derrumbado.
Vamos a ir al G20 llevando las propuestas que venimos sosteniendo desde hace mucho tiempo, pero sinceramente creo que lo económico y financiero es solamente la punta del iceberg. Creo que hay un modelo en crisis que tiene que ver también con una forma de relacionarse en el mundo basado en la subordinación y no en la cooperación, basado fundamentalmente en que las reglas sólo existen y deben ser cumplidas por los países débiles o emergentes, y tal vez los que integran un selecto grupo que hasta ahora ha dirigido las economías, las finanzas y la política del mundo no deben atenerse a esas reglas. Sostengo y creo que no solamente es económico o financiero el problema.
Al G20 vamos a ir con lo que venimos sosteniendo desde tiempo, desde el año 2003 en todos los foros internacionales, pero que ya no se agota en la mera formulación de los organismos multilaterales de crédito o en la propia organización política que es Naciones Unidas. Va a requerir la formulación total del pacto de Bretton Woods, pero al mismo tiempo también, un acuerdo en materia de políticas macroeconómicas globales que tengan y que tiendan a levantar y sostener la demanda global, porque vemos que, con el solo fondeo de bancos que se caen, no alcanza; el grave problema es que se ha quebrado la confianza y muchas sociedades están al borde de su capacidad de endeudamiento, la han superado, con lo cual uno de los caminos problemas fundamentales del mundo, es lograr reactivar la demanda global, única manera de reactivar la economía, además también de lograr fuentes de financiamiento.
Se va a tener que tener entonces una noción de cooperación y no de subordinación en la formulación de políticas en este sentido. También deberán ser reformulados los organismos multilaterales de crédito que ya deberán cambiar totalmente lo que ha sido el ejercicio hasta ahora y que ha sido siempre someter a condicionalidades que tenían que ver con ajustes a la economías emergentes.
Estos organismos multilaterales, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional deberán convertirse en instrumentos de financiamiento sin condicionalidades, fundamentalmente las economías emergentes que han sido las responsables de las tres cuartas partes del crecimiento de la economía mundial en los últimos 10 años en planes de infraestructura que complementen además, los requerimientos de la demanda global.
Por otra parte también deberá regularse definitivamente a nivel global, el sistema financiero, el movimiento de capitales para que no se produzca la paradoja que tenemos hoy donde precisamente desde los países emergentes que no han provocado la crisis, emergen y se trasladan hacia los países centrales, los capitales.
También llevaremos como propuesta a ese G20 la supresión de los paraísos fiscales. Se calcula que más del 40 por ciento de los capitales del mundo, están precisamente fondeados en los paraísos fiscales.
Será necesario entonces, encontrar un modo de cooperación y un modo de funcionamiento global sustancialmente diferente, porque esto trae aparejado también dos análisis o dos conclusiones que no podemos soslayar. La primera, que el acuerdo debe ser global y la segunda, que va a ser imposible la salida de modelos nacionales si realmente la crisis se prolonga en el tiempo, terminará impactando indefectiblemente en todos los países a escala planetaria. Esto es una realidad incuestionable y esto es lo que tiene de nuevo e inédito esta crisis, que emergiendo de los países centrales impacta en todas aquellas economías que venían sosteniendo el crecimiento mundial y al mismo tiempo, no da respuestas ni hacia afuera ni hacia adentro de sus propias economías.
¿Cómo los encuentra a los argentinos esta crisis sin precedentes a escala global? Esta crisis nos encuentra en nuestro sexto año -el año que pasó me refiero al año 2008, mi primer año de gestión- en el sexto año de crecimiento consecutivo completando el ciclo de crecimiento económico más importante de nuestros 200 años (APLAUSOS), 66 por ciento del crecimiento de la economía, 47 puntos se los debemos esencialmente al mercado interno; un modelo de acumulación que tuvo en el mercado interno, en la exportación y en la inclusión social, generación de trabajo, producción y economía real, los ejes fundamentales. Esta es una de las características de la Argentina frente a esta economía global que se convirtió en una economía de dinero electrónico de carácter absolutamente financiero que nos hace recordar mucho al derrumbe del año 2001 en nuestro país cuando se había construido una pirámide, tal vez no financiera pero sí en torno a la convertibilidad que finalmente provocó el desplome de nuestra economía, de nuestra sociedad y de nuestras instituciones.
Nos encuentra demás, a diferencia de lo que sucede en el mundo financiero global, con un sistema financiero que ha duplicado su capital en los últimos 5 años que además, ha pasado de tener al Estado como deudor, como acreedor neto en base a que sostenemos con nuestros depósitos, parte importante también de ese sistema; sistema que además, solamente tiene un 12 por ciento de sus depósitos en dólares, que además solamente puede prestar de acuerdo a regulaciones internas a sectores que también reciben ingresos únicamente en dólares.
