Argentina en disputa: ¿hacia dónde vamos?. Por Antonio Muñiz

 ¿Qué tiempos son estos en los que tenemos que defender lo obvio?  Bertold Brecht

La incertidumbre  crece en el panorama electoral. A pocas semanas de las elecciones del 22 de octubre es difícil predecir el comportamiento de una parte importante de la sociedad. Por el momento existen tres candidatos que se disputan en el ingreso a un ballotage, en noviembre.  No hay nadie hoy que pueda afirmar con certeza cual es el próximo escenario.


Los analistas dudan porque tampoco las encuestas pueden dar una respuesta con un margen de certeza. La crisis de credibilidad de gran parte de la sociedad también alcanzan a los encuestadores, a los analistas y a los periodistas, que  terminaron siendo parte de un sistema político en total decadencia.

La próximas elecciones no solo definirán quien o quienes gobernaran los próximos cuatro años , sino que marcaran el destino de Argentina en los próximos cincuenta años.

La urgencia de la crisis económica actual, dolar, inflación, bajos salarios, deuda, etc, no debe tapar la discusión sobre que modelo de país queremos tener en el mediano y largo plazo.

 

La Argentina atraviesa, una vez más, una de sus crisis de sector externo.

Su estructura productiva estrativista, el bimonetarismo y sobre todo la deuda externa, un condicionante permanente, por los menos desde la década del 70,  explican las grandes crisis que cíclicamente golpean sobre el crecimiento y la estabilidad del país.

A los problemas históricos que el país  acarreaba desde hace décadas, se sumó la deuda contraída por Mauricio Macri de 47 mil millones de dolares, en condiciones impagables y usurarias,la guerra,  la pandemia y luego la peor sequía de la historia y por ultimo el accionar del FMI fueron completando el circulo de agobio.

La sequía generó una caída de las exportaciones cercana a los 20 mil millones de dólares, pero lo mas perverso fue el manejo del FMI. La negociaciones llevadas adelante por Sergio Massa resultaron  tortuosas porque fueron “corriendo el arco”, ante cada posible cierre iban poniendo mas condiciones.

El atraso de los desembolsos comprometidos,  que debían llegar en junio llevó al límite la situación de las reservas internacionales, exacerbando las expectativas de devaluación, ampliando la brecha cambiaria y acelerando la inflación. Independientemente de la llegada final en agosto el daño ya estaba hecho. La devaluación  obligada por el FMI  al gobierno post las paso, completó el perjuicio a la política económica, ya de por si deteriorada, generando un golpe inflacionario que vació  el bolsillo de la población asalariada y en la credibilidad del gobierno.

Siempre en política hay que tener una estrategia de corto plazo, pero supeditadas a los grandes objetivos a largo plazo.

En el corto plazo el próximo gobierno deberá tomar medidas muy rápidas y concretas, pero de muy difícil ejecución para resolver los problemas, por ejemplo la dolarización propuesta por Milei, o eliminar el cepo,  propuesta por Patricia Bulrich, o sea quitar  los controles y la unificación cambiaria en el primer día de gobierno,  generarían una caída fenomenal de los ingresos, descargando los costos del ajuste sobre los sectores medios y populares que ya se encuentra sumamente golpeados por la pérdida de poder adquisitivo del salario y la precarización laboral. Con el agravante que pueden en el corto plazo desatar una hiperinflación , que termine de pauperizar los salarios de la mayor parte de la población.

El recorte del gasto  publico, exigido por el FMI,  en áreas clave como salud, educación o prestaciones sociales profundizaría el malestar colectivo al tiempo que destruirá el tejido social y la vida en comunidad de la mayor parte de la población, .

La sujeción a las políticas del FMI, además, tendrá un impacto negativo sobre todo en la imposibilidad del futuro Gobierno para llevar adelante una política económica autónoma se  agravara  sobre todo si se busca la dolarización o un esquema  bimonetario. La economía del país quedaría totalmente atada a cualquier shock externo y sin herramientas para afrontar un ciclo económico recesivo. La experiencia mas cercana fue la convertibilidad de Menem – Cavallo que  culminó en la peor crisis económica y social de la historia argentina,(2001).

Las urgencias de la coyuntura, innegables, pueden llevar a políticas aun mas desastrosas y dañinas para la mayor parte de  la población. Ya hemos vivido etapas donde “la mala praxis económica” solo han agravado las crisis en lugar de corregirla.

Las políticas sugeridas por el FMI y alentadas por algunos grupos económicos concentrados y los economistas militantes del neo liberalismo han generado históricamente ajustes brutales en el gasto publico, pero sobre todo en salarios de los trabajadores y jubilaciones y pensiones.

Esta políticas de ajuste permanente y apertura de la economía seguramente llevaran a una recesión importante, con el consecuente cierre de empresas pymes y un aumento importante de la desocupación y la pobreza.

