“Debemos cuidar nuestros recursos naturales
con uñas y dientes de la voracidad de los monopolios internacionales que los
buscan para alimentar un tipo absurdo de industrialización y desarrollo, en los
centros de alta tecnología a donde rige la economía de mercado” JDP 1972
A una década de la crisis del capitalismo central, detonada por la quiebra de Lemans
Brother, cuyos coletazos llegan nuestros días, muchos economistas, políticos y
cientistas sociales pronostican una
nueva crisis para los próximos años.
Algunos hablan de crisis del orden
civilizatorio, una crisis global,
sistémica y catastrófica.
Si bien las visiones apocalípticas aparecen periódicamente en las cultura
humanas, es evidente que en las últimas décadas han aparecido visiones
negativas sobre el futuro de la civilización. El cine, especialmente, ha dado
cuenta de variadas “distopias”, un pesimismo histórico sobre el futuro.
Sin entrar en estos pronósticos apocalípticos,
es indudable que el orden mundial, el sistema mundo esta subvertido. Que los
tiempos modernos están cruzados por vientos
amenazantes, es algo que todos concuerdan.
Puede decirse que la crisis global tiene tres
frentes de tormenta, uno económico – financiero, otro climático ambiental, y el
tercero la crisis del Estado Nación y la democracia.
Las crisis que vienen
Debemos pensar y analizar la crisis, ya que
está representa uno de los mayores retos para la civilización moderna. Se trata de preguntarnos sobre el sentido y la dirección que tomara la
cultura humana, sobre que valores se asentara, sobre que matriz productiva,
cuales son las oportunidades y amenazas,
cuales los riesgo en el aquí y ahora, y sobre todo ¿es inexorable el final
anunciado?.
Sentimos los riesgos, fragilidad y amenazas frente a la vida misma. Percibimos
situaciones límites, lo que ya no puede ser y que demanda cambios urgentes.
Por ello debemos analizar, pensar, prevenir la/las crisis que se nos avecinan,
pero para ello debemos construir una teoría propia, situada en el aquí y ahora,
de un continente agredido por las políticas de los países centrales: porque son
esas políticas las que han entrado en crisis y que nos han llevado a esta
situación: un crisis civilizatoria, basada en una crisis en los paradigmas de
la modernidad occidental, hoy en estado terminal.
En primera instancia lo que está en crisis en
el modo de la acumulación capitalista basada en las teoría neo liberales,
enmascaradas en globalización financiera, el libre comercio y la libre
circulación de capitales especulativos. Bajo esas tres banderas el
neoliberalismo esconde una estrategia de penetración imperialista de los países
centrales y las grandes corporaciones
trasnacionales, basada en cadenas globales de producción, aprovechando
al máximo la mano de obra barata de los países periféricos, la apropiación de los recursos naturales de
esos países, con lógica de saqueo, sin ninguna protección del medio ambiente ni la sustentabilidad de los
ecosistemas, la privatización y apropiación de la renta de las empresas de
servicios públicos, de los medios de producción y sectores económicos
estratégicos , la sobreexplotación del trabajo directo, generando grandes
migraciones internas, de las producciones rurales hacia las grandes urbes,
generando a sus vez en estas una
sobrepoblación que provoca grandes hacinamientos, malas condiciones de vida para la población e
incremento de la migración forzada.
Así el capital monopólico pretende
sostener el proceso de concentración de
capital, poder, riqueza y conocimiento, sin importarle la vida humana y tampoco
el medio ambiente en que se desenvuelve, amenazando así la sustentabilidad de
la vida misma en el planeta tierra.
Las señales
Hay algunas señales que indican claramente que
la crisis económica - financiera está muy cerca o peor, ya estamos en ella.
Para algunos autores la crisis del 2007/8 no
fue superara del todo, por el contrario hubo una mala respuesta a la misma con
los cual los efectos negativos no solo perduran sino que tienden a agravarse en
los próximos meses.
La economía de China crece al ritmo más bajo
de los últimos 30 años. Alemania y en general los países de la Unión Europea
están en un proceso recesivo.
Estados Unidos, con las políticas
proteccionista de Trump lleva el periodo más largo de crecimiento positivo, pero, precisamente por ello, puede esperarse una
ralentización en los próximo meses Algo que ya anticipan muchos indicadores.
