Algunas consideraciones a propósito de las elecciones presidenciales
A unos días de la victoria contundente del
Frente de Todos, encarnado en la formula Fernández – Fernández, frente a la versión
vernácula del neo liberalismo de Juntos por el Cambio y Mauricio Macri.
El resultado muestra una verdad de perogrullo,
el poderoso aparato electoral del oficialismo sufrió una paliza en las urnas y
el actual presidente no pudo ser
reelegido.
Una gran coalición construida a partir de la
unidad de todo el campo popular permitió poner fin a la avanzada neoliberal
colonizadora sintetizada en Mauricio Macri y su equipo de Ceos.
Pese al fuerte respaldo internacional, mediático,
judicial, empresarial, etc, el macrismo no pudo o no quiso llevar adelante un proyecto
de país integrado y sustentable, y navegó sin rumbo entre una lógica de saqueo de nuestros
recursos, los negocios para los amigos, una soberbia solo comparable con su
ignorancia y un profundo desprecio sobre la gente y las consecuencias nefastas
de sus políticas sobre el bienestar de la población. A partir de allí se inicia otra nueva etapa, cabe
reflexionar sobre los matices y alcances de esos resultados, pero sobre todo vislumbrar
las luces y sombras que se avecinan a partir de la asunción del nuevo gobierno.
Una victoria histórica.
El Frente de Todos ganó con claridad, pero no pudo
repetir los números de las PASO, donde su triunfo su aplastante. El achique en las diferencias dejo en la
militancia del FdT un sabor a poco, entendible pero no realista.
Luego de las PASO el FdT eligió no hacer olas, comportarse dentro de lo políticamente
correcto, renunció a la calle y se encerró en locales cerrados o en actos no tan multitudinarios
como La Pampa, Mar del Plata o La Plata. Se desoyó una de la premisas básicas de
JDP en su Conducción Política, al adversario derrotado hay que perseguirlo, acorralarlo,
no dejarlos reagruparse, y menos dejarlo contra atacar. Pero el contrario
Juntos por el Cambio copó las calles, con actos que fueron de menor a
mayor, polarizando la elección y atacando claramente a su enemigo, el kirchnerismo.
No era una estrategia electoral para ganar, pero si para amalgamar el voto anti
peronista en la boleta de Macri-Pichetto. En ese sentido fue una estrategia
exitosa.
También es necesario evaluar al respecto que
las Paso oficiaron de elección de primera vuelta y la elección general fue un
ballotage, donde se polarizó totalmente
la elección. Ente las dos fórmulas sacaron cerca del noventa por ciento de los
votos.
De más esta decir que el triunfo de la alianza
FdT fue apabullante, más allá de las alquimias matemáticas o silogismos estrafalarios
de la prensa oficialista sobre que Macri
perdió pero no tanto y Fernández ganó pero
en realidad no, Fernández obtuvo una aprobación masiva de su liderazgo.
Es justo reconocer que Alberto Fernández llega
a la formula bendecido por el dedo de CFK y contaba con el caudal de votos de
ella y del peronismo como base, pero que en esta etapa de construcción de su
candidatura y de campaña ha ido acrecentando su figura como jefe del espacio.
Jefatura compartida con la figura muy fuerte de CFK, si bien ayudo mucho a esta
construcción el corrimiento a segundo plano de ella, por lo menos en público.
El doble comando nunca ha funcionado en la política,
siempre estas situaciones han llevado a conflictos internos por la supremacía y
el liderazgo del espacio. Se verá en los próximos meses como evoluciona esta relación
política, pero es tan complejo el panorama por venir y el poderío del
adversario que sería razonable que se pospusiera el conflicto interno ya que la
victoria de algún sector sobre el otro sea una victoria pírrica, que debilite
el espacio y permita el regreso de alguna otra experiencia neoliberal
Otra figura que logró afianzar su
liderazgo fue Axel Kicilioff. Con una campaña sencilla, sin mucho marketing,
muy a la vieja usanza política, recorrer todo el territorio, visitar pueblo por
pueblo, hablar con la gente, fue de menor a mayor construyendo un liderazgo que
lo llevo a la gobernación. Este también
es un gran triunfo de CFK, fue ella quien lo impulsó, cuando la mayoría descreía
de sus chances.
Tanto en la elección
presidencial y sobre todo en la de gobernador, el voto popular del conurbano
fue decisivo, con márgenes altísimos. Si
bien el interior bonaerense la situación fue más pareja, incluso perdiendo por
escaso margen en muchos distritos, el triunfo de Kicilioff –Magario fue muy
importante porque se impuso a la mejor, por lo menos es lo que decían las
encuestas, candidata del oficialismo.
Axel se encontrara con una provincia con
problemas estructurales muy serios, que vienen de décadas, pero heredara una gestión
desastrosa de María Eugenia Vidal, una provincia paralizada, endeudada en dólares,
con serios problemas de recaudación y caja. Solamente como dato de las
restricciones con que se encontrara la futura gestión, apenas asuma tendrá una
necesidad de caja de 4500 millones de pesos para hacer frente a salarios,
aguinaldos y algunos compromisos. Por supuesto que ese dinero hoy no está.