Encuentra además a esa sociedad y a ese sistema financiero, con un nivel de endeudamiento que no supera el 20 por ciento, frente a economías como la estadounidense por ejemplo, donde el endeudamiento de sus sociedades es superior al ciento por ciento de su Producto Bruto Interno. Se encuentra también con un posicionamiento en torno a la redistribución del ingreso más importante que el que teníamos inclusive a fines del año 2007. En el año 2007 la participación de los trabajadores en el PBI había llegado al 42.9; finalizamos el año 2008 con una participación de los trabajadores en el PBI del 43.6, la serie más alta desde el año 2003 a la fecha donde partimos de un 34 por ciento de los trabajadores en la participación del PBI y esto se debe esencialmente al modelo de acumulación que también impactó midiendo el último trimestre en materia de desocupación el 7.3, alcanzando también la serie más baja de aquellos 25 puntos de desocupación del año 2003.
A qué se deben esencialmente estos resultados que también podemos adosar a lo que fue el resultado de la exportación en el año 2008 donde batimos récord en materia de exportación llegando a 70.124 millones de dólares sobre los 55.880 millones de dólares que fue en el año 2007; un superávit que significó el 4.6 de nuestro PBI, el más alto nivel de exportaciones y el superávit comercial más importante de la Argentina en toda su historia. Tiene que ver esto, absolutamente, con el modelo que veníamos desarrollando -y que bueno es decirlo- desde las usinas centrales que se cayeron en los grandes centros de poder venían anunciando reiteradamente desde el año 2003 en adelante, que indefectiblemente se derrumbaría. Sin embargo, en este año 2008 que me tocó presidir la suerte de los argentinos, el gobierno de los argentinos, pudimos tener un récord de exportaciones, récord de exportaciones, que también es bueno desentrañarlo, porque tal vez refleja con absoluta claridad, el por qué de la disminución del desempleo, el por qué del aumento de la participación de los trabajadores y del sector asalariado en el PBI, de esos 70.124 millones que exportamos la mayoría fue de manufacturas de origen industrial; 25.000 millones de dólares tuvo el sector por ejemplo, de exportación de cereales, pero es bueno desentrañar las cifras también; de esos 25.000 millones de dólares de exportación del sector granario, 14.000 corresponden al sector de la agroindustria, es decir, aquella que agrega valor a la materia prima. (APLAUSOS) Y además recortó en exportaciones -recursos primarios y manufacturas de origen agropecuario- un crecimiento importante respecto del año anterior del orden del 30 por ciento; 19.800 millones de dólares que habían exportado en este rubro en el año 2007 y más de 25.000 millones en el año 2008; en el sector de carnes 1.776 millones de dólares frente a los 1.500 millones aproximadamente del año 2007 y 566 millones en el sector de leche frente a 460 millones de dólares del año 2007.
Como vemos podemos llegar a dos conclusiones: primero, que crecimos en todas nuestras exportaciones y que además lo hicimos fundamentalmente ese crecimiento en torno al sector manufacturero industrial, de origen agropecuario en menor medida y de origen industrial en gran medida. Esto explica la baja en el desempleo y la redistribución del ingreso que se produjo. Todos sabemos que es precisamente el sector donde más valor se agrega, donde podemos redistribuir con mayor justicia el ingreso generando trabajo y crecimiento para la economía. No es propiedad de este gobierno ni de este partido; simplemente la comprobación fáctica y científica de que el dinero por sí mismo produce dinero, si no pasa por la circuito de la producción de los bienes y de los servicios, que es el modelo que creemos que debemos seguir sosteniendo. (APLAUSOS)
Creemos que parte importante -yo diría- total y fundamental de la crisis de lo que se denominaba el "primer mundo", pasó precisamente por creer que el dinero se reproducía asimismo, sin necesidad de articular con trabajo y producción, esto es una economía financiera frente a nosotros que, siempre la Argentina ha querido construir en sus mejores períodos históricos cuando ha basado sus políticas y sus gobiernos en la economía real. Esta es una comprobación que nos da nuestra propia experiencia histórica como país. Cada vez que dejamos de lado a la producción, al trabajo, a la generación fundamentalmente de riqueza a través del esfuerzo, es donde caímos en la fantasía de que pensábamos que podíamos vivir sin trabajar o siendo solamente un país de servicios.
Creo que toda esa experiencia, la que hemos tenido nosotros como país, la que hoy podemos confrontar con el mundo, nos dice muy claramente cuál es el mundo que debemos profundizar y seguir.
También en materia de estructura de financiamiento, hemos tenido en este año 2008 que ha pasado, un mejoramiento de nuestra ratio de deuda. Del 56,1 por ciento que teníamos de ratio de deuda sobre PBI, hoy luego del financiamiento, refinanciamiento que hemos hecho de PG, estamos en el orden del 49.1 de ratio de deuda sobre PBI. (APLAUSOS)
Se acordarán ustedes que eran los PG, eran los préstamos garantizables a partir del famoso megacanje y cuyos vencimientos estaban calzados fundamentalmente desde el año 2009 al 2011. De estos 23.800 millones de pesos de PG elegibles, hemos financiado más de 19.000, el 80,20 por ciento de la deuda exigible que tenía la República Argentina, pero además lo hemos hecho con un ahorro concreto de 2.001 millones de pesos en materia de ese financiamiento, sin pagar además ningún tipo de comisiones. (APLAUSOS)
Hemos también mejorado la situación de nuestras provincias. Permítanme, tal vez aquí sí voy a leer porque son cifras en las cuales quiero tener absoluta y milimétrica precisión, sé que hay senadores, es el ámbito de los senadores y de los diputados que defienden y representan los intereses del pueblo y de las provincias. Pero también quiero decirles que el crecimiento de la actividad económica desde el año 2003 en adelante, impactó más que positivamente en todas las cuentas provinciales, no sólo en forma directa a través de la coparticipación y de lo que constituyen las transferencias automáticas del Tesoro Nacional a provincias y que por lo tanto no dependen del humor de esta Presidenta ni de cualquier otra, sino también a partir de que habiendo mejorado la inversión pública en materia de infraestructura, hubo importantes transferencias hacia las provincias.