Si sumamos a Japón y en general los países del
sudeste asiático, están en una situación
muy parecida, y países más pequeños pero
de peso regional como Argentina, Irán, Venezuela, Singapur, Brasil, México,
etc está claro que la desaceleración de
la actividad económica en todo el mundo es un hecho indiscutible.
Un gran condicionante es la gran deuda global,
no solo de los países periféricos sino también la gran deuda acumulada por el
sector privado, empresas y familias, esta deuda impagable genera una gran debilidad en el consumo y la
inversión, eso ha hecho que haya sobre producción en el mundo y a su vez una
incapacidad del aparato productivo para generar producción y empleo
Las políticas de estímulo a la actividad que
hasta ahora han venido aplicando los gobiernos o los bancos centrales, según
los casos, han sido insuficientes y ahora, además, están empezando a ser
insostenibles, tasas de interés muy bajas o incluso negativas muestran que no
son herramientas para impulsar la actividad.
En tercer lugar, las luchas por la próxima
hegemonía mundial en EEUU y China, expresada por ahora en una guerra comercial,
afectó negativamente no sólo sobre las importaciones y exportaciones entre las
superpotencias sino también sobre las de otros muchos países.
Este conflicto no será de pronta solución, es
más podría escalar en una guerra de monedas, algunos atisbos hubo en el pasado
cercano, que profundizarían la recesión mundial. En este orden, también la
lucha para lograr mejores posiciones en la próxima revolución tecnológica
ligada a la robótica, la inteligencia artificial o los nuevos tipos de
comunicaciones, generara tensiones durante las próximas décadas.
En cuarto lugar, hay que tener en cuenta que
los sistemas financieros de todo el mundo apenas si se han reformado después de
la crisis de 2008 y que siguen en situación de gran fragilidad. Por el
contrario siguen sin haber control sobre
los flujos de capital especulativos, demasiados paraísos fiscales para el
dinero “negro” de la droga, la venta de armas o la corrupción, etc, la gran
masa de deuda de la que hablamos, mucha de ella incobrable, hacen del sistema
financiero muy vulnerable.
En quinto lugar, existen conflictos
geopolíticos en muchas regiones del
mundo, muchas de ellas derivadas de agresiones de países centrales para la
apropiación de los recursos naturales de esos países, el claro ejemplo es Venezuela,
atacada por las políticas de EEUU, solo por el hecho de los grandes yacimientos
de petróleo en su subsuelo, o Medio Oriente en guerra entre sí o invadidos por
fuerzas de EEUU, con el petróleo como trasfondo. Estos conflictos hacen muy
peligrosa la situación, ya que pueden derivar en conflictos bélicos regionales,
causando daños económicos, energéticos, etc, de alcance global.
Por último, la situación de extrema fragilidad
de todo el mercado de capitales globales, dado el nivel de especulación existente, la falta de controles y la gran
inestabilidad general, hacen predecible un crack bursátil de magnitudes mayúsculas
y con capacidad de mucho daño sobre la economía real.
Hoy, la crisis climática ambiental pre anuncia
el ocaso de los paradigmas la modernidad occidental.
El cambio climático es hoy evidente, a pesar
de las negativas a aceptarlo por parte de las grandes potencias y tomar las
medidas de prevención, que surgen del protocolo de Kioto. Esto es porque la
lógica extrativista, es una de las base de acumulación del capitalismo neo
liberal imperante.
La minería a cielo abierto, la extracción de
hidro carburos por el sistema de fracking , la deforestación de amplias zonas
boscosas, para utilizar esas tierras en actividades agrícolas, la emisión de
gases en forma descontrolada por parte de la industria, el consumo masivo con
su consecuente alto nivel de desperdicios, etc,
Es
evidente que estamos ante una situación compleja, ya estamos destruyendo el
medio ambiente, por el efecto invernadero el clima está cambiando, las
temperaturas promedios están aumentando en forma progresiva con el deshielo de
los polos y su consecuente aumento de los niveles de los océanos, más la
contaminación de los ríos, mares y aguas subterráneas, la desertificación de
grandes zonas, con su secuela de hambre y emigración de sus poblaciones, etc.
La lógica predatoria del capitalismo moderno
implica la apropiación a bajos costo de los recursos naturales, no hacerse
cargo del daño ambiental causado y dejar que de este se haga cargo el estado
y las futuras generaciones.
