Notas para un nuevo pacto democrático.

 Bases para la reconstrucción política, económica y moral de la sociedad argentina

La Argentina se encuentra en un momento crucial de su historia.

Tras décadas de experiencias fallidas, de fracasos económicos, políticos y sociales, una época de avances pero también de grandes derrotas,  pareciera hoy que nos enfrentamos a una etapa terminal, donde se juegan los destinos de la Nación argentina.

El triunfo de Javier Milei en las elecciones presidenciales, guste o no, anuncia el quiebre definitivo de una época. No por las virtudes del presidente, que no las tiene, sino por la decadencia de toda una clase dirigente, que trasciende a la clase política.



La corrupción, la amoralidad, el relativismo moral, el individualismo extremo, el todo vale,  la falta de un proyecto de país común que nos aglutine, se extiende como una mancha por toda la sociedad, cubriendo de olor a podredumbre todas las instituciones.

Es indudable que estamos frente a una crisis económica, producto de un gobierno cipayo, lleno de personajes oscuros, de una estupidez ideológica, de un terraplanismo económico y político, que como el flautista de Hamelin, con su burda música, esta llevando a un pueblo hacia el precipicio.

Es evidente  que  hubo y hay una campaña mediática y cultural que fue penetrando en la sociedad con disvalores en el sentido común de una sociedad.

Es claro que el actual gobierno y sus políticas cuentan con el apoyo de una clase  empresaria  y un sector social de ingresos medios y bajos, que acompañan a un gobierno que tiene por objetivos la destrucción no solo del estado, sino de toda idea de nación autónoma e integrada, y del cual serán las próximas victimas. Tanta es la alienación de estos sectores de la sociedad argentina que apoyan y aplauden a su victimario. Hoy puede verse con claridad que con la promesa de un futuro incierto están destruyendo a las pequeñas y medianas empresas y a toda la clase media.

La destrucción económica que este gobierno ha llevado adelante en estos primeros meses solo se parangona con los resultados de catástrofe de una guerra.

 Pero también es justo decir que esto no empezó en diciembre de 2023, sino que sus raíces vienen de  muy atrás en la historia, con la sumisión de argentina al FMI, a los dictados de los centros imperiales y la aceptación pasiva a políticas de endeudamiento y financiarización de la economía, dejando atrás el viejo sueño de la argentina del trabajo y la industria.

Este proceso de decadencia permanente empezó claramente con el golpe de 1976 y sus políticas monetaristas neoliberales. A medida que crecía el endeudamiento, cerraban las fabricas, crecían las colas de desocupados y aumentaba la pobreza.

Este proceso perverso siempre estuvo presente en estos casi cincuenta años, hubo impases, momentos en que pareció o se intentó hacer algo distinto, pero nunca se pudo o se quiso darle punto final.

Así como las cabezas de medusa, se le cortaba una pero rápidamente salía otra. A los fracasos de las políticas de Martínez de Hoz, vino la experiencia también fallida de del plan primavera, luego la convertibilidad del menemismo y el estallido de todo el modelo en la crisis del 2001.

Cuando todos creíamos y gritábamos el liberalismo nunca mas, no encontramos en el 2015 con el retorno de los responsables del 2001, enancados en el triunfo de un empresario corrupto, claro exponente de una burguesía nacional fracasada. Con el volvió al poder lo peor de establishment tradicional, empresario, político y económico. Volvió el FMI  y la deuda externa como gran cadena de sumisión de la argentina a los dictados de los organismos internacionales.

La corrupción se extendió también a estamentos como la Justicia Federal, que asociada con lo peor de la clase empresaria trasnacional, le sirvió a sus intereses, la protegió frente a los delitos económico y fue y es un ariete para perseguir y neutralizar cualquier intento de reformas en el sistema pero también para castigar a cualquier dirigente político o social que osara trasgredir el orden establecido. Es justo decir que este fenómeno conocido como lawfare, no es solo local, sino que se aplicó en toda Latinoamérica alentada como siempre por el Departamento de Estado yanqui.

Para completar el lawfare fue necesario corromper a todo el aparato periodístico, con grandes negocios para las empresas, como la cesión de Papel Prensa al grupo Clarín - La Nación, o la licencia del Canal 13, también al grupo liderado por Magnetto, acompañado esto con jugosos sobres de dinero, bajo la mesa, a los periodista. Así de la noche a la mañana oscuros personajes se convirtieron en fiscales de la república y custodios de la moral publica.

Por debajo, en los sótanos de la democracia, fue creciendo como una mafia silenciosa, pero articuladora de este proceso de perversión, los servicios de inteligencia, verdaderas usinas de operaciones fuera de lo legal, financiados por el dinero publico, para comprar voluntades, amedrentar opositores o armar causas judiciales contra los dirigentes populares.

Todo esto no paso de un día para otro, fue un largo proceso de decadencia, ante los ojos de toda la sociedad y ante el silencio cómplice de la dirigencia política.

Hoy, a pesar del canto de sirenas de los medios periodísticos y el aplauso de una clase empresaria oportunista, que quiere apropiarse de la riqueza presente y futura del pueblo argentino, vamos a una crisis de proporciones mucho mas grave que la del 2001. Pero esta vez no es solo es una crisis financiera, vamos a una crisis política y sobre todo moral.

 La gran crisis que estamos viviendo y cuyas consecuencias todavía solo vislumbramos nos obligará a enfrentar la imperiosa necesidad de reconstruirnos sobre bases sólidas, reconstruirnos sobre los escombros de una vieja argentina que se desmorona.

