Análisis de las elecciones en Francia: "Es la Economía, Nicolás"

El caso de Francia muestra nuevamente la cara más lúgubre del capitalismo salvaje, de la preeminencia de lo financiero por sobre los factores de la producción y las políticas desestructuradas en relación al desarrollo humano Por Lic. Lisandro Mogliati En el día de ayer se llevaron a cabo las elecciones presidenciales en Francia y tal como preanunciaban los sondeos previos, el actual mandatario Nicolas Sarkozy, con cerca del 27 % de los votos se ubicó en segundo lugar, detrás del socialista Hollande que aventajó por casi 2 puntos porcentuales al actual presidente y deberán dirimir el pleito en una segunda vuelta el próximo 6 de Mayo. La derrota en primera vuelta de Sarkozy, más allá de las serias chances que tiene el propio presidente galo de dar vuelta las cosas, si logra el apoyo de los votantes de la derecha más rancia, que en primera vuelta acompañaron a Le Pen, expresa claramente lo que hoy rechazan las sociedades modernas, que exigen a sus gobernantes políticas económicas activas, ancladas en derechos sociales que se vulneran con las políticas de ajuste, que terminan indefectiblemente en mayor desempleo y pobreza. La Francia actual atraviesa una coyuntura compleja (como casi toda la Unión Europea) y la cifra de desempleados creció un 50 %, para establecerse en 3.000.000 de franceses que hoy no tienen empleo. Una de las causales de esta situación está dada porque el sector industrial galo, al perder competitividad debido a la fortaleza del euro y el mercado ampliado de la UE, con nuevas adhesiones al Tratado de Maastricht, impulsó la relocalización de entramados industriales en naciones con menor desarrollo relativo, en desmedro de los países europeos centrales. Sarkozy pensó que el tema económico no era la cuestión central para los franceses y se equivocó, cometió el mismo error que George Bush (padre) en la campaña presidencial de 1992, cuando centró su preocupación en el frente externo, con su renovada doctrina de la seguridad, liderando coaliciones internacionales para combatir en el exterior y resultando vencedor. Pero Bush, en esta alocada carrera armamentística, terminó relegando (y agravando) la cuestión económica con fuertes implicancias sociales y así dejó un frente abierto a Bill Clinton para golpear a su contrincante republicano y ganar las elecciones presidenciales. Esta circunstancia acontecida en las elecciones de EE.UU donde Bush se creía reelecto y termina destronado del poder, quedó enmarcada en la anécdota de James Carville, asesor de Clinton, quien aconsejó a su asesorado que debía centrar su campaña en cuestiones domésticas, más cercanas a la realidad que atraviesa el ciudadano común y sintetizó su estrategia con la célebre frase: “Es la economía, estúpido”. “Es la economía Nicolás”, deben haber pensado anoche tras el recuento de votos en Francia, porque Sarkozy, como Bush, durante su gestión presidencial fue junto a Merkel, la cara visible del severo ajuste que aplicaron (y aplican) al pueblo griego para conservar su status jurídico como miembro de la UE, es amigo de los organismos financieros internacionales que como buitres acechan a las economías en recesión, se puso al frente de una batalla contra la inmigración y olvidó que las principales preocupaciones del pueblo francés son el desempleo, el crecimiento inusitado de la pobreza, el déficit de vivienda, la precarización del sistema de salud, la educación y el financiamiento por parte del Estado de las pensiones y jubilaciones. El caso de Francia (más allá del resultado que arroje la segunda vuelta) muestra nuevamente la cara más lúgubre del capitalismo salvaje, de la preeminencia de lo financiero por sobre los factores de la producción y las políticas desestructuradas en relación al desarrollo humano, estas cuestiones, en una semana donde en la Argentina la escena central fue la expropiación de YPF que plantea la re estatización de los recursos hidrocarburíferos, es también una muestra de lo divergentes que resultan los rumbos que adoptan los unos y los otros, mientras Europa se empecina en apuntalar un capitalismo del fracaso social y paga con traspié electorales y profundización de la crisis socio-económica, la Argentina fortalece una estrategia nacional, doméstica, donde la producción, el sostenimiento del empleo y el mercado interno, son los pilares que sustentan la economía y solventan las conquistas sociales.-

1 comentario:

Laura para Cofidis dijo...

Un buen articulo sobre el aspecto economico que ya no es un aspecto mas, sino el principal motor de cambios a lo largo de europa.

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