La industria en peligro…

 Todos los índices de la economía se muestran negativos luego de un año y medio del actual gobierno neo liberal. La industria muestra una caída de la actividad muy manifiesta con una repercusión directa en la caída del empleo y del consumo en general.
  
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), comunicó que las ventas por unidades en supermercados cayeron 1,2% en junio en forma interanual  y un  5% en las ventas en shoppings.

Los datos oficiales muestran la fuerte caída en el consumo hogareño. Este, que significa casi  del 80% del PBI nacional, sigue sin arrancar en el marco de una economía que tampoco muestra signos de reactivación, con 17 meses de caída consecutivas. 

Para el conjunto de la industria, van 17 meses consecutivos con resultados interanuales negativos, según los registros del Indec. En el mismo período, las ganancias del sistema financiero alcanzaron record históricos y los agro negocios disfrutan de la quita de retenciones y la devaluación. 

Los sectores ganadores de este modelo no generan puestos  de trabajo, al contrario, como en el caso de la explotación sojera expulsa mano de obra del campo hacia las ciudades, agravando los problemas de hacinamiento y pobreza de estas.

Los datos nos muestran que en  agricultura, ganadería, caza y silvicultura se desempeñan de manera formal 330 mil personas. En la actividad bancaria - financiera, 220  mil personas.


La construcción aporta 402 mil empleos registrados, 

Pero en la industria son 1. 220.000,  casi dos veces y media más que aquellas actividades sumadas. 

Solo el comercio mayorista, minorista y las reparaciones superan a la industria, con 1 millón 234 mil,  siempre según los datos del Indec para el promedio de 2016

 El año pasado, sobre 24 rubros fabriles relevados por el instituto oficial, 22 anotaron caídas en la ocupación respecto de 2015 y solo 2 terminaron con alzas (maquinarias y equipos eléctricos y reparación e instalación de maquinarias). 

 

Es algo inédito desde la crisis de 2001. La pérdida total de empleos registrados  fue de 120.000 durante el año pasado y con un cierre de alrededor de 5000 establecimientos. (INDEC)

En general este sector industrial intenta evitar los despidos, uno por el alto costo que tienen y también por la pérdida de capital humano capacitado, difícil de reemplazar en caso de una reactivación de la actividad. Sin embargo los pronósticos para este segundo semestre de 2017 son pesimistas, porque como decíamos anteriormente la caída de las ventas durante el periodo enero/ junio 2017 ponen en riesgo muchas actividades productivas.

Los sectores más comprometidos hasta el momento son los siguientes:

 Textil: El sector textil que emplea a 102 mil personas de manera formal, atraviesa una crisis que rememora los peores años de los ‘90. Entre enero y abril cayó  un 20%  contra igual cuatrimestre del año pasado, con una caída estrepitosa del 31,1 por ciento para hilados de algodón y una baja del 15,3 para tejidos. En todo 2016 el sector había retrocedido 4,3 por ciento, lo que implica que bajo el gobierno de Cambiemos los textiles ya cedieron un 25 %  de su producción. 

Las fibras sintéticas artificiales, que el Indec ahora computa dentro del bloque de químicos, contrajo su actividad 11,3 por ciento en 2016 y un grave 24,9 por ciento en el primer cuatrimestre del 2017. 

Fuentes empresarias aseguran que la caída efectiva en los puestos de trabajo es incluso más elevada, pero difícil de constatar dado el alto grado de informalidad del sector  y la utilización por parte de las grandes marcas de diseño de indumentaria de cadenas de subcontratación provistas por empleo informal y población inmigrante de países vecinos.

 

Metal mecánica: En el primer semestre de 2017 la producción metalúrgica se contrajo -2,2% interanual, producto de una caída de -5% en el primer trimestre y una leve recuperación de +0,5% en el segundo trimestre de 2017.

 En el mismo sentido, el nivel de utilización de la capacidad instalada (UCI) se ubicó en torno al 55,4%, manifestando una baja interanual en los primeros seis meses del año de -2,8%.

La actividad sectorial continúa mostrando una marcada heterogeneidad, donde prevalece un fuerte grado de polarización entre las empresas. Cerca del 50% de las firmas experimentaron bajas en su producción -de las cuales un cuarto tuvieron caídas por encima del -20% anual-, mientras que casi un quinto de la muestra registró niveles de crecimiento superiores al 20%. En ambos grupos se advierten dificultades para financiar inversiones productivas y capital de trabajo, producto de la baja e n el nivel de actividad y el acortamiento de los plazos de pago a proveedores.

-10,7% Equipos y aparatos eléctricos   

-9,6% Bienes de capital

- 4,9%  Otros productos de metal

 -4,8% Fundición

  -2,2%  Autopartes

  3,4% Equipamiento médico

  14,0%  Maquinaria agrícola

Lácteo: la crisis de SanCor hizo estragos en el sector.  SanCor es una cooperativa con casi 80 años de existencia, que ha pasado por graves crisis en la Argentina, pero ahora vive un proceso de cierres, ajustes, venta de activos  y despidos de personal. 

La producción cayó 13,7 por ciento el año pasado y baja 11,7 en lo que va de este, una pérdida también de un cuarto de la actividad respecto del nivel de 2015. Hay además una fuerte caída en el consumo de esos productos, a la par que un aumento de precios significativo. 

Tabaco: la actividad declinó 8,4 por ciento en 2016 y acumula una baja del 10,9 en el primer semestre de este año, producto esencialmente de una fuerte caída de la demanda por la decisión del Gobierno de aumentar la carga impositiva del sector. La ocupación descendió a 6445 puestos registrados, 314 menos que en 2015.

Editoriales e imprentas: la producción sufre una caída del 6,7 por ciento el año pasado y del 6,6 en lo que va del actual. El aumento de las importaciones es una de las razones centrales. Trabajan en este rubro 42.886 personas, 2282 menos que en 2015.

A los  problemas  estructurales de la industria hay que sumar entre otras el alza de las importaciones, sobre todo de bienes finales,  fuerte caída de la demanda interna y éxodo de consumidores a Chile y Paraguay,  el incremento desmedido de  las tarifas de los servicios públicos, una tasa de interés del 25/28 % para las Lebac, y un dólar poco en competitivo, etc. Todo esto forma un combo demoledor para muchas pymes y también para empresas con muchos años en el mercado. 

La experiencia histórica muestra que este escenario de políticas neoliberales genera una dinámica de amenaza a las pymes. 

Estamos nuevamente como en los años del proceso militar o en los 90 en un proceso de desindustrialización, con ajuste y cierre de empresas. La industria argentina está nuevamente en peligro. 

Antonio Muñiz   agosto de 2017

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