El voto amarillo
Resulta necesario entender porque una gestión
de gobierno que a todas luces ha sido desastrosa, tal vez la peor desde la democracia,
que no puede mostrar un solo dato positivo, y no solo en lo económico, sino
también en ninguna área de gobierno, haya logrado un 40% de votos
Como decíamos más arriba el ganar las calles
con sus marchas del “Sí, se puede”, parecen
haberle dado resultados positivos, además polarizó y encuadró claramente a sus adversario, algo básico en la
política, cargó en ese “otro” todos los
males, interpeló a las clases medias y
altas, donde se encuentra su voto, azuzó el miedo y los prejuicios de clases, y
fue por todo el voto de derecha, apropiándose de valores como “seguridad”, “libertad”,
“republica”, “respeto a la propiedad”, etc, caros a un imaginario clase mediero
tradicional.
Es justo reconocer que los valores, la cultura
expresado por la ideología neo liberal han impregnado muy fuerte en amplias capaz
de nuestra sociedad, desde 1976, pasando por los noventa hasta el 2001 y ahora
en los últimos cuatro años las ideas del individualismo extremo, el sálvese
quien pueda, una falsa meritocracia, etc, han calado en el sentido común de los
argentinos.
Si uno ve en un mapa argentino la distribución
de los votos y donde mayor porcentaje de votos tuvo Juntos por el cambio, se ve
claramente que está posicionado claramente en la mejores zonas agropecuarias del país, La
zona núcleo de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires interior, Entre Ríos, San Luis y
la zona más rica de Mendoza, exactamente donde está asentada la renta agraria concentrada,
uno de los pocos sectores “ganadores” de la era macrista.
Les jugó a favor cierta pasividad en la campaña del
FdT, confiado en los resultados de las Paso, se movió con demasiada cautela,
tratando de no asustar a los grupos del poder, no generar olas o situaciones
que pudieran ser usada en su contra por
los grandes medios concentrados oficialistas.
Algunos analistas especulan que el objetivo de
Macri era convertirse en el jefe de oposición con fuerte presencia en el Congreso. Algunos otros,
más optimista, sueñan con reeditar el
viejo grupo “A” que tantas satisfacciones les dio. Unos y otros no tienen en
cuenta la dinámica de la política, que las derrotas son impiadosas y que los
pases de facturas, las peleas por el liderazgo, la búsqueda de otros horizontes
donde caliente un poco más el sol, hará estallar una coalición atada con el alambre del oportunismo
electoral. En opinión de quien escribe
el objetivo de Macri es no terminar preso, dada la catarata de juicios pendientes
y los que le van a llover después de diciembre.
El círculo rojo.
El poder económico apuesta a un Alberto Fernández,
moderado y “dialoguista”, que lleve adelante su programa y por el otro contenga
a las hordas bárbaras, léase movimientos
sociales, la Campora, sindicatos más combativos y sobre todo a CFK. Aspira a
continuar, con matices si es necesario, con el programa y objetivos del FMI, a pesar del ostensible fracaso de
estos cuatro a los de gestión: reforma laboral y previsional, reforma
tributaria, con impuestos a la baja para ellos, negociar y pagar al Fondo, reducir el gasto
público vía recortes en salud, educación y el gasto social, abaratar despidos y
diminución del costo salarial, etc. También algunos sectores esperan, con menos
optimismo, continuar con la especulación financiera y otros, los
amigos del presidente, continuar con tarifas dolarizadas
El escenario próximo es complicado porque la
crisis actual sigue en pie, hay varias bombas que deja el macrismo que podrían explotar
en cualquier momento, hay situaciones que profundizarían la crisis con una espiral de devaluación y
alta inflación.
También la situación internacional es
compleja, hay crisis políticas y económicas en varias regiones del mundo, y la
coyuntura económica, sobre todo, los precios internacionales de los commoditys están
bajos y en general hay recesión en el comercio mundial y la deuda externa como gran condicionante.
El círculo rojo aspira a que Alberto Fernández
actúe como un administrador de la crisis y contenga las demandas sociales
pendientes.
Si bien el poder concentrado es hoy mucho más
fuerte de lo que lo fuera en 2001 y muestra los dientes, en estos días algunos
voceros de los intereses de los agros negocios amenazan con un plan de lucha y
corte de rutas si el próximo gobierno pretende imponerle un aumento en las
retenciones. Una bravuconada para
marcarle la cancha a AF.,
Ahora le toca mover al rey.
Está por
verse que puedan condicionar de esa forma al futuro gobierno y que AF acepte
mansamente ese rol.
Por ahora este se mueve en todos los frentes,
construyendo consensos detrás de un gran pacto social que pueda contener y
morigerar las múltiples demandas de los muchos actores sobre el escenario de la
realidad argentina.
El futuro está lleno de escollos, sin embargo
nuevos aires soplan sobre el continente.
La avanzada neoliberal colonialista de los últimos
años ha mostrado sus límites y está muy jaqueada en varios países, Ecuador,
Chile, Colombia, Perú, Méjico; Venezuela
y Bolivia resisten a pesar del fuerte embate de EEUU sobre sus países, etc. En
este marco el triunfo de la formula Fernández –Fernández puede ser la bisagra
de un cambio de época en Latinoamérica que vislumbre el regreso de movimientos
populares en toda la región.
Antonio
Muñiz
Noviembre
2019
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