Si me permiten voy a analizar dos provincias, porque estuve justamente en ellas esta semana que pasó; saben que estuve el día lunes en esa hermosa ciudad que es San Fernando del Valle de Catamarca, provincia de Catamarca y el día jueves estuve en Rosario en compañía del presidente de nuestro Bloque de Diputados y también del Gobernador de la provincia de Santa Fe y del Intendente de Rosario.
Quiero leerles algunas cifras: Catamarca en materia de evolución de coparticipación: en el año 2002, la provincia de Catamarca recibía 249 millones de pesos de coparticipación. Si uno mira todas las series, todas las cifras desde el año 1991 hasta el año 2002 jamás había podido perforar siquiera el techo de los 300 millones de pesos. Ya en el año 2003, la cifra de 249 millones se elevó a 358 millones; el año pasado, 2008, primer año de mi gestión, la cifra de coparticipación de Catamarca en Coparticipación Federal de Impuestos, únicamente era 1.440 millones de aquellos 249 millones que habían sufrido en el año 2002. (APLAUSOS)
Si uno va además a otros recursos de origen nacional que también tienen transferencias automáticas, el subtotal se eleva a 1.826 millones de transferencia automática. Si además se le suman otras transferencias directas y otros gastos de la Administración Nacional, desde la ANSeS, desde Planes como el FONIL, como los planes alimentarios, todo lo que constituyen las transferencias más la obra pública por supuesto, llegamos a la cifra de 2.883 millones, a los que podemos sumar también los 181 millones que recibe en concepto de subsidios para la generación eléctrica, que como todos ustedes saben lo reciben todas las provincias y alcanza a los hogares, a los comercios, al alumbrado público y a la industria. Llegamos así a 2.883 millones en el año 2008 frente a 2.338 que también había sido récord en el año 2007. El Presupuesto para el año 2008 de la provincia de Catamarca, fue de 2.800 millones, menor a la transferencia que, por distintos conceptos, se recibió desde el orden nacional.
Puedo pasar a otra provincia, en este caso la provincia de Santa Fe, la segunda provincia en la cual estuve esta semana. Cuando uno mira los números de Santa Fe, ve que en el año 2002 habían recibido 800 millones en materia de Coparticipación Federal de Impuestos, nunca había perforado Santa Fe el techo de los 1.000 millones. Por primera vez perfora el techo de los 1.000 millones en el año 2003 donde recibe 1.162 millones de pesos, llegando en el año 2008 a 4.673 millones, casi 1.000 millones más durante el año 2008 y durante el año 2007. (APLAUSOS)
Si sumamos, del mismo modo que lo hicimos con la querida provincia de Catamarca, las transferencias automáticas directas más las recibidas por obra pública, estamos en el orden de los 14.166 millones de pesos. El Presupuesto de la provincia de Santa Fe fue para el año 2008 de 11.000 millones de pesos; podemos sumar también los más de 700 casi 800 millones recibidos en materia de subsidios para la generación de energía eléctrica que abarca a todo el espectro al igual que todo el país.
¿Por qué estas cifras, por qué estos números? Porque es bueno desmistificar y porque es bueno aclarar que cuando el país crece, crecen todos en el país, que no hay salidas personales ni individuales en un país, que un país sólo se reconoce en un proyecto nacional, en un proyecto nacional que podrá estar en un determinado momento de la historia impulsado por un sector político, pero que yo sueño, sinceramente, para convertirnos en un país en serio, que lo que son las bases estructurales del crecimiento, del trabajo, de la redistribución del ingreso sean asumidas como bandera por la mayoría de la dirigencia política argentina, para garantizarle este crecimiento a los argentinos. (APLAUSOS)
Porque yo me pregunto, no ceso de preguntarme: ¿qué pasaría si esta crisis a nivel mundial hubiera encontrado a la Argentina en otra situación o, tal vez, con alguna dirigencia política que siempre concibe al ajuste y el no tocar los privilegios de los que más tienen para enfrentarla? ¿Por dónde hubiera ajustado? ¿Quiénes estarían pagando los costos de esta crisis en otro momento?
