“En la
modernidad líquida, lo que antes era duradero, ideologías, religión, empleo y
relaciones, pasa a ser efímero” Zygmunt Bauman
"Pocas imágenes mas
ilustrativas del Pro que la pileta dibujada: una ilusión para arrojarnos donde
nunca hubo ni habrá nada". Sergio Zabalza
(psicoanalista):
Antonio Muñiz. enero 2018
Bauman fue una de las voces que mejor supo
definir el cambio de los tiempos y la revolución social y cultural que supuso
el siglo XX. La amplia obra del sociólogo polaco estuvo marcada por el
término modernidad líquida, que Bauman acuño y que fue
utilizado y compartido por muchos autores posteriormente.
La sociedad liquida que Bauman contextualizo define el
actual momento histórico en el que se han desvanecido las instituciones sólidas
que marcaban nuestra realidad y se ha dado paso a una realidad marcada por la
precariedad, el ritmo cambiante e inestable, la celeridad de los
acontecimientos y la dinámica agotadora y con tendencia al individualismo de
las personas. Ya no existen las ideologías
totalizadoras, que nos explicaban el funcionamiento del mundo y por lo tanto
ese nihilismo nos lleva a la perdida de la política como una herramienta de transformación
social. Y a los políticos como figuras “negativas que entorpecen el normal
desarrollo de una sociedad”.
Esta sociedad liquida, abomina del conflicto
y sobre todo de lo ideológico, construye un imaginario de fantasía donde no
existe la lucha de clases, ni los conflictos por el reparto de la riqueza.
Donde el individualismo prima, el egoísmo es un valor y el “éxito” un logro
puramente personal.
No es de extrañar que surjan así nuevas
figuras “no políticas”, que adjuran de la política, provenientes del mundo de
los negocios y que hacen alarde de su “capacidad de gestión” y que la buena gestión,
un buen gerente puede solucionar los problemas sociales.
Siguiendo a Bauman en su descripción del
mundo moderno: la cultura líquida moderna ya no siente que es una cultura de
aprendizaje y acumulación, en cambio, se
nos aparece como una cultura del desapego, de la discontinuidad y del olvido.
No hay modernización (y, por tanto, tampoco
forma de vida moderna) sin una masiva y constante producción de basura, entre
ella los individuos basura definidos como excedentes.
Nos hallamos en una situación en la que, de
modo constante, se nos incentiva y predispone a actuar de manera egocéntrica y
materialista.
La cultura de la modernidad líquida ya no tiene un pueblo que ilustrar y
ennoblecer, sino clientes que seducir.
Todas las medidas emprendidas en nombre del
«rescate de la economía» se convierten, como tocadas por una varita mágica, en
medidas que sirven para enriquecer a los ricos y empobrecer a los pobres.
Además de tratarse de una economía del exceso
y los desechos, el consumismo es también, y justamente por esa razón, una
economía del engaño.
Pero
siempre es una sociedad de clases. También es una sociedad capitalista y
accionada por el mercado, uno de cuyos atributos es el ir dando tropezones de
una crisis (depresión/recesión) a otra. Como es una sociedad de clases, reparte
los costos de la recesión y los beneficios de la recuperación de forma desigual,
aprovechando cualquier ocasión para dotar de mayor firmeza a su columna vertebral:
la jerarquía de clases.
Ya nadie cree que los gobiernos puedan hacer
nada, así el Estado pasa a ser algo inútil al que hay que achicar, minimizar
para que el individuo se desarrolle.
En síntesis toda esta sociedad liquida no es más que la expresión de un capitalismo
salvaje, un anarco capitalismo de derecha, un liberalismo extremo.
Argentina, un lugar en el mundo líquido.
Es indudable que esa
cultura “liquida”, es la cultura hegemónica hoy en Argentina. No hace falta
demasiada sagacidad para ver estas lógicas en nuestra vida cotidiana, en los medios
masivos y en el discurso del mismo gobierno.
"Pocas imágenes más
ilustrativas del Pro que la pileta dibujada: una ilusión para arrojarnos donde
nunca hubo ni nunca habrá nada". Esta frase que escribió Sergio Zabalza, muestra claramente
los límites del discurso del Pro, nos prometen un futuro donde no habrá nada,
sin embargo es hoy un discurso exitoso, por lo menos la mitad de la población parece
creerlo.
¿Cómo se construye
una nueva cultura hegemónica que vaya reemplazando esta cultura informe basada
en la post verdad, el vacío, el
individualismo y el egoísmo?
¿Cómo se construye y se revaloriza la política
como herramienta de trasformación?
¿Y en este marco cómo se construyen nuevas
mayorías?
La experiencia electoral de la última elección muestra algunas
características que merecen ser analizadas y a la luz de los resultados deben ser replanteados.
Con Cristina Fernández encabezando la lista de
candidatas y candidatos a Senadores por la Provincia de Buenos Aires, UC se
constituyó en el frente electoral desde el cual disputaron las elecciones
legislativas, en diferentes distritos, los partidos que lo conforman –
Compromiso Federal, Frente Grande, Kolina, Nuevo Encuentro y el Partido de la
Victoria-, y sobre todo por los intendentes, la estructura y la militancia del
PJ bonaerense, aunque no el sello PJ,- en una paradoja difícil de entender
desde lo político - constituyéndose en la principal fuerza opositora al
oficialismo
Los
resultados de la elección muestran varios items para un análisis.