La Argentina tiene una oportunidad histórica.

Los partidos políticos opositores, con sus aliados el periodismo corporativo militante, cargan las tintas sobre la crisis actual, en ningun momento plantean o ponen en discusión el futuro. Porque ellos necesitan la crisis, real o inventada, para justificar luego sus políticas de destrucción de las instituciones del estado y el entramado productivo destinado al mercado interno. Esto lo explicó ya hace décadas Naomi Klein en su libro “La doctrina del shock”.

Por ello desde el campo popular hay que insistir en discutir el futuro, ¿que país queremos tener en el mediano y largo plazo? ¿Cuales son nuestras oportunidades y amenazas?

En los próximos años el panorama para Argentina se puede pensar con optimismo. El pago de la deuda es relativamente  baja para 2024 y 25. Ademas  comienzan a dar fruto las inversiones  que el actual gobierno llevó adelante en Vaca Muerta, en el gasoducto Nestor Kirchner  y en la actividad minera, con el incremento de las exportaciones y el mayor ingreso de divisas vía el comercio exterior positivo.

La Argentina cuenta con abundantes recursos naturales tanto en agro alimentos, como en energía y minerales que cumplirán un rol clave en la próxima década: el litio para las baterías eléctricas, el gas,  las energías renovables,  energía eólica, el hidrógeno verde. Esta potencialidad de nuestro país de generación de energías limpias abren oportunidades de nuevos paradigmas productivos y cambios tecnológicos.

También hay que tener en claro que estas oportunidades y recursos ponen a nuestro país como un territorio en disputa.

Hay fuertes intereses, tanto internos como externos, para sigamos siendo un país de base extrativista, rentistico financiero, exportador de commoditys, sin industrias, basado en solo en servicios. 

La disputa es por la apropiación de lo excedentes que esta situación va a generar. Nuestra burguesía, aliada a los fondos buitres, trabajan nuevamente para el fracaso del país. Su lógica es siempre la misma apropiarse de los recursos y luego fugarlos.

Es necesario romper la lógica neo liberal que nos ha condenado al fracaso en los ultimo cincuenta años.

La larga experiencia argentina y de muchos países marcan que la existencia de grandes recursos no garantizan el desarrollo ni el bienestar. Que solo la industrialización de esos recursos garantiza generar mayo valor agregado, y que el excedente se vuelque hacia dentro y con ello una sociedad mas justa e integrada

La salida en una política activa de desarrollo industrial, agregar valor a la producción primaria, sostener el proceso de sustitución de Importaciones, promover el mercado interno con buenos salarios.

 En ese sentido el Estado tiene un rol fundamental, se requiere una estado activo, participante, “un estado desarrollador”movilizando y articulando los recursos humanos y materiales en logro de esos objetivos

Ademas  el estado debe tener presencia activa en aquellas áreas donde el capital privado no puede o no quiere estar. Una de esas áreas en el campo de la innovación científica tecnológica  generando los incentivos para que la generación de ese  conocimiento y que a su vez sea utilizado por el sector productivo.

Esta política de fomento es clave para que la  Argentina pegue el salto tecnológico y se inserte en la próxima revolución industrial que ya esta desarrollándose en el mundo

Estas son las políticas que adoptaron todos los países centrales en las etapas tempranas de su desarrollo, o que recobraron protagonismo en las ultimas décadas, como los países Bálticos,  Israel, los tigres asiáticos, China o India: gasto creciente en educación, ciencia y tecnología, regímenes de protección a sectores de la producción local, sobre todo conapoyos  amplios a su industria.

Las propuestas tanto de Milei como del Pro de achicamiento del estado y desregulación absoluta del mercado con la falsa promesa de atraer una lluvia de inversiones solo mostraron hasta ahora su falacia y escenarios en contrario de mayor reprimarización de la economía, consolidando la pobreza, la desocupación , la extranjerización y la dependencia tecnológica.

Lo que se define en las próximas elecciones, entonces, no es solo cómo resolver la crisis económica y social actual en el corto plazo, sino el perfil productivo y social de la argentina en la próximas décadas.

Los desafíos en este sentido siguen siendo los mismos, quien se apropia del excedente o de la riqueza generada por toda la población. Si es un pequeño grupo de empresas trasnacionalizadas para su fuga posterior o esa riqueza es volcada en el desarrollo de la industria, en la generación e trabajo, en la educación y la integración y el bienestar de todos los argentinos.

Las propuestas neoliberales, son cantos de sirena, que  no solo profundizaran el deterioro de las condiciones de vida de la mayoría de la población, sino que implicaran perder una oportunidad histórica para pegar el salto al desarrollo.

Antonio Muñiz

Motor economico /7

No hay comentarios:

Foro en defensa del Proyecto Nacional y Popular

El Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, fue el invitado especial del primer Foro en Defensa del Proyecto Nacional y Popular, que contó con más de 250 militantes.