Creo que la respuesta la tienen todos los argentinos, basta con mirar para atrás lo que vivimos para entender lo que se hubiera hecho tal vez en esta oportunidad. (APLAUSOS)
Sinceramente me enorgullezco de formar parte de un Gobierno que jamás envió a este Parlamento un proyecto de ley que restringiera las garantías que quitara derechos a los argentinos, que le descontara salarios a jubilados o empleados públicos, jamás. (APLAUSOS) Ni tampoco que no hiciera de la memoria, de la verdad y la justicia también los ejes centrales de su gestión. (APLAUSOS)
Quiero también rescatar que en este marco me enorgullezco de formar parte de este proyecto política que cuando uno lee los diarios en este tembladeral que es el mundo y solamente ve que hay despidos, que hay ajustes y que hay crisis, ha podido decirle a sus jubilados una vez más, como lo viene haciendo desde el año 2003, que van a tener un aumento del 11.69 por ciento. (APLAUSOS)
Es difícil encontrar otros ejemplos similares y quiero detenerme en este caso puntual de los jubilados. Allá me aplaude María América del fondo. Quiero detenerme en este punto central que son los jubilados porque siempre han sido una de las variables de ajuste en la República Argentina.
He tenido también el honor de ser la Presidenta que envió a este Parlamento para su tratamiento la Ley de Movilidad de Salarios, de Haberes de Pensionados y Jubilados de la República Argentina y también ustedes haber tenido el honor, como Parlamento, sobre todo mirándoles la cara a muchos de ustedes que muchos veces como oficialistas o como opositores han tenido que votar cada cosa, poder votar un aumento para los jubilados, no deja de ser una caricia en al alma. (APLAUSOS)
De esta manera hemos llegado una vez más, a más de 6.118.000 beneficiarios para ser más exactos, de los cuales también tenemos que acordarnos de ese 1.800.000 al que ya llega la moratoria donde hemos incorporado a gente que se había caído de la producción y del trabajo y que luego, al cabo de una vida, por eso o porque tal vez algún patrón inescrupuloso no le había hecho los aportes, carecía del derecho a la jubilación. También le hemos dado a esos argentinos y a esas argentinas el derecho a tener un ingreso. (APLAUSOS)
Quiero decirles también que en este año 2009, tal cual fuera anunciado por la señora Ministro de Asuntos Sociales hace unos días, hemos aumentado en lo que hace desde el año 2003, donde el presupuesto para cuestiones de carácter social, acción social y promoción social, programas que no solamente están en el Ministerio de Asuntos Sociales sino también en el de Trabajo, teníamos un presupuesto en aquel 2003 de 1.700 millones de pesos aproximadamente y este año 2009 vamos a tener más de 10.000 millones de pesos, lo que significa un aumento del 510 por ciento de recursos que asignamos también a los sectores que mayor grado de vulnerabilidad social tienen en la República Argentina. (APLAUSOS)
También hemos logrado en materia educativa, mañana vamos a inaugurar el ciclo lectivo en la provincia de Salta, en forma simultánea inauguraremos una escuela ahí casi en la frontera con Bolivia, más al norte de Santa Victoria, en Salta, al mismo tiempo el Ministro de Educación estará en la provincia de San Juan inaugurando también varios establecimientos, la señora Ministro de Asuntos Sociales estará en El Impenetrable, Chaco, inaugurando también una escuela allí en el corazón de El Impenetrable, y la Ministro de Defensa, en compañía de la señora Gobernadora de Tierra del Fuego está en la Antártida reinaugurando la escuela que se incendió y que hemos reconstruido para que a lo largo y a lo ancho del país, en el marco del Plan 700 y 1.000 Escuelas, sigamos construyendo capacitación, educación para los argentinos que es el gran eje y protagonista de la movilidad social. (APLAUSOS)
En este marco también, hemos cumplido, tal cual lo marca la Ley de Financiamiento, con fijar el piso de lo que un docente debe ganar como básico, como mínimo en la República Argentina.
Ustedes saben que estaba en el orden de los 1.290 pesos y se ha establecido una suma fija de 200 pesos que lleva ese salario mínimo para los docentes a 1.490 pesos. También hemos decidido pagar lo que restaba de la deuda del Fondo de Incentivo Docente, que no se había pagado en el año 2001, y que el anterior gobierno del presidente Kirchner pagó una parte y esta Presidenta va a terminar de pagar la deuda existente con el sector pagando los 3 FONID que se debían del año 2001 en cuotas de 55 pesos que arrancan desde el mes de julio hasta diciembre. (APLAUSOS)
Permítanme en este momento hacer un análisis respecto de todo esto, del tema de la educación, del derecho a la educación. Ustedes saben lo que yo pienso porque lo dije muy claramente aquí la primera vez que vine a hablarles como Presidenta en aquel 10 de diciembre del año 2003.
Ustedes saben que creo que las medidas de fuerza perjudican a la educación y a los chicos, pero también, como dirigentes políticos, y esto se lo digo a todos los partidos políticos, tenemos que pensar qué modelo de sociedad queremos y qué es lo que vamos a ofrecer para vivir. Porque es cierto, hay mucha disparidad en los salarios y es cierto que muchas administraciones provinciales tal vez no puedan pagar lo que se demande. Pero lo que no me resulta sensato, lo que no me resulta justo es que mucha dirigencia que sostiene que por allí no puede pagar más, sin embargo a la hora de fijar postura respecto de cómo deben contribuir los que más tienen en una sociedad, sea benevolente con los que más tienen y exija que los maestros vayan con salarios mínimos. Esto es lo que a mí como sociedad no me cierra. (APLAUSOS)
A ver, la mayoría de todos ustedes han sido compañeros y compañeras mías de bancada, como oficialistas o como opositores, pero es justo, es ético, es moral para aquellos que creen que la política y las decisiones de Gobierno también se toman en el plano de la ética y de la moral que, por un lado le digamos a un docente que no le podemos aumentar, lo cual es rigurosamente cierto, pero al mismo tiempo les digamos a los que tienen mayor capacidad contributiva "no paguen", esto es lo que no me parece justo y esto es lo que tenemos que discutir como sociedad. (APLAUSOS)
Tenemos que tomar definiciones al respecto, porque sino nos pasa lo que le pasó a otra dirigencia, entre la cual hay muchos y buenos amigos míos, que le contaron al país un cuento y que luego fue eso, un cuento que terminó mal.
