En los últimos meses
se muestra el fracaso evidente de todas las política económicas del gobierno
macrista, con el dólar en el centro de la escena, y detrás tierra arrasada en la economía real,
destrucción de la industria y por ende del trabajo, altísimas tasas de interés,
con su correlato, la bicicleta financiera, endeudamiento, deterioro del mercado
interno, y sobre todo una brutal fuga de divisas. Esta fuga financiada por los
prestamos externos muestra claramente que una vez más el neoliberalismo muestra
su cara más siniestra en la Argentina, como en 1980, 89, 01son políticas de
saqueo liso y llano de nuestras riquezas. Se fugan los dólares hacia paraísos
fiscales y dejan al pueblo argentino la deuda.
Además de la crisis
económica y financiera que vivimos comienza a aparecer el olor fétido de la
corrupción que carcome como una gangrena todas las instituciones de la república.
El caso Stornelli – D”alessio es la
punta de un iceberg de un sistema mafioso donde están involucrados políticos de
cambiemos, periodistas, los servicios de informaciones, la justicia y algunas
grandes empresas de medios, un aparato mafioso que copo diversas instituciones
estatales en un juego perverso de dominación y control de la oposición,
extorsiones, aprietes a empresarios, armado de causas, operaciones de prensa,
etc, en un coctel delictivo de alcances todavía desconocidos.
La promiscuidad entre
legisladores de Cambiemos y de la Coalición Cívica, con los medios
concentrados, mas jueces, espías, servicios extranjeros, la embajada de EEUU y
la CIA, más la impunidad con que se movían muestran el nivel de corrupción
moral, que el gobierno pretende meter debajo de la alfombra
En un contexto de
crisis económica explosiva más el deterioro del gobierno macrista, alerta sobre
una crisis política antes de las elecciones.
Hoy está claro que el
gobierno ha dejado de manejar las políticas públicas, cediendo todas las
medidas a los tecnócratas del FMI, una coalición política gobernante en
crisis, con una serie de derrotas electorales provinciales que hacen prever un
fracaso en las elecciones de octubre. Cuando el barco se hunde las ratas lo
abandonan dice el viejo refrán y así el gobierno ha ido perdiendo aliados en los
sectores del poder y en los medios de
prensa, que hasta ayer lo blindaban hoy buscan
nuevos horizontes políticos que les
aseguren la continuidad del negocio.
Sin embargo todos los
pronósticos auguran una crisis profunda y u estallido con default incluido en
los próximos meses. La apuesta del gobierno y del FMI es que la bomba le
estalle al próximo gobierno, hace todo lo posible por cubrir al gobierno
macrista hasta octubre. Sin embargo la impericia del equipo gobernantes, las
pujas por el poder dentro de la coalición gobernante, la puja distributiva
entre los sectores empresarios más concentrados, la angurria y la fuga de
divisas por parte de muchos amigos del gobierno pueden acelerar los tiempos.
Igualmente la
crisis que heredara el próximo gobierno
será muy pesada. El daño causado por las políticas neo liberales ha dejado una
secuela de destrucción de todo el aparato productivo, pero además ha ido
destruyendo todo en andamiaje social y político. Los niveles de corrupción que
se muestran en las altas esferas del gobierno y en las empresas de medios
concentrados han puesto en jaque el sistema mismo de convivencia de todos los
argentinos. Por primera vez desde 1983 hay presos políticos en Argentina, dirigentes políticos opositores, dirigentes
sociales, empresarios ligados al gobierno anterior, etc, son víctimas de un
contubernio mafioso enquistado en el poder central y cuyo mayores responsable
anidan en la Casa Rosada.
La luz al final del túnel.
El gobierno en un
relato pueril de la realidad nos dice que el rumbo era el correcto, pero que
pasaron cosas que agudizaron la crisis. Situaciones no previstas nos han
llevado a esta situación, levanta el fantasma de un posible triunfo de CFK,
algo cada vez más probable, como la causante de los vaivenes y el miedo de los
mercados. Como siempre en su miopía teórica, ya que su liberalismo no pasa de algunas ideas generales del siglo XIX y
principios del XX, no entiende la crisis. Su diagnóstico nos habla de una
situación generada por el déficit, la emisión y “setenta años de Populismo”.
Por eso Macri nos dice que de ganar profundizara el modelo y acelerara los tiempos.
La realidad les muestra lo frágil de este análisis, todas las políticas
monetaristas y de ajuste para bajar la inflación no solo han fracasado, sino
han acelerado el proceso inflacionario, yendo lenta pero inexorablemente hacia
un hiperestanflacion como nunca se ha vivido en estas tierras.
En síntesis, según el
relato del gobierno, se trata de una crisis estrictamente económica, más
específicamente fiscal. Su resolución, por lo tanto, será de tipo ortodoxo, más ajuste y más achique de los gastos, más
recesión. Con este diagnóstico no hay salida, no hay ninguna luz al final,
porque son precisamente esas políticas las que nos llevaron a esta situación.
Las últimas medidas
“populistas”, como volver a precios cuidados, créditos para el consumo, etc.
muestran un manotazo de ahogado por parte de los sectores más políticos del
gobierno afín de llegar con un poco más de aire a octubre. Sin embargo el mismo
gobierno no cree en las medidas que toma, no hay decisión política de
aplicarlas y controlarlas, por lo tanto están condenadas la fracaso. Ya en
estos días, ante solo el rumor, las grandes empresas quitaron del mercado
muchas de sus productos, los reemplazaron por otras segundas y terceras marcas
y aumentaron su precio.
Los economistas
“amigos” del gobierno adscritos al pensamiento mágico neo liberal corren al
gobierno por derecha, pidiendo más ajuste y recesión, Estos mismos economistas
que pronostican desde hace meses “que todo se va a la mierda”, ahora ven una
salida similar al plan Bonex, una nueva expropiación de los ahorros de todos
los argentinos, cambiando pesos por
bonos a futuro.
En todos los casos,
con la aplicación de las mismas medidas, al final del túnel solo hay un paredón donde
chocaremos inexorablemente.
Una vez más queda demostrado, ante este fracaso, que
la ceguera ideológica de la derecha argentina la incapacita para generar un proyecto de país que contenga
a los cuarenta y cinco millones de argentinos en un proyecto de nación viable y
sustentable.
Antonio Muñiz
Abril 2019
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