Un nueva argentina  que garantice un futuro de prosperidad, justicia y cohesión social. Esta reconstrucción no solo debe ser material, sino también moral, atendiendo a las raíces profundas de los problemas que nos aquejan y cimentando un nuevo contrato social que involucre a todos los sectores de la sociedad.

1.  Construyendo un nuevo contrato social.

  Primero es fundamental que la sociedad en su conjunto reconozca la existencia de una crisis estructural profunda. Este reconocimiento debe ser acompañado por un diagnóstico claro de los problemas, como la corrupción, la desigualdad, la desconfianza en las instituciones, la violencia, y la falta de cohesión social.

En ese escenario es esencial promover un nuevo pacto fundacional que restituya la confianza de la ciudadanía en las instituciones.

Para iniciar este proceso es necesario generar un dialogo abierto. Facilitar espacios de diálogo y debate en los que se discutan las raíces de la crisis, permitiendo que diferentes voces sean escuchadas. Esto incluye no solo a los líderes políticos y económicos, sino también a ciudadanos comunes, académicos, y organizaciones de la sociedad civil.

A simple titulo de ideas para el debate aportamos algunos conceptos que parecen centrales.

ü Construir comunidad y una democracia social a través de una mayor participación ciudadana:. Fomentar la participación activa de la ciudadanía en la toma de decisiones, no solo a través del voto, sino mediante mecanismos de consulta popular, presupuestos participativos y el fortalecimiento de las organizaciones de la sociedad civil. 

ü Transparencia y Rendición de Cuentas: Implementación de políticas de transparencia en la gestión pública, fortalecimiento de los organismos de control, y promoción de una cultura de rendición de cuentas que permita a los ciudadanos evaluar el desempeño de sus representantes.

ü Reforma Electoral y Partidaria: Establecer un sistema electoral que tienda al fortalecimiento de los partidos políticos, garantice la representatividad y reduzca la fragmentación partidaria. Esto incluye una reforma profunda del sistema de partidos políticos, que garanticen la formación de dirigentes, la usina de ideas y proyectos, que incentive el debate y la discusión de toda la sociedad en los temas trascendentes y la consolidación de proyectos políticos a largo plazo.

ü Reorganización del Poder Judicial  sobre una base de democratización del mismo, control ciudadano, elección directa de los jueces, limitaciones en el tiempo de designación y acceso mediante concurso abierto para la designación en la carrera de los empleados judiciales.

2. Reconstrucción Económica: Bases para un Desarrollo Sostenible e Inclusivo

La economía argentina necesita una transformación estructural que promueva un crecimiento sostenido y equitativo. Esta reconstrucción debe estar guiada por principios de sostenibilidad y justicia social, abordando los siguientes aspectos clave:

ü Lucha contra la pobreza. Según los datos  del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA)la pobreza ha llegado al 55% de la población en el primer trimestre y la indigencia al 17,5%. Según el mismo informe siete de cada diez niños son pobres. Estos datos muestran una cruda realidad, mas allá de los relatos. Que mas de la mitad de la población este por debajo de la linea de pobreza, no solo es una inmoralidad, sino también una situación inaceptable que esta hipotecando el futuro de las generaciones futuras.

Para abordar eficazmente la situación de pobreza en Argentina, es fundamental instrumentar políticas económicas activas orientadas  el crecimiento económico con una intervención estatal bien diseñada y orientada hacia la equidad y la justicia social. Las políticas de empleo, educación y redistribución deben ser focalizadas y adaptadas a las realidades regionales, mientras que el Estado debe desempeñar un papel proactivo en la articulación y ejecución de estas políticas para romper el círculo vicioso de la pobreza.

ü Diversificación Productiva: Reducción de la dependencia de sectores tradicionales como el agroexportador, promoviendo el desarrollo industrial acelerado, la innovación tecnológica y la agregación de valor en las cadenas productivas. La energía y la minería, con su gran potencial, deben ser prioritarias, pero con una lógica de industrialización y agregado de valor. La exportación como simples commoditys, que alienta el actual gobierno, solo será pan para hoy y hambre para mañana, un saqueo de nuestros recursos y perpetuará un modelo de sumisión a los intereses extranjeros.

ü Promover el empleo. La tarea central de un estado organizado es la creación de empleos de calidad y bien remunerados. El trabajo es el gran ordenador de la vida social y la mejor herramienta en el ascenso social. Un programa de pobreza cero, se logra con una política de pleno empleo. Por lo que este debe ser un imperativo para un gobierno de reconstrucción.

ü Inversión en Infraestructura: Desarrollo de una infraestructura moderna y eficiente, que incluya transporte, energía, telecomunicaciones y vivienda, para mejorar la competitividad del país y la calidad de vida de la población.

ü Política Fiscal Sostenible: Re formulación del sistema tributario para hacerlo más progresivo y eficiente, con mayor peso en los impuestos a los altos ingresos y a la riqueza.   Es necesario poner fin a un sistema donde priman los recursos para evadir o eludir su pago, donde los ricos se niegan a pagarlos y terminan cargados en las espaldas, a través del consumo, de los sectores populares o sobre los salarios.   Por supuesto que debe ser acompañado de una administración responsable del gasto público.

ü Educación, Salud y seguridad social. Priorizar la inversión en educación, salud y seguridad social. La atención de los sectores vulnerables debe ser un objetivo central de una sociedad organizada. Es  necesario un gran acuerdo social, debate mediante, de como se financia el sistema en el largo plazo. El ajuste permanente y la desidia sobre los sectores mas vulnerables es un acto de perversión que una sociedad civilizada no puede permitirse.