Pero, ¿saben qué? Escuché decir por ahí que yo era una persona a la que gustaba sacarles a unos para darles a otros; la economía -y todos ustedes lo saben- es, precisamente, administrar con los recursos que se tienen y con la contribución que hay. Siempre en economía, lo que se les asigna a unos, es porque se lo está sacando a otros, porque el único que pudo multiplicar los peces y los panes fue Jesucristo, el resto tiene que tomar decisiones en base a los recursos con los que se tiene. (APLAUSOS) El resto, mis queridas amigas y amigos, es lo que se dice en las campañas electorales y que luego no se puede cumplimentar cuando se está en la concreta gestión de gobierno.
Si uno mira, entonces, este año concreto de gestión, con números estadísticos muy puntuales resultados de recaudación, de ingresos, de actividad, de redistribución del ingreso, de exportaciones, de crecimiento de la actividad económica, de mejora de nuestros jubilados y, a propósito, me había olvidado de decirlo -nadie se sienta ofendido por lo que voy a decir- y de comentarles que cuando discutimos la Ley de Movilidad aquí en este ámbito, hubo una fuerte discusión acerca de qué índice aplicar. Me acuerdo que el índice que quería aplicar el oficialismo, o sea nosotros, el Gobierno, le iba a dar mal a los jubilados, el 4 por ciento y, sin embargo, si hubiéramos aplicado el índice que quería la oposición, que yo calculo que lo hacía con las mejores intenciones, no creo que hubieran querido hacerlo con malas intenciones, hubiera sido menor que el que se aplicó. ¿Por qué? Porque esta Presidenta decidió en todo caso cuando me vinieron a consultar en el bloque por las diferencias que había, "apliquemos siempre el más alto" dije. Porque si se hubiera aplicado el RIPTE, los jubilados hubieran cobrado menos.
Primer aprendizaje: no es bueno muchas veces oponerse por oponerse; lo importante es que podamos discutir, razonar y, entonces, no hacer solamente ejercicio político de oposición, sino esencialmente trabajar por los intereses de nuestros representados.
Quiero también decirles que todos estos números, tal cual me lo preguntaba el otro día un periodista en España, que el año 2008, fue en términos de rentabilidad, inclusive para todas las empresas que cotizan en Bolsa, los dividendos más importantes de los últimos 20 años, las utilidades de los bancos las más importantes de los últimos 15 años; la redistribución del ingreso y de crecimiento a través de convenios, lo más de 1.500 convenios colectivos de trabajo que se sancionaron, fue un crecimiento global del país.
Creo entonces que este momento en que nos toma la crisis, debe dar la necesidad de profundizar aún más el modelo en lo que hace a cuidar el trabajo, la producción y el empleo. Y, en este sentido, hemos lanzado el Plan de Infraestructura más importante que recuerda la historia. No estamos junto a este Plan de Infraestructura y las medidas que tomamos en materia de incentivar el consumo o de dotar de capital de trabajo a las empresas y también incentivar el consumo ante un Plan B. En absoluto, estamos en las medidas contracíclicas para seguir sosteniendo el Plan A porque el que se ha derrumbado es el mundo que sostenía que este modelo estaba equivocado.
Y tan es así que estamos destinando 74 mil millones de pesos a estos menesteres, 7 punto del PBI; 57 mil millones de pesos para un plan de obras públicas de los más ambicioso que se recuerden, esto para ser ejecutado en el corriente año; 6.600 millones para incentivar los préstamos de consumo; otros 6.600 millones para incentivar los préstamos de capital de trabajo y 3.800 millones en lo que son las políticas de ingresos. Todo esto, 7 puntos del PBI, para seguir sosteniendo, como bien lo decía, la generación a la actividad económica y el mantenimiento del trabajo que es lo más importante que tenemos que cuidar los argentinos.
También en este marco, creo que ustedes y la calidad institucional en este país, han tenido un protagonismo sin precedentes también en la historia parlamentaria, por lo menos que yo recuerde desde el advenimiento de la democracia a la fecha. No solamente han participado de esa ley de Movilidad Jubilatoria, también han participado de un proceso que significó recuperar para los argentinos su línea de bandera luego de un proceso de deterioro de este servicio público sin precedentes. Hemos logrado acuerdos con todos los gremios y con todos estamentos que conforman nuestra línea de bandera para volver a recuperar el prestigio perdido. (APLAUSOS)
Creo que también...tardó cada uno de ellos y permítanme decirles algo respecto de esto que refleja un poco la manera de abordar y tratar los problemas muchas veces que perjudica, no los intereses de un gobierno, sino fundamentalmente los intereses de un país.