Que el
gobierno gano las elecciones y se va consolidando como una fuerza con
territorio y apoyo popular; muestra también
que la grieta sigue vigente que divide a nuestra sociedad casi por mitades; pero muestra también que el sesenta por ciento vota, con matices, en contra de las políticas
oficiales.
El peronismo se encuentra ante el drama de resolver los problemas que su
propia construcción genero. Ha impulsado el consumo en todas las clases
sociales y el bienestar social, incluso ha creado y ampliado una clase media,
pero con ello ha forjado un conjunto de deseos aspiracionales que no pudo dar cuenta.
a)
El proceso de democratización
del consumo, el acceso a derechos cívicos y sociales, la industrialización, la
vuelta al trabajo como valor de inserción social y política, etc, llevado adelante por los gobiernos de NK y CFK
, que posibilitaron la inclusión de
amplios sectores de la población y la mejora de sus condiciones concretas de
vida, provocó importantes transformaciones políticas y culturales, pero también
genero nuevos desafíos que solo podían resolverse con la
profundización del modelo. Tomar nota de esto es importante para repensar las propuestas y
estrategias para el futuro.
b) Otro dato “novedoso” para tener en cuenta en el futuro es que el bienestar económico no crea legitimidad
duradera por sí mismo, sólo provoca adhesiones fluctuantes, signo propio de
esta cultura liquida.
c) En una cultura liquida no hay perspectiva del bien común, ni una apelación
ética al “otro” que resista, sin una contrapolitica cultural que de sustento a
la resistencia, es nadar contra la corriente o “remar en dulce
de leche”.
d)
Además los imaginarios colectivos no están sólo condicionado por lo
económico. También influyen y mucho, los valores, el “sentido común”, la memoria
popular o la falta de ella, la visualización del futuro, y las construcciones
político cultural que edifican los políticos y los medios en una ida y vuelta
con la sociedad.
e)
La política se construye colectivamente. El contacto con el otro es
clave en toda acción política. Algo de esto fallo en la práctica kirchnerista,
se rompió la mediatización de la política. Comprando la lógica de oposición se abandonó
al “puntero”, al jefe natural del barrio, al intendente y en muchos casos hasta
al gobernador. Se vació la relación del vecino con el barrio o con su
municipio, y por ende se vació la relación
entre los mismos vecinos. Toda la labor y la ayuda directa que llego desde el
Estado nacional hacia los sectores vulnerables fue mucha, pero sin mediación política,
sin debate ni ideología y menos organización popular. Sobre el final se
intentaron algunas formas de organización a través de cooperativas barriales. Pero,
si bien hubo ingentes recursos los logros políticos fuero paupérrimos. Es
necesario y fundamental volver al barrio, al contacto con la gente. Volver a
formas clásicas de militancia barrial, sindical, estudiantil, etc. No hay política
de redes sociales que pueda reemplazar
el contacto personal.
f)
Otro límite que quedó demostrado en las últimas elecciones es que con reivindicar
lo hecho no alcanza. El discurso de campaña de Daniel Scioli en el 2015 de
hacer en eje en lo logrado mostro su insuficiencia. Es lógico y es natural la
sociedad, como el individuo va por mas, cuando satisface una necesidad va por
otra superior. En ese sentido el peronismo no pudo entender muchos de los
reclamos que la sociedad le hacía de cara al futuro.
g)
En la elección de CFK el discurso se basó en hablarles a los
perjudicados por las políticas del gobierno de Macri. Por supuesto como era
evidente esa estrategia no podía funcionar, no alcanza con armar un proyecto
solo con los perdedores del modelo.
h)
En ambos casos falto agenda del futuro. Es necesario volver a tomar nota
de lo que está pasando en el mundo, Tenemos un mundo en crisis global. En Argentina
ningún político parece verlo. Salvo el Papa Francisco que hace una permanente
denuncia y advertencia sobre lo que está sucediendo. Como decía Perón, “la única
política es la geopolítica”; es fundamental entender el mundo.
i)
i) Y luego hay que hacer un balance de lo que se hizo en 12 años, para
corregir los errores y las improvisaciones, que fueron muchas. Pero además pensar
estrategias para salir de la crisis a la que nos están llevando las políticas irresponsables
del Pro.
j)
Hay que construir una agenda que convoque a las mayorías populares, al
trabajador, a las pymes, a los estudiantes, a los científicos, a la gente de la
cultura, a las minorías, etc, todos sumados en un proyecto nacional, popular y
revolucionarios que enamore y sume mayorías.
k)
Por último los resultados de las
elecciones legislativas dan cuenta de que el 60 % del electorado eligió propuestas
alternativas al oficialismo, y que además
la mayoría de la encuestas hecha en estos día muestran una caída significativa de la imagen presidencial y de su gestión.
Esto nos dicen que hay un campo propicio
para la construcción de una alternativa superadora
que articule a gran parte de la oposición en un frente común.
La situación actual muestra un escenario de
conflictos políticos, sociales y económicos, muchos de los cuales se van a dirimir en las cámaras legislativas y otros en
las calles. Ambos escenarios permitirán,
pero también obligaran, a los diferente
actores a hacer políticas de alianza, coyunturales y tácticas al principio,
pero que irán convirtiéndose en estratégicas en la medida que queramos derrotar
al modelo neoliberal y construir un proyecto alternativo.
ANTONIO MUÑIZ
Enero 2018
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