“Un clima de rebeldías individuales puede durar indefinidamente sin afectar al régimen que las provoca. Solamente cuando la rebeldía está coordinada y encauzada en un movimiento de liberación adquiere eficacia necesaria para luchar con éxito”.
J. W. Cooke
El peronismo siempre se pensó a sí mismo como un movimiento de liberación nacional y social, relegando al partido a una mera herramienta electoral. Sin embargo, también, cuando era el momento de presentar listas, estas trataban de reflejar el espíritu movimientista en la construcción de un frente electoral que superara las estrechas paredes del Partido Justicialista.
Perón pensaba al primer peronismo como una alianza entre los trabajadores industriales y agrarios, sector empresario (una burguesía nacional), la iglesia y el ejército. Esta alianza se rompe y se produce el golpe militar de 1955. No vamos a entrar analizar las razones de esa ruptura y sus consecuencias, ya que mucho se ha escrito sobre ello. Si un dato que tendrá influencia sobre el futuro, el abandono del peronismo de gran parte de la clase media y la pequeña burguesía, que habían crecido al calor de las políticas de JDP, pero que migraron en una búsqueda de republicanismo abstracto y ascenso social. Esta clase media busco distintas alternativas políticas, todas infructuosas, apoyo al frondizismo, a Illia o al golpe de Ongania, todas experiencias fracasadas, Solo volvió a encontrar su camino cuando los sectores juveniles de esa clase media se volcaron al peronismo a principios de los setenta, conformando una experiencia política, infinitamente rica, a pesar de su sangriento final, producto de la represión del golpe cívico militar.
La idea movimientista siguió siempre en la base de toda construcción peronista, aun en la etapa fallida de la renovación peronista.
Nk vuelve a retomar esta idea pero ya desde el gobierno, la famosa transversalidad que planteaba y que llevo a Cobos a la vice presidencia fue una iniciativa de conformar un frente político y social que ampliara la base electoral del PJ. La experiencia fue un éxito porque permitió que CFK ganara con un 54 %, sino que además abrió las puertas al ingreso de sectores juveniles, mucho de clase media universitaria, volcándose al peronismo, en una situación similar a la experiencia de los setenta.
El frente para la victoria fue y es una experiencia altamente exitosa, por supuesto llena de contradicciones, como toda construcción política mayoritaria. Fue una herramienta de construcción del gran movimiento nacional. La deserción de Cobos, no marco el quiebre de este proyecto de transversalidad, como lo quisieron ver muchos, sino que el éxito lo marco la sumatoria de miles de jóvenes, clase media y pequeña burguesía al peronismo, aunque muchos lo hicieron desde distintas experiencias y organizaciones políticas no peronistas.
Un cambio de época:
El mundo ha cambiado en esta primeras dos décadas del siglo XXI. Es el final de una etapa histórica. Es como dice García Linera que “la globalización ha muerto”. Es difícil decirlo y analizarlo ´porque nos falta perspectiva histórica. Estamos viviendo ese proceso, somos espectadores, pero también actores en esta nueva construcción. Pareciera que estamos en una brutal crisis mundial. No solo económica, sino política. Los síntomas de descomposición del viejo orden mundial parecen evidentes, sin embargo es prematuro pensar que está muerto.
La crisis argentina del 2001 donde crujió todo el sistema capitalista local, las sucesivas crisis en el centro de poder mundial, EEUU y Europa, las guerras y el terrorismo en Medio Oriente, con su secuela de muerte y millones de refugiados que avanzan hacia Europa, la salida del Gran Bretaña de La Unión europea, el fracaso evidente de la experiencia de la Europa Unida, que poco a poco va creando monstruos ultranacionalistas dentro de las fronteras de cada país. Una crisis económica que genera el crecimiento de experiencias políticas que creíamos desaparecidas como el nazismo, con racismo, xenofobia, aislamiento, etc. Vivimos en un capitalismo en crisis, incapaz de dar respuesta a los sectores medios y populares.
La asunción de Donald Trump como presidente de EEUU marca también la profundidad de la crisis mundial. Votado por los sectores populares norteamericanos y odiado por el establishment político, mediático, financiero y sin embargo rodeado por un gabinete de ricos, muy ricos y reaccionarios de derecha, hacen un difícil pronostico hacia el futuro, Si creo que podemos decir que va a marcar un antes y un después en EEUU y por desgracia en el mundo.
Las primeras medidas parecen indicar que de acuerdo a sus discursos EEUU se va cerrando sobre sí misma, por lo menos en lo económico y comercial. Pareciera que EE.UU. vuelve a su vieja política pre primera guerra mundial de aislarse y cerrarse al mundo. De no participar de conflictos y lugares del mundo que sienten ajenos.