Sobre esta ley se dijo que el GAFI la iba a observar, que iba a servir para no sé qué cosas, se fueron a hacer denuncias afuera del país no denunciando a un gobierno, sino denunciando a la República Argentina porque, en definitiva, quién había aprobado esta ley, más allá de cómo haya votado cada uno, es el Parlamento de la República Argentina, es uno de los tres pilares del sistema democrático. Sin embargo, porque el resultado no fue el que algunos querían -algunos, no todos, sería injusto que generalizara- hicieron denuncias que luego fueron desestimadas como no podía ser de otra manera en el GAFI.
Pero si se me permite una digresión y para reflejar como muchas veces se plantean las cosas ante la sociedad por parte de algunos medios de difusión. Ayer salió que un informe de los Estados Unidos observaba a la Ley de Repatriación y Exteriorización. La propia embajada de los Estados Unidos salió a desmentir esto y hoy el título que Estados Unidos analiza se va a levantar su veto a la Ley de Repatriación y Exteriorización. Esta manipulación de la información realmente le hace mucho mal a la República Argentina y también a todos los ciudadanos que tienen derecho a acceder a una información correcta.
Estados Unidos forma parte del GAFI, lo sabe cualquiera, con lo cual no puede haber habido error en la información. Tal vez, es un horror la información pero es otra.
Pero quiero charlar estas cosas con ustedes, parlamentarios argentinos, oficialistas y opositores, porque es necesario que algunas líneas básicas de comportamiento y de reglas democráticas e institucionales sean observadas por la totalidad de los partidos políticos, porque si alguien denuncia que el Parlamento argentino, no el gobierno, el Parlamento argentino aprueba leyes para narcotraficantes y lavadores de dinero o terroristas, estamos ejerciendo una muy mala calidad institucional. Y este Gobierno que me ha tocado presidir desde el año 2007, ha hecho del tratamiento en el Parlamento y de la consulta al Parlamento sus decisiones más importantes y, tal vez, más trascendentales que marcaron a fuego la gestión durante el año pasado cuando esta Presidenta tomó la decisión de remitir aquí, al Parlamento, en el medio del conflicto con las patronales rurales la Resolución 125. Lo hizo precisamente para que el Congreso tomara la decisión y aceptó la decisión que ese Congreso tuvo de rechazar la 125.
Y quiero hacer un ejercicio con ello para que veamos como muchas veces priman los intereses partidarios o simplemente especulativos y finalmente, lo que se quería defender en realidad no era lo que se decía, sino tal vez tomar decisiones que descolocaran al Gobierno. (APLAUSOS) Si hoy la Resolución 125 estuviera vigente, las alícuotas de los derechos de exportación serían inferiores a las vigentes. Pero además, los pequeños y medianos productores estarían recibiendo compensaciones, pero además los que estuvieran a más de 400 kilómetros, si mal no recuerdo, de los puertos, estarían recibiendo el subsidio por fletes. Hagan cuentas de cómo estarían.
¿Qué quiero decir con esto? Que muchas veces hay que analizar desde la perspectiva de lo que es la política, pero no la política partidaria, la política en serio que supone la transformación de la realidad y también de los comportamientos de la dirigencia política en la Argentina. No va a haber mayor calidad institucional si además nosotros, como dirigentes, no mejoramos nuestro propio comportamiento a la hora de formar parte de las instituciones y de jugar los roles que cada uno tiene dentro de esas instituciones. (APLAUSOS) Porque tener calidad institucional no significa que los opositores voten o piensen igual que el Gobierno, significa que en aquellas cosas que evidentemente mejoran la situación de lo que se está discutiendo, se apoye y luego, en la elecciones, cada uno de los argentinos pueda elegir quién a su juicio va a defender y representar mejor sus derechos como ciudadanos, como trabajadores, como empresarios, como comerciantes. Pero al momento de decidir, decidir teniendo en cuenta eso, los verdaderos intereses.
Cuando alcancemos eso, argentinos, ahí sí vamos a haber alcanzado la verdadera calidad institucional que demandan todos los argentinos piensen cómo piensen y tengan el lugar que tengan.
Yo quiero decirles que, junto a estas medidas que hemos tomado también y que seguiremos tomando absolutamente proactivas para sostener nivel de empleo y actividad económica, también enviaremos al Congreso todos aquellos instrumentos que las épocas y los tiempos exigen. Algunas viejas deudas también de la democracia argentina, como la reforma de la Ley de Radiodifusión, el cambio definitivo de eso, vieja deuda de la democracia. (APLAUSOS) Y también nuevos instrumentos que den cuenta de los nuevos tiempos económicos y políticos que corren en la Argentina y en el mundo donde ya no es necesario que se denoste al Estado pero es necesario lograr instrumentos nuevos que nos permitan intervenir adecuadamente en la economía para preservar el trabajo y la generación de la actividad económica. (APLAUSOS)
Creo también que todos tenemos que tener una actitud diferente frente a esta crisis inédita a nivel mundial, que no significa seguir a pie juntillas lo que diga quien es el titular del Poder Ejecutivo, pero sí significa -reitero- tener una actitud diferente. Es necesario lograr, frente a los grandes temas de los argentinos, la unidad. Es necesario que juntemos esfuerzos para preservar a la Argentina y a lo que hemos logrado en estos años que, de prolongarse la crisis tal cual como se preanuncia, impactará y convertirá al año 2009 en un año, como alguna persona que conozco dijo, más difícil de los últimos 100 años.