Las grandes corporaciones pueden hacer
impunemente estas acciones porque existe desidia y la falta de controles por
parte de los estados.
Y esto nos lleva a la otra gran crisis por la
que está pasando el mundo actual, la crisis del Estado Nación moderno y su hija
dilecta la democracia representativa.
El neoliberalismo globalizador necesita para
su proceso de expansión y acumulación la libertad de mercados de bienes,
servicios y capitales. Y detrás dela fachada de libertad se esconde el
verdadero propósito que no haya controles estatales o sociales sobre sus
actividades, así maximizar sus ganancias, destruir a la competencia,
monopolizar los mercados, especular, con su consecuente despilfarro de
recursos, empobrecimiento de amplios sectores de la población, con su
consecuente deterioro en la calidad de vida de las clases medias y bajas.
Sumado a esto las políticas económicas “ofertistas”, que están en la base de la
ideología neoliberal llevan a recortar impuestos a los ricos y a las grandes
empresas, pero para ello también deben reducir el gasto público y por supuesto
ajustan los gastos en salud, educación , viviendas, etc, desmantelando el
Estado de bienestar imperante desde la post guerra.
Todas estas situaciones están generando ineficiencia
e inestabilidad crecientes en el seno de las sociedades. Así como una
permanente insatisfacción por parte de la ciudadanía, que ve perder derechos y
calidad de vida. El estado es un aparato cooptado por los intereses de las
corporaciones, vaciado en sus funciones básicas y sobre todo diezmado en sus
áreas de control y en su poder de policía. Así los ciudadanos terminan
cuestionando y descreyendo del mismo.
El
ciudadano, presa por un lado por la propaganda construida desde el
relato neoliberal, que alienta la despolitización y la demonización de la
política, más la incapacidad y la falta de representatividad que el ciudadano
siente con respecto a los políticos y los funcionarios del estado hacen que las
democracias modernas sean cuestionadas.
Nos encontramos, en resumen, sumidos en una
crisis global y sistémica, que se está manifestando en distintos fenómenos, en diferentes lugares
y con magnitud muy diversa, manifestaciones populares contra las políticas del
FMI y las políticas neoliberales, en la Latinoamérica, levantamientos en Medio
Oriente y en Hong Kong migraciones
masivas desde África hacia Europa, o desde Centro América hacia EEUU, guerras en Siria, Yemen, Kurdistán, Turquía,
hambrunas y guerras civiles en África, desastres naturales , grandes
sequias, tornados y huracanes, terremotos, incendios y devastaciones en el
Amazonas , desastres ecológicos, etc.
Todos estos hechos no son femémonos aislados,
sino manifestaciones de una crisis más profunda, que de no mediar medidas
urgentes se irán agudizando y profundizando hasta límites muy peligrosos.
¿Qué hacer?
Aceptar que la economía de nuestra planeta sea
gobernada y subordinada a los intereses de los grupos económicos más poderosos en un contexto político de Estados
y democracias cada vez más debilitadas y vacías de contenido, nos puede conducir
a un caos global.
Es necesario construir un nuevo orden económico
mundial, poner límites a la libre circulación de capitales especulativos y a
los paraísos fiscales, construir una nueva matriz productiva basada en nuevas tecnologías
no contaminantes, en un uso racional de los recursos naturales, un respeto por
la vida humana, una mejor y equitativa distribución de la riqueza, combatir el
hambre y la pobreza, proteger el medio ambiente, con la clara conciencia que la
“madre tierra” es el hogar de todos.
Es necesario
reconstruir el estado nacional, fortalecer sus áreas de control y su
poder de policía.
A su vez hay que fortalecer y dar contenido a
la democracia; garantizando derechos políticos, sociales y económicos para todos,
ampliando al mismo tiempo mecanismos de
participación directa de los ciudadanos en los intereses comunes.
El General Perón exilio, en 1972, en ocasión
de la Primera Reunión del Ambiente Humano, escribió este premonitorio mensaje a
los Pueblos del Mundo, alertando sobre los peligros que se avecinaban:
“Creemos
que ha llegado la hora en que todos los pueblos y gobiernos del mundo cobren
conciencia de la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la
contaminación del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de los recursos
naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobreestimación de la
tecnología, y de la necesidad de revertir de inmediato la dirección de esta
marcha, a través de una acción mancomunada internacional”.
Antonio Muñiz
Noviembre 2019
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