ü Integración Regional e Internacional: Fortalecer la integración de Argentina en la economía global, a partir de una mayor profundización del Mercosur  y  de la UNASUR.  El mundo va hacia el continentalismo, o sea la constitución de grandes bloques de países. Un objetivo es el ingreso  a los BRICS, algo que se había logrado con el gobierno anterior y que el actual en un acto de irresponsabilidad desecho. Promover acuerdos comerciales y cooperación internacional con todos los países del mundo que abran nuevos mercados y atraigan inversión extranjera directa, pero siempre anteponiendo los intereses nacionales.

3. Reconstrucción Moral: Hacia una Sociedad Justa y Solidaria

La crisis moral que atraviesa nuestra sociedad es un reflejo de la fragmentación social y la pérdida de valores fundamentales. La reconstrucción moral implica un esfuerzo colectivo para recuperar la confianza, la solidaridad y el respeto por el otro. Para ello, es necesario:

ü Lucha contra la corrupción. Debe ser una bandera y un objetivo central. La corrupción se ha instalado en toda la sociedad y no solo como parte de la acción política sino también en el sector empresario y financiero. Seria hipócrita no reconocer como verdaderos flagelos, el contrabando, la fuga de capitales, el blanqueo de los dineros del narcotráfico, la apropiación de recursos del estado, etc.  El caso Vicentin, con su lógica de saqueo, silenciado por una prensa y una justicia cómplices, es solo un ejemplo de práctica empresaria demasiado común.

ü Refuerzo de la Ética Pública: Establecer un marco ético riguroso para el ejercicio de la función pública, que incluya la formación ética de los servidores públicos y la promoción de una cultura de servicio y compromiso con el bien común.

 

ü Educación en Valores: Reformar el sistema educativo para que, además de formar en competencias técnicas, fomente valores como el patriotismo, la honestidad, el respeto, la responsabilidad y el compromiso con la comunidad.

ü Promoción de la Igualdad y la Inclusión: Combatir todas las formas de discriminación y exclusión, promoviendo políticas que garanticen la igualdad de oportunidades para todos los argentinos, independientemente de su origen social, género o etnia.

ü Fortalecimiento del Tejido Social: Apoyar a las organizaciones comunitarias, culturales y religiosas que trabajan en la promoción de la cohesión social, reconociendo su rol fundamental en la construcción de una sociedad más justa y solidaria. 

Conclusión

La reconstrucción de Argentina requiere un esfuerzo concertado de todos los sectores de la sociedad: el Estado, los partidos politicos, el sector privado, la academia, las organizaciones sociales y la ciudadanía en su conjunto. Es un desafío monumental, pero no imposible. Si logramos encarar estos cambios con determinación y compromiso, estaremos sentando las bases para un país más justo, próspero y unido. Es el momento de mirar hacia adelante, de aprender de nuestro pasado y de construir juntos un futuro que honre el sacrificio y la esperanza de millones de argentinos.

 

Antonio Muñiz 

"El hambre se ha convertido en una política de Estado".


La recesión de Milei: 100.000 empleos formales perdidos y una caída del consumo del 13.8%

El gobierno mileista cumplió seis meses de gestión, con pocos hechos para festejar, mas allá de los “éxitos” imaginarios que se auto adjudica el presidente.

Poco y casi nada puede mostrar como un éxito, ninguno de los números de la economía son positivos, por el contrario muestran un presente muy complejo pero un futuro muy incierto.

La política económica llevada adelante por el duo Milei - Caputo  se basa  solo en una recesión planificada con caídas alarmantes en la industria y la construcción, con una consecuente pérdida de empleos públicos y privados. 

El Centro de Investigación y Formación de la CTA (CIFRA) indicó que el salario real ha caído un 15% desde el inicio del Gobierno de Milei.

El 31% del ahorro alcanzado por el Gobierno, es decir más de 3 de cada 10 pesos se explica por una caída real  a las jubilaciones y pensiones.

Si ademas analizamos la evolución del empleo formal desde la asunción de Javier Milei, se observa que la pérdida de puestos de trabajo alcanza los 94.963. De dicho total, 55.777 -el 58% del totalson explicados por el sector de la construcción.  

El informe  del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) sobre la producción industrial manufacturera revela una caída interanual del 16,6% durante abril. En el primer cuatrimestre del año, el descenso acumulado fue del 15%.

 Además, la actividad de la construcción experimentó una disminución interanual del 37,2%, debido a la paralización total de la obra pública y de la actividad en general.

Esta  bandera del mileismo,  ha tenido un impacto nocivo en todas las provincias, generando un deterioro de la infraestructura y la pérdida de miles de empleos.

En abril, las dieciséis divisiones de la industria manufacturera registraron caídas interanuales. El sector de Alimentos y bebidas, que tiene una gran influencia en el indicador general, sufrió una caída productiva del 9% interanual. Este descenso se refleja en el comportamiento de las familias, que han reducido el consumo de alimentos o se han volcado a segundas o terceras marcas.

La disminución en el consumo de leche, alimento básico en la niñez, se redujo un 20 %, mostrando claramente el perjuicio directo de estas políticas económicas sobre un sector muy vulnerable.

Lo mismo puede observarse en el consumo de carnes, otro producto esencial en la mesa de los argentinos, cuya caída asciende a casi el 30 %

De acuerdo a diversas fuentes, el consumo en abril disminuyó un 13,8%, con un acumulado anual de 7,2%. En los grandes supermercados, el consumo de alimentos bajó un 12,9%, mientras que en los comercios de cercanía la reducción fue del 6,5%. La tendencia continuó en mayo, cerrando con una caída inter anual del 10,5 % .  