Esto que nos tiene que llevar a Gobierno, a oposición, a sectores económicos, sociales y productivos, a saber que es necesario reconocer que en estos años que han pasado, con aciertos y con errores, que los hemos tenido, es imposible no equivocarse, desde una banca parece imposible no equivocarse cuando se es gobierno, hay que estar sentado acá para saber lo que es gobernar un país y la República Argentina, hay que estar sentado acá o sentada, lo cual además, si no solamente estás sentado, sino que además estás sentada, lo que implica también una cuestión de género, es un poquito más difícil todavía. (APLAUSOS) Y no quiero victimizarme porque no es mi costumbre. (APLAUSOS)
Pero entonces, en esta conceptualización convocar a todos las fuerzas políticas y a todos los sectores para saber que vamos a tener que hacer un gran esfuerzo y que tenemos la experiencia de estos años que hemos vivido.
Creo, sinceramente, sin arrogancia, con mucha humildad, que este proyecto político, estas ideas que hemos levantado, merecen algo de crédito porque hemos tenido resultados muy concretos. Aquellos que defendían lo que decían los de afuera, aquellos que defendían a los que nos criticaban, desde consultoras, desde bancos internacionales, que hoy ya no existen y a los que restan nadie les cree, creo que merecemos entonces, no apoyo, pero sí comprensión y fundamentalmente, cooperación, que es el nuevo verbo que debemos conjugar en el mundo y en la Argentina. Cooperación que significa solidaridad por parte de aquellos que en este proceso económico y en estos años han tenido la suerte de poder acumular una rentabilidad tan importante, les permite ser el único sector económico que puede no comercializar sus productos.
Díganme todos ustedes, hombres y mujeres de provincia, que conocen comerciantes, que conocen empresarios de metalmecánica, de metalurgia, de textiles, de calzado, de servicios, de cualquiera de las actividades, quién puede hoy no comercializar su producción y subsistir. Al contrario, el objetivo casi desesperante es mantener la venta y con ello la actividad económica.
Por eso, le pedimos a aquellos que han tenido la inmensa suerte, pero no porque no la hayan merecido, sino porque además hemos contribuido para que así sea con este modelo de producción de tipo de cambio competitivo, de crecimiento, de subsidio en materia de generación, por ejemplo, de energía, el país en el año 2008 gastó más de 9 mil millones de pesos en subsidio a la generación eléctrica que abarca a hogares, alumbrado público, a comerciantes -pequeños, medianos y grandes- y pequeña y mediana industria, 9 mil millones de pesos. En realidad, la eliminación de una parte de los subsidios que se hizo durante el año pasado que fue de 807 millones, simplemente tuvo como objetivo, no solamente comenzar a eliminar los subsidios, sino también en aquellos sectores de mayor y alto consumo lograr una conciencia de mayor ahorro para tener una mejor administración de los recursos.
Hay un formidable esfuerzo de todos, subsidios al gasoil para que la producción también pueda tener mayor competitividad, cosas que todos ustedes saben. Creo que es entonces necesario que esos sectores que por diversos motivos que tienen que ver con este modelo económico, han podido tener una rentabilidad más que buena, en algunos casos extraordinaria, tengan la no solidaridad por cuestiones de ética, sino por cuestiones de inteligencia y sustentabilidad del propio modelo para seguir creciendo y avanzando.
Lo dije una vez no sé si aquí o en algún otro foro, no necesitamos empresarios buenos; necesitamos empresarios inteligentes, necesitamos buenos empresarios, buenos comerciantes, buenos productores, para que entiendan que es necesario apuntalar este esfuerzo que hemos hecho los argentinos y que ha dado resultados para todos, pero que todavía, sin lugar a duda, faltan argentinos, a los que no tienen trabajo, que no han podido acceder a una vivienda o que tal vez no han podido acceder aún a la educación, por todos esos argentinos, es que las dirigencias políticas tenemos que plantearnos seriamente estas cosas, estos debates y estas discusiones.
Yo no quiero terminar este mensaje a esta Asamblea Legislativa, sin pedir una vez más, por un tema que es central y que también ha sido uno de los pilares de este gobierno en materia de política de Derechos Humanos y que tiene que ver precisamente con lograr por parte de la Justicia, eso, que se haga justicia y que finalmente los juicios que se vienen desarrollando contra quienes violaron los derechos humanos durante la dictadura, precisamente sean juzgados.
Ha habido avances, ha habido condenas emblemáticas, pero no podemos dejar de decirlo aquí en este recinto, frente a lo que constituye la representación del poder popular en la Argentina, que demandamos a esa Justicia a la cual este mismo Parlamento le ha dado los instrumentos para la agilización de esas causas, 5 leyes sancionó este Parlamento el año pasado, fue el Parlamento también que decretó la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final que luego apuntalaron también la declaración de insconstitucionalidad.
