El Pueblo en lucha.....

Por Antonio Muñiz

Las marchas y movilizaciones opositoras  en  las últimas semanas  marcaron el regreso de un actor político central en la historia argentina: el pueblo en la calle.
Desde los albores de la Patria el pueblo movilizado “quiere saber de que se trata”. Es el protagonista activo de la historia. Es sujeto pero también constructor de la historia. Desde el 25 de mayo de 1810, pasando por el 17 de octubre, o las manifestaciones populares de fines de los sesenta y principio de los 70, hasta las jornadas del 2001, siempre el pueblo en la lucha por sus derechos se  expresó en la calle.
 Los grandes cambios políticos y económicos siempre fueron motorizados por el pueblo movilizado.
Por eso el régimen, o la oligarquía que se cree dueña del país, le temen tanto al pueblo en la calle: lo estigmatizan hasta el cansancio, buscando deslegitimarlo o demonizarlo.
Algunos políticos de dudoso republicanismo pretenden hacernos creer que la sentencia constitucional “el Pueblo no delibera no gobierna, sino por medio de sus representantes” es una verdad absoluta cuando solo es una rémora de un constitucionalismo liberal decimonónico, que dejaba afuera de la política a los sectores populares. Con ese criterio restrictivo cualquier manifestación popular adquiriría el carácter de sedición y por ende de delito a castigar.
 En cualquier democracia moderna esta sentencia carece de sentido, el poder nace del pueblo y solo es del pueblo. Ninguna minoría oligárquica y partidocratica puede arrogarse derechos que son del pueblo.
Con esa lógica, algunos sectores del gobierno y del poder judicial, siempre con la colaboración del periodismo militante de los grandes medios pretenden criminalizar la protesta social. El macrismo sabe por experiencia histórica que estos procesos de ajuste permanente  solo son posibles con una fuerte represión. Así que conjugan el poder mediático, sectores de la justicia, las fuerzas de seguridad, y sectores del estado para reprimir cualquier atisbo de protesta y perseguir, difamar, calumniar y hasta encarcelar a los dirigentes políticos y sociales opositores.
La visión gubernamental  que sostiene que la violencia proviene del que arroja piedras es el resultado de una estrategia comunicacional orientada a criminalizar toda protesta, pero también,  sobre todo, a negar y ocultar la violencia que se ejerce ilegítimamente desde el estado.
El gobierno  trata de ocultar así la violencia ejercida sobre la sociedad  por parte de las políticas de ajuste permanente sobre los ingresos populares y la gigantesca redistribución hacia los sectores concentrados de la economía.
 ES el Estado, a través de sus fuerzas de seguridad quien  además deja a algunas minorías se expresen en forma violenta y en algunos casos ´por personal de las fuerza de seguridad infiltrados entre la multitud y las utiliza luego como excusa para una posterior represión indiscriminada y brutal.
Es un error político y nada justifica el ataque violento por parte de un sector hacia las fuerzas de seguridad, sobre todo cuando es ejercida por minorías inorgánicas que  terminan siendo funcionales a la estrategia de represión que tiene el estado.
Pero tampoco sirve desde el campo popular  comprar la agenda del adversario y criminalizar la protesta violenta o demonizar cualquier escenario de violencia política llevada adelante por el pueblo organizado.  
Esta visión “purista” le hace juego al gobierno al sacar del eje correcto la discusión: la masiva marcha contra las políticas de ajuste y saqueo de los sectores populares fue un éxito, a pesar de no poder abortar la aprobación de la ley.
El pueblo en la calle mostró a un gobierno débil, cuya única política fue el chantaje sobre los gobiernos provinciales, el apriete a legisladores y la represión.
La salida espontanea a la calle de los “caceroleros”, expresión política de la clase media urbana  porteña, es una muestra cabal de que la lucha popular mostro la verdadera cara del ajuste neoliberal y del quiebre de la base electoral del macrismo.
La apropiación de recursos sociales por parte de las políticas neoliberales va necesariamente a atacar a los sectores medios, grandes ganadores de la década kirchnerista.  Por eso todas las políticas del gobierno de Cambiemos,  tanto nacional como provincial, van a apropiarse de los recursos de las cajas de jubilación de la clase media, jubilados, docentes, bancarios, estatales para luego privatizarlos y regalarles el negocio a los bancos  a través de la figura nefasta de la AFJP.
Todas las encuestas muestran que la mayoría de la población desaprueba estas políticas. La prueba de ello es que la imagen presidencial bajo más de 12 puntos en las últimas dos semanas.

En los próximos dos años el gobierno neoliberal deberá acelerar sus políticas económicas y políticas, No tiene un plan B, solo le queda seguir para adelante con sus políticas de saqueo y por lo tanto seguir avanzando sobre los sectores populares pero sobre todo sobre la clase media urbana. Estas políticas de ajuste permanente irán generando un conflicto social y político creciente, donde el pueblo organizado, movilizado y en lucha será actor principal.





1 comentario:

RUBEN PAEZ dijo...

SIEMPRE EN TUS EXPRESIONES Y APRECIACIONES TAN EXACTAS DE LA REALIDAD QUE NOS TOCA VIVIR... Y DE COMPRENSIÓN GENERAL..ES LA ESENCIA QUE SE PROMULGUE EL PUEBLO PORQUE YA LO HAN DICHO EL PUEBLO SALVARÁ AL PUEBLO...Y SOMOS TODOS PARTICIPE Y ARTÍFICES DE ESE DESTINO...POR ESOS PRINCIPIOS QUE NOS LEGARA PERÓN Y EVITA ... SOBRE UNA PATRIA SOCIAlMENTE JUSTA ...ECONÓMICAMENTE LIBRE....Y POLÍTICAMENTE SOBERANA...UN ABRAZO.-

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