El único logro económico que el gobierno muestra  es la baja del indice inflacionario en un 4,2% en mayo. Una baja significativa, si se tiene en cuenta los indices iniciales auto inducidos por el propio gobierno del orden del 25%,  devaluación  mediante y liberación de precios .

Este “éxito” se explica solamente en la reducción del poder adquisitivo de la población y una recesión pocas veces vista en la historia económica.  

El aumento de la pobreza es un dato que muestra la perversidad del modelo, según la UCA alcanza al 55% de la población, es decir que en estos seis meses paso de un 44% a un 58 % en febrero, estabilizándose en un 55% en el segundo trimestre.

El otro dato altamente preocupante es la duplicación de la indigencia que llego al 18%. Es decir que sectores pobres fueron cayendo en niveles de indigencia, ya que no alcanzan a cubrir la necesidades básicas sobre todo de alimentación.

Esto a su vez agravado por la falta de políticas activas de asistencia directa a estos sectores. La negativa del gobierno a entregar alimentos a los comedores populares muestra una desidia y un ignorancia basada en lo ideológico  preocupante, que esta haciendo mucho en los sectores mas vulnerables, como la niñez o los adultos mayores.

Sin embargo  es probable que el indice de mayo sea un piso, ya que se prevén para junio fuertes aumentos  en los servicios públicos: transporte , naftas, electricidad y gas, incluido la quita de subsidios. Para completar el cuadro también aumentaran la prepagas.

 

Si ademas el gobierno cede a las presiones del FMI y de sectores agro exportadores que alientan una nueva devaluación y la eliminación del cepo, se originará un aumento importante en los indices inflacionarios, tal vez morigerados por la alta recesión y caída del consumo. Pero cualquiera sean los indice de inflación una nueva devaluación golpeará nuevamente sobre la actividad económica, con la perdida de empleos , aumento de la desocupación y por ende aumento de la pobreza e indigencia.  

 

Basta analizar todos estos datos para ver con claridad que el ajuste se esta llevando adelante sobre los hombros de los jubilados y pensionados, trabajadores y en general toda la clase media. 

Un programa de estas características en inviable e insostenible en el mediano plazo, porque no tiene salida, solo el ajuste permanente y eso tiene un limite, pero  el daño en el tejido social y en la vida misma de los argentinos va a ser irreparable.

 

ANTONIO MUÑIZ

Antes que sea tarde.


 "No existe tal cosa como la sociedad. Hay hombres y mujeres individuales y hay familias".  Margaret Thatcher

En las últimas dos décadas, el panorama político global ha experimentado un notable resurgimiento de movimientos y partidos de derecha que difieren significativamente de sus predecesores conservadores tradicionales.

Estas "nuevas derechas" han ganado prominencia en diversas regiones del mundo, aun con características locales disimiles pero con puntos comunes, han ido redefiniendo el espectro político con propuestas y retóricas que resuenan en amplios sectores de la población. Este fenómeno merece una atención detallada para comprender sus características, causas y posibles implicaciones. 

Si bien tiene un auge muy claro a partir de la crisis del sistema capitalista en el 2008 y cuyas consecuencias hoy todavía sufrimos, sus raíces pueden rastrearse hasta mediados de la década del 70 del siglo pasado.

La frase del epígrafe fue expresada por Margaret Thatcher, quien fuera Primera Ministra del Reino Unido. Esta afirmación refleja una de las ideas centrales del pensamiento  liberal moderno.

 Este neo liberalismo es una corriente de económica, pero fundamentalmente política y cultural que comienza a desarrollarse a partir de los años 70. A diferencia del liberalismo tradicional,  es solo partidario de la libertad  en lo económico, pero es conservador y en muchos casos autoritario en lo politico.

El proceso se consolida con la llegada de Ronald Reagan a la presidencia de EEUU y posteriormente con la caída de la Union Soviética y el fracaso de la experiencia comunista.

No es casual que este surgimiento y posterior desarrollo a escala global del neo liberalismo, coincida con la crisis del petroleo de los años 70. Esta originó una descomunal masa de petro dolares que se volcaron en el sistema financiero occidental generando un auge de capitalismo financiero rentistico, que fue creciendo a costas del capitalismo productivo tradicional.  

Era el fin de la historia según Fukuyama, el triunfo definitivo del capitalismo y por ende del modelo imperialista anglo - yanki. Fue el comienzo de un mundo unipolar  que duro varias décadas, hasta nuestro días.

Como decíamos es una ideología que  enfatiza el individualismo extremo, la responsabilidad personal y la reducción del papel del Estado en la vida de las personas. Contraponiendo el interés del individuo frente al Estado de bienestar imperante desde la post guerra,  promoviendo una filosofía de autosuficiencia y responsabilidad individual, perdiendo fuerza lo colectivo, lo comunitario y los lazos de solidaridad entre las personas.

 

Asociado al  neo liberalismo aparece otro fenomeno disruptivo, la globalizacion financiera y comercial. A partir de lo cual la idea de nación y de estado van perdiendo fuerza.

Mas allá de los fracasos, el daño que estas ideologías han causado y las fuertes criticas que ha recibido, es indudable que han modelado al mundo a los objetivos de las grandes corporaciones, generando un sistema capitalista que promueve la desigualdad y la concentración de riquezas. Absorviendo recursos de los sectores populares hacia los mas ricos, y de los países periféricos hacia los países centrales.