Veremos cómo evolucionan las políticas “populistas “de Trump y hacia qué mundo nos llevan.
Pero hay que tener claro que como sea nos van a afectar. Tanto la economía argentina como la política se van a ver perjudicas.
Viene desde el pie……
La hegemonía neoliberal en Latinoamérica, es especial Argentina y Brasil llega tarde y a contramano de dónde va el mundo. El papa Francisco lidera con claridad una ofensiva contra la cosmovisión liberal globalizadora. Con claridad lo expreso y casi en un lenguaje peronista, en un reportaje al País de España:
“El problema es que Latinoamérica está sufriendo los efectos —que marqué mucho en Laudato si’ — de un sistema económico en cuyo centro está el dios dinero, y entonces se cae en las políticas de exclusión muy grande. Y se sufre mucho. Y, evidentemente, hoy día Latinoamérica está sufriendo un fuerte embate de liberalismo económico fuerte, de ese que yo condeno en Evangelii gaudium cuando digo que ´esta economía mata´.”
“Porque los sistemas liberales no dan posibilidades de trabajo y favorecen delincuencias. En Latinoamérica está el problema de los cárteles de la droga, que sí, existen, porque esa droga se consume en EE UU y en Europa. La fabrican para acá, para los ricos, y pierden la vida en eso. Y están los que se prestan a eso. En nuestra Patria cipayo es aquel que vende la patria a la potencia extranjera que le pueda dar más beneficio. Y en nuestra historia argentina, por ejemplo, siempre hay algún político cipayo. O alguna postura política cipaya.”
Más claro imposible. El Papa marca, con claridad ideológica, un camino, un horizonte de esperanza. Es necesario hacer una síntesis entre el pensamiento papal con el pensamiento y la acción del peronismo en los últimos años. Es un camino para refundar el movimiento nacional, darle contenido y sentido revolucionario, como fue y es, en su esencia, el peronismo.
Existe dentro del peronismo alguno grupos que por una mala lectura de la realidad se apresuraron a dar por muerto al kirchnerismo y “jubilaron” antes de tiempo a CFK.
El papel de CFK es fundamental en la etapa que vivimos de resistencia y reconstrucción del Movimiento nacional. Sin dudas es la dirigente que puede liderar y conducir en este periodo. Tal es así que pesar de la feroz campaña de demonización de su figura, a partir de una obscena persecución por parte de una justicia politizada, las corporaciones mediáticas y el periodismo mercenario, sigue teniendo una imagen positiva que ronda el 40%. Teniendo picos en el conurbano bonaerense picos de 50/60 % de imagen.
CFK, quieran o no sus adversarios internos y externos, se consolida con nitidez como la gran líder de la oposición.
Es hoy por hoy, la única voz opositora que marca un camino, una construcción política alternativa al modelo gobernante.
En aquel discurso de Comodoro Py, del 13 de abril de 2016 CFK planteo sumar a todos aquellos que estaban siendo agredidos por el modelo neo liberal. Amalgamar en un gran Frente Cívico sectores políticos, económicos y sociales, que estaban siendo agredidos por el modelo neoliberal macrista.
Pero como en toda construcción política hay que pasar de la idea al hecho concreto.
El pasado 17 de octubre, CFK volvió a enunciar en el acto del PJ Capital su idea del Frente Ciudadano. Remarcó que es necesario “reconstruir las redes de solidaridad, de organización, de la concientización para la reconstrucción de una gran mayoría, que no alcanza con los peronistas, que no alcanza con los kirchneristas que no son peronistas, que no alcanza tampoco con los amigos radicales, porque hay mucha gente que no está identificada con una idea política”. Y después agrego, “A veces estamos más pendientes de lo que hacen otros dirigentes de nuestro espacio, otros militantes, que a lo que le está pasando al vecino, al compañero, al amigo, al ciudadano y estar junto a ellos”.
En un mensaje directo a la interna, donde expone claramente que es necesario abrirnos a la sociedad, escuchar sus reclamos, dejar de lado las internas menores, por los cargos o las pequeñas prebendas. Es necesario una vuelta a la gente, al barrio, al sindicato, a las organizaciones gremiales empresarias, al centro de estudiantes, a la “básica”, en síntesis volver a la práctica básica del peronismo. Construir poder popular, junto a la gente, codo a codo con los otros.
Lo que no han hecho los dirigentes políticos y gremiales, que en general por acción u omisión han acompañado la políticas anti populares del macrismo, Algunos con bastante entusiasmo y otros a cambio de prebendas y “sanguchitos”, lo está haciendo el pueblo, los obreros, los delegados gremiales intermedios, las organizaciones populares, Ir construyendo experiencia de resistencia y lucha contra el sistema, Por ahora son experiencias aisladas pero en general exitosas: las multisectoriales contra el tarifazo, la lucha en El Bolsón, la lucha de los mapuches en defensa de sus tierras, AGR – Clarín, Bangho, entre muchos hechos de resistencia y organización popular.