El Poder Ejecutivo también ha dado recursos a la Justicia, los dos poderes del Estado hemos hecho mucho por lograr esto. Es hora entonces que la Justicia de respuestas porque es la hora de ella. Ya pasó la hora del Poder Ejecutivo y la hora del Poder Legislativo, es la hora de la Justicia y si viene demorando desde hace demasiado tiempo. (APLAUSOS)
Acá me apuntan, este es el efecto de no leer, me había olvidado de una ley que también es fundamental, estructural, diría, una ley absolutamente estructural como fue el retorno de la administración de los recursos de nuestros jubilados a manos del Estado Nacional. (APLAUSOS)
Reforma estructural si las hay. Cuando uno observa la forma en que fueron administrados estos recursos, las comisiones que se pagaron, las inversiones que se hicieron, la discrecionalidad absoluta con la cual manejaban los recursos de los trabajadores, para ver si en tal o cual empresa se invertía, porque no crean que eso que piden muchas veces democratización y transparencia a la clase política, se ejerce en el mundo de los negocios. No; esto que nos demandan a los políticos en el mundo de los negocios tal cual uno puede ver como se administraron en estos últimos años la asignación de recursos, quién tenía financiamiento y quién no, en realidad, hay tanta o más discrecionalidad que en todo el ámbito de la política junta de todo el país.
Esto también hay que decirlo y esta ley es realmente estructural porque coloca los recursos de la sociedad, no son recursos del Gobierno ni del sector privado, son recursos de los trabajadores, sus aportes, como un instrumento precisamente para poder seguir sosteniendo la rentabilidad de esos recursos y, al mismo tiempo, sostener la única manera de que esos recursos tengan rentabilidad que es tener una vez más la actividad económica y el empleo.
Cualquiera de los caminos -como todos los caminos conducen a Roma- del desarrollo y del crecimiento conducen indefectiblemente al sostenimiento de la actividad económica y del empleo. Y en este caso, el mercado interno frente a la crisis del sector externo, adquiere también una relevancia absolutamente inusitada.
Por eso es necesario, entonces, redoblar estos esfuerzos y convoco desde aquí a todos los argentinos, a todas las argentinas, a todos aquellos que tienen responsabilidades de carácter institucional, sectorial, social, a que realmente defendamos esto que hemos logrado todos los argentinos, que no lo veamos como patrimonio de un sector político, al contrario, esto que hemos vivido los argentinos en estos años en los cuales siempre se preanunciaba el fin, es hoy un modelo que deberíamos reformularlo inclusive en términos de categoría de pensamiento diferente al que hemos tenido desde los grandes centros de poder.
Yo creo que tenemos que atrevernos, además, a formular, como siempre hicimos los argentinos, pensamiento alternativo frente a un mundo de incertidumbre y de dudas y que no sabe adónde va. Uno ve, mira y advierta que la crisis no está en que no se encuentra la solución en tal o cual receta económica, la crisis es como siempre han sido las grandes crisis que marcaron los cambios en la humanidad, crisis de las ideas. Estamos ante la crisis de un sistema de ideas que hizo de la especulación, de la subordinación, de un mundo donde unos pocos mandan y el resto obedecen, de términos de intercambio comercial absolutamente malos para la mayoría de la humanidad, un modelo de decisión, un modelo de ejercicio del poder. Y yo creo que estas son las cosas en las que los argentinos tenemos que aportar, sin arrogancia pero con la convicción de que hemos podido hacer aquí en la República Argentina, algo diferente y que tuvo bueno resultados distinto de lo que hicieron otros países con otros modelos. (APLAUSOS)
Por eso, quiero agradecer a todos y a todas por haber escuchado, por haber compartido este momentos y convocarlos, como siempre, conozco a mucho de ustedes, al compromiso de seguir trabajando por una Argentina diferente.
Un solo pedido: sin agravios, ni descalificaciones, ni fomentando violencias que tanto mal, que tanto daño y que tanto dolor y tragedia han traído a nuestro país.
Debatamos pero en el término de discusión, sin querer imponerle al otro ideas y cuando el otro, democráticamente, como marca la Constitución Nacional, tiene un resultado en este Parlamento, ser aceptado y pensar, en todo caso, la mejor manera de tener mejores ideas y mejores argumentos para, en definitiva, poder luego ganar un debate una elección. Que de esto se trata la democracia. Lo que no podemos es seguir maltratando al sistema democrático en su conjunto, porque creo que la Argentina tiene demasiadas experiencias nefastas en materia de no respetar la institucionalidad y, fundamentalmente, no funcionar en forma democrática.
Muchas gracias y muy buenos días a todos y a todas, con la misma fuerza y la misma convicción de siempre, a seguir trabajando por todos los argentinos que ese es el rol que nos cabe a todos los que hoy estamos aquí reunidos.
Muchísimas gracias. (APLAUSOS)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Foro en defensa del Proyecto Nacional y Popular
El Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, fue el invitado especial del primer Foro en Defensa del Proyecto Nacional y Popular, que contó con más de 250 militantes.