Este fenomeno también se explica por la campaña masiva de penetración cultural e ideológica llevada adelante desde los 70 a la fecha. La critica constante a la política, al estado, la promoción del individualismo y la critica a los valores tradicionales de solidaridad, la búsqueda  desesperada por el éxito, entendiendo este como la posibilidad de saciar los deseos de consumo y satisfacción personal.

También hubo una critica constante a valores que la sociedad había ido construyendo en la ultimas décadas, como por ejemplo las políticas de protección del ambiente o las política de genero. Tratando de volver a épocas pasadas, mas oscuras.  

Tal vez la expresión mas brutal de esta avanzada cultural de la derecha neoliberal se dio precisamente durante la pandemia y la cuarentena casi obligada, con campañas anti vacunas, con argumentos negacionistas, seudo científicos, teorías conspirativas, y un ataque al estado como causante de todos los males, cuando en verdad la mayoría de los estados, aun con aciertos y errores, trataban de minimizar los daños que el covid generaba.

La cuarentena generó ciudadanos solos y aislados frente a un televisor o una pantalla de PC que fueron bombardeados por campañas masivas de propaganda  desde los medios y las redes sociales. Un fenómeno que paso desapercibido, pero cuyas consecuencias estamos viviendo.

Es claro que las nuevas tecnologías han generado un cambio vertiginoso en la sociedad, que como era previsible han ido modificando no solo los modos de producción y trabajo, sino  también todo el régimen social, cambian las ideas políticas, jurídicas, religiosas, artísticas, filosóficas y cambian las instituciones correspondientes. 

 

Mientras la izquierda y los movimientos nacionales -´populares siguen aferrados a los viejos paradigmas, la derecha global comprendió este cambio tecnológico y sus potencialidades de control social  y los ha ido utilizando en su favor con el objetivo de resetear la sociedad a sus intereses e ideología.

 

Eric Sadin  es un filósofo y escritor francés conocido por su análisis crítico de las tecnologías digitales y su impacto en la sociedad contemporánea, analiza  cómo la digitalización y la inteligencia artificial transforman las relaciones humanas, la economía, la política y la cultura.

Sadin argumenta que las Tecnologías de Vigilancia y Control  están cambiando profundamente la manera en que vivimos y nos relacionamos. Estas nuevas tecnologías permiten una vigilancia masiva que socava la privacidad individual y facilita formas de control social sin precedentes.

 Sadin cree que la creciente dependencia de la tecnología digital está deshumanizando a la sociedad. Las interacciones humanas se mediatizan cada vez más a través de pantallas y algoritmos, lo que reduce la calidad y la profundidad de las relaciones humanas.

Advierte sobre los peligros de la automatización en el mundo laboral. La automatización no solo está desplazando a los trabajadores humanos, sino que también está cambiando la naturaleza del trabajo, haciendo que muchas ocupaciones sean más precarias y menos satisfactorias.

También señala con preocupación  a la IA como una fuerza que puede exacerbar las desigualdades y consolidar el poder en manos de unas pocas corporaciones tecnológicas.

El capitalismo ha evolucionado en la era digital hacia un "capitalismo de datos" donde las empresas tecnológicas recopilan, analizan y monetizan grandes cantidades de datos personales, creando nuevas formas de explotación y control.

En el mismo sentido el filósofo y teórico cultural surcoreano - alemán Byung-Chul Han, cuyas obras también se centran en la sociedad, la tecnología, la cultura, la política y la psicología señala algunos aspectos sobre la situación contemporánea

Han describe la sociedad contemporánea como una "sociedad del cansancio", donde la presión por el rendimiento y la auto explotación han reemplazado la disciplina y el control externos. Las personas se ven impulsadas a optimizar continuamente su productividad, lo que lleva a un agotamiento generalizado y enfermedades como la depresión y el síndrome de burnout.

Han explora cómo las técnicas de poder han evolucionado para incluir el control de la psique y las emociones humanas. En "Psicopolítica", analiza cómo el capitalismo neoliberal utiliza la psicología para influir en las decisiones individuales y fomentar el consumismo, haciendo que las personas cooperen con su propia explotación.

Las nuevas Tecnología y el Big Data  impactan en la vida contemporánea. La acumulación masiva de datos personales permite una vigilancia y control sin precedentes, transformando a los individuos en objetos de análisis y predicción.

En síntesis  Byung-Chul Han ofrece una crítica profunda de la sociedad contemporánea, enfocándose en cómo la tecnología, el neoliberalismo y las nuevas formas de poder,  control están moldeando nuestras vidas, nuestras relaciones y sobre todo construyendo un nuevo sujeto politico y social.

Volviendo a Sadin , describió a este nuevo sujeto politico y  lo definió como “el individuo tirano". La era digital ha exacerbado una forma de individualismo extremo donde el individuo se coloca en el centro de todo. Esta tendencia se manifiesta en la cultura de las redes sociales, donde la auto-promoción y la búsqueda de validación externa son predominantes.

Las plataformas digitales y las redes sociales fomentan un narcisismo desenfrenado, según Sadin. Las personas se obsesionan con su imagen y con la forma en que son percibidas por los demás, lo que lleva a una constante necesidad de atención y aprobación.

Al igual que Han sostiene que la era digital ha llevado a un consumo inmediato y a la satisfacción instantánea de deseos. Sadin critica cómo las tecnologías permiten obtener lo que se quiere, cuando se quiere, sin reflexión o espera, lo que refuerza comportamientos impulsivos y hedonistas.

La promoción del individualismo digital ha debilitado las estructuras colectivas y comunitarias. Sadin señala que la atención excesiva al yo digital ha erosionado el sentido de comunidad y la capacidad para la acción colectiva y solidaria.