La pregunta que surge es como sumar y amalgamar en un espacio común estas experiencias sectores que provienen de historias e intereses disímiles y a veces contradictorios.
EL Frente debe ser la expresión electoral del movimiento nacional, basarse en la lógica movimientista de la que hablábamos más arriba, debe representar a la sociedad pero ser capaz de disputar poder.
Es indudable que el Frente no puede ser solo una herramienta de resistencia coyuntural ni tampoco un simple frente electoral, no puede limitarse a ser un frente anti Macri.
No solo lo limitaríamos sino que es probable que lo condenemos a muerte antes de nacer.
No puede ser una lista de candidatos o mero reparto de cargos, ni la sumatoria de figuras prestigiosas, debe ser un frente con contenido político e ideológico que entienda y encarne el cambio de época que vive el mundo y pregona Francisco.
El frente que debemos construir no es un frente opositor pensado para ganar una elección. No es contra un partido o una coalición. No debe ser el modelo de la Concertación Chilena, pensada para la alternancia pero para que nada cambie,
Debe ser un frente que tenga vocación fundacional, de desmontar a la vieja Argentina moldeada en la estructura legal y económica del Liberalismo, y construir una nueva Argentina, sobre bases sólidas y duraderas.
No es el momento de discutir nombres o candidatos providenciales, primero hay que sentar las bases de la construcción del movimiento nacional. Cuanto más sólido sea el movimiento más fuerte será su expresión electoral: el Frente.
Además hay que discutir un contenido programático que le de sustancia doctrinaria e ideológica. Basado seguramente en las encíclicas papales de Francisco, pero también en la historia del movimiento nacional como el programa de “Huerta Grande”.
Debemos pensar la Argentina para los próximos 50 años, buscando en nuestra raíces e historia, pero lanzados al futuro, Insertos en un mundo caótico y cambiante, Pensar situados en el aquí y ahora, desde nosotros y nuestra historia construir nuestro futuro.
Este proceso generara su dirigencia y sus candidatos, Generara nuevos liderazgos, basados no en la rosca, sino en la representatividad ganada en la lucha.
El movimiento nacional no existe sin el movimiento obrero organizado. Es indudable que la actual conducción de La CGT no expresa este pensamiento, ni el pensamiento de sus representados. Lamentablemente, por ceguera o conveniencia se han convertido, en un sostén de las políticas anti obreras y anti populares de la derecha liberal.
La construcción de MN tiene como materia pendiente generar un debate profundo en cuanto al rol de las organizaciones gremiales para que vuelvan a ser herramientas de resistencia y lucha y no estructuras de negocios al servicio del establishment. Mientras tanto hay que profundizar y fortalecer aquellas organizaciones que expresan a sus bases y forman parte del MN, como la Corriente Federal o las 2 CTA
La demanda por acciones concretas que enfrenten al programa neoliberal está en el pueblo, en la base, en los cuadros políticos y gremiales intermedios desde las primera acciones del macrismo. Viene creciendo, “viene calentado desde el pie”.
Es fundamental en esta etapa acompañar todas las expresiones de lucha del pueblo, cuando defiende sus derechos básicos. Acompañar en la calle, codo a codo toda experiencia de lucha y resistencia. Las luchas populares generan conciencia, organización y sobre todo nuevos liderazgos populares.
La historia no termino como nos decía Fukuyama alla por los noventa, los hombres y los pueblos construyen día a día su historia por lo tanto mientras exista el hombre siempre habrá historia y política a su alrededor. El imperativo de la hora nos impone generar políticas de fortalecimiento de
las organizaciones populares, definir un rumbo claro y preciso, dialogar con el pueblo para no perder el rumbo, evitar que de la crisis sigan lucrando los personeros de siempre, que en nombre de la república y las instituciones saquean nuestra riqueza, no permitir el paso de experiencia políticas autoritarias, xenófobas, y violentas como alternativas mesiánicas y salvadoras.
Es tarea de todos poner esfuerzo en esta construcción de un proyecto nacional, popular y revolucionario.
Hay que recuperar el espíritu y la lógica movimientista. Este nuevo frente debe ser una expresión del gran movimiento nacional, abierto, participativo, poli clasista, que nuclee a todos y a todas aquellos que quieran una Argentina justa, libre, soberana, unidos en un programa de acción común y un sueño y una mística compartidos.
Nuestra historia, nuestros compañeros muertos, los que dieron su vida por una nación justa, libre y soberana, y un pueblo alerta y movilizado nos están requiriendo un compromiso y un accionar comprometido con la lucha y la liberación nacional.
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