A su vez este modelo genera una fuerte frustración y por ende resentimiento y un odio hacia el otro cuando no se puede alcanzar ese éxito prometido. Mas cuando el sistema te dice que sos el responsable de tu fracaso, que no te esforzaste los suficiente. Ser un “perdedor” en una sociedad que solo premia a los “ganadores” genera sujetos politicos que se acercan a ideologías de odio hacia el otro, construido como un enemigo y causante de todos su males.

Por supuesto todo esto fomentado desde el aparato mediatico y cultural. La potencialidad para construir un “sentido común”  a fin a los intereses e ideología  de las elite, por parte de  los medios  ha aumentado de forma descomunal, a partir de las nuevas tecnologías y la concentración empresaria.

Los nuevos liderazgos

En este nuevo escenario donde predomina el individualismo extremo, el “individuo tirano”, fomenta el surgimiento de líderes que fomentan un culto a la personalidad y políticas que se centran en satisfacer los deseos reales y simbólicos inmediatos de los individuos, canalizar los odios y frustraciones de los sectores excluidos  del sistema tradicional y movilizar a esos sectores prometiendo falazmente un futuro venturoso, una salida individual, lejos del sentido tradicional y cristiano de la  promoción  del bien común.

Si bien como decíamos al comienzo de la nota esta nueva derecha presenta diferencias importantes a partir de las realidades e historias de cada país, existen características comunes, tanto de estilo como de discurso.

Estos lideres, englobados en esta nueva derecha, tienen en común que se presentan como defensoras del "pueblo" contra una “casta” corrupta o desconectada. Utilizan un lenguaje accesible y directo para captar la atención de amplios sectores sociales, incluyendo aquellos que se sienten marginados o insatisfechos con el status quo político y económico.

Este discurso “casta” ha encontrado eco en sociedades donde existe una creciente desconfianza hacia las instituciones tradicionales.

Las crisis económicas, como la Gran Recesión de 2008, han jugado un papel crucial en el surgimiento de las nuevas derechas. La austeridad y el desempleo han generado descontento y han hecho que muchos busquen alternativas a los partidos tradicionales.

La globalización ha beneficiado a algunos, pero también ha exacerbado las desigualdades económicas y sociales. Sectores que se sienten perjudicados por la globalización, como los trabajadores industriales en declive, han encontrado en las nuevas derechas una voz que canaliza sus frustraciones.

Por otro lado hay una faceta común estos nuevos lideres , una vision conservadora orientada a revertir los avances en las políticas de derechos humanos, de protección del ambiente,  derechos de la mujer y las políticas de genero en general, la diversidad y las minorías.  

Este nuevo  tecno capitalismo esta caracterizado por la omnipresencia de la tecnología y la digitalización de todas las esferas de la vida, ha llevado a una deshumanización de la existencia.

Hay una perdida de la fe, esta no se refiere únicamente a la religión, sino a una pérdida más amplia de confianza en valores humanistas y espirituales que solían dar sentido y cohesión a la vida humana. 

A esto hay que sumar la falta de leyes y de normas que regulen de alguna manera estos nuevos escenarios. La viejas leyes y normas han caído en desuso y las corporaciones buscan desregular toda la vida no solo económica, sino también social, van generando una sociedad anómica y por ende insegura. Ya no hay certezas, no hay ideologías totalizadoras, todo es relativo. El hombre esta solo en la intemperie.

Epilogo:

La falta de fe, de normas y de leyes son conceptos interrelacionados que describen una sociedad en crisis, donde la tecnología ha desestabilizado los fundamentos de la vida humana. Comprender y abordar estos desafíos es crucial para construir un futuro más ético y humano en el contexto de una acelerada transformación tecnológica.

 Sadin también sugiere la necesidad de resistir y buscar alternativas al dominio tecnológico. Propone una revalorización de la humanidad, donde la tecnología se utiliza de manera ética y responsable, y se restablecen normas y leyes que reflejen los valores humanos fundamentales.

Las nuevas derechas globales representan un fenómeno complejo y multifacético que responde a diversas inquietudes y frustraciones contemporáneas. Comprender sus raíces, características y posibles trayectorias es esencial para abordar los retos que plantean y para fomentar un diálogo político inclusivo y constructivo en un mundo cada vez más polarizado. 

En principio todo hace prever que no son fenómenos aislados, ni triunfos circunstanciales. Por el contrario se esta extendiendo en casi todas la democracias occidentales.

El triunfo de Marine Le Pen en Francia en estas horas marca un nuevo hito de esta nueva derecha. Si bien ella ha tratado de ir moderando su discurso hacia posiciones de centro, lo que le ha permitido sumar sectores medios y trabajadores, sus antecedentes y los de su partido marcan una clara tradición neo fascista.

El auge de las nuevas derechas plantea desafíos significativos para las democracias occidentales. Su capacidad para canalizar el descontento popular y su habilidad para remodelar el discurso político obligan a los partidos tradicionales a reexaminar sus estrategias y políticas. Además, su impacto en las políticas de medio ambiente, genero, inmigración, comercio y relaciones internacionales podría redefinir un orden global en las próximas décadas.

Seria un pensamiento reaccionario culpar a las nuevas tecnologías de estos hechos, la tecnologías son neutras, dependen del uso que se haga de ellas. El problema central hoy es su uso por parte de las grandes corporaciones económicas en su beneficio y con el objetivo de resetear un mundo a medida, perpetuando y acentuando altos niveles de desigualdad e inequidad nunca vistas en la historia moderna. Haciendo peligrar todo el sistema democrático, llevando a la humanidad a modelos de gobernanza mas oscuros y totalitarios. Es clave entender que el capitalismo moderno, o este tecno capitalismo financiero no se lleva bien con la democracia.

El Papa Francisco ha hecho un llamado de alerta sobre su uso, llama a desarrollar y utilizar las nuevas tecnología de manera ética. En varios discursos, ha subrayado la importancia de garantizar que la IA y otras tecnologías avanzadas respeten la dignidad humana y no conduzcan a nuevas formas de injusticia o explotación.

Es necesario reexaminar estos elementos que conforman  esta nueva realidad y buscar formas de resistir y recuperar aspectos esenciales de la humanidad,  la comunidad y la democracia.

En principio, como objetivos estratégicos,  hay que reconstruir lazos sociales, construir comunidad, romper el aislamiento individual.

Es una tarea de la política recuperar valores éticos y morales, reconstruir un estado que de respuesta a las necesidades de la población y no tanto a los intereses corporativos. Valorizar la política y el estado como herramientas de solución a los conflictos, trabajando por el bien común.

Hay que poner estas nuevas tecnologías al servicio de la humanidad y el bien común. La tarea no parece sencilla, pero hay que encararla antes que sea tarde.

 

Antonio Muñiz

Julio 2024

Las nuevas derechas latinoamericanas frente a un mundo en crisis.

Los presentes apuntes tienden a elaborar algunas ideas para comprender la confusa etapa histórica que nos toca vivir y protagonizar. Está claro que estamos en una de esas etapas de la historia donde todo está en cuestionamiento, donde ya no sirven los viejos paradigmas y los nuevos tardan en gestarse.   Son tiempos sin certezas, tiempos de incertidumbre. Ya no hay un techo que nos cobije ni una ideología totalizadora que explique nuestra posición en el mundo y nos brinde seguridad.


Un mundo en crisis

El estado de bienestar que primó en el mundo de la segunda posguerra entró en decadencia y sus últimos escombros sobreviven apenas, jaqueados por el capitalismo financiero y la globalización.

Pero a su vez la globalización y la ideología que le da sustento el neoliberalismo, muestran signos de agotamiento en un proceso que ya vislumbra resultados muy peligrosos.

Es evidente que estamos en una de esos momentos donde parece prevalecer el caos. un desorden  global que se expresa en conflictos bélicos, crisis ambientales, migraciones masivas, crisis económicas y sociales, nuevas luchas por una nueva hegemonía mundial y todo eso en medio de un cambio tecnológico profundo, que a su vez modificará todos los procesos productivos y ende los procesos políticos y sociales presentes y futuros.

El mundo está cambiando, y hay reconfiguraciones en todos los ámbitos de la vida humana. El problema central es que es difícil predecir sus consecuencias, muchas veces estos no avanzan en el sentido en que los  gobiernos o las elite pretenden.

La expansión capitalista en las últimas décadas, que se dio principalmente  en territorios como China y Rusia, los países asiáticos como India, Corea, Vietnam, etc, frente a una decadencia de EEUU y Europa.

La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, la crisis ya indisimulable de Alemania, los conflictos sociales en Francia o el triunfo de la derecha en Italia, son solo muestras de una crisis profunda en la vieja Europa.

Este fenómeno ha dado lugar, a una etapa de disputas, competencias e interrelaciones entre potencias dominantes y emergentes, abriendo grietas en la hegemonía y poniendo de manifiesto conflictos entre las distintas fracciones del poder mundial.

Como ha sucedido en el curso histórico del desarrollo capitalista, los declives y las crisis han dado lugar a procesos de surgimiento de nuevas hegemonías, que muchas veces  se han derimido en guerras globales.  Los conflictos bélicos en Medio Oriente, la guerra en Ucrania, donde están enfrentados Rusia con la fuerzas de la Otan, son solo la punta de un iceberg de un conflicto global en ciernes.

Las nuevas derechas.

Las nuevas derechas globales encuentran un campo orégano en esta realidad de caos, de un mundo  en crisis.  Estas fuerzas políticas supieron recoger los reclamos y anhelos de los perdedores de la globalización y convertir en votos positivos el miedo, la inseguridad, el resentimiento, la falta de futuro y el odio hacia el otro de parte importante de la población.

En este contexto las nuevas derechas construyen un discurso basado en la idea de orden, seguridad e identidad cultural, un relato que apela al nacionalismo, la soberanía, el control de los migrantes, discursos homofóbicos,  críticas a las élites tradicionales y en general al fenómeno de la globalización.

Las  nuevas derechas latinoamericanas.

Latinoamérica no escapa a este nuevo fenómeno, jaqueada durante décadas por políticas neoliberales, proyectos extractivistas, inflación, deuda externa, empobrecimiento generalizado y focos de violencia política, avances de los narco carteles, etc.

Las derechas  latinoamericanas tradicionales  fueron mutando de cierto liberalismo conservador  hacia posiciones  más ultras al calor de la nueva oleada global tanto europea como norteamericana, enancadas también en un descontento popular provocado por los efectos de las crisis recurrentes que sufrió la región y agotado ya el proceso progresista 2000/15.

El triunfo de una derecha liberal en argentina en 2015, seguida de un gobierno peronista que no pudo cumplir con su mandato electoral, permitieron la aparición de una figura outsider  como Javier Milei, que expresa un libertarismo extremo; la experiencia liberal, pero más autoritaria, en Brasil, con Bolsonaro, que si bien perdió la última elección frente a Lula por poco margen, sigue siendo una fuerza política importante; el intento de golpe en Bolivia, el golpe contra Castillo en Perú, el surgimiento y afianzamiento de una figura más controvertida como Nayib Bukele en El Salvador, el triunfo de Novoa en Ecuador, etc, muestran un crecimiento de la derecha  en casi toda Latino América.

Si bien se podría contraponer a esta visión las victorias de partidos progresistas en Chile, Colombia y México, es indudable que Latino América sigue siendo un territorio en disputa. Tal vez donde más claro se ve esta disputa es el reciente proceso eleccionario en Venezuela, donde se ve una sociedad completamente fracturada, incapaz de generar  los diálogos y consensos mínimos indispensables.

Parece claro que a partir de la batalla cultural que las nuevas derechas están convencidas de llevar adelante, hay un corrimiento de las agendas políticas hacia los temas que fija su aparato mediático cultural.

Estas “viejas nuevas” derechas muestran  características comunes,  son muy autoritarias en lo político, liberales en lo económico, conservadores, casi reaccionarios en lo cultural y social, apuestan por la globalización y una sumisión acrítica con los centros imperiales.

Precisamente esta alineación al poder central resulta tardía, por su ideología extrema  pretende vincularse a un mundo en crisis, al momento que este parece orientarse hacia otros rumbos.

Los nuevos desafíos.

Como decíamos las derechas latinoamericanas plantean un liberalismo extremo, una inserción en un mundo globalizado, cuando este  está profundamente cuestionado por esas mismas derechas a las que supuestamente adhieren.

Hoy son los propios países centrales  los que están minando el sistema multilateral de comercio. Paradójicamente, sectores del eje angloestadounidense son los que ahora cuestionan la globalización, y entre sus principales defensores se alzan hoy algunos países emergentes. Fue el presidente de China, Xi Jinping, un  inesperado defensor de la globalización en la Cumbre de Davos de enero de 2017, pese a que su país también giraba hacia políticas más nacionalistas y centradas en su mercado interno.

Es significativo el crecimiento de fuerzas de extrema derecha en Europa que  cuestionan el orden liberal y sostienen políticas  más nacionalistas y por ende proteccionistas.  La negativa de Francia de firmar el acuerdo de libre comercio Unión Europea – Mercosur para proteger su producción de agro alimentos es una prueba  del surgimiento o en este caso el afianzamiento de políticas de protección comercial.

También estamos frente a  otros riesgos a mediano y largo plazo relacionados con la reordenación global de los mercados,  la geopolítica, el cambio tecnológico y la creciente tensión por las luchas por una nueva hegemonía.

El inicio de un nuevo ciclo de innovación tecnológica basada en la reorganización de la producción a partir de las plataformas digitales, la automatización y la inteligencia artificial de la «cuarta revolución industrial» plantea nuevos desafíos que las derechas latinoamericanas no parecen evaluar correctamente.

Encerrados en un terraplanismo ideológico no pueden ver y niegan un nuevo mundo que para bien o para mal está surgiendo.


Ante los desafíos estructurales, tanto internos como externos, las nuevas derechas parecen no tener respuestas. Sólo ofrecen un relato libre cambista extremo y un globalismo que va a contramano de las principales tendencias internacionales.


Los países centrales están abandonando un de los ejes de lo que fue la globalización,   la lógica de deslocalización de los años 90, es decir abastecer el mercado global con cadenas de suministro que se radicaban en  países del Tercer Mundo y Oriente, atraídos por  bajos salarios y menores cargas impositivas (off-shoring).

Hoy se están volviendo a localizar las industrias en  los países centrales, tratando de reorganizar la economía global mediante plataformas digitales y la externalización de la logística, y recurrir a la robotización para situar la producción más cerca de los consumidores, sea en mercados emergentes de alto crecimiento (on-shoring) o retornando a  sus países de origen (re-shoring).

Trump y el populismo como respuesta a la globalización - La Tercera

 

Quien expone claramente este nuevo paradigma nacionalista re industrializador es Donald Trump, que propone la vuelta a casa de las industrias hoy localizadas en el Extremo Oriente, marcando el final de una etapa de globalización que se ha extendido por más de tres décadas, basada en el modelo posfordista de cadenas globales de suministro.

A escala global, y en Latinoamérica  en particular,  podrían desaparecer millones de empleos sin que exista un fácil o inmediato reemplazo por nuevas ocupaciones ligadas al cambio tecnológico.

Este nuevo ciclo de reorganización industrial e  innovación tecnológica supone un desafío para los países latinoamericanos, en generar un nuevo modelo de desarrollo que deje atrás  las políticas económicas extractivistas,  iniciar un proceso de industrialización, basado en innovación y desarrollo científico tecnológico y la creación de puestos trabajo, con políticas laborales, fiscales y de protección social que exigirán una reformulación   del contrato social básico.

Nada de esto está en la agenda de las derechas latinoamericanas, lo cual parece indicar la inviabilidad de sus proyectos.

En principio, todo lo anterior es muestra evidente que ese ciclo de las  nuevas derechas no sea tan sólido y duradero como han auto proclamado sus voceros y dirigentes.

Ante los desafíos estructurales, tanto internos como externos, las nuevas derechas parecen no tener respuestas. Sólo ofrecen un relato libre cambista extremo y un globalismo que va a contramano de las principales tendencias internacionales.

Por eso sería un error dar por sentado que las nuevas derechas globalistas latinoamericanas hayan llegado para quedarse.

Por Antonio Muñiz

Agosto 2024

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